Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una palabra: "paternidad" 2 por Haku1008

[Reviews - 118]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ACLARACIONES:

 

En el capítulo aparecerá el fragmento de un cuento llamado Snegúrochka, o “la niña de nieve”, tomando un poco de la versión original y otro poco de la versión que le hizo Octavaluna en su fic Sñegurochka , me gustó mucho lo que hizo  con la historia y si no lo han leído aún ¡no esperen más! se los recomiendo 100%, ella es una autora de esas que dejan huella, realmente memorable, admirable y gran aportadora del Kurofye.

 

 

El cap va acompañado de la canción Lo que ves es lo que soy de Mane de la parra.

 

Estoy algo oxidada así que…

 

 

Resumen: Sayuri intenta vengarse Fye y provoca un accidente que casi le cuesta la vida al rubio y a su bebé, Fye logra recuperarse pero no pasa lo mismo con Kei, su pequeño que ahora se debate entre la vida y la muerte (siempre quise decir esa frase xD). El suceso provoca que la familia de Fye y Kurogane se fracture notoriamente, por un lado Yuui que no entiende la repentina ausencia de sus padres y por otro lado los mismos Fye y Kurogane parecen distanciarse, aislándose en sí mismos en cuanto sus propias culpas y temores. Es entonces cuando Ashura interviene, contándole al moreno lo ocurrido con su hijo Yuui (el hermano de Fye) y la manera en que éste fue arrancado de sus vidas. 

Cap45# Sólo el amor es capaz 3ra parte

 

 

<< Snegúrochka era una niña que nació de la nieve. Fue un día de invierno que nevó demasiado en que una pareja ya mayor comienza a hacer un muñeco de nieve, como no habían podido tener hijos ellos deciden  hacer su propia hija de nieve y forman la figura de una hermosa niña. Para sorpresa de ambos, su muñeca de nieve comenzó a convertirse en un cuerpo humano cobrando vida. De esa manera la niña se convierte en la hija de ambos y comienzan a vivir sus vidas como una familia, la niña aprende cosas nuevas cada día recibiendo el afecto de sus padres, todo es alegría hasta que un día una adivina les dice a ambos padres que aunque su hija parezca una persona normal no lo es, y que ah de conocer el sentimiento de amor (correspondido, no filial) antes de que llegue el calor de la primavera o, de lo contrario, ella moriría. >>

 

 

 

–…. mamá– Susurra  el chico a la nada en la oscuridad de la habitación, recordando la dulce voz de su madre cuando le contaba aquellos cuentos. Observa una vez más al pequeño rubio a su lado –realmente quiero quedarme contigo, Yuui.

 

 

…….

 

 

El ascensor se abrió y Kurogane se dirigió directamente a la sala de espera frente a los cuneros.

–¿Eh?– Observó a Fye que no apartaba la mirada de su bebé al otro lado del cristal –¿Cómo es que regreso tan rápido?– dijo, pues recién lo había visto llegar con Ashura y con él a la azotea, fue por ello que, queriendo darles su espacio, decidió por volver adentro.

 

–¿Regresar de dónde?– preguntó Doumeki confundido –No ha querido moverse de ahí ni un  sólo instante.

 

–¿¿……?? pero si acabo de  verlo en….– Calló abruptamente poniéndose pálido, no podía ser que…. a quién vio en la azotea con Ashura fuera….

 

–¿Te sientes bien?– le preguntó Doumeki.

 

–Realmente no– murmura dejándose caer en una de las bancas…. ¡no podía ser cierto!.

 

 

Ya puse el mundo en pausa

Dibujo sueños sobre ti

Que el cielo espere.

 

–Volveremos a vernos, lo sé–  el chico al lado de Yuui cerró los ojos, dejándose llevar por un enorme cansancio, estar ahí con el pequeño rubio era realmente cálido, así que, así se siente tener un hogar, era como el calor de la primavera.

 

La vida nos rebasa

Sembré promesas por aquí

Que el tiempo hiere

 

Ashura continuaba abrazando a su hijo, por alguna razón tenía la sensación de no querer soltarlo jamás, que irracional pensamiento de su parte, pero podía sentir claramente como el rubio se aferraba fuertemente a él, como si ya tampoco quisiera soltarlo.

 

Le pediré a la vida

Robarte una sonrisa

Recuerda lo que el silencio olvida

 

–Papá

 

–¿sí?– preguntó Ashura

 

–Lo siento.

 

–¿De qué te disculpas?

 

–….. por todo.

 

–¿¿….??– le tomó de los hombros para alejarse un poco y poder verle la cara, lo que encontró en su rostro le pareció de lo más extraño, una punzada llegó a su pecho, de pronto su mirada le parecía tan similar a la de… –Yuui.

 

Mírame otra vez, aquí estoy

Lo que ves es lo que soy

Aquí estoy, no me voy

Lo que ves es lo que soy

 

Hay luces en el alma

Que no se pueden apagar

Estoy seguro

 

Fye observaba a su pequeño Kei que continuaba sin dar señal alguna de mejoría, como le gustaría cargarlo entre sus brazos y de aquel modo protegerlo de todo –Tienes que luchar, no te rindas.

