Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Stay With Me por Vipampira20

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En lo personal tengo un amor genuino por las playas, tengo una en especial que la considero solo mia, pero me gustan todas.

En fin, aqui la continuacion.

Pov Ji Yong.

No puedo creer que el muy maldito lo olvido, ¿así que noche de burritos, eh? Yo le daré burritos, a ver quién tiene burritos durmiendo con el perro. Cuando me suelo enojar voy de compras, bueno, mayormente amo ir de compras, realmente por cualquier cosa quiero ir de compras, pero esta noche iré con mayor ganas y sobregirare la tarjeta de Bae, ¡por maldito! ¿Cómo diablos se le olvida cuando nos casamos? ¿eh? ¿Cómo? Argh ¡idiota!

Ya había comprado 3 suéteres, 2 jeans, una cadena y estaba en la zapatería a punto de pagar 8 zapatos que hasta creo que tengo uno de esos pero poco me importa, comprare todo lo más caro; estaba pasando los zapatos a la cajera para pagarlos e irme, pero suena mi celular, conozco ese sonido, le puse un sonido especial a mi bello solecito, a mi solecito olvidadizo, mire la pantalla y rodando los ojos con molestia conteste cortante.

-¿Qué?

-Amor, ¿Dónde estás? Te pasare a buscar.

-No quiero, tomo un taxi y llego a la casa y allí nos vamos a comprar los divinos burritos. –dije con ironía seguramente notoria, maldito aún se atreve para llamarme.

-Amor pero…

-Nada, nos vemos en la casa y ya.

Y colgué la llamada, hoy lo mato, lo mato. Pague todo y lamentablemente ni siquiera costo tanto, ni le quite el 000.1% del dinero de la tarjeta.

Tome mis bolsas y Salí del lugar, perdido en mis millones de ideas de que le hare cuando llegue a casa miraba hacia el suelo, suspire intentando calmar mi molestia y luego subí la mirada para pedir un taxi pero… Solo logre abrir los ojos de par en par.

Frente a mi estaba una carroza blanca con dos caballos blancos, majestuosos y un cabello divino cada uno, un jinete vestido totalmente de rojo parado junto a la puerta de la carroza con un cartel pequeño que dice ‘señor kwon de Bae’ ¿Qué…que es esto? Quede estático, totalmente paralizado. El jinete sonrió y se acercó a mí.

-Señor, tengo como misión llevarlo a su destino. –tomando las bolsas de mis manos me hablo.

-Eh. O-ok –parpadee varias veces volviendo en sí, analice cada detalle de la carroza, era perfecta. Vi como el jinete subió mis bolsas y luego volvió a mí.

-No puedo siquiera mirarlo mucho, tengo unas reglas pautadas. –Rio un poco para luego continuar.- pero si puedo ayudarle a subir a la carroza.

Me sonrió cálido y me ofreció la mano, la tome algo nervioso, realmente esto no me lo esperaba ¿significa que Bae no olvido nuestra fecha?; Me ayudo a subir con suma delicadeza esperando que yo me sentara, tome asiento y pasee la mirada por todo el adentro de la carroza, era completamente cerrada, solo con una ventanilla y obviamente la puerta, forrada completamente de tela de pana roja, ese rojo de las alfombras en las premiaciones, mi corazón daba carreras en mi pecho, cada detalle eran exactamente mis gustos, allí dentro me sentía un rey. Después de unos minutos me di cuenta que no era hacia la casa que me dirigía, mire por la ventanilla y note la hermosa noche estrellada que estaba presente y un aroma yodado inundo mi nariz, dibuje una sonrisa en mis labios, ya se hacia dónde voy. Ya podía escuchar a los lejos las olas chocar con la costa y esa capa de agua salada azul marino en el horizonte, cerré los ojos agudizando mi olfato y así disfrutar un poco más ese delicioso aroma yodado.

De pronto la carroza se detuvo y abrí los ojos, habíamos llegado, me asomaba hacia la ventanilla pero la puerta se abrió dejando ver nuevamente al jinete, me sonrió extendiéndome la mano nueva vez, le tome la mano bajando despacio de carruaje.

