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Desea con Fuerza 「Fanfic/KyuWook」 por Sennyazell

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Notas del capitulo:

Hola sexy´s! Lamento no actualizarles nada por acá pero hasta ahorita AmorYapoi decidio coperar conmigo TToTT

Bueno, menos habla y más lectura que actualizare hasta el penultimo capitulo! A leer!

En alguna parte, lejos, muy lejos de él, se escuchó un llanto lastimoso, uno realmente herido y lleno de tristeza... Eso fue lo que despertó a Kyuhyun. Abrió lentamente los ojos y de inmediato extendió la mano para tocar la sabana donde había estado Ryeowook. Pero el lugar estaba frio y vacío.

Esperó escuchar los sonidos del más pequeño en el baño, pero no hubo nada.

Frunció el ceño ligeramente, quería levantarse e ir con él para traerlo a su lado, pero pensó que tal vez el chico necesitaba un poco de privacidad y decidió esperar. Dejando escapar una sonrisa de satisfacción, Kyuhyun cruzó sus manos detrás de su cabeza y miró fijamente la cobija, sintiendo ese calor que ahora se extendía desde su pecho con frenesí. Sí, una sensación de paz profunda lo rodeó al recordar lo sucedido la noche anterior y supo de inmediato que no sería suficiente. Necesitaría igualar o mejorar aquello con el paso del tiempo, cada noche si era necesario para sentir mejor, para sentirle junto a él, para pensar en el futuro...

Kyuhyun nunca pensó en una relación seria o en el matrimonio, sobre todo, no en un matrimonio con otro hombre. ¿Era eso legal en su país? Kangin tendría que averiguarlo y él mismo se encargaría de pedírselo, al igual que le pediría ser el padrino de la ceremonia y... Bueno, aquello no importaba en ese momento, todo a su tiempo. Ahora el empresario sabía que quería que Ryeowook estuviera con él para toda la vida y eso lograría, sin duda.

Sonrió por la satisfacción que sentía, la plenitud de conocer y amar a una criatura tan dulce y única. Cerró los ojos y esperó a que su amor volviera a la cama. No supo cuánto tiempo había esperado. ¿Cinco minutos? ¿Cinco horas? El tiempo estaba dejando al pasar sólo la incertidumbre y miedo. Apartó las mantas una vez arto, se levantó y miró a su alrededor. La puerta del baño estaba abierta.

Su estómago dio un vuelco de preocupación y se sintió marear.

Se precipitó por el lugar y corrió a la habitación donde dormía, pero... Ryeowook no estaba en ninguna parte a la vista.

-¿Wook? -Cuestionó, yendo nuevamente a su dormitorio. No se oía nada, absolutamente nada más que el viento matutino y los pájaros entre los arboles anunciando el nuevo día-. ¡Wook! -Gritó de nuevo, poniéndose su ropa.

Abrió la puerta y corrió por el pasillo. Se detuvo en la parte superior de la escalera, por donde cualquier grito se escucharía por toda la casa.

-¡Ryeowook! -Volvió a gritar, escuchando solo un eco casi burlista.

Y cuando el eco detuvo, Kyuhyun supo que el pequeño no le respondería. En su corazón sabía, porque ese sentimiento mágico que le rodeaba y se podía sentir a su alrededor no estaba más por la casa. Tan pronto como si un truco de mago hubiese sido revelado ante los ojos del público, se había ido todo sentimiento de bienestar y de lo imposible hecho posible.

Kyuhyun se tembló por completo y miró sus nudillos blancos mientras apretaba con más y más fuerza el pasamanos de la escalera, luego se hundió en el escalón superior mirando la inmensidad de aquella casa que jamás le había parecido suficientemente grande pero que ahora, era vacía y solicitaría. No se movió durante un largo tiempo.

Todo lo que él era, cada alegría nueva experimentada y brechas de paz remarcadas fueron desechadas hasta que se sintió como si no fuera nada más que vacío... Aquel vacío humano que siempre fue.

Apoyó la cabeza en su mano y tomó un par de respiraciones profundas.

-Ryeowook... -un susurro salió de sus labios con sus últimas fuerzas-. Por favor...

.

El auto haciendo ese chirriar de llantas al estacionarse con fuerza fue lo único que anuncio la llegada de Kangin, pero este no tuvo tiempo de nada. Entro corriendo a la casa, con la frente sudorosa y la respiración a mil para toparse con Kibum.

-¡Hyung, está en su habitación con el doctor, pero...! -Tan solo eso, salido de los labios del chofer y amigo del empresario fue suficiente para que el abogado subiera por las escaleras con la misma velocidad a la que había entrado en la casa.

