Cap38# Miedos…
Se removió en la cama perezosamente, el sol le acariciaba con delicadeza invitándolo a levantarse pero, realmente la comodidad en la cama y lo calientito que se sentía le recomendaron quedarse más tiempo con los ojos cerrados. Sintió la cálida respiración de Subaru sobre su cuello lo cual le causaba cosquillas, sonrió por inercia, se había divertido mucho en casa del pelinegro pero pronto sería el momento de volver a casa, hacía dos días que no veía a sus padres y ansiaba hacerlo, aunque claro, eso significaba que también tendría que ver a la “bola” esa…
***
Su roja mirada se perdía en el pálido rostro de su persona amada, sus labios lucían secos e incluso el cabello rubio parecía haber perdido el brillo que lo caracterizaba, no parecía tratarse de su Fye.
–Buenos días– saludó la enfermera con seriedad.
–……– el moreno soltó la mano de Fye y se incorporó –tengo que salir ¿cierto?
–Por favor, sólo serán unos minutos– dijo amablemente.
–mhm….
Salió a la sala de esperas, Doumeki y Shaoran ya estaban ahí, de inmediato el primero lo abordó –Sakura y Yuko no tardarán en llegar, entonces nosotros nos iremos– dijo Doumeki dejando en claro que al decir “nosotros” lo estaba englobando también a él.
–yo no…
–… ¡estás cansado! y es comprensible– dijo interrumpiéndole –Tan sólo iras a dormir un poco y a tomar un baño, luego de ello podrás regresar.
–no me apartare de ellos– declaró con firmeza.
–ya eh dicho lo que pasará– dijo Doumeki también con firmeza, no es que fuese insensible, tan sólo estaba preocupado de que su amigo colapsara, no había dormido en esos dos días ni se había alimentado debidamente, las ojeras en sus ojos demostraban un cansancio que Kurogane por nada del mundo admitiría.
El moreno estaba a punto de repetirle que no se apartaría ni de Fye ni de su pequeño cuando le vio llegar, entraba apresurado buscándolo con la mirada, en cuanto le vio también se apresuró hacia ellos.
–¿¡dónde está!? ¿¡qué le pasó!? ¿¡dónde está mi hijo!?– Ashura le exigió respuestas, se veía desesperado y alarmado.
–……– Kurogane volvió a buscar fuerza de donde no había para volver a explicar lo que tanto le dolía: el estado sin esperanzas de sobrevivencia de su hijo y las nulas expectativas que los médicos tenían acerca de que Fye saliera del coma.
–¿qué?– preguntó sin voz, la vida de Fye y su nieto peligraban, eso no se lo habían dicho cuando le habían informado del accidente –…..– sin previo aviso su mano se estrelló contra la mejilla del moreno –sabía que no debía dejarlo contigo, ni a él ni a mi nieto– soltó con dolor y rabia.
–…….– No respondió nada, tal vez Ashura tuviera razón…
El mayor pidió entrar de inmediato a la habitación del rubio dejando al moreno atrás. Yuko y Sakura llegaron en ese momento.
–ahora más que nunca necesitas tomar un descanso– le aconsejó Doumeki con comprensión, el moreno simplemente se dejó llevar.
Le dejaron en su casa, Shaoran planeaba quedarse a acompañarlo pero Kuro pidió estar solo, ellos se lo permitieron y se marcharon. Entró como seguramente lo haría un ente sin alma, tomó un baño antes de dejarse caer sobre la cama, su vista perdida pareció posarse en un mueble en la habitación, había llegado apenas una semana atrás por paquetería…
Recordó la sonrisa de infante en los labios de Fye, su mirada ilusionada. El lugar perfecto para su estancia era en la habitación, al menos en los primeros meses, fue lo que le dijo Fye quien no tardó en acomodarla con el dosel nuevo y las cobijitas para su bebé a pesar de que el moreno le dijo que aún faltaba mucho para ello, pero Fye ansioso como se sentía dejó todo perfectamente habitable para el futuro ocupante de aquella cuna.