-Mi misión llega hasta aquí señor, cumplí al pie de la letra, de ahora en adelante debe escuchar bien mis indicaciones. – Me explicaba mientras soltó mi mano, nunca borro su sonrisa pero miraba sus pies.- siga el camino de pétalos rosados, llevara a una carpa cerrada donde se cambiara, luego de allí ya vera sabrá que hacer.

Sin más se montó en el carruaje y se fue, yo no podía articular ninguna palabra, estaba en la arena en esa playa que ha sido testigo de nuestro amor tantas veces, de noches completas abrazados, de miradas interminables, de confesiones inolvidables, de aquel beso…

Flash Back

¿Qué suena? suena como si algo se escabullera en el agua ¿son los peces? Las palmeras hacen música al chocar sus hojas unas con las otras, ¿Qué es eso? suena como la respiración de alguien.

Y de a poco la curiosidad fue más fuerte que Young Bae y este abrió los ojos despacio encontrándose con una imagen nunca antes deducida, miro atentamente la estructura ósea del rostro de Ji Yong, sus ojos tranquilamente cerrados, esas mejillas levemente rosas relajadas, la nariz perfectamente perfilada, esa pequeña sonrisa dibujada en esos delgados labios rosas que inspiraban ser tocados. Sintió un deseo incontrolable de besarlo, y como si estuviera encantado se fue acercando de a poco hasta rosarlos.

Ji Yong abrió los ojos de golpe ante el suave contacto húmedo donde culmino abriéndolos más aun cuando noto que lo que pensaba no era su imaginación jugando con su mente, noto que el mayor había cerrado los ojos, no sabía qué hacer y como por inercia entre abrió los labios dando acceso, el mayor se removió un poco hasta estar más pegado al rubio, no sabía que hacia pero no podía detenerse, acuno la mejilla de Ji Yong en su mano diestra moviendo sus labios despacio, el menor por su parte siguió el ritmo dejándose llevar por el ritmo del adverso, abrían y cerraban los labios sellando varias pausas entre sus labios, pausas donde más bien se disfrutaba el rose, volvían a unir sus labios, Ji Yong deslizo la mano entre el cuello del moreno, enredando sus dedos en su cabello repartiendo caricias en ese sector, Young Bae ladeo un poco la cabeza buscando más contacto intensifico el beso, a estas alturas sostenía al menor por esa delgada cintura, el beso llego a un punto donde quería más y con timidez pidió permiso de introducir su extensión húmeda en la cavidad bucal del menor, dando este el permiso iniciaron un lento juego de lenguas, sin prisa.

‘Si estoy soñando por favor no quiero despertar jamás.’

la brisa era un poco más fría pero no incomoda, la luz rodeaba cada parte al alcance de ambos unidos por el beso el cual seguía siendo sostenido un poco más, pero ya por falta de aire el menor se detuvo, el moreno podía seguir más, deseaba seguir mas pero ya había caído en cuenta lo que estaba haciendo, mas no se arrepintió, dejo un lento y corto beso sobre esos comprobados deliciosos labios y se separó despacio pero no mucho, abrió los ojos donde inmediatamente noto un sonrojo nunca ante visto en Ji Yong.

Ji Yong miraba hacia sus propias piernas, temía subir la mirada y provoco una sonrisa tierna en el mayor.

-Ji…

-….

-¿Ji? –Y tomo su carita por la barbilla subiendo su mirada, y al toparse con esta no pudo evitar sonreír hermosamente, esos orbes color avellanas perfectamente iluminados con la brillante luz de la noche eran de la gloria. El rubio aun no dijo nada, solo se dedicó a mírale fijo mientras luchaba en no perderse en su mirada.

-Ji… -volvió a llamarle, en un susurro muy suave.

-¿s-si?

-¿me regalas otro beso?


Fin del Flash Back.


En esta playa había comenzado todo, sentía mis manos heladas con tan solo el recuerdo, tanto tiempo juntos ya, contra todos y todo.

