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He is my teacher. por Enemigadelavida

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Notas del fanfic:

Espero que le guste, es un fic raro porque me lo pidió Fab.¿ Así que lean y comenten si les gustó, si no se pudre todo.

*corazones*

Notas del capitulo:

Perdón si hay errores de tipeo. :< 

Se encontraba Jongin en medio del aula explicando un nuevo tema; Sexualidad. Los alumnos, jóvenes e inmaduro, no podían evitar reírse a carcajadas cada vez que el profesor decía alguna palabra que en otras materias no escuchaban. A excepción de uno, el típico chico algo extrovertido y que siempre llamaba la atención al verse tan indiferente a los insultos, la mayoría de la escuela decían que era la típica “puta” de los gay que conseguía sus notas acostándose con los profesores.

Key estaba sentado en su pupitre, jugando con su lapicera sobre en labios; hacía que esta se moviera lentamente por la comisura de estos, como si estuviera estudiando aquel plástico con los labios. El profesor se mostraba indiferente a él y al juego que realizaba, cosa que no pasó de desapercibido para el más joven, al pasar el mayor a su lado dejó caer la lapicera para que este la levantara y así poder lograr su objetivo: llamar la atención del profesor.

Los finos dedos de Key acariciaron levemente la piel algo áspera del profesor, se mordió el labio inferior al imaginar todas las cosas que podría hacer con aquellas manos; las manos ásperas y grandes acariciando su piel suave cual terciopelo. Las acciones de Key descolocaron a Jongin, se puso nervioso y comenzó a tartamudear un poco al seguir con la clase, lo cual hizo que todos en la sala comenzaran a murmurar que Jongin, aparte de ser el nuevo profesor, también era la nueva conquista de Key.

Terminó la hora y, mientras los alumnos se preparaban para ir a casa, Jongin terminaba de guardar las últimas hojas que le iban entregando los alumnos en su maletín, hasta que llegó Key; descolocándolo nuevamente con su vaivén de caderas al caminar, apoyó las palmas de sus manos sobre el escritorio y habló con una voz dulce pero a la vez coqueta.

 

– Profesor Kim, hay algunas cosas que no entendí por completo de la clase.

 

Jongin volvió a sentir esa corriente extraña por su cuerpo al escuchar la voz del joven, sin querer dejó caer su maletín al suelo junto a las hojas que estaban sobre el mismo, Key rió ante aquello y se agachó de una manera que se podría considerar algo sexy para ayudarle a recoger las hojas. Las manos del más joven junto a las del profesor se rozaron al tratar de recoger la misma hoja; Key sonrió y se acercó, sin dudarlo, a los labios del más alto para así robarle un beso que lo dejara sin una gota de aire, Jongin no supo cómo reaccionar y, al corresponderle, Key supo que ya era de su propiedad.

Rápidamente Key se paró, dejando a un Jongin anonadado cerca del suelo, se dirigió hasta la puerta de la sala y la cerró con seguro para después acercarse nuevamente hasta Jongin, tomándolo así de la bien planchada corbata que llevaba puesta ese día, lo levantó de esta manera para después hacerle caer sobre la silla que estaba junto al escritorio.

El joven con mirada felina tomó su celular y dejó que se reprodujera “body party de Ciara”, con una sonrisa dejó el celular sobre una de las mesas más cercanas, sin dejar el contacto visual con el profesor, se relamió los labios y comenzó a caminar hasta este a la vez que recorría con sus manos su cintura y cadera; levantando levemente su camisa para que se viera parte de su blanquecina piel.

 

– K-Kibum… –Logró mustiar Jongin antes de ser callado por el dedo índice que yacía sobre sus labios–.

– No te preocupes, yo sé lo que hago, profesor Kim. –Delineó con su dedo los labios ajenos antes de dejar un beso corto sobre estos–.