 

Y si el dolor espía

Mi corazón confía

Sin pausas

Mientras la noche avanza

 

Para ese entonces ambos menores en casa de Yuko ya dormían, sus respiraciones acompasadas llenaban el silencio de la noche, el mayor de ellos aun sostenía la fotografía en donde se apreciaban Yuui, Fye y Kurogane, aferrándose a ella. De pronto su cuerpo comenzó a brillar en un suave destello.

 

Mírame otra vez, aquí estoy

Lo que ves es lo que soy

Aquí estoy, no me voy

Lo que vez es lo que soy.

 

–¿Papá?

 

–……– sus ojos se humedecieron, podría jurar que quién está delante de él no es otro que su Yuui, pero aquello es simplemente imposible.

 

–¿Pasa algo?– pregunta el chico rubio.          

 

–… no– sonrió –es sólo que…

 

–¿qué?

 

–… No, no es nada.

 

–…….– el rubio también sonrió –lo sabes.

 

Es lo que soy…

 

Mírame otra vez, aquí estoy

Lo que ves es lo que soy

Aquí estoy no me voy

Lo que vez es lo que soy

 

 

 

La pequeña manita se contrajo en un casi imperceptible movimiento, después los movimientos comenzaron a ser más libres y evidentes en todas las extremidades para dar paso a movimientos torpes e inexpertos y finalmente… un fuerte llanto.

 

–Se está moviendo ¡Kei se está moviendo!– gritó el rubio emocionado al verle, aquello debía de ser una buena señal ¿cierto? –Kurogane, nuestro bebé se mueve– lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas, sintiendo esa pequeña llama de esperanza encenderse como una antorcha.

 

Kurogane, quien también se había acercado a ver el maravilloso acontecimiento sonrió con emoción y, sin poder contenerse más a todas las sensaciones que le arrastraban como si estuviese en un rio salvaje, abrazó al rubio. 

 

–Nuestro bebé, Kurogane

 

–Lo sé, lo sé.

 

 

oOoOoOoOo

 

 

Al día siguiente un sol vestido con tono y sensación diferente despertó sus sentidos, sí, sin duda era ese sol de después de un día y una noche de lluvia, ese que, más alegre de lo normal se reviste de ánimos para decir “los eh extrañado, pero las nubes grises al fin se han dispersado”. Yuui se sintió perezoso, la calidez de la cama le hacía imposible el querer abandonarla, abrió los ojos poco a poco tan sólo para encontrarse extrañamente solo.

 

¿En dónde estaba su invitado? en el baño quizá. Con pocas energías se incorporó en la cama, tallando con las manos a sus ojos para que éstos se acostumbraran a la luz, recordó entonces que su Kuro-papi a menudo le prohibía hacer eso, pero… su Kuro-papi ya no estaba ahí, lo había abandonado… de nuevo.

Suspiró y entonces la fotografía de sus padres al lado suyo le llamó la atención, estaba justo en el lugar que había estado ocupando su invitado la noche anterior. Al ver la fotografía en donde se apreciaban a sus dos padres junto a él sus pequeños orbes no hicieron más que reflejar tristeza.

 

–Mamá…– susurró con un hilo de voz.

 

Para sorpresa de todos (o casi todos) en la casa de su tía Yuko no encontraron rastro del chico pelinegro, y sin más remedio a resignarse Yuui tuvo que asistir a clases.

 

El rubiecito estaba realmente muy confundido ¿por qué el mayor se había marchado sin despedirse? además ya le había dicho que podía quedarse, entonces ¿por qué se fue? se preguntaba con triste pesar.

 

–¿Eh?– obstruyéndole la vista observó frente a él un bonito oso polar de peluche –Eiji, ya te eh dicho que no quiero tus… ¿eh? ¿tú? – se sorprendió cuando notó que quien le ofrecía aquel obsequio no era el usual castañito.

 

–Lo siento– murmuró apenas audible para Yuui.

 

–…..

 

–Por todo lo que te dije ayer yo… lo siento

 

–….  Hatori– dijo sin poder creerlo.

 

–…..– el peque pelinegro se sentía nervioso, ni siquiera podía ver al rubio a los ojos pues sentía sus mejillas arder cada vez más y más en una incómoda y aterrorizante manera.

 

–…….– las blancas manitas de Yuui fueron hasta el peluche, dispuesto a tomarlo pero las apartó casi de inmediato, pensándoselo mejor –¿tiene veneno?

 

–¿¡qué!? ¡Clado que no!

 

–¿Tosiste sobre él?

 

–¡N-no!

 

–Me acusadas de robo luego ¬.¬ ¿eh?

 

–¿¡qué!? ¡¡No!!

 

–Etonces tiene una bomba en la pansa– Declaró convencido el rubiecito.

 

–¿¡pero qué te pasa!? ¡¡Te lo estoy regalando para disculparme, sólo es eso!!

 

–No te creo.

 

–¡Gusano rubio!– dijo Hatori desesperado, tomó al rubio del cuello de su batita –¡intento ser amable, no lo arruines! – le soltó arrempujándole levemente con el osito sobre el pecho de Yuui.