Dirigí la mirada a la arena y efectivamente estaba sobre algunos pétalos rosas, los seguí tanto caminando como con la mirada, paso a paso caminaba entre los pétalos, no sabría explicar exactamente lo que sentía, simplemente no podía. Llegue a una carpa blanca cerrada tal como me lo había dicho en jinete, entre en ella abriéndome paso entre sus cortinas gruesas y allí estaba un perchero con un traje, pareciera como si mi silueta estaba colgada allí, la forma, los pliegues eran exactamente mi cuerpo, amplié una sonrisa acercándome un poco más hasta tocarlo, deslice un dedo por toda la extensión del brazo del saco. Desvié un poco la mirada donde justo al lado había una mesita con varias cajitas envueltas y una nota doblaba sobre ellas, la tome y desdoble para leer…

‘Buenas noches mi hermoso angelito, espero ya no estés tan enojado como sé que lo estabas hace un ratito, espero que el jinete ni te haya mirado de mas, eh, se lo advertí. Yo soy tu rey y tu mi príncipe y como ende debes viajar como tal ¿a poco no estaban hermosos los caballos? Uno se llama Horty y el otro Vallet, son tuyos también mi amor.
¿Ves esas cajitas? Bueno mi príncipe tómalas como tu segundo regalo de la noche.

Nos vemos en unos minutos, te amo.’

Sonreí aún más y me dispuse a abrir la primera y las más grande de las cajita dejando ver una cadena fina de puro oro, la segunda contenía unos anillos que recuerdo hace unos días había visto en una vitrina y aunque no dije que los quería al parecer mi hermoso se dio cuenta, la tercera cajita tenía un reloj, un brillante y hermoso reloj ¿Cuánto le habrá costado todo esto? Y yo que pensaba en sobre girar su tarjeta, me sentí culpable.

Me desvestí para colocarme el traje, quedo perfecto a mi cuerpo, los pantalones eran ligeramente apretados, sonreí, sé que el ama mi ropa ajustada, la camisa se entallaba a mi pecho como si fuera hecha sobre mí, me puse cada una de las joyas regaladas por mi amado y poniendo en su lugar la corbata luego culmine con el saco, pero… ¿y los zapatos? Mire a todas partes y no había señal de nada ¿me tendría que poner los zapatos que llevaba antes?

-Señor Kwon. ¿Ya está listo?

Escuche una voz femenina asustarme un poco, bueno, ¿para qué miento? Me asuste muchísimo y me abrace al perchero como si estuviera sobre un árbol trepando para salvarme de una manada de leones hambrientos, el perchero no aguanto mi peso y caí, maldita cosa tan débil, no estoy gordo. No me esperaba estar con alguien más, esa voz provenía desde la siguiente salida de la carpa, me acerque gateando, aun no me paraba del suelo, con cuidado y abriendo un poco las cortinas donde me topé con una chica vestida realmente horrible, wtf…

-Eh, no hay zapatos. –dije mirando sin ningún pudor ese horrible vestido, era verde alga, muy holgado y largo hasta los tobillos ¿Qué crimen de la moda es esto? Maigad. La señorita noto mi mirada de desaprobación y soltó una risilla.

-Estoy aquí para entregarle esto y decirle que debe seguir este camino ahora. –me explico mientras me extendía una nota doblada y con su diestra me mostraba un camino de pétalos rojos y azules. Espera… ¿azules? ¿Hay rosas azules? ¿Ah? ¿Desde cuándo ese camino esta hay? ¿Estaba hay cuando llegue a la carpa?

Tome la nota y ella se dio la vuelta retirándose no sin antes hacerme una pequeña reverencia, mire la nota, mire el camino, la chica vestida horrible alejándose, la nota, el camino otra vez. ¿Desde cuándo hay rosas azules? Mire extrañado el camino pero luego desdoble la nota y leí…

‘Debes estar hermoso, aun no te veo y me lo imagino, te preguntaras ¿Por qué no hay calzado? Mi amor, estamos en la arena y esta será nuestra noche especial, aunque a tu lado todas las noches lo son, está la recordaras por muchas cosas más que aun te esperan, pero una de ellas será que tus pies serán acariciados por una rosas únicas de un color azul brillante, ya seguro las viste, aparte sé que te gusta sentir la arena. Te mereces todo esto y más mi príncipe.
Y ya quisiera ver tu cara cuando viste a la chica. ¿Estaba horrible, no? Era para que no le sonrieras ni por cortesía, tu sonrisa es mía ¿okay?

Casi llegas a mí, mi amor, te espero.’

