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Una palabra: "paternidad" 2 por Haku1008

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!!!

De nuevo yop por aquí ^w^ mandando un saludo y un gran agradecimiento para todas las lectoras silenciosas del fic.

ANUNCIO: el cap incluye esta canción https://youtu.be/xb1dKY8NFIQ para que la pongan cuando marque la señal please *w* el nombre de la canción es “te digo adiós” de la increíble Laura Pausini.

Cap32# Tu doloroso recuerdo gravado en mi corazón

 

Los días en aquel hogar parecían mejorar, Yuui ya hablaba de nuevo y ya no estaba molesto con sus padres, ahora volvían a ser tan unidos como siempre y claro, ahora el peque también había vuelto al preescolar.

 

–…… Fin– dijo Fye luego de cerrar el libro de cuentos que hasta ese entonces había estado leyendo, con ternura acarició su vientre, Sakura le había contado que leerle cuentos al bebé durante el embarazo era una actividad muy buena y que ayudaría al intelecto de su hij@, ella lo había estado haciendo con Hai-Lin y a decir verdad a Fye le agrado la idea –¿te gustó, amor?

La puerta principal se abrió dejando entrar a Kurogane, el moreno recién regresaba de su trabajo, algo cansado pero sabía que sólo había vuelto para volver a salir.

–¡Llegaste!– dijo Fye mientras que, con algo de dificultad, se incorporaba. Tenía 6 meses de embarazo ya y no quería ni imaginarse cómo estaría en unos meses más, pero sin duda la espera y los esfuerzos valdrían la pena.

Apenas estuvieron el uno frente al otro se saludaron con un beso, más que un simple roce pero menos de toda la pasión que en realidad sentían, siendo cuidadosos de no dar algún “extraño” espectáculo para Yuui.

–¡Kudo-papi!– y hablando del peque, Yuui corrió hacia el moreno y éste le cargó entre sus brazos de inmediato dedicándole una sonrisa al rubiecito.

–¿están listos?– preguntó recibiendo como respuesta un energético asentimiento por parte de ambos rubios –bien, entonces vamos.

Los tres salieron de casa subiendo a la camioneta de Kuro, ese día había sido uno de los más esperados por Fye pues estaba planeado para ir de compras para el bebé, una actividad que le emocionaba de sólo pensarla y que le alegraba más al estar acompañado de Kuro realizando los preparativos para darle la bienvenida a ese pequeñito ser que formaría pronto parte de sus vidas, o al menos de forma física porque justo en el momento que le confirmaron que en verdad estaba embarazado había pasado a ser parte de sus vidas.

Se la pasaron recorriendo tiendas y tiendas en el centro comercial, comprando pequeñitas ropas en colores neutrales como amarillo, blanco y verde pastel ya que no conocían aún el sexo de su futuro bebé. También compraron zapatitos, gorritas, frazadas, biberones y pañales, éstos últimos por montones. Yuui también había participado eligiendo los diferentes modelos de ropa, no porque le interesara quien las usaría sino tan sólo porque las compras eran algo divertido. Kurogane y Fye aprovecharon esa salida para comprar también la cuna, aunque no se la mandarían hasta unos días por paquetería.

 

–¿y cómo vas con lo del nombre?– preguntó Fye una vez que caminaban hasta la camioneta con las bolsas de las compras.

–¿por qué tengo que ser yo quién lo elija?– se quejó el moreno.

–porque yo elegí el de Yuui, es lo más justo. ¿Al menos ya leíste el libro de nombres que te di?

–….. y-ya– mintió.

–¡Kurogane!– Fye le reprendió.

–estoy por hacerlo, lo juro. Realmente no eh tenido oportunidad– dijo nerviosamente para disculparse.

Fye comenzó a reñirle mientras guardaban las bolsas, Yuui tan sólo se concentraba en comer el chocolate que le habían comprado al salir del centro comercial, realmente le daba igual como se llamara la bola esa, es más, si se llamara sólo “bola” para él estaría bien.

–tu padre es un desconsiderado contigo TT.TT no ha buscado tu nombre– dijo mientras acariciaba a “la bola”.

–¡no le hables así de mí! además aún tengo tres meses para pensarlo.

 

Regresaron a casa, los tres estaban agotados así que se prepararon para dormir, bueno, antes de ello Fye decidió que había llegado el momento de hablar sobre “eso” con Yuui, así que respiró muy hondo y se preparó para hacerlo, siempre le había resultado difícil el hablar sobre Yuui.

