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Una palabra: "paternidad" 2 por Haku1008

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Notas del capitulo:

Hola TT.TT

Buuua¡¡¡ toy sufriendo, estúpido y sensual amor de mi vida TT.TT

Amm bueno, ACLARACIONES: hay varios cambios de escenario, algunos marcados, en otros sentí que no había necesidad de hacerlo así que no los marque pero de igual modo vayan con cuidado.

Sin más todo suyo…              

Cap37# EL color que tiñe las flores del cerezo

 

–¡Cinco!– gritó el rubio –uno, dos, tres, cuatro, cinco– contó en voz alta mientras movía su avatar en aquel juego de mesa –¡¡ganamos!!

–Este juego no me gusta– dijeron Kuro y Yuui al unísono mientras se cruzaban de brazos.

–ganaaaaaaaamos y ustedes perdieeeeeron y nosotros ganamos– Fye canturreaba su canción de la victoria.

–¬.¬

–u.u

–soy el meeeeejooooor y ustedes nooo

–u.u no volvede a jugar esta cosa

–u.u# yo tampoco

–tienen que aprender a ser buenos perdedores, oh, es verdad, ¡¡perdedores!!

–bien, es tarde, a la cama– dijo Kuro comenzando a recoger las sobras de las botanas que habían estado consumiendo.

Yuui accedió de inmediato, lo prefería a seguir escuchando la canción de la victoria de su Fye-mami.

–aww, perdedores– se quejó Fye pues quería seguir celebrando, pero al igual que Yuui enfiló a su habitación y apenas se recostó sobre la cama quedó profundamente dormido…

 

Un nuevo día. Misma rutina. Desayuno. Mandar a Yuui al preescolar… ¡¡Yuui al preescolar!! abrió los ojos sobresaltado ¡no podía ser! ¡se le había hecho tarde!.

–¡Yuui!– llamó agitado mientras entraba a la habitación de su peque para despertarlo y alistarlo, sin embargo encontró al rubiecito ya levantado y con su uniforme puesto.

–etoy listo– dijo muy responsable.

–^w^ no te quedaste dormido, bien. Pero…– se acercó y cepilló los desordenados cabellos de su peque, acomodó la bata y el gorrito de Yuui –perfecto ^u^

Ambos salieron a desayunar lo que Kuro les había preparado para ese día, Fye preparó el almuerzo para Yuui y finalmente los tres se despidieron, de Kuro lo hizo con un beso en los labios, recordándole además llevar consigo el libro de nombres; el cual el moreno ya había leído dos veces sin convencerse aún por un nombre; de Yuui se despidió con un beso en la frente y a su vez Yuui dejó un beso en la mejilla de su Fye-mami.

Cuando Fye quedó solo en la casa se alistó también para salir, ya tenía 7 meses de embarazo y lucía tiernamente su estado de gravidez.

–ya casi– le susurró dejando una caricia para su bebé –te va a gustar el sol en tu cara, correr por el pasto, conocer a otras personas, conocer a todos tus tíos, a tus abuelos, a mí, a Kuro ^u^ y a Yuui.

Salió rumbo al parque para su paseo matutino, pensaba que extrañaba el trabajo pues no tenía gran cosa que hacer en casa y a Yuui lo llevaba y lo recogía Kurogane ya que él no podía manejar. Suspiró resignadamente, tenía que estar disfrutando su bonito día y no pensando en que le gustaría volver al trabajo, eso ya lo haría en su debido momento, pensó dibujando una hermosa sonrisa en su rostro.

Llegó al parque y tranquilamente paseó haciendo una que otra parada para descansar, cuando creyó que había sido suficiente decidió volver a casa, sin percatarse de que una rencorosa mirada se posaba sobre él.

Detuvo su camino antes de cruzar la calle cuando el semáforo cambió a color verde, esperando al nuevo cambio de color para poder cruzar seguramente, estaba tan absorto en sus pensamientos que no se percató que alguien se paraba justo detrás de él, demasiado cerca… después todo pasó muy rápido, sintió cómo le arrempujaban por la espalda y el cómo su cuerpo trastabilló hacia adelante adentrándose en la carretera.