Reí por lo bajo, si será babo mi solecito, tan posesivo. Me dirigí por el camino de pétalos, miraba de vez en cuando mis pies descalzos pisar cada pétalo como si fuera lo más interesante del mundo, mi sonrisa no se podía borrar. Subí la mirada ya después de haber caminando un poco y distinguí esa figura que me hace delirar, esa figura que reconocería en cualquier lugar, mi hombre. Estaba de espaldas mirando al horizonte con ambas manos en los bolsillos, me detuve a admirarle un poco mientras ya a estas alturas mi corazón no sé si latía o se detenía, tengo tanto tiempo ya a su lado y aun provoca toda una revolución en mí, mis manos puedo jurar que tiemblan. Suspire tratando de relajarme y seguí caminando hasta llegar a unos cuantos pasos a él, dije bajo pero audible.

-Amor…

Y allí se giró y quede sin aire, vestido talmente de negro, un traje parecido al mío solo que un poco más ajustado, pero dejaba a la imaginación, me sonrió de esa manera que me quitaba la vida, sus ojos se alinearon bajo sus pestañas casi al desaparecer.

-Llegaste ya mi cielo. –me examino de pies a cabeza con la mirada aun sonriente, pude notar que también estaba descalzo, se acercó tomando mis ambas manos mirándome fijamente, sus ojos me hablaban.

No me mires así que siento que voy a caer.

Entre abrí los labios perdido en su mirada, joder que este hombre me mata, se acercó despacio rosando mis labios con los suyos para dejarme un castro beso, ante el tacto cerré los ojos, fue corto y no profundo el beso pero con solo eso logro inundarme con su sabor, dios, ese sabor.

Abrí los ojos despacio después que se separó encontrándome con su dulce mirada, subió una mano acariciando mi mejilla, acune su mano en mi mejilla disfrutando el tacto, me susurro.

-Feliz aniversario mi pequeño.

-Feliz aniversario mi rey. – susurre dando suaves caricias a su mano en mi rostro, la aparto despacio para luego entrelazarla con la mía.

Sin decir ninguna palabra más me jalo despacio a caminar a su lado, yo me deje guiar, donde sea que valla si es con él está todo bien. Caminábamos a orilla de la playa a una distancia donde el agua no llegaba a nuestros pies descalzos sobre la arena; la noche era perfecta, la luna en todo su esplendor, la noche completamente estrellada, el sonido de la olas al chocar con la costa y algunas rocas en el mar, podía sentir nuestros corazones latir igual de acelerados, por alguna razón estaba apenado mirando al suelo pero no podía dejar de sonreír.

Me detuve cuando sentí a Bae detenerse, entonces subí la mirada, y mis ojos abrieron enormemente.

Me abrace fuertemente a su cuello, ya sentía mis lágrimas venir a mí, lágrimas de pura felicidad.

Frente a mí, a unos cuantos pasos, estaba una manta sobre la arena, una manta roja de seda, justo en el medio una mini mesita cuadrada con algunos platos tapados en bandejas plateadas, dos cojines para sentarse, todo rodeado de pétalos azules y rojos, de fondo un enorme arreglo de rosas rojas gigante, podía casi apostar que era más grande que yo.

No tenía palabras, le abrazaba fuertemente escondiendo mi cara en su pecho, no le veía pero sabía que tenía esa hermosa sonrisa que tanto amo, esa sonrisa que me quita el aire, deslizaba las manos por toda mi espalda repartiendo tiernas y cálidas caricias en ella, aun en la misma posición hable bajo entre su cuello.

-Lo siento mi rey, lo siento.

-Amor, mi pequeño ¿Por qué te disculpas? No pasa nada.

-Es que, hace rato yo… -Me detuve, solté un leve suspiro.

-¿tu? – Susurro tan dulce, tan tierno que casi me sentía morir, morir de ternura, maldito enano que tanto amo. Aun abrazándolo fuerte subí la mirada mirándole fijo mientras sacaba el labio inferior formando un puchero.

