Cap34# Entre el pasado y el presente: intentando dar pasos hacia el futuro.
Abrió los ojos pesadamente e intentó averiguar en qué lugar se encontraba, por las medicinas en algunos de los estantes de la habitación bien podía ser una enfermería y, por el aspecto hogareño que le daban las maderas de las paredes supuso que aún se encontraban en el campamento.
–¿te sientes mejor?
–¿¡…….!?– Kuro dio un respingo pues no había notado la presencia de Doumeki –s-sí ¿qué me….?
–estabas ardiendo en fiebre, afortunadamente te trajeron a tiempo.
–¿me trajeron? ¿quié….?
La puerta se abrió llamando la atención de ambos jóvenes, Watanuki entraba con un pequeño florero con flores silvestres y detrás de él caminaba su rubio compañero, Fye.
–^^ hola– el rubio saludó y se acercó a su cama –¿cómo te sientes?– preguntó mientras una de sus manos iba directo a la frente de Kuro –parece que la fiebre ya bajo, fiuu ^^ que alivio.
–………– Kurogane le miró un tanto sorprendido por la acción del otro.
–fue él quien te trajo aquí– mencionó Doumeki.
–¿eh?– el moreno se sorprendió aún más, ahora recordaba un poco de aquellos sucesos después de que la lluvia parara y ellos retomaran camino rumbo al campamento, o bueno, que Fye le ayudara a volver.
–te traje esto– le dio una bolsa de regalo y una tarjeta que decía: mejórate pronto.
–nosotros los dejamos, ahora volvemos– dijo Wata dando pequeños empujoncitos a Doumeki para que salieran de la enfermería.
–gracias– dijo una vez que estuvieron solos, muy incómodo con la situación, Fye siendo amable con él era, demasiado… ¡raaaaroooo!
–¿no vas a abrirlo?– preguntó ladeando su cabeza inocentemente.
–eh, s-sí– el moreno comenzó a abrir la bolsa –¿eh? ¬.¬¡– una enorme gota apareció en su cabeza, el rubio comenzó a reír a carcajadas, Kurogane sintió deseos de tomar su “regalo” y lanzárselo en la cabeza.
–jajaja– reía tanto que hasta algunas lágrimas escaparon de sus mejillas.
–….. U.U …………. u.u#
–jaja… ¿t-te gustó?– preguntó con dificultad a causa de la risa.
–…….– le miró muy feo y “sonrió” –por supuesto, en mi vida me habían dado uno siquiera.
– ^^ ya lo sabía. No tienes nada que agradecer ^^ –dijo muy orgulloso.
–¬.¬ no, claro, no me imagino todo lo que te abra costado encontrar tan hermoso trozo de corteza y además cubierta de flor verde. Por eso, insisto, “muchas gracias”
–^^ eres el mejor, lyubimys
–¬.¬ ¿y eso que es?
–no lo que piensas– antes de que el moreno continuara con sus quejas sarcásticas le metió una paleta a la boca –es tu culpa por no pensar que en un lugar en medio del bosque y áreas naturales lógico no hay una tienda de regalos.
–¿¿…..??– miró la paleta dentro de su boca ¿¡quién creía que era!? ¿¡un niño!?
–buen chico ^^ –mencionó el rubio dándole unas palmaditas sobre la cabeza –me tengo que ir, volveré más tarde a ver cómo estas lyubimys, ¡Do svidaniya!
El rubio se despidió animadamente desde la puerta y salió de la enfermería, el moreno no tuvo más remedio que consumir su paleta, tomó su “regalo” y lo colocó con mucho cuidado sobre el buro, ya le parecía extraña tanta amabilidad por parte de Fye.
El campamento terminó, y para sorpresa de muchos, lo hacía con un buen resultado para la relación de los ya considerados “eternos rivales”, aunque en un principio del campamento no se haya vislumbrado de esta manera y es que, luego de una infantil apuesta que el rubio se negó a cumplir y que el moreno le lanzara a fuerzas al lago en el cual tenían estrictamente prohibido entrar debido a sus bajas temperaturas ¿quién lo hubiera dicho? el moreno terminó muy enfermo luego de una fuerte lluvia en la que Fye le ayudó a regresar al campamento y después el rubio estuvo muy al pendiente de su recuperación, sin duda había un lapsus en esos eventos en los que “algo” había pasado para cambiar por completo la relación de enemistad entre esos dos pero nadie sabía qué, nadie imaginaba que una simple charla mientras se protegían de la lluvia era lo que marcaba aquella visible diferencia, que en realidad Kurogane con su simpleza y sinceridad había cautivado a unos hermosos ojos zafiros.