Una lágrima descendió y se perdió en las sabanas, cerró los ojos dejándose guiar por el cansancio….
Flash Back
Se encontraba en la misteriosa tarea de observar el techo de su sala simplemente tirado sobre el sofá, hacía tres días desde que habían regresado de su viaje a las montañas y aun no tenía claras las cosas del todo, se sentía extraño, había tenido un accidente con Tomoyo y pasó un rato en el hospital, en realidad no tenía heridas graves pero aun así había ido a parar al hospital, Doumeki, Watanuki ¡y hasta Yuko! habían ido a verle, todos menos Fye…. tal vez ya no le preocupaba al rubio.
En fin, habían regresado y el rubio no había cruzado ni una palabra con él, no lo entendía, durante el viaje parecía incluso celoso de Tomoyo y ahora, nada. Tal vez era cierto eso que su padre le decía, que el amor era como un resorte del cual cada uno posee un extremo, se puede estirar, mucho incluso pero, tarde o temprano, si tiras demasiado de éste terminará por reventarse, realmente no quería que eso le haya pasado a su amor.
–Fye…– su nombre escapó de sus labios con añoranza.
El timbre sonó. Suspiró con pesadez y se levantó para ir abrir, su semblante cambió apenas lo hizo.
–Fye
–hola, Kuro…. yo– el rubio desvió la mirada, parecía nervioso –te traje esto– le extendió una bolsa de papel.
–¿qué es?– preguntó tomándola.
–yo… espero que ya te encuentres mejor.
–oh, es por eso….– se hizo un incómodo silencio –¿no será una corteza de árbol, cierto? – bromeó, el rubio rio un poco y negó con la cabeza.
–bueno, tengo que irme. Espero que te guste– dio un paso atrás y dio la vuelta hacia el elevador.
–……– observó el contenido, se trataba de algunos bocadillos dulces –¡espera!
–¿…..?– el rubio se giró.
–…. ¿quieres pasar? podríamos comerlos juntos…
–…. yo– volvió a desviarle la mirada –no creo que sea oportuno.
–¿oportuno? ¿de qué hablas?– preguntó extrañado.
–pues….– sus mejillas se tiñeron tiernamente de rojo.
–anda, ven
–……– el rubio titubeó un poco pero al fin se decidió por entrar.
Ambos fueron a la cocina donde el moreno comenzó a poner agua para el té y colocó los bocadillos en un plato. Fye esperaba frente a la mesa un poco nervioso, Kurogane terminó de servir y se sentó frente al rubio. Comenzaron a comer los bocadillos en silencio….
–Kuro yo/Fye yo– dijeron al mismo tiempo, se miraron y sonrieron.
No supieron exactamente cómo fue que aquello terminó en un beso desesperado y lleno de emociones; miedo, anhelo, felicidad; todas desbordadas en sus labios y en su paladar. Una vez que se separaron sus ojos se gritaron mil cosas, tal vez “te necesito”, “no vuelvas a dejarme” o….
–Soy el único que puede ser tu pareja– soltó de pronto.
–…. ¿qué?– dijo el moreno por demás extrañado.
–que soy el único con el que puedes inscribirte como “pareja”
–…. hm, de acuerdo– coincidió y volvió a besarle, esta vez con más ganas, con amor y ternura… su caprichoso y celoso niño.
De nueva cuenta no supieron cómo, pero ya se encontraban en la habitación de Kurogane, besándose, enredando sus manos, sus cabellos, sus lenguas…. volvieron a apartarse, Kuro tomó la playera de Fye y le miró pidiendo autorización.
–mhm– asintió, el moreno le desprendió de su prenda y una de sus manos se pasó por la blanca y nívea piel, el rubio soltó un suspiro entrecortado, nervioso.
