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Desea con Fuerza 「Fanfic/KyuWook」 por Sennyazell

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Notas del capitulo:

Hola sexy´s!

Nuevo capi, más interacción, sentimientos naciendo y un pequeño conejo volador que quizá no ayude tanto como quisiera XD

 A leer! espero les guste :)

 

Kyuhyun se entró en una de sus muchas habitaciones libres con las manos repletas de varios archivos de trabajo que tenía pendiente. Era difícil trabajar ahí, en el escritorio de una muy luminosa habitación, pero no encontró otra alternativa. Cada vez que intentaba trabajar en su oficina Ryeowook lo distraía llegando con comida recién hecha o balbuceando algo divertido que había observado.

Y no era que a Kyuhyun no le gustaran las distracciones del mocoso, de hecho, el empresario se encontraba muy atento a las cosas divertidas que salían de la boca del chico, pero encontraba cada vez más difícil hacer algo con él a su alrededor.

En las últimas dos semanas que el chico angelical había estado viviendo con él, Kyuhyun no había terminado absolutamente ningún trabajo en casa. Nada. Cero. ¡Ni uno solo! Ni siquiera había sido capaz de enviar por fax un solo documento debido a las interrupciones de Ryeowook. Se encontró siendo completamente improductivo y no estaba acostumbrado a eso en absoluto.

–Bien… Tengo que terminar todos estos informes para el final del día –se dijo a sí mismo con determinación absoluta. Después de todo, era Cho Kyuhyun, la persona que sin ayuda creó el negocio que actualmente dirigía sin absolutamente ninguna ayuda. Nunca perdía el enfoque y ciertamente no se dejaba distraer por chicos que tenían contagiosas sonrisas y caminaban alrededor de las habitaciones usando nada más que camisas de vestir apenas con el largo suficiente...

Kyuhyun rápidamente sacudió los pensamientos y comenzó a escribir algunas notas en la libreta más cercana a él, cuando el familiar sonido de suaves pasos llegó a sus oídos.

– Oh, no puede ser…–susurró antes de que oyera la puerta abrirse.

A regañadientes, levantó la vista justo a tiempo para ver a Wook asomar la cabeza en la habitación. El cabello castaño del chico estaba desordenado y tenía su tan habitual sonrisa luminosa en el rostro.

–¡Ah, aquí estás, Kyu! –dijo felizmente, empezando a saltar en el cuarto–. ¿Decidiste trabajar en otro lugar en vez de tu oficina hoy? Me gusta esta habitación, es mucho más brillante.

Kyuhyun se limitó a sacudir la cabeza, sin querer admitir el diminutivo de su nombre –Kyu– sonaba bien en aquella voz angelical. El empresario todavía recordaba la primera vez que Ryeowook le había llamado de aquella manera tan informal e íntima; en ese momento había estado furioso por el hecho de que lo llamara así y le había gritado hasta el punto que lo había hecho estallar en lágrimas. Viendo al usualmente alegre rostro angelical manchado por lágrimas, había sido tan extraño y tan desgarrador que Kyuhyun se sentía como si acabara de asesinar a un campo lleno de cachorros.

Así que, a regañadientes, Ryeowook se convirtió en la única persona en la historia que tenía permiso de llamar a Kyuhyun usando un ‘Kyu' de manera tan infantil.

–Ryeowook, es estrictamente necesario que empieces a usar ropa normal en la casa –le hablo, mirando la combinación habitual de bóxer y una larga camisa blanca de vestir que llevaba el más bajo cuando nadie lo veía–. Algunos de mis inversionistas rutinariamente me visitan en casa y no me creo que tu elección de ropa sea aceptable para darles la bienvenida.

–Pero me gusta estar así –respondió el más bajo mirando su ropa–. Me recuerda a como solía vestir en casa.

–¿Túnicas que casi te hacían ver desnudo? ¿De dónde diablos eres de todos modos? ¿De la era de la Dinastía Joseon? –cuestiono con una ligera burla.

–¡No! Soy de Esser –Ryeowook respondió alegremente, mientras se abría camino hacia las ventanas, descuidadamente tirando de las cortinas dolorosamente caras y abriéndolas para dejar entrar más luz del sol.

