-SeHun...-
Mierda, mierda, mierda, mierda. Creo que son las únicas que pasan por mi cabeza en este momento. ¿Qué se supone que deba hacer? Pues... mi cuerpo está listo. ¡AGH! ¡NO SEHUN, NO! Eres un joven Casto y puro, Él no, pero aún así, el tiene novio y jamás le robaría la pareja a alguien... y ChanYeol no es la excepción. Aunque sí quisiera.
Siento su respiración agitada en mis labios, no he parado de tragar saliva como perro, me pregunto si él de verdad quiere hacerlo, creo que sí, está demasiado ebrio como para pensar en BaekHyun. ¿Me habré puesto la ropa interior correcta? Bueno, no creo que le importe.
- ¡SeHun!- alza más la voz, no puedo evitar pensar en mil y un escenas eróticas con él. ¡AGH! ¡Que no! Oh SeHun, aléjate y corre a la sala. Sí, eso haré.
Trato de soltarme de sus preciosas manos, pero mi esfuerzo es en vano.
- ¿Sabes qué me gustaría en este momento?- me mira sin mirarme, tiene la mirada perdida, se relame un poco los labios y se acerca lentamente a mi oído con la respiración agitada.
- A... arrocito.- suspira y se muerde el labio inferior. - ¿Me darías arrocito? Por favor, muero de hambre.-
¡¿QUÉ?! ¿Tanta puta tensión "sexual" sólo para que el muy ingrato quiera "arrocito"?
Agh, me siento sucio por haber pensado de tal forma sobre él, ¿qué diría mi madre sobre su "bebé?
Logro safarme de él y me voy de la habitación, Al carajo con su puto arrocito, muero de sueño y mañana tengo que trabajar.
*
Vaya, me sorprende que no siguiera molestando con lo de anoche. Se ve tan lindo cuando duerme. Me acerco a él y acaricio su mejilla. -Buenos dí... agh, ¡ChanYeol! Que asco. No sabía que babeabas mientras duermes.- me limpio la mano en la bata de mi pijama mientras me dirijo hacia el armario y sacar mi uniforme. Espero que sea un martes de suerte, como ayer.
Me arreglo a mi paso, no llevo prisa, incluso tengo algo de tiempo, ¿debería prepararle el desayuno? No, no se lo merece después de la erección incómoda que me dejó el muy descarado. Bueno... tampoco seré ta malo con él, soy su mejor amigo y lo amo.
Bueno, se ha llegado la hora de ir a trabajar, dejo las llaves de su auto en la mesita de noche que está, prácticamente, a lado de su cara, además le dejo una nota en la barra de la cocina: "Yeol, ya sabes, fui al trabajo. Por favor ten cuidado cuando vayas a casa, y si te apetece quedate hasta que te sientas mejor :3. XOXO— SeHun."
*
Bien, he pasado medio día en el trabajo, por ahora todo va muy bien, dentro de lo que cabe, ya que Jong Dae volvió a faltar, y Min Seok... no se si parece cerdito vietnamita o un cuyo rosado, pero me alegro de que sea feliz.
- Oye, ¿ya viste al hombre de allá? No ha dejado de verte.- sonríe pícaro y me golpea levemente con su codo indicándome con la mirada donde se encontraba aquel hombre que mencionó.
- Vaya, no es nada feo. No parece ser de aquí, ¿o sí?- Sigo con la mirada al hombre alto y apuesto que inspecciona el lugar con determinación, y de repente clava su mirada en mi, rayos, ¿me habrá oído? Sip, se está acercando a mi.
- Uh... Hola. Bienvenido a...- me interrumpe con su voz ronca y profunda.
- Dame un americano y... hmm...- se queda pensativo unos segundos, ¿me interrumpió sólo por qué no sabe que más pedir? - No lo sé, ¿Cuál me recomiendas tú, precioso?- sonríe pícaro casi tragándome con la mirada. No lo voy a negar, el tipo es demasiado guapo, pero sigo amando a mi Ingrato del Arrocito, que ni siquiera mio es.