-Yo tenía planeado hacerte tantas cosas. –inmediatamente escucho eso dibujo en sus gruesos y perfectos labios una sonrisa de lado, jodio pervertido ¿Qué estará pensando?- Pero no nada bueno, ni placentero. –solté un suspiro haciendo una leve pausa, el abrió los labios para decir algo pero le interrumpí continuando.- Tenía planeado que llegaras a la casa y mandarte todas las hoyas y jarrones atrás mientras te gritaba que como carajos no te acordabas de nuestra fecha, de camino iba a comprar masa de burritos y te la iba a pegar todas en la cara y seguramente gritarte algunas cosas más, te iba a dejar a dormir afuera con el perro y tal vez hasta iba a abrir la manguera para mojarte el patio mientras dormías.

El abrió grandemente los ojos entre asustado, aterrado y más que sorprendido, me miro parpadeando sin poder creer lo que escuchaba pero luego simplemente se soltó a reír.

-Eres increíble mi amor. –Rio mas.- Pero por suerte no te deje ni salir bien de la tienda de zapatos, eh.

-Pero iba a tener pastillitas y té y y y jarabe para la gripe que seguro te iba a dar, y desde que saliera el sol iba a ir a buscarte, te iba a despertar a besos y y y te iba a acompañar en la ducha, ya sabes… para quitar el olor a perro, es que tengo semanas sin bañar a Milo. –explique muy rápido mientras Bae solo me miro supuestamente herido pero riendo. - Y sin mencionar que te iba a sobregirar la tarjeta. Pero hay que verle el lado positivo, la masa para burrito seguro era muy buena para el cutis. –Hice una mueca de angustia, es que me sentía muy culpable justo ahora de ver todo esto, y yo tan mal pensado.

Sonrió divertido y luego tomando mi cara entre sus manos me deposito un beso en los labios, nuestros labios se movían al compás de un contacto lento y suave, justo al separarse jalo solo un poquito mi labio y susurro aun sobre ellos.

-Shh, no digas más.

Embobado asentí, demonios que este hombre me mataba, tenía esa faceta de ser tímido y callado, a veces curioso y pervertido, sexy, tierno, cursi, idiota, tarado, hermoso y pfts, todo mío.

Se separó un momento y me dedico una amplia sonrisa, luego miro hacia el cielo que por inercia mire igual, estaba tan precioso, me quede observando un poco esa capa estrellada sobre nosotros y luego baje la mirada para encontrarme con la mano extendida de Bae, sonriente. La tome sin dudar y me dirigió hacia mi lugar en uno de esos cojines y me senté despacio de rodillas posando mis propias manos sobre mis muslos mientras mantenía la mirada baja, es que no, no no no no no, yo me sentía como una colegiada en su primera cita, ¿tendré mal aliento? Yo no me cepillo desde el mediodía, ¿Qué había comido hoy de comida? ¡Mierda! Comí ramen de atún, ¡joder, joder joder! ¿Y si me olía la boca a atún? Trágame tierra, arena ábrete y tragame, ¡ábrete te dije!

-¿Ji? –acerco un poco la cara por sobre la mesa mientras me miraba confundido, sin pensarlo respondí.

-¡que se abra dije!

-¿ah? –Ladeo la cabeza como cachorro.

-Na-nada.

Entonces tomo mis manos por sobre la mesa y me hizo mirarle fijo, me perdí en su mirada new again, para las próximas veces me comprare unos lentes de esos que usa el que tira láser por los ojos de los x-men para evitar perderme y mirarle como todo un idiota ¿Cómo es que se llama el tipo ese que tira los laser?

-Juro que no entiendo ni puedo imaginar lo que estás pensando, pero por tu cara toda chocada puedo deducir tus nervios, mi amor. Siente mis manos mi ángel, están heladas también, estoy nervioso, tengo 3 años a tu lado y cada día me muero de nervios aun a tu lado, cada vez que me hablas, me sonríes, hasta cuando estoy de lo más despistado ensayando y llega un mensaje tuyo, me haces tener una sonrisa todo el maldito día pensando en que llegare a casa y me recibirás en tus brazos, que me dices como te la pasas pensando en mí, que me extrañaste. Tranquilo mi príncipe, no te puedo decir que siento mariposas en mi estómago, siento toda la revolución francesa y más. Me siento torpe a veces a tu lado, es que eres tan perfecto para mí. Deja de preocuparte con lo que sea que pienses, para mí en ti todo es hermoso, me basta con sentir tu calor y ver esa sonrisa.