–Ah, sí, Esser… ¿Cómo pude olvidarlo? –Exhaló preguntándose por qué Ryeowook mantenía la farsa de pretender ser una especie de hada. Claro, el chico tenía una casi muy convincente historia, pero Kyuhyun no era estúpido. Él sabía que no había tal cosa como un Esser líder que les manda a dar felicidad a los demás. Y aunque las hadas existiesen realmente, estaba seguro de que estarían haciendo milagros o vomitando arco iris en vez de andar alrededor de la Tierra como si nada dando felicidad.

–Kyu, quiero salir hoy –dijo Ryeowook cuando finalmente terminó de abrir todas las cortinas de la habitación. El pequeño chico se acercó y dejó caer su fino y delicado cuerpo sobre el sofá al lado de donde estaba sentado el más alto.

–Tengo mucho trabajo que hacer hoy –respondió brevemente.

–¡Pero es domingo! Nadie trabaja en domingo, Kibum dice que es día de descanso…

–No lo es para los trabajadores ni para los responsables ciudadanos –habló simplemente, continuando escribiendo notas en su expediente.

–Pero quiero salir –su voz sonó casi a un gemido por lo que Kyuhyun no se atrevió a mirarlo. Sabía lo que el más joven estaría usando aquella mirada de cachorro pateado haciendo pucheros y tenía demasiado trabajo para hacer frente a sentirse culpable ahora.

–Te daré algo de dinero. Dile a Kibum que te lleve a donde quieras ir –se removió buscando su cartera en su bolsillo.

–¡No necesito dinero! –se quejó rápidamente, agarrando las manos del empresario antes de que pudiera llegar a su cartera.

–Entonces cómo esperas hacer algo –Kyuhyun enarcó las cejas–. No tienes nada de dinero para salir.

–Hay un montón de cosas que se pueden hacer y que no requieren de dinero –aseguro.

–Tonterías –bufo–. Todo tiene un precio.

 “Esa es la razón por la que no puedes entregar tu corazón sin condiciones… Estas demasiado obsesionado con el dinero y tratando de comprar todo a tu paso. Pero voy a demostrarte que hay más vida que solo Wons”, pensó Wook mirando la cara inexpresiva del dueño de la casa.

–Esta noche te voy a llevar a un lugar y nos vamos a divertir sin necesidad de utilizar un solo centavo –la determinación estaba grabada en cada centímetro del adorable rostro de Ryeowook.

–Imposible –replicó el alto de inmediato.

–¡Esta noche te voy a demostrar que estas equivocado!

Ryeowook gritó colocándose de pie y comenzó a salir de la habitación. Ahora tenía un plan de salida, después de todo.

–Bien... Estoy deseando ver cómo tu plan falla esta noche –susurro condescendientemente. Se burló y volvió a su trabajo.

Fueron tan sólo cinco minutos más tarde, cuando Kyuhyun se dio cuenta de que Ryeowook había logrado conseguir que estuviera de acuerdo con salir sin que siquiera lo notara. Gruño al notarlo.

“Maldita sea –se recrimino–. Ese mocoso es astuto”

 

Exactamente a las seis, Ryeowook irrumpió en el cuarto de huéspedes donde Kyuhyun seguía sentado.

–¿Listo Kyu? –cuestiono con entusiasmo.

–¿Para qué? ¿Vas a forzarme a comer una vez más? –Kyuhyun dio una fugaz mirada a la pila de platos sucios en el suelo junto al sofá donde se encontraba.

–Solo me aseguraba de que no te murieras de hambre por trabajar tanto –explicó–. No salías de la habitación para comer, por lo que tuve que traértela yo o no hubieras comido nada.

–La gente normal sólo come una comida, no siete –murmuró con los ojos una vez más puestos en la interminable pila de trabajo delante de él.

–¡Pero estás trabajando tan duro, necesitas comida extra! –Exclamó el más bajito.

Kyuhyun se limitó a sacudir la cabeza, eligiendo no explicarle que trabajar en los informes no era exactamente un esfuerzo físico como para requerir alimentación constante.