El conductor al darse cuenta intentó frenar pero fue demasiado tarde, el cuerpo del rubio se impactó contra el cofre antes de caer inconsciente sobre el pavimento.

 

 

El estruendoso ruido alarmó a todos y por ende volvieron su mirada a donde el rubio se encontraba.

–¿etas bien, mi estrella?– preguntó Eiji preocupado, de pronto Yuui se había quedado estático observando a la nada, el botecito con crayolas que traía en sus manos había terminado estampado contra el suelo regando todo su contenido.  

–…..

–¿Yuui?

–¿eh?– el peque le miró y se dio cuenta de que Eiji no era el único fijando su atención en él sino que todos sus compañeros le observaban curiosos, casi al instante notó la razón, se inclinó para recoger su botecito comenzando a reunir las crayolas de nuevo, Eiji se inclinó también para ayudarle.

–¿etas bien?– volvió a insistir el castañito –te ves… daro– le susurró.

–s-sí– murmuró pero, tenía una extraña sensación, por alguna extraña razón la imagen de su rubio progenitor apareció en su cabeza –Fye-mami.

 

 

 

–¡¡suéltenme!! ¡¡déjame!!– gritaba la mujer intentando desesperadamente liberarse de aquel fuerte agarre que le propinaba aquel desconocido.

–usted lo hizo a propósito, lo arrempujó contra el auto– decía el hombre que la sostenía para que no escapase, varias personas se habían reunido para observar la trágica imagen.

El conductor del auto estaba en shock.

La policía llegó al tiempo que la ambulancia, la mujer fue arrestada y las personas reunidas atestiguaron  lo que vieron. Los paramédicos se encargaron de inmediato de subir al rubio en una camilla.

–signos vitales bajos, ha perdido mucha sangre– declaró uno de los paramédicos.

–El saco amniótico se rompió pero amortiguo el golpe, hay que sacar al producto o será tarde– anunció una segunda paramédico.

–Calculo que es demasiado prematuro, dudo que la criatura resista y probablemente ni siquiera sobreviva.

–¿estás diciendo que dejemos morir al feto?

–estoy diciendo que no tiene caso arriesgar la vida del progenitor.

Llegaron al hospital y de prisa trasladaron al rubio. Los paramédicos se encargaron de dar los signos al médico que tomó el caso y éste preguntó si nadie le acompañaba.

–No, aun no contactan a su familia pero están en eso.

–rápido, al quirófano.

 

 

 

 

Su teléfono comenzó a sonar, le extrañó pues el número marcaba como privado, el moreno respondió.

–¿sí?..... sí, sí lo conozco, soy su pareja ¿qué pasa?– preguntó angustiado y en cuanto le mencionaron la palabra “accidente” sintió que todo a su alrededor se volvió agua.

 

Corría agitadamente por el hospital, preguntó por el rubio en la recepción y le dijeron que aún no había noticias y que tenía que esperar en la sala de urgencias, Kurogane caminó hasta ahí sintiéndose completamente fuera de su cuerpo, completamente desesperado por dentro pero mostrando fortaleza por fuera. El tiempo que esperaba sin tener noticia alguna le pareció eterno y apenas atinó a llamar a Yuko y contarle con torpes palabras que afortunadamente la mujer supo interpretar.

Al cabo de un rato un oficial llegó preguntando por él, el hombre le explicó lo ocurrido (que conocía gracias a los testimonios) y enseñándole una fotografía le preguntó si él y su pareja conocían a esa mujer, el moreno la reconoció como Sayuri, su antigua vecina. Debió dejar que Seishirou le matara, fue el primer pensamiento que cruzó por su mente. El oficial le explicó que con los testimonios reunidos seguramente lograrían darle pena por intento de homicidio, pero en aquel preciso instante a él no le importaba aquello, su único pensamiento eran Fye y su bebé anudado a la ferviente esperanza de que estuvieran bien. El oficial se retiró y él continuó con la agonía de esperar por noticias.