–no tenemos que hacerlo si no te sientes listo, eh esperado todo este tiempo, puedo esperar más– le dijo dulcemente.
–no…. yo… me siento listo– le sonrió nerviosamente, si bien sentía que era el momento de hacerlo eso no quería decir que no sintiera miedo por lo que sería su primera vez.
El moreno pegó el pequeño cuerpo al suyo y le besó despacio, entregándose con calma, mitigando sus miedos, de esa manera una de sus manos fue hasta el zipper del pantalón del rubio.
–¡espera! ¡espera!– dijo Fye apartándose –…. m-me pone nervioso, mejor yo me desnudo– sus mejillas ardieron ante aquella palabra –joder.
–hm, entonces hazlo– el moreno le miraba fijamente en espera de tan glorioso momento.
–…..– Fye lo intentó realmente pero… estúpido Kurogane –¡¡deja de mirarme!! Vete, yo te digo cuando esté listo– por medio de empujones lo llevó hasta el baño –¡y no hagas trampa!
–no lo haré– dice pero la tentación es demasiado grande –nop– se dice así mismo, ya podrá verlo completo y enterito…. respiró hondo y él también comenzó a desprenderse de su ropa.
[[ https://youtu.be/6QfubVvqFDY ]]
Tengo que decir
soy cómplice de un corazón
que sólo pienso en ti,
instantánea conexión de piezas
de un rompecabezas
que completaste en mí
–¡Estoy listo!– gritó Fye.
–al fin– salió del baño en completa desnudes, se sintió muy bien cuando notó que los ojos del rubio dejaron de recorrerle para detenerse en “una parte” en específico, sonrió, el rubio estaba sobre el borde de la cama cubierto únicamente con una sábana –hey, pervertido– le llamó divertido.
–¿¡eh!? o////o no soy un pervertido.
–¿ha, no? – Se acercó y dejó un beso en los labios ajenos, el rubio se incorporó dejando caer la sábana con gracia –sí que eres un pervertido– susurró contra sus labios, unieron sus cuerpos desnudos rosándose con sutileza e inexperiencia.
He de suponer
que no existe otra manera
hoy me enamore
de los pies a la cabeza
siento que es tan perfecto
que sólo te podría pedir…
–tú también eres un pervertido– le dijo una vez que el otro recostó su cuerpo y comenzaba a acariciarle en partes muy íntimas.
–Entonces lo aceptas– dijo divertido dejando un camino de besos en su cuello, sintiendo con agrado como el cuerpo del rubio se estremecía y como sus blancas manos se paseaban por su pecho tímidamente.
–tal vez… sólo un poco– dijo cuándo una de sus manos llegó hasta la entrepierna del moreno y comenzó a acariciarla.
Llévame despacio
cuida los segundos
al besar mis labios
nos espera el mundo
para enamorarnos
que el tiempo no pase
que nada rebase a mi amor
Acariciaron el cuerpo del otro sin restricciones, con evidente inexperiencia pero con tranquilidad, después de todo, sería precioso aprender juntos, aprender a amar… o al menos a tener sexo. Hubo besos repartidos por todas partes del cuerpo y alguna que otra mordida, suspiros inundaron la habitación, jadeos y por supuesto, gemidos.
Llévame despacio
quiero estar contigo
sin equivocarnos
saltar al vacío
pero sin soltarnos
sin apresurarnos
cuidándonos siempre los dos
llévame despacio
–¡ahh! – sus ojos se humedecieron y su cuerpo entero se tensó ante la invasión.
–estás muy tenso, relájate– sugirió con voz ronca, su miembro palpitaba dolorosamente como suplicándole entrar en aquella cavidad.
–lo siento– dijo con un hilo de voz –lo intentaré.
–tranquilo, no pasa nada– le susurró tranquilizadoramente mientras lentamente introducía su dedo en aquella virgen cavidad –¿mejor?