–Además, en todos los dramas que Kangin me prestó, los hombres que van a trabajar son siempre tan felices cuando la gente les lleva loncheras –recordaba Wookie mientras saltaba de lado a lado.

Kyuhyun una vez más se preguntó que tenía Kangin en la cabeza para pensar que estaría bien tener al mocoso adicto a los dramas. Ryeowook ya era bastante raro como era, no necesitaba la influencia adicional de programas de televisión melodramáticos.

–Ryeowook, ¿hay una razón por la que estés aquí? Aun no termino –cuestiono con los ojos todavía pegados al informe que sostenía en la mano.

–¿Te has olvidado ya? Te dije que te iba a llevar afuera esta noche sin tener que gastar dinero.

Kyuhyun levantó la vista y vio que el pequeño ya estaba vestido para salir. Para gran alivio del alto, éste estaba usando pantalones normales y, aunque todavía traía una de sus habituales camisas de vestir, llevaba un largo abrigo blanco de invierno cubriéndolo.

–Me alegra ver que vistes como una persona normal y no una especie de andante nocturno –murmuró.

Ryeowook le lanzó una mirada confusa.

–¿Por qué crees que luzco como alguien que camina de noche? –Preguntó el chico con las cejas unidas–. ¿La gente por lo general camina por la noche sólo llevando camisas de vestir? ¿No se resfrían?

“Dios, este chico es demasiado inocente”

–Olvídalo. Comencemos con esta salida gratis que has planeado antes de que me vuelva loco –soltó el alto castaño poniéndose de pie. Sacudió sus piernas un poco, quitándose los calambres que habían sido causados por estar sentado en el sofá todo el día.

“Al menos tuve la oportunidad de ser algo productivo”, pensó al ver que la montaña de papeles en espera había descendido considerablemente. Había logrado hacer más trabajo en un día de lo que había hecho en toda la semana pasada. Imaginó que era porque Ryeowook había estado distraído la mayor parte del día y no había venido a molestarlo.

–¡Bien! ¡Creo que realmente va a gustarte esto! –Tomando al otro por la mano lo condujo hacia la puerta–. ¡Pasé todo el día planificándolo y consiguiendo todo!

–Pasaste todo el día planeandolo, ¿por qué? –Preguntó mientras le veía caminar por las escaleras hacia el vestíbulo principal.

–Porque quería demostrarte que el dinero no lo era todo y aún puedes divertirte y disfrutar sin tener que gastar nada.

Kyuhyun frunció el ceño ligeramente, tratando de recordar la última vez que él en realidad “se había divertido” o había “disfrutado” de algo. A pesar de que era sin duda el hombre más rico de toda Corea, tendía a usar su dinero para comprar arte caro para su casa. Nunca usó su riqueza para actividades de ocio.

–¡Ten! –Ryeowook le tendió un par de patines.

El alto joven los tomó con cautela, mirándolos con las cejas levantadas. Los patines eran de cuatro ruedas de manera vertical y le hicieron recordar. Le había gustado patinar cuando era joven y su madre solía llevarlo todos los domingos durante otoño. Sin embargo, la mujer había fallecido cuando Kyuhyun tenía quince años y nunca había patinado desde entonces.

–Kangin me dijo que te gustaba patinar –mostro su gran sonrisa–. Y tomé prestados los patines de Kibum, por lo que no me costó nada. Además, también cociné y empaqué para nosotros una cena y algo de chocolate caliente por si nos da frio, así que no tendremos que conseguir nada de comida afuera.

–No he patinado en años –hablo reteniendo el impulso de mencionar que “El hacer el almuerzo para no gastar afuera” ameritaba un gasto en la casa, por lo que se gasta dinero, ¿cierto?

–Está bien, tranquilo –hablo el pequeño mientras cubría con algo de esfuerzo la alta figura de Kyuhyun con su abrigo–. No he patinando en... bueno... yo nunca lo he hecho antes, así que tienes más ventaja.

–¡Yah! ¡Será mejor que no estés esperando que me pase todo el tiempo enseñándote! –Kyuhyun gritó cuando el más bajo lo llevó hacia la puerta.