–Kya!! lyubimys– dijo empalagosamente, estaban en el autobús de regreso del campamento y por “azares del destino” (que no era más que Fye eligiendo asiento) estaban sentados uno al lado del otro.
–¡deja de llamarme así!– gritó Kuro molesto.
–¿no te gusta? entonces qué te parece: sladkij o Krasavchik ^^ te queda mejor
–¡pero no sé qué mierda signifique!
–waaaa gritándome así me darás mucho miedo, lyubimys
–olvídalo– dijo entre dientes, a saber qué insultos le estaría diciendo* el rubio.
La relación de Fye con Doumeki y Watanuki se fue haciendo también más común y amena casi de inmediato, pasaban agradables ratos juntos y hasta podían considerar al rubio como un amigo cercano tanto como Kuro, aunque éste último aún seguía desquiciándose con el comportamiento de su compañero rubio a quién cada vez entendía menos.
–lyubimys ^^
–¬.¬# ¿qué quieres?
–……….– Fye le miró fijamente con esa encantadora sonrisa –creo que…. ty mne nravishsya**– dijo con seguridad.
–¿¿……?? a ¿sí? – evidentemente no le entendió nada.
–jajaja
–háblame en un idioma que entienda!!!!– le gritó y se fue molesto.
–¡lyubimys!
–¿¡qué diablos quieres!? ¿eh? maldición– se dio cuenta de que había respondido a aquel llamado que no era su nombre –joder– musitó y se alejó de inmediato.
El tiempo fue pasando de forma en que cada vez era más notorio el cambio en la relación de ambos, pronto, y para sorpresa de todos, llegó la declaración del rubio.
–tú me…. ¡me gustas!
–¿¡…..!?
Y, aunque para Kurogane aquello fue algo inesperado, coincidió en que el rubio también le gustaba y el resto, fue el comienzo de su inestable relación….
Tiempo actual
Sus ojos se cerraban inevitablemente, sacudió su cabeza, no, aun no podía dormir, tenía que ir a hacer su paseo diario al parque. Sonrió al acariciar su vientre.
–¿estás listo, amor? tenemos que caminar y ejercitarnos ^^ –se incorporó de nuevo con dificultad, ya no recordaba que fuese así de complicado en su embarazo con Yuui TT.TT –y aun te falta crecer mucho, corazón, y entonces podrás jugar con Yuui, ya verás que una vez que te conozca, te amara– dijo convencido.
Fye salió de la casa, observó el auto pero ¡ni de broma! 1° porque quería caminar todo lo posible tal y como le habían recomendado y 2° el maldito auto no se acoplaba a su nuevo cuerpo de embarazado y era súper incómodo.
De pronto vio al pequeño Subaru corriendo en su dirección, el peque lucía muy asustado lo cual alarmó a Fye de inmediato.
–Subaru ¿qué sucede?– el peque se escondió detrás de sus piernas, fue cuando observó a Sayuri quién iba tras el pelinegro con una expresión nada feliz.
–Subaru, ven aquí ahora mismo– ordenó la mujer.
–……– el rubio sintió al pequeño aferrándose a sus piernas –está asustado, quizá cuando se tranquilice yo pueda llevarlo de regreso.
–Me parece que ya habíamos tenido esta charla y acordamos en que tú te ocuparías de tus propios asuntos– dijo la mujer “amablemente” mostrando un evidente desagrado hacía el rubio –¡Subaru!– gritó intentando tomarle por la fuerza pero Fye se interpuso entre ellos impidiéndoselo.
–está asustado– le reclamó, si bien no era su asunto tampoco podía simplemente ignorarlo.
–…….– Sayuri le miró furiosa, se tranquilizó un poco antes de volver a hablar ahora más tranquila –Subaru, si no vienes ahora mismo le diré a tu padre lo mal niño que has sido el día de hoy.
–¡……!– los ojitos del peque se humedecieron, no, eso no. Lentamente fue saliendo detrás del rubio, su cuerpo temblaba visiblemente.
–No– dijo Fye firmemente mientras volvía a interponerse entre el pequeñito y su madre –no creo que haga cosas tan malas para merecer un castigo como los golpes ¡es un niño! las travesuras son normales a su edad y dudo que Subaru haga cosas tan graves.
–por última vez te repito: no te metas dónde no te llaman– dijo agresivamente –¡Subaru!
–…….– el peque caminó hasta ella, Fye se sintió muy frustrado y molesto por no poder evitar que Subaru fuera con su madre, observó como ellos entraban a su casa. De pronto las ganas de ir a caminar se habían esfumado, regresó a la casa decidido, ya había intentado razonar con Sayuri y no había funcionado, entonces se enfrentaría a Seishirou directamente.