–¿pasa algo, ne?– Yuui ladeo su cabecita en la cama, el peque ya se encontraba recostado, esperando por su beso de las buenas noches para dormir pero de pronto su Fye-mami se había puesto muy serio.

–yo… me gustaría contarte algo– se sentó en la cama observando a su pequeño –es sobre mi hermano.

–¿tío Yuui?

–mhm, veras, él y yo nos queríamos mucho, tu Abu-Ashura nos compraba muchos juguetes pero, lo que realmente lo hacía divertido era jugar con él, Yuui era increíble– sonrió perdiéndose en sus recuerdos –no había nada que no haríamos por el otro, nos cuidábamos y nos ayudábamos cuando alguno se metía en problemas– lo cual era muy seguido, pensó –y aunque a veces peleábamos y teníamos nuestras diferencias, siempre terminábamos reconciliándonos, porque el amor entre ambos era más grande.

–…….– Yuui escuchaba atento.

–hm, me refiero a que, no te estoy diciendo que lo tienes que aceptar– dijo poniendo una mano en su vientre –tan sólo te pido que le des una oportunidad.

–…….– Yuui observó a la “bola”

–veras que no te arrepentirás– le sonrió y besó su frente –dulces sueños.

–dulces sueños, Fye-mami.

El mayor salió apagando la luz y cerrando la puerta tras sí. Sus ojos se humedecieron mientras aquella infantil voz resonaba en su cabeza.

 

“Fye, juguemos”

“juega ahora, duerme después”

“Fye”

“Fye”

–Yuui.

 

Flash Back

 

Sus ojos se abrieron pesadamente, se sentía extrañamente débil, observó la luz del día colándose poco a poco por su ventana como si fuera una clase de visitante tímido. Le pareció raro el que cierta personita no estuviese ahí saltándole sobre la cama para levantarle impacientemente pidiéndole ir a jugar, no entendía cómo es que Yuui pareciese tener un despertador programado para que a primera hora del día despertarse y comenzar como un torbellino rubio de 7 años que deja desastre a su paso y claro, él, como buen gemelo, era siempre su cómplice. Sonrió y miró en dirección a la puerta, esperando a que en cualquier momento se abriera y Yuui se asomase para preguntarle por su salud y seguramente si le respondía que se sentía mejor Yuui le sacaría casi a arrastras de la cama.

Suspiró con pesar al notar las medicinas sobre su buro junto a la cama, hizo una mueca de desagrado al imaginar que le obligarían a tomarlas pero luego sonrió pensando en pedirle ayuda a Yuui e intercambiar lugares, después de todo no era la primera vez que lo hacían para salvarse, por turnos, de tomar las medicinas, ¿eh? ahora que lo pensaba….

Buscó con la mirada su colgante con aquella piedra azul claro, lo había dejado sobre el buro pero no se encontraba ahí, seguramente Yuui lo había tomado. Aquellos colgantes habían sido un regalo de su padre, a cada uno le había regalado uno de color diferente, azul celeste para Fye y azul cobalto para Yuui, pero algunas veces intercambiaban de colgante para confundirlo, seguramente Yuui lo había hecho de nuevo y por ello lo había tomado.

–……– cerró los ojos no pudiendo resistirlo, la casa se encontraba demasiado silenciosa, un extraño sentimiento golpeó su pecho, abrió los ojos de inmediato con la sensación de que algo estaba mal y que aquella no era una mañana como las otras. Intentó incorporarse ignorando la sensación de debilidad por enfermedad, según recordaba ayer había caído en cama por calentura bajo la mirada atenta y preocupada de su hermano. Justo en aquel momento la puerta se abrió y él, más aliviado desistió de su intento por ponerse de pie.

–……..– Desde el marco de la puerta Ashura le miró con cierto alivio que no llegó a su rostro.

–……– Fye le miró y la sensación de antes volvió a golpearlo, su padre no lucia como su padre, Ashura siempre había sido un hombre demasiado preocupado por su aspecto e imagen, siempre vistiendo con trajes y corbatas, y justo ahora…. ese hombre le era por demás extraño.

–me alegra que ya hayas despertado– dijo a pesar de que por la expresión en su rostro aquello no parecía ser cierto, no, definitivamente no había ni un poco de alegría en sus ojos.

