Vaya, se siente algo extraño estar en casa en horas de trabajo. También hace unas horas que ChanYeol se fue, creí que se quedaría más tiempo, pero tenía asuntos que atender. Tengo la tarde libre y aburrida, talvez sea hora de llamar al sujeto de la cafetería, al supuesto "Hombre de negocios". No tardo ni un minuto en tomar mi teléfono cuando veo que su número está en <<marcado rápido>>. Gracias, Yeol. No me queda de otra mas que llamar.
- ¿Aló?-
Sí, es él, reconocí su voz grave del otro lado de la línea, no me dio un número falso.
- Hola, habla SeHun, el chico de la cafetería...-
- ¡Ah! Sí, sí, te recuerdo perfectamente. De hecho esperaba tu llamada. ¿quieres que hablemos en alguna parte?-
- Sí. ¿Le parece hoy en el Centro a las 5:00?-
- Perfecto. Allá te veo, hermoso.- cuelga sin decir nada más. ¿qué, ninguna referencia o nada? Pff... loco.
*
Listo. Aquí me tiene esperando 20 mins. Y nada. Creo que trataré de llamarle para ver que le pasa.
Oh, aleluya. Me ahorre más crédito en mi celular. Vaya, se ve más guapo que el día que lo conocí, viene con un elegante saco gris arremangado hasta los codos con una camisa negra ceñida a su pecho, y unos pantalones entubados un poco ajustados, y esas gafas oscuras lo hacen aún más guapo. Y yo pues, parece que me llegó un huracán, sólo me pasé los dedos por el cabello con algo de mousse, una camisa azul y pantalones negros.
Creo que ya me vio, debe ser por la postura insegura y nerviosa que tengo. Se dirige hacia mi caminando como típico galán de película, no lo voy a negar, hace que sienta algo por él.
- Oye, lamento la demora, es que no sabía donde quedaba este lugar.-
- No te preocupes, que... ¿no eres de aquí? - Sabía que no era de Seúl.
- No, soy de China. Llegué hace poco por cuestiones laborales. Y heme aquí. Conociendo las hermosas calles de Seúl, y hermosas personas también- Se acerca a mi y me giña el ojo.
- Emmm... ¿gracias?- no puedo evitar sonrojarme y sonreír como idiota.
- No hay de que, precioso. ¿nos vamos?- me mira por encima de las gafas. Dios, éste hombre es asombroso.
- Sí, claro. ¿a dónde quieres que vayamos?- lo miro atento esperando respuesta de parte suya mientras emprendemos un camino aleatorio.
- A donde tu digas. Serás mi guía turístico hoy.- sonríe y me rodea los hombros con su brazo. ¿Quién se cree que es? Bueno, en cómodo estar así.
- Si quieres podemos ir a comer algo de Ramyeon. Es mi comida preferida.- Sonrió amable mirándolo. Cada vez se me hace más atractivo, creo que me gusta.
- Claro. Yo iré a donde quiera que vayas.-
Eso último hizo que me dieran escalofríos. No es posible, apenas lo conozco y a despertado otro tipo de sentimientos en mí.
*
- Oye, ya llevamos 2 horas juntos, ¿cuándo voy a saber tu nombre?- lo miro atento ansiando la esperada respuesta que no me dejaba en paz estos días.
- No, te vas a reír.- sonríe nervioso algo sonrojado. Wow, creí que era de los tipos que no sentían vergüenza alguna.
Trato de transmitirle seguridad con una linda y calmada sonrisa. - Anda, prometo no reirme.-
- Esta bien- suspira hondo y me mira con sus penetrantes ojos. - Huang Zi Tao.
El nombre le va muy bien, tiene el porte indicado.
- Es un lindo nombre, me gusta.-
- ¿De verdad? Bueno, gracias.-
Este hombre cada vez se me hace más interesante.
Empiezo a sentir que mi celular comienza a sonar, es ChanYeol. ¿debería contestar? No, si quiere hablar con alguien que hable con su noviecito, estoy demasiado ocupado.
- ¿No vas a contestar?- Señala mi teléfono con la mirada mientras bebé un shot de Soju.
- No.- afirmo. - No es importante.- Dejo que el teléfono siga sonando unas 5 veces más mientras sigo sin apartar mi vista de su hermoso rostro. Mierda, ¿por qué tengo más suerte con los chinos que con los coreanos?
*
- Sabes, me encantó salir contigo, deberíamos conocernos más.- Sonrío tierno mientras me dirijo a la puerta de mi casa.
Que lindo de su parte traerme hasta la puerta de mi casa y esperar a que entre con bien, creo que ya lo quiero.
- Sí. No debería hacer esto, pero no puedo evitarlo más.- Lo miro algo confundido. Mis hombros se tensan cuando sus manos se posan sobre ellos atrayendome hacia él depositando un cálido beso en mis labios. Mis ojos casi se salen de sus órbitas al sentir el calor de sus labios. ¿Qué debo hacer? Apenas lo conozco, vaya, Yeol tenía razón, a éste paso talvez el será mi primera vez.
El sonido de la perilla de la entrada inunda mis oídos, pero no quiero despegarme de los labios de éste hombre.
- Vaya, vaya, vaya. Que lindos se ven, ¿o no, SeHun?-