Llegamos, es el lugar de mis sueños, literal. Un jardín con luces en el piso, y una hermosa cascada de luces cayendo de los árboles, con la luz de la luna bailando sobre nosotros.
- Chanyeol, ¿qué es esto?- sonrió mirándolo atónito.
- Hoy tenía una cita con Baek, pero me canceló, no quería desperdiciarlo, así que te invité.- me mira devolviéndome la sonrisa cuando la mía se va borrando lentamente. Es claro que soy su segunda opción.
El lugar es hermoso, pero no pensó originalmente en mí.
- Por favor, toma asiento.- me abre la silla, y acto seguido se sienta frente a mí.
- Gracias.- me limito a mirarlo, hago una mueca jugando con los cubiertos.
- ¿Qué tienes, pequeño? Si no te gusta este lugar nos podemos ir.- me mira un tanto preocupado.
- Sí, me gusta.- regreso la mirada, y mi fría e inexpresiva actitud lo tensan un poco.
Sólo quería tener una "linda cita" con el amor de mi vida.
siento mi trasero vibrar, nuevamente, pero la vibración dura muy poco. Saco mi celular para ver quien llamó y veo que no fue una llamada, sino un mensaje. No puedo evitar sonreír ampliamente al ver quien es el remitente.
" Hola hermoso. ¿qué crees? Volveré a Seúl en 4 días, ¡Yey! Al parecer hubo un cambio de planes en el trabajo y me acortaron los días. Así que pronto estaré contigo de vuelta. Te extraño.
Pd. Prometeme que cuando llegue saldrás a cenar conmigo."
Mi reacción al leer el mensaje es como la de una chica desesperada por amor, tanto lo di a saber que mi " ex hombre" se percató.
- ¿Te pasa algo? ¿Quién es?- trata de ver mi teléfono pero se lo arrebato guardándolo.
- Nadie. No es nadie.- pongo los codos sobre la mesa. Veo que el mesero deja las cartas y me dispongo a leerlas para evitar cualquier otra pregunta.
- Dime, ¿qué se te antoja?- lo miro algo serio.
- Lo que tu quieras. A ti con chocolate y crema batida, por ejemplo.- me mira sobre la carta levantando una ceja en forma pervertida.
- Eso no se vale, no está en el menú. Pide otra cosa.- trato de no reír y sonrojarme. - Yo pediré lo de siempre, Ramyeon. Como tu novio y su amiga esa.-
- Oye, con Baek no te metas.- se pone algo serio. Me gusta.
- Entonces no te metas con Tao.- Río cínicamente dejando la carta en el extremo de la mesa.
- Mira, no quiero discutir contigo ahora, es lo que menos quiero.- suspira y deja la carta sobre la otra. - Pediré lo mismo que tu.-
- Vaya, creí que pedirías " Arrocito".-
- Ya, superalo. Estaba ebrio y tenía hambre.- ríe ocultándose la cara.
- No, fue épica esa noche.- quito las manos de su rostro para ver su exagerado rubor.
- No, la noche épica fue cuando te hice mío.- Cambiamos de puestos, ahora soy yo el que parece tomate y él sólo se ríe relajado.
*
- Ah, que rica cena. Deberíamos venir más seguido, Hunnie.- salimos del restaurant, y él sobando su estomago.
- Pues dile a Baekhyun que te cancele más citas.- río sobando mi estomago también, Dios, voy a reventar.
- Shh, callate.- ríe quitando mi mano y poniendo la suya. - Vaya, pequeño, estás embarazado. No mas juegos ésta noche.-
- ¡Ni loco! Además no me puedo embarazar.- lo miro sacándole la lengua. - Por ahora llevame a casa, quiero descansar.- suspiro y entro al auto, reclino el asiento un poco y subo mis pies al tablero del auto.
- Y después jugamos. - sube y golpea mis pies. - ¡Hey! Baja tus sucios pies de mi tablero, aish.- ríe golpeándolos todavía.
Río y los bajo para que deje de estar de nena. - Ya pues, ya. Pero jugaremos tranquilamente.-
- Sí, sí, como digas.- enciende el auto y emprendemos el camino a casa.
- ¿Hasta cuándo te vas a ir a tu casa, o con Baekhyun?- lo miro sacando mi teléfono para responderle a Tao.
- No lo sé, tal vez mañana vaya por algo de ropa a mí casa y traerla a la tuya.- responde con la vista sobre la carretera. ¿quién se cree para ir a dejar su ropa en mi casa? Pff, loco.
- Ya no quiero vivir con Baek.- suspira y me mira de reojo.
- Pero ¿por qué? Él y tu hacen una linda pareja.- La verdad es que no. Sí, Yeol, abandónalo.
- Hemos tenido muchos problemas, así que quiero volver a casa y de vez en cuando venir a jugar contigo.- sonríe leva poniendo su mano en mi rodilla. Oye sí.
Llegamos rápido, por suerte.
Salimos del auto y nos encaminamos a la puerta.
- Listo. Hogar, dulce hogar.- justo cuando estoy a punto de abrir la puerta, me toma de la cintura volteándome hacia él, abre la puerta besando mi cuello haciéndome retroceder hasta llegar al mismo sillón donde tomó completamente mi ser.
- Necesito más de ti...-