–…..– Fye no respondió, continuó mirándolo, el cabello negro y largo que siempre se encontraba perfectamente cepillado ahora estaba descuidadamente atado en una coleta baja, en sus ojos se observaban unas evidentes ojeras además de que estaban rojos e hinchados, observó la ropa casual que vestía llamándole la atención pues el hombre jamás había vestido completamente de negro.

El mayor se acercó cerrando la puerta tras sí, Fye se resintió por ello, esperaba que Yuui entrara tras su padre.

Ashura llamó su atención acariciando su mejilla, entonces la pregunta que el mayor sabía que llegaría pero que no quería escuchar, surgió.

–¿dónde está Yuui?

–…….– y eso bastó para que los ojos del mayor se volviesen acuosos, apartó la mano, realmente había querido ser fuerte pero ¿cómo serlo? dolorosos sollozos nacieron –perdóname– suplicó mientras ocultaba su rostro sobre las piernas del menor –perdóname– los sollozos se intensificaron en un lastimero llanto mientras no dejaba de repetir lo mismo.

Fye le miró, al principio asustado, luego lleno de preguntas ¿por qué lloraba? ¿por qué le pedía perdón? ¿dónde estaba Yuui? pero no pudo formular ninguna.

–no lo supe cuidar, perdóname, perdóname, perdóname– balbuceaba desesperado.

Fue claramente como si alguien le golpeara directo en el estómago, no entendía cómo pero lo que sí estaba claro era que Yuui no iba a entrar por esa puerta para decirle que fuesen a jugar juntos, no ese día, ni el siguiente…. ni ningún otro. Yuui, su Yuui, no volvería…. Su blanca manita se posó sobre la cabeza de su padre, preguntándose a quién le pedía perdón realmente; a él por la pérdida de su hermano o a el mismo Yuui reflejado en sus facciones, o tal vez a ambos…

No le preguntó qué era lo que había pasado, tan sólo estuvo ahí, en silencio, dándole aunque fuese un poco de apoyo, por más pequeño que éste resultase. Una vez que su padre se tranquilizó un poco le contó que llevaba muchos días inconsciente a causa de su enfermedad y que, en uno de esos días, mientras él salía rápidamente a la oficina, Yuui había salido fuera de casa. Había organizado una búsqueda de inmediato y había reportado a las autoridades su desaparición, buscaron durante todo el día, estaba cayendo una helada.... también buscaron durante toda la noche pero no pudieron encontrarle.... no hasta el día siguiente en un parque al cual jamás habían visitado antes… ya sin vida.

 

Aquella noche Fye la pasó llorando en silencio, estaba dolido y molesto con Yuui, nunca antes habían salido de casa solos más que para jugar en el jardín de enfrente y mucho menos habían hecho nada sin el otro, no lo entendía, ¿por qué Yuui había hecho algo sin él? ¿por qué lo había dejado atrás? ¿por qué razón salió solo de casa? ¿a dónde iba? y más importante aún ¿por qué lo había abandonado? su otra mitad estaba muerta, no existían palabras para describir la sensación, ni el dolor o la rabia que en aquellos momentos sentía.

 

End Flash Back

 

 

Con su mano apartó una lágrima que rodaba por su mejilla, respiró hondo y entró en su habitación, una sonrisa apareció en su rostro apenas observó a Kurogane leyendo el libro de “nombres y sus significados” mientras le esperaba en la cama.

–¿cómo va la búsqueda?

–mal, es…. complicada– confesó –¿cómo sabré cuál es el correcto?

–tan sólo elige el que más te guste– dijo mientras se metía bajo las sabanas.

–……..– suspiró con pesadez, realmente era algo complicado ¡hablaban del nombre de su hijo! lo que lo identificaría con el mundo, lo que le serviría de base para hacerse todas esas preguntas filosóficas sobre quién eres y demás ¡no podía tomarlo a la ligera! era una gran responsabilidad, o eso pensaba él.

Desistió por el día de hoy, así que apagó las luces y se acomodó para dormir, o al menos lo intento, Fye se movía insistentemente de una posición a otra cada vez más desesperado, prefirió fingir que estaba dormido ya y esperar a que pasara realmente, pero eso también era complicado y se volvió aún más complicado cuando los sollozos de frustración tan lastimeros le hicieron volverse al rubio inevitablemente como tantas otras noches durante el embarazo del rubio.

 –no puedo dormir, no es cómodo de ninguna forma– chillo desesperado.