 

El alumno se posicionó adelante del profesor, dándole la espalda para que viera su bien trabajado trasero que resaltaba por lo ajustado del pantalón que llevaba Kibum. Con sus dedos tomó la punta de su camisa, para subirla lentamente por su torso a la vez que movía sus caderas al ritmo de la canción. Jongin todavía no entendía como había terminado así, pero sabía que le gustaba y más cuando comenzó a sentir como “algo” crecía entre sus piernas. El joven terminó de sacarse su camisa y la dejó a un costado para después acariciar con sus manos la desnudez de su piel, no faltó mucho tiempo para que Jongin se levantara e hiciera posesión de la cintura del menor; rodeando con esta sus brazos para acercarse al oído del contrario, Key con una sonrisa en los labios pudo sentir como la erección de su profesor se estrechaba contra sus muslos.

 

– Mira como me tenes, te necesito, Kim KiBum. –Murmuró Jongin a la vez que apretaba más su erección contra el trasero de su alumno–.

– Hazme tuyo, Kim. –Mustió el más bajo mientras apoyaba sus manos sobre las manos de su mayor–.

 

Jongin tomó al contrario por la cintura e hizo que este apoyase las manos sobre el escritorio; quedando en una posición vulnerable ante los ojos del mayor. Rápidamente lo despojó de su pantalón y bóxer, Key pudo sentir como el frío recorría aquella zona de su cuerpo y mordió su labio inferior para después ser sorprendido por un suave golpe sobre su muslo derecho. El de piel morena se quitó la ropa para así quedar ambos cuerpos desnudos, las toscas y ásperas manos hacían posesión de la piel suave y blanquecina del más bajo, una de ellas delineaba con sus dedos el costado derecho mientras que la otra comenzaba a apretar y moldear uno de las nalgas del menor.

 

POV Key.

 

Al sentir la presión sobre mi muslo, intencionalmente, apegué mi trasero al miembro de Jongin, pude escuchar el gruñido que emanaron sus labios y así sonreí satisfechamente mientras comenzaba a rozar mi entrada contra su miembro a la vez que dejaba que de mis labios se escapara uno que otro gemido.

 

– Fóllame, Jongin, hazme tuyo, hazme el amor como nunca se lo has hecho a alguien.

 

Sentía como la palpitante erección chocaba contra aquella zona tan sensible en mí, los brazos fuertes y bien trabajados rodearon mi cintura haciendo que me diera vuelta y apoyara mis manos sobre el pecho desnudo del contrario, tragué saliva; sus ojos eran profundos como el vacío, me hacía sentir tan dócil ante él. Me alzó con poco esfuerzo y me sentó sobre el escritorio y así se acercó hasta mi oído para susurrarme con una voz que nunca había escuchado en él.

 

– Te haré el amor Kibum, como nunca se lo hice a alguien, quiero que gimas mi nombre y está sala esté inundada de tus gritos de placer, si no lo haces… desapruebas la materia.

 

Mordió mi lóbulo con suavidad, eso hacía que me calentara más, la forma tan suave en la que me tocaba pero a la vez tan bruta hacía que cuerpo delire. Su dedo índice de la diestra comenzó a bajar por mi pecho hasta encontrarse con la punta de mi miembro, no pude evitar soltar un ligero gemido ante roce que comenzó a hacer sobre la punta de este, algo apenado llevé mi mano hasta mi boca para callarla, Jongin sonrió, al parecer esa acción le gustaba.

Bastaron un par de segundos para que el mismo dedo que delineaba mi glande pasara a acariciar mi entrada, no aguanté y murmuré con cierta pena que entrara ya, lo necesitaba, necesitaba que me hiciera suyo, mi cuerpo lo pedía.

Ingresó un dedo  que hizo que me aferrara a su cuerpo en un abrazo, al ingresar el segundo dedo clavé mis uñas sobre su espalda a la vez que sentía como comenzaba a moverlos en mi interior, al poco tiempo encontró ese sitio que me hacía delirar de placer, quién diría que mi profesor podría hacerme vibrar de placer. Movía mis caderas al ritmo de sus dedos, deseando que me penetrase más hondo, retiró sus dedos y con cierto tono engreído murmuró.