Marcó el número de Seishirou.

–Soy Kurogane

–¿pasa algo? te escucho…

–… puedes hacerme el favor de ir por Yuui al preescolar y llevarlo a tu casa– le interrumpió.

–sí, claro ¿pero qué pasa?

–te explico más tarde.

–de acuerdo, yo me encargo, no te preocupes.

Colgó, sentía un nudo en la garganta que le impedía hasta respirar.

–¿Familiar del joven Flowrite?– preguntó el médico encargado de Fye.

–sí, soy yo– respondió con ansiedad interrogando al hombre con la mirada.

–Intentamos hacer lo posible por salvarlos a ambos pero su estado era muy delicado– comenzó a explicar seriamente.

–…..–  Kurogane intentó formular una pregunta pero no pudo.

–el joven Flowrite había perdido mucha sangre, además de que llegó con varias contusiones y… lo siento mucho, entró en coma.

–……– no supo cómo es que consiguió seguir en pie –¿y…?

–fue niño– respondió el médico adelantándose a su pregunta –pero nació muy débil, además de que es prematuro. Le seré franco, no creo que ninguno de los dos pase la noche.

–……..– las palabras se le clavaron como cuchillas filosas mientras una y otra vez se repetían en su cabeza y su significado no tardó en golpearle directo en el rostro, se sintió mareado.

–en unos momentos trasladaran al joven Flowrite a una habitación y al niño a los cuneros– le extendió una pulsera* de goma azul con un adhesivo pegada a ella, en el adhesivo se apreciaban unos números, además de traer el nombre de Fye y algunos datos del bebé –lo siento mucho– dijo y se retiró.

–…….– lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas, no lo creía, no quería creerlo, todo aquello debía tratarse de un mal sueño, no podía estar pasando, no a su familia, no a su Fye…

Al primero que pudo pasar a ver fue al bebé, era el único que no estaba en un cunero, estaba en una incubadora con montones de aparatos conectados, sonrió con tristeza al verle por primera vez, una ternura muy grande le invadió al igual como lo hizo el dolor; era tan pequeño, más que cualquiera de los recién nacidos, tenía una suave matita de cabello negro y piel clara, sus pequeñas extremidades no se movían ni tampoco abría sus ojitos, si no fuese por las maquinas que indicaban su apenas perceptible palpitar incluso podía pensar que estaba…. No. No quería pensar eso. Su mano acarició el cristal mientras que observaba la máquina que le ayudaba a respirar y más lágrimas silenciosas descendieron de sus ojos. No, así no es como deberían de haber ocurrido las cosas, su llegada tenía que haber ocurrido de una manera feliz y segura, habría dado su primer llanto al mundo y el aire natural debía de haber llenado sus pulmones, luego descansaría entre los brazos de Fye y él le acunaría con torpe inexperiencia.

–no te puedes ir, tienes que luchar– le pidió.

 

Para cuando salió a la sala de esperas pudo ver a Yuko, Doumeki y Watanuki esperando. El moreno se acercó a ellos y sacando fuerzas de quién sabe dónde les explicó lo que sabía. Yuko le abrazó, no se lo esperaba pero lo agradeció en silencio.

–llamamos a Sakura y a Shaoran.

–mhm, yo… tengo que llamar al padre de Fye– su voz se cortó al pronunciar el nombre del rubio, la mujer le quitó el teléfono.

–yo me encargo

–gracias….

Una enfermera se acercó y le avisó que ya podía pasar a ver al rubio, Kuro limpió todo rastro de lágrimas y se encaminó al cuarto que le indicaron, respiró hondo antes de atreverse a entrar.

Fye permanecía inconsciente sobre aquella camilla, agujas atravesaban su muñeca y su antebrazo, una con suero y otra con sangre, además de que tenía puesto un respirador artificial, en su piel se vislumbraban algunos hematomas…. se acercó a él y tomó su mano, de nada le sirvió fingirse fuerte pues las lágrimas comenzaron a descender de nuevo.