–No te preocupes, soy un principiante rápido –menciono felizmente mientras salía a la calle. Kyuhyun pensó que era una declaración totalmente falsa viniendo del chico que aún no podía bañarse sin quemarse a sí mismo al menos una vez, pero decidió detener su habla por el momento.

Ryeowook llevó a Kyuhyun hasta el coche estacionado fuera, abriendo la puerta y empujándole al el interior. Fue sólo después que el pequeño estaba acurrucado en el asiento junto a él que el auto arranco, pero Kyu no hizo nada para apartarle, de alguna manera terminó dentro de su coche, sus zapatos en sus pies, una chamarra en su espalda, y un par de patines en el suelo delante de él sin siquiera hacerlo razonado o hecho demasiado.

Se sentía extraño para el rico chico. Tener a alguien que lo consintiera y cuidara de él como Ryeowook lo había estado haciendo era más que extraño. Siempre había sido un hombre muy independiente y, desde que recordaba, siempre había tenido que cuidar de sí mismo. Claro que una vez que se había convertido en exitoso y rico había contratado a un equipo de sirvientes para hacer cada uno de sus pedidos, pero nunca antes había tenido a alguien que hiciera las cosas por él sin esperar un pago a cambio. Incluso Kangin, a quien Kyuhyun consideraba su mejor amigo, probablemente sólo se juntaba con él, porque era su jefe y por esa culpa estúpida en su corazón… Así que, el que Ryeowook estuviera constantemente cocinándole, hablándole, y en general prestándole atención, sin exigir ningún tipo de pago, era algo a lo que era completamente ajeno.

Kyuhyun observó al chico, quien estaba mirando por la ventana del coche, rebotando ligeramente en su asiento y una amplia sonrisa se extendió en su rostro mientras miraba las luces de la ciudad junto con él. Ryeowook siempre lucia como el chico más inocente del mundo, pero Kyuhyun no podía dejar de preguntarse cuál era el motivo del chico. Seguramente nadie sería bueno con él sin tener una razón... ¿O sí?

 

Kibum finalmente llego a su destino una hora después de salir de la embarrotada ciudad y Ryeowook casi le arrancó el brazo a Kyuhyun por la fuerza en la que sacó al hombre del coche.

–¿Dónde demonios estamos? –Preguntó cuándo, finalmente, consiguió pararse derecho y detuvo al mocoso que trataba de desmembrarlo.

Parecían estar en una especie de tramo desierto de la carretera, con nada más que árboles altos y hojas secas por kilómetros en cada dirección. Kyu se volvió hacia su chofer con los ojos entrecerrados.

–Es cerca de donde está mi casa –Kibum explicó rápidamente, mostrando el su mirada algo de miedo–. El joven Ryeowook me dijo que estaba buscando un lugar donde pudiesen patinar de forma gratuita y este es el único lugar en el que pude pensar.

El pequeño castaño tomo los hombros de Kibum moviéndoles con sutileza para espantar el temor que su jefe había hecho explotar con tan solo su mirada. Por primera vez Kyu observo lo que causaba en su chofer y, brevemente, se asustó al pensar en haberlo hecho con anterioridad.

–Hay un estanque más allá de los árboles en esa dirección –explico más tranquilo–. Es muy bonito por aquí en esta época del año, por lo que es realmente bueno para el patinaje. Además, es muy privado. A veces los niños locales vienen aquí a patinar o mojarse en el estanque, pero por lo general el lugar está vacío.

Kyuhyun se quedó parado durante unos segundos, tratando de digerir la palabras expuestas por la boca de su chofer. Sin embargo, no pudo pensar en ello durante mucho tiempo antes de que Ryeowook lo tomara de la mano una vez más. Fue sólo entonces que se dio cuenta de que sus manos estaban en realidad muy frías y las manos de aquel mocoso se sentían muy cálidas y... confortables.

–Voy a ir a mi casa por un rato –se despidió Kibum rápidamente, viendo a su jefe y Ryeowook tomados de la mano–. Vendre a recogerlos en dos horas, si es que está bien.