 

– Deja un poco para lo que viene, tenemos toda la noche, pequeño “Key”.

 

Al llamarme así mis muslos se contrajeron, por alguna extraña razón hacía que me excitase más. No faltó mucho para que ingresara su miembro en mí, los gemidos se hicieron presente en mi garganta, aunque trataba de opacarlos no podía, salían solos de mi garganta y Jongin sonreía mientras aumentaba con frecuencia la velocidad de sus embestidas. Yo pedía por más y más, nunca me había follado de esa manera y sentía que llegaría al climax en cualquier momento, nunca nadie me había hecho sentir al borden sin haber siquiera tocado mi intimidad.

Jongin me cogió por los muslos y sin salir de mi cuerpo hizo que me pusiera en cuatro ante él, lo hice y comencé a mover mis caderas para que él no deba hacer ningún movimiento, sus gemidos algo roncos me indicaban que él también estaba por llegar a su punto, me moví con más rapidez, gimiendo más fuerte su nombre y suplicando por más; su zurda comenzó a contra mi muslo izquierdo repetidas veces, algo suaves como para considerarse “nalgadas”, al cabo de un tiempo pude sentir como mis paredes se contraían al ser inundadas por la esencia del mayor. Rendido salió de mi cuerpo y se sentó en su silla, me indicó que me acercase a él y lo hice mientras sentía como el tibio líquido caía por parte de mi muslo y pierna. Me tomó, nuevamente, por la cinta e hizo que me sentara sobre él, solté un pequeño quejido ante la evidente molestia que comenzaba a sentir, arqueé mi espalda y solté un gemido agudo al sentir como su mano hacía posesión de mi miembro y comenzaba a masturbarlo, de arriba abajo y mis gemidos no secaban, joder este hombre si sabía como tocarme, no faltó mucho para que eyacule en su mano con mi pecho agitado y mi respiración regular, pude ver como llevaba su mano llena de mi esencia hasta sus labios y lamía un poco de esta.

 

– Mh, deliciosa. –Al escuchar aquello mis labios se separaron y mis mejillas se tiñeron de un color rojizo–.

Sus labios tomaron los míos y comenzó a besarme con desesperación a la vez que acariciaba el contorno de mis piernas, yo solo pude abrazarle por el cuello mientras correspondía como podía a aquel beso. Era la primera vez que me sentía como un niño que no sabía lo que hacía, las imágenes de lo que habíamos hecho tan solo minutos atrás se pasaban repetitivamente por mi mente.

 

– Quiero repetirlo, otro día, ahora ya es tarde, debes ir a estudiar para el examen de mañana.

– Profesor, no entiendo muy bien, como ya le dije, ¿y si me da clases particulares? –Murmuré cerca de su oído para después repartir besos sobre aquella zona–.

– ¿A-ahora? –Pude notar como los besos lo ponían de nuevo–.

– Sí, ahora, en su casa, en la mía están mis padres y no podremos estudiar bien.

– Si me propones eso creo que mañana no vendremos a clases.

– Hazme el amor toda la noche, Kim JongIn.

 

Me bajé de sus piernas y levanté mi ropa que yacía por diferentes lados del salón, Jongin hizo lo mismo y nos cambiamos el uno al otro, repartiendo besos sobre la piel ajena. Mi cuello comenzaba a ser marcado por la presión que hacía con sus labios y su pecho por la presión que hacía yo con mis dientes. Entrelazó sus dedos con los míos y tomando su maletín salimos de la escuela. Lo seguí hasta donde estaba su coche estacionado y nos subimos; en el trayecto del estacionamiento hasta su casa no pude evitar comenzar a hacerle una felación, sus manos temblaban sobre el volante y yo reía internamente mientras subía y bajaba mis labios por el tronco de su miembro, se paró en seco en una esquina y con un gruñido se vino en mi boca; inflé mis mejillas con su esencia y levanté mi cabeza para que me viese mientras tragaba todo el líquido viscoso, con su pecho agitado me miró con una sonrisa ladina.