–no es justo… no es justo. No te atrevas a irte, no te atrevas a dejarme, no ahora…

  

oOoOoOoOoOo

 

Observaba la casa con cuidado, todo le parecía un tanto extraño pero a la vez muy elegante, además de que era más grande que su casa.

–¿y eso? ¡no me digas que también es tuyo!– dijo burlonamente un hombre de cabellos negros y ojos rojos.

–No, Fumma. Él es Yuui, Yuui él es Fumma, mi hermano– presentó Seishirou.

–¿a este si me vas a dejar sacarle jugo? es monísimo– dijo mirando a Yuui  atentamente de pies a cabeza

–…….– Yuui encarnó las cejitas, no entendía de qué hablaba aquel hombre.

–la misma advertencia que te hice respecto a Subaru se aplica a él– señaló a Yuui, Fumma resopló –¿por qué no van a jugar, niños?

Subaru y Yuui se alejaron hacia algún lugar de la casa.

–tu tío es daro– mencionó Yuui

–lo sé– respondió Subaru con una muequita.

–¿etas tiste?

–estraño a mi mami, hace mucho que no la veo– dijo con tristeza reflejada en sus ojitos verdes.

–……..– Yuui hizo una muequita, conocía la sensación de extrañar a tu mami, después de todo vivió algo similar cuando fue a vivir por primera vez con su Kuro-papi, tomó la mano del menor y le sonrió –vedas que vendrá a vete cuando menos lo espedes

–…. gracias– le sonrió.

–¿quieres jugar con mi PSP?

–¡hum!– dijo más animadamente.

 

 

Salió del cuarto de Fye únicamente porque le pidieron que lo hiciera, al perecer tenían que cambiarle los vendajes al rubio, Yuko se le acercó de inmediato.

–No le dije todos los detalles pero Ashura tomara un vuelo lo antes posible

–Gracias, Yuko– dijo perdido, ido, no podía ser aquella su realidad.

–Toma– Doumeki le pasó un té, Kuro lo tomó e intentó dar sorbos pero le era difícil.

–…….

Cada minuto que pasaba era una agonía, una vez que le permitieron entrar de nuevo Kurogane volvió con Fye y Yuko fue al área de los cuneros para estar al pendiente del bebé.

oOoOoOoOo

 

–… no lo puedo creer– dijo Seishirou completamente molesto –sí, no te preocupes, lamento mucho que…  sí, lo sé, no te preocupes, lo cuidare bien… sí, espero que todo salga bien– alejó el teléfono de su oreja –Yuui es tu papá

–¿eh? ¡Kudo-papi! – dijo el pequeño emocionado y tomó el teléfono –hola

–hola ¿cómo te la estás pasando?

–bien, jugué con Subaru y comimos pizza ¿ne, ya van a venir po mí?

–…. aún no. Vas a quedarte ahí esta noche, una pijamada, te gustan ¿no?

–hum… ¿y Fye-mami?

–……….– de nuevo el nudo en la garganta –…. en el baño, tengo que colgar. Recuerda que te amamos.

–hum, y yo a ustedes– le devolvió el teléfono a Seishirou –Kudo-papi dijo que me quedadia con ustedes ¿ne? ¿puedo?

–Por supuesto– Seishirou acarició los rubios cabellos y Yuui corrió con Subaru para contarle la buena noticia –….

–¿qué pasa?– preguntó Fumma quien pasaba por ahí con una cerveza en las manos, la expresión de su hermano era demasiado seria.

–Sayuri está arrestada

–¿¡qué!?

 

 

Su mano sostenía con fuerza la ajena aferrándose a él, esperando a que el rubio despertara porque, no le importaba lo que le dijeran los médicos, Fye despertaría, Fye no lo abandonaría,  no de nuevo, ni a Yuui, ni a… su pequeño bebé, porque él también tenía que estar bien, ambos tenían que mejorar.