–Está bien –Wook dijo con una amplia sonrisa–. Hice una cena para ti también, Kibum. Está en la canasta que está en el asiento trasero. Compártelo con tu familia y salúdales de mi parte.

Kibum sólo le devolvió la sonrisa al chico con una leve reverencia.

“En serio esta es la mejor persona que he conocido– pensó el chofer al comenzar a alejarse–. No sé si Kyuhyun es un buen partido para él, pero si alguien necesita a Ryeowook ese sería él... Sin duda”

Kibum nunca se había metido en la vida privada de su jefe antes, pero el chofer sabía que el empresario nunca había tenido a alguien que se hiciera cargo de él o le quisiera, y estaba realmente contento de que Ryeowook hubiera llegado. Todo el mundo merecía tener a alguien que se preocupara por uno, incluso la gente diabólica y fría como Kyuhyun.

Con ese pensamiento en su cabeza, Kibum se marchó a su casa, dejando a la pareja atrás. Ryeowook inmediatamente agito su mano al vehículo, actuando como un niño de cinco años a quien está dejando su querido padre para ir al trabajo y, una vez que el coche estaba fuera de vista, el más bajo volvió hacia Kyuhyun, quien seguía de pie en silencio.

–¡Vamos! –Exclamó liderando el camino hacia el estanque que Kibum les había mencionado–. Sólo tenemos dos horas y quiero ser un patinador profesional para cuando Kibum regrese.

El alto castaño le siguió sin decir nada y, por el contrario, solo pensando: ¿Desde cuándo ese par eran tan cercanos?

 

Cincuenta veces. Quizá unas cuantas más, pero esas fueron las ocasiones vez que Ryeowook se estrelló en el montón de hojas secas a su alrededor, así que Kyuhyun decidió que tal vez era hora de parar. El chocolate caliente les había dejado algo eufóricos, la buena comida casera satisfechos y la sensación de patinar por primera vez en años les estaba dejando agitados. Sabía que podía aguantar unas horas más, pero no sabía si el cuerpo de Ryeowook podía manejar tanta caída.

Lejos de convertirse en un patinador profesional, el bajo chico había pasado las últimas dos horas encontrando formas nuevas y únicas para deslizarse en unos viejos patines. Y a pesar de que se reía cada vez que se caía, el más alto sabía que el chico tenía un cuerpo muy frágil.

–Ryeowook, paremos ya, Kibum debe volver pronto. Debemos estar listos para irnos –intento ayudar al chico envuelto en hojas cecas, pero este esquivo su ayuda poniéndose de pie nuevamente.

–Sólo una vez más –exclamó Ryeowook, con voz ahogada mientras sacudía su cabello quitando las hojas de allí. Pero con tan solo sacudirse logró resbalar una vez más y encontrar su cuerpo enterrado una vez más bajo el gran montículo de hojas secas.

Kyuhyun dejó escapar una risita, algo con lo que recientemente se encontraba a sí mismo haciendo más de lo que quisiera admitir.

–Vas a morir si lo intentas una vez más –como un experto patinador yendo hacia donde Ryeowook estaba tratando de ponerse de pie intento ayudar, sin embargo, una vez más su ayuda no fue aceptada.

–¡No es mi culpa que este lugar sea tan resbaladizo y nunca antes había patinado! –Se quejó y luego se las arregló para ponerse de pie con las piernas temblorosas–. Pero sólo una más. Creo que ahora finalmente entendí cómo funciona esta cosa del patinaje.

–Eso es lo que dijiste las últimas veinte veces que te caíste –le recordó Kyuhyun–. Pero haz lo que quieras. Si tienes ganas de matarte, hazlo, no es de mi incumbencia.

Ryeowook sólo se tambaleó una vez más y con la determinación escrita sobre cada centímetro de su rostro se alentó a sí mismo:

–¡Kim Ryeowook, Figthing! –Grito al aventar su cuerpo.

Kyuhyun dió una pequeña sonrisa, culpa de esa extraña determinación del chico, y lo observó con las cejas levantadas mientras el cuerpo delgado se agitó extrañamente. Ryeowook se parecía más a un borracho que a un patinador, pero al menos estaba de pie.