Lo que encontró, no le dio paz en absoluto...

Kyu estaba en la cama con la respiración agitada y las mejillas rojas.

-Doctor, ¿qué ocurrió?

-¿Es usted familiar? -Cuestionó el hombre de avanzada edad y con reluciente bata blanca a lo que no supo bien contestar.

-Yo...

-Kangin... -Kyuhyun intento hablar, más se podía sentir el malestar que aquello le causaba-. Es mi hermano.

Y Kangin no supo si fue aquella dulce mentira o la forma en que lo noto, pero se sintió llorar.

-El señor Choi tiene fiebre alta -el doctor hablo, tomando a Kangin del brazo y alejándolo un poco-. Pero esta en medio de un shock.

-¿Shock? -Giró a mirarle y aquella mirada perdida lo preocupo-. ¿Qué fue lo que ocurrió?

-Debió pasar bastante tiempo recortado al pie de la escalera, eso causo que sus defensas bajaran y la fiebre diera paso libre por su cuerpo.

-¿Qué hacía al pie de la escalera?

-No sabría decírselo, él no ha querido hablar con nadie.

-Pero... -No entendía nada, en absoluto, pero algo hizo una especie de clic en su cabeza y se movió buscando a alguien en especial-. ¿Do-donde esta Ryeowook?

-Se fue... -el empresario estaba sentado en su cama de pronto, con la expresión dolida-. Ryeowook se fue...

-Diablos... -Susurró Kangin entendiendo todo.

Al recibir la llamada de Kibum anunciándole el grave estado de su amigo no fue capaz de preguntar o aguardar más, se vio en la tarea de salir de la oficina e ir en su ayuda. Pero nunca espero que todo fuese tan grave...

-¿Puede dejarnos solos, por favor?

El doctor miro a Kangin tras la petición de Kyu, por lo que este asintió y cuando el hombre salió se sentó a su lado.

-Diablos... -Repitió Kangin una vez más, sin saber qué más decir-. Escucha Kyu...

-No me digas que tenemos que encontrarlo porque no hemos discutido nuestro pago del acuerdo con él -reprendió Kyuhyun con dureza.

-No iba a decir eso... -un sollozo detuvo sus palabras.

Kyuhyun estaba llorando, de verdad... Kangin sintió su corazón romperse, pues solo había visto una vez en la vida las lágrimas de su amigo y ello no le traía buenos recuerdos.

-¿Cu-cuando? -No supo de donde saco la voz y fuerza para cuestionar aquello.

-Antier...

Domingo, eso hacia encajar todo, por eso Kibum acababa de encontrarle pero, ¿de verdad había pasado todo un día en el piso frio?

-Me gustaría que volviera y me demandara -Kyu se dio la vuelta y se quedó mirando a la nada-. Por lo menos así me diría su ubicación, cierto?

Kangin podía ver ahora por qué Sungmin había estado tan firme en tratar de separarle antes de que se enamoraran. Claro, no tenían idea de que ese amor había crecido desde el primer instante de haberse visto.

-Kyuhyun, no te ha dejado por que ha querido...

-No puedes saberlo...

-Lo sé -aseguro calmadamente.

-Entonces, ¿por qué no está por ningún maldito lado?

-Tú... ¿Crees que sería el tipo de chico que se iría y te dejaría así? -Kangin se inclinó y tomó su mano, apretándola con fuerza.

-No -fue el primer pensamiento que atravesó su cabeza-. Pero, entonces... ¿dónde está, Kangin? -Preguntó sintiéndose pequeño y vulnerable por todo. Ni siquiera se preocupaba más acerca del por qué Ryeowook se había ido o cómo lo dejo. Lo único que quería era ver al más pequeño de nuevo y cerciorarse de su bienestar, sólo eso, saber que estaba bien.

-Creo que... Tal vez la magia le tomó de regreso.

Ambos sabían exactamente lo que el abogado estaba insinuando. Ryeowook lo había dicho las suficientes veces como para suponerlo.

-¿D-de regreso? -Kyuhyun nunca había tartamudeado ni una vez en su vida, y sin embargo, ahora, cuando se enfrentó a la perspectiva de que Ryeowook nunca podría volver a él por la misma magia que les había unido, el hombre se encontró luchando por las palabras.

-Las hadas como él no tienen cabida aquí con nosotros, Kyu -habló Kangin tristemente cuando sus ojos comenzando a nublarse con tantos sentimientos encontrados-. Nosotros... Quizá no podemos tenerlo aquí con nosotros.