–eso creo… mmmmm– sentirlo moverse y acariciándolo a su paso fue exquisito –sí…
–ahora ira un segundo
El rubio abrió un poco más las piernas, el moreno le besó enredando sus lenguas, haciéndole olvidar que le estaba penetrando con los dedos, manteniéndolo tan sumergido que no notó cuando su mano se alejó de su entrada y fue remplazada por algo mucho más grueso, más hambriento, más húmedo y más palpitante.
No pude evitar
disolverme en tu mirada
voy sin parpadear
a tu lado hipnotizado
siento que es tan perfecto
que sólo te podría pedir…
–…..– Fye tomó su rostro entre sus manos para continuar jugando con sus labios.
–eres mi todo, Fye– susurró tomando en sus manos las delirantes caderas del rubio debajo de él.
–hm, lo sé– dijo mientras uno de sus dedos delineaba el rostro del moreno.
No hubo más palabras, con cuidado fueron convirtiéndose en uno, los gemidos aumentaron de nivel, las lágrimas y el dolor también.
Llévame despacio
cuida los segundos
al besar mis labios
nos espera el mundo
para enamorarnos
que el tiempo no pase
que nada rebase a mi amor
–ah…. d-duele mucho….
–……– el moreno se detuvo, esperando con paciencia, dejando besos sobre los parpados del rubio.
–ah…. ¡ah! – hasta que finalmente estuvo completamente dentro suyo.
–…. ¡mn! – se mordió un labio, joder, Fye era tan estrecho que dolía tanta opresión sobre su miembro… acarició la espalda del rubio y aspiró su aroma.
Llévame despacio
quiero estar contigo
sin equivocarnos
saltar al vacío
pero sin soltarnos
sin apresurarnos
cuidándonos siempre los dos
llévame despacio
–…… – sosteniéndose de los hombros de Kuro dio él mismo la primera embestida, no fue tan dolorosa como imaginó, es más, había resultado agradable, entonces se comenzó a mover con más confianza.
–hm, ah…. Fye– gimió su nombre mientras su mano entrelazaba en los rubios cabellos, de esa manera se sincronizaron, siguiendo el ritmo que su rubio amante marcaba.
–ah…. mmn-ah-ah…. ¡ah!.... Kuro…..ah
Llévame despacio
quiero estar contigo
sin equivocarnos
saltar al vacío
pero sin soltarnos
sin apresurarnos
cuidándonos siempre los dos
llévame despacio
Más besos, placer, retorciéndose entre placenteros espasmos, incluso podrían jurar que habían logrado rosar las estrellas y habían alcanzado un infinito al cual sólo los amantes podían llegar, no, no había nada mejor que estar con la persona que amas y que te ama, en el momento perfecto que ambos han elegido para liberarse de las ataduras del miedo y la vergüenza para poder volar juntos en un cielo que apenas se abre para ellos…
End FlashBack
Sus ojos se abrieron, la clara luz de la mañana ahora estaba teñida de rojo ¡tanto había dormido! se incorporó de golpe y fue precisamente así como llegaron los recuerdos y su realidad, de golpe. El peso en su pecho pareció hacerse notar entonces así mismo como lo hizo la sensación de desarmarse a pedazos.
Lo primero que hizo fue llamar a Yuko, la pelinegra le dijo que no había habido cambio alguno en ninguno de los dos aunque ahora mismo le estaban haciendo algunas pruebas al pequeño y Ashura no se había apartado de Fye, le dijo también que ni se le ocurriera presentarse ahí hasta el día de mañana para relevarlas a ella y a Sakura y que cualquier cambio por pequeño que fuera ella le informaría. Terminó la llamada y se dispuso a comer algo rápidamente para salir.