Y hay esta, me volvió a sonreír así como él sabe hacerlo ¿y qué demonios le decía ahora? Su idea era calmarme ¡hey amigo! No lo lograste, me has puesto peor, ahora ni me sale el habla ¿estoy respirando? No puedo ni parpadear bien, paso saliva aun sin ni mierdas de idea que decir y es que… ¿Cómo voy a decir algo cuando me mira así? ¿Cómo puedo decir algo, mhn? Cuando la luz de la luna le ilumina así, cuando me sonríe con esa ternura, cuando me habla así, cuando sus manos acarician las mías y puedo sentir su aroma de en lleno en mi nariz ¿Cómo demonios quiere que diga algo? Se me va a salir el corazón, se me sale ¡¡Que no se salga!! ¡No se puede salir! ¡No!

-ah, yo…

- te amo.

Y soltó mis manos, le miraba atento.

-¿tienes hambre ya? –Dijo como si nada mirándome curioso ladeando levemente la cabeza, solo asentí despacio, y vi como el destapaba cada charola.

Todo era delicioso, tomo mi plato vacío y me sirvió un poco de todo, me sentí como un bebe por unos segundos, pero amo que el haga eso, me eh hecho tan dependiente de él. Luego se sirvió un poco el y antes de dar el su primer bocado, acerco un poco de lo que tomo de su plato y lo aproximaba a mis labios, le mire y sin pensar mucho abrí la boca tomando lo que me daba, mastique, disguste, trague y sonreí, estaba exquisito. El me devolvió la sonrisa y se dispuso a comer un poco el también, pero le detuve ya cuando se iba a dar el segundo bocado y le acerque esta vez yo un poco de mi plato. Y así poco a poco ambos terminamos de comer, entre sonrisas y miradas que hablaban por si solas.

-¿y qué hay de postre?

-Pues, esto. –destapo la última charola, una muy pequeña con fresas, cerezas, nutella, crema batida y hasta algunas chispas de chocolates por arriba, amplié una sonrisa mientras mordí leve mi labio, se veía tan rico.

Tomo una fresa remojada de nutella y la acerco a mis labios rosándolos primero, como si me pusiera un labial mientras podía ver perfectamente como miraba el camino de dulce que dejo en mis labios, sin limpiarme abrí los labios dando una mordidita a la fruta chocolatada, el luego se introdujo el resto en la boca y sin previo aviso solo tome su barbilla besándolo introdujendo mi lengua en su cavidad bucal, sonrió en mis labios luego rosando mi lengua con la suya mientras tomaba mi cintura, me trato de acercar más a él pero la mesita no los impedía, sonreí en sus labios con tan solo imaginar como maldecía la mesita en esos momentos, pude enredar lo que quedaba de fruta dentro de su boca con mi lengua para luego separarme despacio disfrutando como el paso la lengua por mis labios quitando el resto de chocolate de ellos.

Sonriente frente a el mastique y trague lo que le había robado, desde siempre eh dicho que todo sabe mejor de su boca, y cada día lo comprobaba más.

Aplasto con su pulgar la parte derecha de su labio inferior mientras podía notar como su mirada se tornaba sombría y lujuriosa, yo sonreí landino y comente.

-Mi rey, vamos a dormir ya, estoy cansadito. –Musite lo más tierno que pude en el momento mientras fingía estirarme, aunque sinceramente tenia esas ganas de tirármele arriba, es que joder que él sabe cómo ponerme…

-Oh no mi amor. –Levanto un dedo negando con este. Sentí su voz excitada.- Tú y yo haremos de todo menos dormir ahora. –Rodeando la mesita y ya estando muy cerca de mi tomo mi nuca uniendo nuestros labios como si me quisiera comer.
Notas finales:

¿les gusto? ¿quieren mas? ¿se comera Youn Bae a Ji Yong? ¿Ji Yong se dejara comer? ¿quien se comera a quien? ¿Ralu me quiere? ¿Marcela me extrañara tanto como yo a ella? ¿caere dormida en cualquier momento por no dormir nada? ¿por que Youn Bae esta tan bueno? ¿dejare de hacer preguntas? Esto y mas en el siguiente capitulo, ah.

♥♥♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).