Pasó toda la tarde muy ansioso, Kuro y Yuui volvieron a casa pero él no podía dejar de estar intranquilo así que le platicó sus planes a Kurogane.
–yo no creo que Sei….
–sí, sí, “tú no crees que él sea capaz de ponerle un dedo encima”, pero yo lo vi, se aterró ante la mención de decírselo a Seishirou. No podemos dejar que las cosas sigan así.
–eres un metiche.
–¡Kurogane!
–de acuerdo, vayamos hoy mismo en cuanto él llegue, ¿sí? ¿te sientes más tranquilo así?
–un poco, sí.
El auto de Seishirou se estacionó frente a su casa pero antes de poder entrar el saludo inesperado de sus vecinos le hizo detenerse.
–Kurogane, Fye, hola ¿puedo ayudarlos?– preguntó extrañado, era ya bastante tarde para tratarse de una visita de cortesía.
–hola, Seishirou, nosotros, veras….– el moreno no sabía cómo abordar el tema de manera sutil.
–queremos decirte que no creemos que la violencia sea manera de educar a un niño– habló Fye firmemente y muy molesto, Kuro le miró sorprendido por su falta de tacto.
–eh… aja– respondió arrastrando las palabras sin entender a dónde quería llegar Fye.
–yo sé que no tengo derecho a meterme en la forma en que hayan decidido educar a su hijo pero, realmente creo que un niño de 4 años haga algo tan malo como para que sea castigado de esa manera– dijo Fye, un poco más tranquilo.
–……– Seishirou le miró en silencio.
–la otra ocasión vi las marcas en su cuerpo y, me parecen excesivas
–alto, alto. No estoy entendiendo nada– le interrumpió Seishirou.
–¡hablo de Subaru!– soltó Fye exasperado.
–Nosotros no le pegamos a Subaru.
–yo vi las marcas– le acuso el rubio, Seishirou hizo una cara interrogante, si continuaban por ese camino Fye terminaría cacheteando a su vecino así que Kuro decidió intervenir.
–la vez que Subaru se quedó en nuestra casa Fye les dio un baño a él y a Yuui y en su cuerpo– dijo un poco forzado ¡por todos los cielos! si alguien llegase y le hablaba del “cuerpo” de su hijo sin duda lo molería a golpes y le cortaría su… algo, en fin –había marcas de golpes y se evidenciaba que no era la primera vez.
–¡¡…..!!
–y esta mañana fue en busca de ayuda, estaba aterrado– volvió a decir Fye acusadoramente.
–…….– Seishirou pareció perderse en sí mismo antes de reaccionar y caminar apresuradamente a su hogar seguido por los otros dos quienes ahora eran los confundidos. El pelinegro observó a su mujer y de inmediato se dirigió hasta su pequeño que estaba sentado frente a la mesa.
–¿¡qué haces tú aquí!?– preguntó la mujer alarmada al ver a Fye.
–¿papi?– preguntó Subaru.
–………– Seishirou le cargó y sin aviso comenzó a levantarle la ropa para revisar su espalda donde encontró nada, luego y sin consideración bajó los pantaloncitos de su hijo junto con la ropa interior, encontró unas recientes marcas rojas surcando la piel además otras marcas más amorotonadas. Su vista se elevó hasta Sayuri clavándose en ella.
–¿papá?– preguntó asustado y un tanto sonrojado por tan vergonzosa posición.
–……– volvió a bajar al pequeño y le ayudó a colocarse la ropa –Su, acompaña a Fye y a Kurogane a su casa ¿vale? mamá y yo tenemos que hablar– dijo tremendamente serio.
–Seishirou yo…..– Sayuri intentó hablar pero la gélida mirada que le dedicó Seishirou se lo impidió.
Fye y Kurogane parecieron comprender entonces, así que Seishirou no sabía nada. Fye se acercó a Subaru para tomarle de la mano y lo llevó con él a su casa.
–¿cómo te atreviste a tocar a mi hijo?– dijo completamente frio y furioso, dispuesto a acercarse a ella con fines totalmente hostiles pero Kuro se lo impidió.
–tranquilízate, ahora estás muy alterado– dijo el moreno interponiéndose entre ambos.
–¿¡cómo pudiste!? ¡es tu hijo maldita sea!– gritó.
–¡¡pero lo odio!!– soltó Sayuri.
Ambos hombres quedaron atónitos ante la respuesta.
*Fye ha estado llamándole lyubimys/cariño, sladkij/dulce, Krasavchik/guapito.
** ty mne nravishsya: me gustas