–…….– pareces un niño, eso quiso decir pero no quería terminar haciendo enfadar al padre de su futuro hijo, se preguntaba si ahora que Yuui se había reconciliado con él le aceptaría en su cama, aunque, seguramente si hiciera eso y se fuera a dormir a la habitación de Yuui para poder dormir tranquilamente aunque fuese por esa noche Fye terminaría enfadándose ¬.¬ suspiró en silencio, tan sólo era un hombre agotado física y mentalmente que quería dormir TT.TT alcanzó al rubio y le acuno en sus brazos intentando consolarle, no más hijos después de éste, pensó y se convenció mentalmente….

 

 

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https://youtu.be/xb1dKY8NFIQ ]

 

Te me vas, saludándome

Desde un sitio que….

Desierto está sin ti

 

El viento jugaba con sus rubios cabellos, sus ojos estaban fijos en la lápida que tenía el nombre de su gemelo grabado en ella, hasta cierto punto observó con indiferencia, estaban ahí para despedirse de Yuui pero, realmente no creía que ahí se encontrara su hermano.

 

Te me vas de aquí

Tus ojos veo brillar

Lento se convertirán

En nubes de cristal

Así me acordare de ti

 

Observó a su padre cambiar las flores, seguramente aquellas serían las ultimas que tendría en mucho tiempo. Ashura lo había decidido, que no era lo más sano seguir viviendo en la casa que guardaba los recuerdos de su hijo, es decir, la mancha de pintura en la pared, el jarrón unido con pegamento en el recibidor, el escondite favorito, las risas atrapadas, el salón de juegos y las fotografías en cada portarretratos de la casa… por lo que decidió venderla y que él y Fye se fueran del país.

 

Te digo adiós

Y así me despido

Hay tanto de ti

Que siento ahora mío

 

–……..– el mayor acarició la lápida como si aquel gesto pudiese llegar hasta Yuui. Irían a vivir a Japón y con esto no quería decir que lo abandonaban, tan sólo estaba buscando desesperadamente la forma de salir de aquel abismo que amenazaba con consumirle a él y a Fye.

 

 Si hay paraíso,

Apuesto que sí,

Envuelto en el cielo

Quizá estés ahí

 

Los dos observaron de nuevo el grabado y tal vez, sólo tal vez, en ese mismo instante, Yuui a su lado, hacia lo mismo.

 

Ya te vas

Dejándonos así

Pensando como reprimir

EL último latir

 

Pero no (pero no)

Tu tren ya se marcho

 

Su nueva vida en Japón comenzó, su casa era ahora más pequeña que la anterior, las fotografías fueron guardadas en una pequeña caja que no volvería a ser abierta, al menos no en mucho tiempo. Ambos se apoyaron el uno al otro dándose amor y afecto, parecían ir sobrellevándolo, sin embargo no volvieron a mencionar el nombre de Yuui o algo referente a su antigua vida tampoco, así como dejaron de festejar el cumpleaños de Fye ya que al hacerlo sería inevitable evocar el recuerdo de su gemelo.

 

Te digo adiós

Mas no me despido

La nostalgia de ti

Inunda el vacío

 

Y sin embargo, cada noche, cuando Fye ya no le miraba, Ashura parecía quebrarse, tomaba ambos colgantes en su cuello y los acariciaba en busca de recobrar el valor para no derrumbarse y seguir luchando por Fye, llorando hasta que el sueño parecía al fin apiadarse de él y le llevaba lejos, al mundo del olvido y, cuando tenía suerte, a sueños donde sus dos hijos estaban con él.

Fye parecía ir cada vez mejor, volviéndose poco a poco más sociable, conociendo amigos, presentándose como hijo único, no porque negara a Yuui, sino porque sabía que no podría decir que tuvo un hermano y que ahora ese hermano estaba muerto.

Pasaron 7 años hasta el día en el que su padre decidió que estaban listos, tomó la caja y, con los ojos húmedos y una sonrisa, comenzó a perderse entre los recuerdos felices que traían esas fotografías, Fye también comenzó a observarlas y por primera vez al mirar a ese pequeño rubio tan parecido a él se sintió ajeno a él…

 

En cada recuerdo

Presente estarás

Y en cada consejo

Ahí vivirás

 

Tomó algunas de las fotografías que le dio su padre y realizó una especie de collage, con cuidado uno de sus dedos acarició la mejilla en el papel…

–Yuui… lo siento– sonrió –te extraño.

 

Te digo adiós

Saluda al señor

Ser amigo tuyo

A sido un honor

 

 

Notas finales:

Próximo cap33# Lo que mal empieza… puede que termine bien.


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