 

–¿¿…??– por puro reflejo Yuui sostuvo el peluche antes de que cayera al suelo.

 

Sin más Hatori se alejó murmurando cosas incomprensibles y con las mejillas bastante coloradas, Yuui hizo una mueca en dirección a su regalo, era bonito, quizá sería  una buena idea conservar al felpudito a pesar de que la persona que se lo había obsequiado fuese el pesado de Hatori.

 

Eiji desde una distancia prudente lo había observado todo, estaba completamente sorprendido y con la boca literalmente abierta ¡¡no podía ser cierto!! Tenía un rival amoroso TT.TT ¡No era justo! ¡Él había comenzado a pretender a Yuui primero! Sin lugar a dudas ahora tendría que luchar con mayor fuerza para lograr conquistar a su estrella.

 

 

oOoOoOo

 

 

Sus ojos se perdían en aquella hermosa muestra de amor, era realmente precioso y no podía hacer otra cosa más que sonreír, viendo con emoción contenida como los pequeños bracitos y piernas se movían con tierna torpeza, el pequeño Kei balbuceaba cosas que él no lograba escuchar y que, de oír, tampoco entendería, vio su cuerpo frágil y pequeño pero que, sin lugar a dudas, guardaba una fortaleza enorme.

 

–Lo has hecho bien, Kei– Dice Kurogane mientras continua observando a su pequeño, admirando su resistencia pues, está seguro de que, a pesar de no poder verlo, su bebé a estado aferrándose duro a la vida.

 

Sonríe tiernamente cuando nota que los pequeños y profundos orbes color amatista se fijan en él –pronto iremos a casa, ya lo verás– entonces acaricia el cristal con la esperanza de que su sentimiento pueda llegar hasta Kei.

 

 

……

 

–Su mejoría es realmente increíble– pronunció el medico frente a Kurogane y Fye dentro de su consultorio –Sin embargo…

 

–¿“Sin embargo”?– preguntó Kurogane con preocupación.

 

–Su hijo nació con pulmones inmaduros, es decir que, éstos no alcanzaron a desarrollarse en plenitud y por ende hay ciertas complicaciones… seré franco, su hijo mejora notoriamente pero, él nunca podrá ser como los otros niño, y obviamente sus cuidados tampoco pueden ser como los de otros niños.

 

–………….

 

–…………..

 

–Tendremos que supervisar su evolución constantemente y esperar a que su desarrollo vaya bien.

 

–¿A qué se refiere?– volvió a ser Kurogane quien habló.

 

–A que sus pulmones pueden colapsar en cualquier momento.

 

–…………….

 

–……………….

 

Para ambos padres fue como una estaca directa al pecho…. sus miradas se encontraron… parecía que ambos volverían hundirse en la desesperación pero, en vez de ello, sus manos se buscaron, entrelazando sus miedos y su valor, era momento de ser fuertes, Kei lo estaba haciendo, se los había demostrado y ellos… ellos no podían hacer otra cosa más que seguir el ejemplo de su hijo. Juntos. Iban estar ahí para él, apoyándolo. 

 

oOoOoOoOo

 

 

Aquella misma noche; siendo suplidos por Watanuki, Sakura y Shaoran; regresaron Kurogane, Ashura y Doumeki a la casa de Yuko. Cuando llegaron, la pelinegra y Yuui cenaban Hot-cakes, en cuanto el menor vio a su abuelo y a su tío Doumeki se puso muy contento, cosa que no duró demasiado al ver que el moreno estaba con ellos, recordando el festival deportivo de padres e hijos al que su Kuro-papi le había prometido participar juntos y al cual no había llegado siquiera.

 

–Yuui… lo siento tanto– fue lo único que pudo decirle a su pequeño, sabía lo mucho que lo había defraudado al no cumplir su promesa para con él y se sentía realmente abatido por ello.

 

El ambiente se tensó y todos los presentes parecieron congelarse a espera de la respuesta que tendría el menor. Por su parte Yuui bajo la mirada, ocultando sus ojos detrás del flequillo rubio, recordando todas las emociones, inseguridades y temores que lo habían invadido los últimos días apretó sus manitas inconscientemente.

 

–Yuui– Susurró con pesar, probablemente el pequeño no querría ni escucharle, ni verle luego de lo que pasó. Pero para su sorpresa y la de todos, Yuui se había abalanzado a sus piernas aferrándose a él con todas sus fuerzas –¿Yuui?

 

–No te soltare– declaró el peque con firme convicción, si no lo soltaba entonces su Kuro-papi no podría irse y dejarlo de nuevo.

 

–No lo hagas–pidió  acariciando con ternura los rubios cabellos.

 

Notas finales:

Actualización luego de 10,000 años uff, en verdad, francamente, honesta y sinceraramente desde el fondo de mi corazón les doy una disculpa. Sucedieron cosas, muchas cosas, pero aquí estamos de vuelta ^u^

 

Próximo capítulo: 46# De vuelta a casa; un nuevo integrante

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).