***
Mecía sus pies uno a la vez, estaba sentadito sobre el sofá del tío de Subaru luego de que Subaru; después de que Seishirou le dijera que hoy tampoco vería a su mamá; se echara a correr fuera de la casa con su padre tras él, así que Yuui esperaba solito a que regresarán. La puerta principal se abrió dejando entrar a alguien que no era conocido para él, era un tipo joven con ropa bastante curiosa para Yuui, el sujeto también pareció notar la presencia del menor.
–Pero qué tenemos aquí– dijo el sujeto para sí mismo al parecer, se acercó al sillón y se sentó muy cerca del rubio –no sabía que Fumma tuviera estas mañas.
–¿¿….??– el peque le miró cual bicho raro, no entendía nada de lo que decía.
–pero hay que reconocer que tiene buenos gustos el muy maldito– el sujeto de cabello teñido de azul posó una mano sobre una de las piernas desnudas del rubiecito (ya que llevaba puesto un short).
–…….– Yuui dirigió la mirada a la mano sobre su cuerpo y vio como ésta comenzaba a subir por sus muslos.
–quizá Fumma quiera compartirte
–¿¿….??– que sujeto más raro, pensaba Yuui, realmente no lo entendía de nada ¿hablaba solo o qué? y ¿qué estaba haciendo?
–…….– la mano comenzó a subir lentamente comenzando a colarse por debajo de la prenda.
–¡no hagas eso!– una mano lo apartó del peque rubio.
–¡oye! no me digas que no quieres compartir– se quejó el peli-azul.
–¿¡compartir!? ¿bromeas? – dijo Fumma –él es intocable, es intocable y si eso cambia tú y yo nos la veremos con Seishirou
–¿Seishirou está aquí? – dijo sorprendido.
La puerta principal volvió abrirse dejando ver a Seishi con un Subaru que sollozaba en sus brazos.
–¡Seishirou!
–Taisei, hace tiempo que no te veía– dijo mientras bajaba al oji-verde –“Su”, trata de entender, por ahora no es posible.
–……..– el pequeño pelinegro continuó sollozando.
–Momento familiar en el que tú y yo estorbamos, vamos Taisei, tomemos una cerveza– Fumma y el peli-azul se fueron a la cocina.
Yuui les miró irse, sí que eran raros ese par, regresó su atención a su amigo Subaru, así que no había conseguido ir con su mami. El timbre sonó, esperaba que ya no se tratase de gente extraña ¬.¬ pero esta vez reconoció la voz que saludaba desde la entrada, su rostro se iluminó y corrió a su encuentro.
–¡Kudo-papi!– se abrazó a sus piernas.
–……..– el moreno le sonrió y acarició los rubios cabellos de su pequeño.
–¿eh?..... – Yuui lo supo, no era la misma mirada, algo estaba fuera de su lugar.
–¿te divertiste?
–eh… hum– asintió y buscó con la mirada… –¿y Fye-mami?
–………– era algo que ya se esperaba pero no creyó que doliera tanto –tuvo que salir, a un viaje, no tardara– mintió lo mejor que pudo.
–…….– Yuui le miró y le creyó, porque era su Kuro-papi quien se lo decía después de todo.
Ellos volvieron a su casa, Yuui le contaba todo lo que había hecho en esos días, estaba muy contento al parecer y él hizo un esfuerzo sobrehumano para sonreírle todo el tiempo.
–Estañaba mi cama– dijo una vez que Kuro le dio un baño y le puso el pijama.
–mhm
–¿a dóde fue Fye-mami? ¿al mar?– preguntó mientras era arropado en la cama.
–…… sí, al mar.
–¿con el desagadable de Konan?– frunció el ceño.
–¿no te cae bien?
–tan sólo es desagadable– dijo, luego dio un bostezo –buenas noches, Kudo-papi– murmuró con cansancio cerrando sus ojitos.
–buenas noches, Yuui– se inclinó y besó su frente, entonces su expresión volvió a reflejar tristeza y una profunda desesperación…
¿Y si Fye no despertaba?.....
…… ¿Cómo se lo diría a Yuui?