Sin más, Wookie tomo demasiada velocidad y tropezó con sus propios pies para salir volando espectacularmente en el aire antes de aterrizar de nuevo en el suelo. El rico castaño espero pacientemente que el chico se desenterrara a sí mismo de las hojas, levantándose como siempre lo hacía. Sin embargo, después de unos segundos Ryeowook no se movía de donde había caído, ni si quiera se quejaba.

Kyuhyun tuvo una sensación de pánico arrastrándose en él produciendo que su estómago se retorciera. No podía siquiera comenzar a comprender por qué se sentía tan aterrorizado por no ver aún el cuerpo de Ryeowook moverse, pero decidió que no era el mejor momento para ordenar sus sentimientos y, en su lugar, corrió hacia el pequeño chico a toda velocidad, agradecido por no haberse quitado sus patines aun.

–Maldita sea, te dije que no debías hacerlo otra vez, Ryeowook –su voz temblaba un poco, por las mismas razones desconocidas, y se encontró a si mismo recriminándose por haber permitido que lo intentara de nuevo.

Mirando hacia abajo, una vez que llego a él, una ola de alivio corrió a través del alto castaño cuando vio que Ryeowook no estaba inconsciente, o muerto, como lo había temido en un principio. El pequeño estaba tranquilo, como si no hubiese caído de aquella manera, sonriéndole libremente.

–Que lindo eres –le dijo el pequeño en el suelo haciendo que parpadeara de más–. Te preocupaste por mí.

Kyuhyun estaba frustrado con el chico delante de él, no sólo porque sus palabras eral ciertas, sino porque estaba haciendo hacer y sentir cosas que no había hecho o sentido en mucho tiempo; sonreír, reír, sentir miedo y preocupación... eran todas las cosas a las que no estaba acostumbrado y, sin embargo, ese mocoso le hacía hacer todo eso de manera constante.

De repente, la mano de Ryeowook se estiro en su dirección pidiendo en silencio ayuda para ponerse pie. Suspirando, el hombre se inclinó con el fin de ayudar a Ryeowook. Estrechó la mano pequeña, sin embargo, antes de que pudiera levantarle sintió un fuerte tirón en su mano y se encontró cayendo hacia adelante.

–¡¿Qué demonios?! –Maldijo mientras superaba el shock por estar rodeado, tan repentinamente, por hojas secas crujiendo a su alrededor.

–¡Caíste, Kyu, caíste! –Se burló el pequeño castaño con una sonrisa pícara en su rostro, moviendo las cejas.

Kyuhyun abrió la boca para gritarle, pero las palabras murieron en su garganta, tan pronto como se dio cuenta de que su cara estaba a escasos centímetros de distancia del rostro del más bajito. Desde la distancia que estaba podía ver cada detalle del rostro del mocoso a quien refugio en su casa: su cabello castaño estaba revuelto, sus labios levemente carmesí y las hojas se amontonaban sobre su cabeza casi haciendo notar más sus largas y gruesas pestañas.

Kyuhyun dejó de respirar por un segundo. El único pensamiento que pasaba por su mente era que estaba mirando los ojos más bellos en la Tierra. Solo eso.

No sabía muy bien lo que lo poseía en ese momento, pero por alguna razón se vio inclinado hacia adelante y capturó los fríos labios de Ryeowook con los suyos. Sabía que no estaba pensando racionalmente y que no actuaba como usualmente lo hacía, pero los labios de del más bajo eran muy suaves y sabían a una mezcla de chocolate y el cielo. Se sentía tan asombroso que, inmediatamente, decidió que la racionalidad era sobrevalorada de todos modos.