-Entonces... Me hace egoísta quererlo a mi lado, ¿cierto? -Preguntó, mirando al hombre que estaba sentado frente a él.

"Y a las hadas no les gusta el egoísmo", fue el pensamiento de KyuHyun ante aquella situación.

Pero, si eso era cierto... ¿Por qué una persona como él había merecido ser amado por un ser como aquel?

-No te hace egoísta. Tú y Ryeowook fueron hechos el uno para el otro, es sólo que este mundo no es para él.

Kangin se levantó de y se quedó allí por un incómodo momento antes de sorprenderle con un fuerte abrazo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que todo el cuerpo del empresario estaba temblando.

-Lo siento mucho, Kyuhyun...

Ambos se quedaron ahí, sin moverse o cambiar de posición hasta que Kyuhyun fue derribado por las medicinas y durmió en el brazo del mayor.

El reloj marcaba las tres de la tarde cuando el abogado entro en la habitación en la que dormía Ryeowook y, sentándose en la cama, dejo que sus sentimientos salieran en nombre de gruesas lágrimas.

-Leeteuk... ¿Por qué? -sollozo incontables veces sólo a la espera de que algo sucediera, pero nada paso-. Dime que todo estará bien, sólo...

Un apretón en su hombro casi lo hace caer de la cama pero, una vez que se giró en busca de alguien se percató de que nadie estaba con él. Y, extrañamente, sintió paz.

-Te lo encargo mucho, por favor Leeteuk -fue lo último en pedir ates de salir de aquella casa para regresar al trabajo. Sin Kyuhyun él debía supervisar todo, lo haría porque lo sentía necesario y no por que el deber lo mereciera más siempre recordando aquel apretón en su hombro que le aseguraba en silencio que todo, todo mejoraría.
·
Un par de días pasaron y Kyuhyun seguía sentado en su silla al lado de su escritorio, mirando el exterior y preguntándose si el lugar donde estaría su pequeño revoltoso sería igual o más bello. Sin poder evitarlo comenzó a revivir sus recuerdos, a diario, con cada segundo que trascurría: Ryeowook sentado en el comedor devorando algún pastel, su rostro cuando le miraba y el aparentaba no darse cuenta, la forma en que sus ojos brillaban al hablar de magia, la forma en que arrugaba su nariz por cosas que no le gustaban.

Kyuhyun recordaba aquella noche que le perdió, los dulces besos que compartieron y sus gemidos armonioso haciéndole cosquillas por el cuerpo entero. Se levantó y lentamente subió las escaleras, arrastrando la mano vagamente a lo largo del pasamanos y llegando así al cuarto de Ryeowook, donde su mano se detuvo en el pomo de la puerta por algunos instantes, deseando con todo su corazón verle ahí dentro. Entonces, una última esperanza le hizo contener el aliento mientras abría la puerta y su esperanza murió con ello. Ryeowook no estaba dentro. Se adentró en la habitación, porque tenía la necesidad de hacerlo, entonces cerró la puerta y le puso seguro, cruzó la habitación y miró a la cama encontrándose con la camisa de seda aun tendida donde Ryeowook había permanecido tan sólo unos días atrás, cuando en el mundo de Kyuhyun había sido todo maravilloso, cuando estaba vivo y su corazón latía al igual que su cuerpo. Cuando el amor había estado allí por sólo un instante.

Ahora lo único que quedaba era la camisa de seda que vestía el chico y extendió la mano tocándola tontamente, esperando que desapareciera también. Pero no desapareció. La levantó y se acercó a una silla, donde se sentó, mirándola.

El aroma de Ryeowook estaba allí, pero él no.

Los minutos pasaron hasta que sus ojos se toparon con algo, un brillo azul que le hizo sonreír. Eran las alas que había comprado para él. Kyuhyun las abrazó a su pecho, como si con ello pudiera traer a Ryeowook de regreso con él.

-Regresa, por favor -susurro tirándose a la cama donde su olor y presencia se sentían latentes-. Vuela de regreso a mí, mi pedacito de magia, por favor...

Si tan solo sus ojos no se hubieran cerrado con la fuerza de aquella petición Kyu habría notado el brillo de aquellas alas, ese brillo que su lazo provocó incluso estando separados.

Y, del otro lado de aquel lazo, se encontraba un chico sobre un pequeño campo de azucenas que se movían al ritmo que el viento marcaba. Él también lloraba, con la misma fuerza y sentimiento; no le podía ver, no lo podía escuchar, pero si sentir.