La noche le pasó pesada y lleno de miedo de que en cualquier momento los perdiera, pero no, ambos (Fye y su hijo) habían pasado la noche, sin mejoría o cambio alguno pero habían pasado las expectativas de los médicos. Kuro salió a la sala, Doumeki y Watanuki habían pasado la noche ahí y Yuko seguramente continuaría con el bebé.

–Deberías ir a comer algo– sugirió Doumeki.

–no, no podría…

–… lo necesitas– Watanuki le tomó del brazo –tienes aquí desde ayer sin probar bocado, vayamos a la cafetería y Doumeki se quedara con Fye

Kurogane realmente no quería ir, ni siquiera sentía hambre pero Wata se mostró realmente muy insistente así que accedió. Apenas si probó unos cuantos bocados de su comida, se tomó un café y regresaron. Sakura y Shaoran habían llegado, la chica fue a abrasarle de inmediato, en sus ojos había rastros de haber llorado, por su parte Shaoran le dedico una mirada de apoyo mientras sostenía a Hai-Lin en brazos que dormía profundamente. Luego de ello Kuro cambió de lugar con Yuko para que la mujer fuese a comer algo, el moreno llegó con su bebé y las ganas de desmoronarse y llorar volvieron pero no quería hacerlo, no delante de su pequeño, quería trasmitirle fortaleza y seguridad para que su pequeño luchara y se aferrara a la vida.

–todo estará bien– le susurró, pero el pequeño no se movía ni un poco siquiera, observó los aparatos que le mantenían con vida –todo estará bien.

 

 

Por la tarde Seishirou fue al hospital, no tuvo que preguntar cómo se encontraba Fye, la cara del moreno se lo dijo todo.

–¿cómo está Yuui?

–me preguntó a qué hora pasarían a buscarle pero le dije que en la noche los llevaría al cine a él y a Subaru y que les pediría permiso a ustedes, de inmediato accedió contento.

–gracias por todo, yo…

–…. no tienes que hacer eso.

–……

 

oOoOoOoOoOo

 

–¡cine! ¡cine! ¡cine!– repetía Yuui emocionado

–¿por qué tengo que ir yo?– se quejó Fumma

–Necesito que me ayudes a cuidarlos– decía Seishirou mientras le colocaba un suéter a Subaru.

–¿y cuál veremos? – preguntó el ojis-rojos aun nada convencido

–¡Frozen!– gritaron Subaru y Yuui al mismo tiempo.

–¬.¬ genial

–camina Fumma y no te quejes.

 

 

oOoOoOoOoOo

 

–Deberías ir a dormir– sugirió Yuko –Doumeki y Shaoran pueden encargarse esta noche y mañana regre…

–…. no. No los voy a dejar– la interrumpió.

–entiende, tu cuerpo no lo resistirá

–lo hare, no los voy a dejar

–Terco– dijo molesta –tienes que descansar un poco

–no me iré– dijo firmemente, renuente a la idea de alejarse de cualquiera de los dos, temía que ambos lo dejaran mientras él no estaba cerca, eso jamás se lo perdonaría así mismo.

Yuko suspiró con pesadez antes de que ella, Sakura con Hai-Lin y Watanuki, volvieran a su casa para descansar, el día siguiente volverían para reemplazar a Doumeki y a Shaoran… el moreno regresó a la habitación de Fye y tomó su mano.

–vas a despertar, lo sé.

 

 

 

 

 

 

* Se trata de la pulsera identificativa, para que no haya confusiones luego del parto se le asigna una pulsera con el código del registro tanto a la madre como al recién nacido, a éste último se le coloca en el tobillo. Además del código es escrito el nombre de la madre, el sexo del bebé y la hora y fecha de nacimiento por lo que ambas pulseras deben coincidir con la información.      

Notas finales:

Amm algunas autoras ponen algo tipo “no me maten” yo sólo diré que: sé que atropellar embarazados es muy cliché pero era eso o una escena algo sádica con un cuchillo o_o u_u see...

 

Próximo Cap 37# Miedos…


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