Los ojos de Ryeowook se abrieron del tamaño de platos, cuando sintió los labios de Kyu contra los suyos. Estaba esperando que le gritara, pero se encontró ahogado en la esencia y el sabor del más alto sin oponer resistencia alguna. Los Essere´s se amaban los unos a los otros, pero nunca eran íntimos, al menos no tanto, por lo que esta era la primera vez que experimentaba un beso como era debido. El ex Esser no sabía por qué el simple hecho de tener sus labios apretados contra los del más alto, le hacía vibrar todo el cuerpo, pero sólo un pensamiento cruzó por la mente de Ryeowook:

“Besar es definitivamente algo a lo que puedo llegar a acostumbrarme…”

**********

Desde el cielo, Sungmin miraba a su amigo. Un fuerte chillido salió de sus labios al ver a Ryeowook y Kyuhyun participar en un choque de labios que se estaba volviendo más profundo y más intenso mientras pasaban los segundos.

–Oh, no… No, no, no, no, no –repetía Sungmin, mientras apartaba la vista, entre apenado y preocupado–. Esto no puede estar pasando, no debe pasar –murmuró dramáticamente para sí mismo, volando en círculos con impaciencia al sentirse solo.

Cuando todos estuvieron de acuerdo en pedirle a Hyukjae que les permitiera ver al menor, y el permiso fue concedido, estuvieron de acuerdo en esperar a que todos llegarán para mirar. Pero los Essere’s no son muy pacientes que digamos… Ni un minuto paso cuando Yesung y Hae decidieron ir ellos mismos por Shindong; dejando a Sungmin con su impaciencia y su enorme curiosidad ahí solo.

No resistió la tentación y comenzó a mirarle sin esperar a los demás. Creyó que era lo correcto, pero entonces aquello sucedo…

–Ryeowook no puede ir por ahí besando a ese hombre –se explicaba a sí mismo, buscando una repuesta solo–. Besar es sólo algo que los seres humanos hacen cuando están enamorados. ¡Y si Ryeowook sigue besando a Kyuhyun entonces podrían enamorarse! Pero eso haría que él le diera su corazón a Ryeowook y… y Ryeowook se vería obligado a volver al aquí y dejar a Kyuhyun solo de nuevo!

Sungmin se lanzó sobre una nube cercana, alejándose del reflejo de su amigo, y pataleo con impaciencia. El pobre chico nunca tuvo que pensar tanto antes en su vida y hacerlo le hacía doler la cabeza.

–Tengo que hacer algo, tenemos que hacer algo –se quejó para sí mismo al pensar en los demás y en que como les explicaría aquello.

De pronto se sentó, con una mirada muy decidida en su rostro, para comenzar a pensar. Sungmin sabía que no podía dejar que su amigo y el pobre humano resultaran lastimados porque se enamoraran el uno del otro, ambos parecía muy atraídos el uno por el otro, y parecía que sólo alguna suave intervención mágica podía detenerlos de la construcción de su amor.

Y eso era exactamente lo que Sungmin planeaba hacer.

–Tengo que detener a Kyuhyun y Ryeowook a cualquier costo –afirmo con absoluta resolución–. Pero… ¡¿Cómo?!

Sungmin cayó en la nube una vez más. Sabía que tenía que meterse entre Kyuhyun y Ryeowook, pero no sabía cómo iba a ser capaz de hacer eso. Sólo podía aparecer en la Tierra durante unos minutos cuanto mucho ya que aún no pasaba su prueba. Además, necesitaba el permiso para involucrarse directamente en la vida de un humano y realmente no quería ir con Leeteuk y exponerle el problema.

–Tengo que conseguir ayuda desde la Tierra –pensó con más ganas–. Preferentemente alguien que esté cerca de Kyuhyun, eso ayudara mucho…

La mente de Sungmin se tambaleó con las posibilidades de con quién podría aliarse y obtener su ayuda. Sus ojos de pronto se iluminaron cuando el candidato perfecto cruzó por su mente. Sonrió ampliamente para sí mismo, temblando de emoción. Sabía exactamente a quien le iba a pedir ayuda.

Al mejor amigo de Kyuhyun, Kim YoungWoon.

Sin esperar más tiempo salió volando en busca de sus amigos para hablar de aquello y buscar la forma correcta para convencer a Youngwoon de ayudarles a que el plan fusionase.

 

 

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Qué opinan? ¿Como va? XD

Nos vemos en la próxima actualización! Sayonara!


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