-¿Dónde está? -El líder del lugar llego buscándole, pero sus amigos detrás, quienes le veían sufrir sin poder hacer nada-. ¿Ha dejado de llorar ya? -volvió a cuestionar una vez que le observo.

-Ha estado llorando desde que llego -SungMin también lo hacía, pues se sentía mal al mirarle así-.Es desgarrador. ¿Qué tipo de Esser llora al obtener sus alas?

-Aquí es donde pertenece, pero... -Yesung, quien tenía en su hombro a un llorón Hae, habló-. Parece que ya no es así.

-Es un Esser, los Essers pertenecen aquí -Leeteuk miró a todos, notando su dolor-. Todo el mundo estaba triste cuando no está y ahora están peor ya que regreso...

-Queríamos tenerlo aquí, de regreso, pero no así... -Sungmin susurró tristemente-. Pero no así...

-¿Podrías explicar eso?

-Ya no es feliz porque no está completo... Le hace falta su otra mitad.

Leeteuk suspiró de nuevo, luego se comenzó a caminar a través de las azucenas con los demás revoloteando a su lado. Una vez a su lado se arrodillo ante Ryeowook, agarrando una flor para cortarla y dársela al más pequeño, quien se levantó y la acepto mientras limpiaba sus lágrimas.

Todos veían con atención la escena, esperando a que alguien hablará. Y Ryeowook levantó la cabeza y miró a los demás con nuevas lágrimas correr por su rostro.

-Kyuhyun... Sigue llamándome, puedo sentirlo...

Leeteuk se levantó y miró hacia abajo.

-Así lo hace, Wook -este mordió su labio y sintió sus alas removerse con curiosidad ante lo dicho por Leeteuk-. Algunas personas tienen duros caminos que recorrer.

-Pero yo... Nunca supe lo que era realmente la magia hasta que encontré a Kyuhyun.

Leeteuk miró a Sungmin, quien estaba derramando lágrimas silenciosas. El Esser líder sacudió la cabeza y agito su mano hacia todos sus amigos, dando a entender con aquel movimiento de manos que Wook necesitaba su cariño. Y todos se acercaron unirse en un abrazo grupal realmente cálido, compensando un poco de aquel dolor en su amigo.

-Creo que puedo oírlo hablándome -comentó Wook entre todo aquel calor que sus amigos le brindaban-. ¿Tú puedes oírlo?

Pero a quien iba dirigida la pregunta ni siquiera pudo escucharlo a él. Y ante la falta de respuesta todos giraron a buscar al líder pero él ya no se encontraba ahí, en su lugar, un Esser más llego al lugar con una pluma en su mano.

-¡Hyukie! -Donghae llamo su atención, haciéndole señas para unirse al abrazo, pero este no fue a hacerlo. En cambio bajo la mirada y dejo caer la pluma al suelo, dejando a vista de todos como alrededor de dicha pluma se forma algo parecido a un halo de luz tan fuerte que la pluma parecía estar en un charco de agua iluminado por una fuerte luz.

-¿Qué haces...? -Wookie pregunto, siendo callado al instante por Yesung, el único en el lugar quien sabía que era aquello.

Después de un minuto, que pareció eterno, el segundo Esser principal -o sublíder- se aclaró la garganta y habló con una voz ronca:

-Ryeowook, ¿podrías hablarnos de tu joven hombre?

-¿Jo-joven hombre? -Se cuestionó el castaño más para sí mismo que para el sublíder.

-Kyuhyun -la luz cobro más fuerza aun, dejando a todos extrañados-. Háblanos de tu amor humano, pequeño Wookie.

-Kyu... Él...

Entonces la luz se tornó azul, como las que el empresario le había obsequiado y los más inimaginable sucedió; Ryeowook pudo ver a KyuHyun, pero no estaba en su casa o en su oficina, muy por el contrario, el hombre se encontraba entrando a un lugar sombrío y sin magia alguna, guiados por una persona muy formal que fue a buscarles por petición de una persona vieja y demacrada.

Y Ryeowook formulo cien preguntas en su mente. ¿A dónde se dirigían? ¿Por qué Kyu parecía ser herido al ser llevado ahí? ¿Por qué Kangin le acompañaba de aquella manera tan molesta? ¿Por qué parecía no haber ni una pizca de magia allí? ¡¿Qué estaba sucediendo?!

-No te pierdas esto Wook -Hyukjae habló haciendo que todos figaran sus ojos en aquella ya baja luz que les trasmitía lo que, a ojos de los Esser, era lo mejor que podría pasar.

Notas finales:

Vamos con el siguiente!


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