Una vez que dejé todo en casa y me dispuse a arreglarme un poco, fui de compras con Tao.
Hasta ahora me ha comprado 6 trajes diferentes, y yo sólo quería uno. Insistí que eran demasiado caros pero el está necio en que quiere que tenga muchos. No lo quiero dejar pobre.
Estoy aquí, en el vestidor probándome un traje blanco, debo admitirlo, es hermoso este traje, una buena marca, y el precio ni se diga. Por ahora éste es que más me ha gustado.
- Anda, Pequeño, sal para que te pueda ver...- Grita ansioso desde el otro lado del vestidor.
Salgo algo apenado, no es que me de pena con él, sino que la chica que nos atiende me está mirando el trasero de una forma no muy bonita, y estos pantalones no ayudan mucho que digamos.
- Wow... te ves hermoso.- su expresión es diferente, no había puesto esa cara con los otros trajes que me hizo probar. Está sonriendo ampliamente, algo sonrojado, sus ojos brillan y tiene las manos temblorosas.
- Gracias, me gusta mucho.-
- Bueno. Cambiate para poder pagarlo.- saca su billetera.
- No, está más caro que los otros. Por Dios Tao, esta vez no te dejaré gastar ni un centavo.- Me pongo frente a él frunciendo el ceño molesto. No me gusta que gasten en mí y el se quedará pobre si lo sigue haciendo.
- Oye, te juro que es el último, de hecho ya nos tenemos que arreglar.- ríe tierno dando un paso hacia mí y besa mi frente. Joder, me va a dar algo.
Inhalo hondo y retrocedo un paso. - Esta bien, luego te pagaré todos los trajes.-
- No no no no, nada de eso, son un regalo de mi parte.- Vuelve a acercarse y nuevamente besa mi frente. Algo me dice que hoy me pedirá ser algo más que su amigo, se comporta más cariñoso que de costumbre.
*
- Dijiste que ya no me comprarías nada.- afirmo molesto mirando por la ventana.
- Dije que no te compraría trajes, nunca dijimos nada sobre lociones.- ríe tomando mi mano. - No te enojes, pequeño. Todo lo que hago es por amor.-
3...2...1... listo, me ha matado con sus palabras. Ahora sí, estoy enamorado de él, no me importa su dinero ni su trabajo, ya... ya lo amo.
- Oye, ya es algo tarde y mi casa está algo lejos, ¿crees que me podría arreglar en tu casa? Sólo será ésta vez y ya.-
- Cla... claro que sí. No tienes por que pedirme permiso.- sonrío leve mirándolo. Traté de verme lo más natural que pude, no puedo evitar imaginarlo cambiándose en mi habitación, es... oh Dios, ahora sí que me va a dar algo, de verdad.
- Genial, porque ya llegamos.- se estaciona y baja rápido del auto apresurándose a abrirme la puerta, no era necesario pero me encanta que lo haga.
Voy rápido a la puerta, abro y entro directo a mi habitación para ordenarla un poco.
- Oye, ¿Por qué hay dos camisas tiradas en la cocina? Deja las cosas en el sillón mirando el suelo de la cocina.
¡MIERDA! Una camisa es de Chanyeol y la otra es mía. ¡Aish, que estúpido eres Yeol! Tengo que inventar una excusa rápido, aunque no sea nada grave.
- Oh, las dejé ahí la otra noche. Perdón por el desorden, de verdad.- mis manos están sudando y flaquean mis piernas.
- Bueno, no importa.- se acerca a mí y me despeina un poco. - ¿Me puedo dar una ducha? No tardo nada, será rápido.- Oh, claro que puedes.
- Sí, ya sabes donde está todo, si tienes problemas avisame.-
- Gracias.- entra al baño sin decir nada más.
Debería... No. No Sehun, tú no eres así, que te hayan hecho así es diferente. Pero si se le ve un cuerpazo por encima de la ropa, ahora sin ella... Dios mío, no puedo evitar relamerme los labios de sólo imaginarlo.
Ya, ponte a hacer otras cosas en lugar de estar de pervertido.
Tengo que escoger que traje usaré esta noche, creo que me pondré el blanco, es el más elegante después de todo.
Lo tomo y lo llevo a mi habitación para tenerlo listo en cuanto salga de ducharme.
Abro la puerta y me encuentro con algo que casi no me esperaba ver.
¡OH MI DIOS! Es todo lo que imaginé, es un cuerpo hecho por dioses. Su pecho, sus brazos, su abdomen, su... ¡aish! mierda, no lo veo. TODO ÉL ES PERFECTO. Joder, me encanta como las gotas se van deslizando lentamente desde su pecho hasta su abdomen, quiero lamer esas gotas.
No puedo evitar un leve gemido al verlo; él, sin embargo; está demasiado calmado y nada incómodo.
- Listo Hunnie, la ducha está lista, deberías darte prisa porque no hay mucho tiempo.- sube un poco más la toalla que rodea su cintura caminando hacia su traje.
- Eh... sí, sí. Ya voy.- me apresuro rápido y entro al baño. Dios, espero que no haya visto mi erección repentina, eso sería demasiado incómodo para él.
*
- Vaya, que guapo estás, bueno tú siempre. ¿Nos vamos?- Sonríe tomando mi mano.
- Sí, vámonos que ya es tarde. No queremos arruinar nuestro título de reyes de la noche.- río leve sujetando su mano tomando las llaves de la puerta.
Salimos directo al auto y emprendemos marcha hacia el lugar donde será la cena, espero que sea un lugar lindo, y también espero que nadie me vea feo.
- No te sientas extraño cuando lleguemos, la mayoría son coreanos, así que no hay de que preocuparte.-
- No es eso, es que todos son buenos empresarios, de porte elegante y adinerados, y yo sólo soy un chico más en cientos de trabajadores.-
- Para mí serás el único y más importante de todos ellos.-