 

– Vuelves a hacer eso mientras conduzco y nos vamos a matar, tu boca me vuelve loco. –Dicho esto comenzó a besarme y se separó bruscamente ante los bocinazos de los coches que se encontraban atrás–.

 

POV Kai.

 

Tan pronto como pasamos la puerta de mi casa se trepó a mis brazos comenzando a devorarme la boca como un tigre a su presa; mis manos viajan por todo su torso que desnudé con suavidad, tomé sus muslos con mis manos y lo cargué en mi cintura, haciendo que sus piernas de entrelazasen en la misma, mientras me dirigía con él en brazos hasta la habitación me hizo detenerme en la cocina haciéndolo sentar sobre la mesa mientras yo estaba entre sus piernas.

 

– Házmelo aquí y por todos lados, Jongin. –Me murmuró en el oído para finalizar con una suave mordida sobre mi lóbulo, me limité a asentir y suspirar–.

 

Lo despojé de las prendas bajas y me arrodillé al frente de su entrada, me relamí los labios y pude ver como me miraba boquiabierto.

 

– Te va a gustar, lo aseguro. –Le dije antes de comenzar a besar el interior de su muslos a la vez que dejaba pequeñas mordidas–.

 

Iba subiendo mis besos suavemente y podía ver de reojo como Key hacía puños con sus manos, cerrando los ojos y tratando de controlar su respiración. Pasé mi lengua por primera vez por su entrada y soltó un leve gemido, hizo que me calentase más, su voz tan delicada hacía que lo deseara más que a nadie. Y así, imitando mi acción, comencé a pasarla repetidas veces mientras con mi diestra masturbaba su miembro, sintiendo como mis oídos se inundaban por el placer que me causaba escuchar sus gemidos. Hice algo de presión con mi lengua sobre la entrada rosada del menor; simulando una penetración, lo que hizo que este cerrara sus piernas con mi cabeza entre ellas a la vez que temblaban por la excitación.

Así pasaron horas y horas, su cuerpo bajo el mío, follándolo por cada rincón de la casa, para las cinco de la mañana caímos rendidos en el colchón de mi cama, nuestras respiraciones demasiado agitadas y nuestros cuerpos recuperándose de los espasmos eran los únicos sonidos que se escuchaban junto al canto de los pájaros. Rodeé la cintura de Key con mis brazos y lo apegué a mi cuerpo, dejando besos suaves sobre sus labios rojizos e hinchados por tantas mordidas y chupones que había hecho en ellos, Key correspondía a cada uno de mis besos y se acurrucó mucho más contra mi pecho.

 

– Voy a tener que avisar que no podré ir a dar clases hoy… –Dije con un tono gracioso en mi voz y pude ver como Key levantaba la mirada abultando los labios–.

– Yo tampoco podré, creo que si voy me van a  tener que cargar por culpa de alguien. –Dijo de manera suave para después dejar un beso sobre mis labios y volver a esconder su rostro en mi pecho–.

 

Sonreí, mi corazón latía al tenerlo así, la verdad era que hace mucho lo deseaba y ahora, justo ahora, no quería dejar que se vaya de mi lado aunque, tal vez, para él haya sido un simple “follada” para mí… fue hacer el amor.

 

– Jongin… –Bajé la mirada para encontrarme con la de él e hice un pequeño sonido para que prosiga–. Me gustas.

 

Al escucharle decir esas palabras pude sentir como mi corazón comenzaba a tener palpitaciones muy rápidas, mis mejillas ardían y mis manos temblaban sobre la cintura del chico que tenía entre mis brazos.

 

– Kibum, tú a mí.

 

Su piel pálida como la nieve se tornó de un color carmesí sobre sus mejillas y así pude saber que él también sentía lo mismo que yo, que su corazón latía de la misma manera que el mío. Me abrazó con más fuerza y hundí mi nariz en su cabellera, sintiendo el dulce olor que emanaba esta, repartiendo pequeñas caricias sobre la cintura del contrario.

Notas finales:

¿Les gustó, si no?¿


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