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Desea con Fuerza 「Fanfic/KyuWook」 por Sennyazell

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Notas del capitulo:

Hola sexy´s!

Lamento dejarlos el jueves pasados sin actu pero salí y me olvide por completo de hacerlo jeje Apenas ayer me acorde que debía actualizar pero como me quede corrigiendo “Inocencia Atrapada” apenas lo hago X3

No lo soportaba, no más. Aquel maldito mocoso –como ahora llamaba a Ryeowook– estaba a punto de desquiciarlo, y eso que solo había pasado un par de horas en la casa. Simplemente no podía ser, no podía creerlo. Kyuhyun entró a la lujosa habitación a paso más que firme encontrándose de inmediato con un pequeño bulto en el centro de la cama envuelto en las sabanas y, al despejarlas con fuerza arrugo la nariz. El chico solo llevaba puesta una camisa vieja que, hasta donde recordaba, pertenecía a Kangin; esta prenda era muy larga y ancha para él o, al menos, lo suficiente como para llegarle debajo de las rodillas.

Ryeowook se abrazó a si mismo con fuerza, como si aquel chico hubiese arrancado el calor de su cuerpo y no una especial sabana de ceda.

–Kangin dice que te negaste a tomar los medicamentos que mandé –hablo alzando la voz más de la cuenta.

Ryeowook lo miro molesto para, en un segundo, hacerse bolita en la cama con miedo pues a ojos de Wook aquel chico –vestido con ese traje negro y el ceño fruncido– parecía malvado. Guapo, sí, mucho, como había confesado minutos antes frente a él mismo, pero malvado.

–No voy a tomarla –murmuro mientras volvía a cubrirse con las sabanas.

–¿Disculpa? –un suspiro pesado salió de sus labios–. ¿Por qué no habrías de tomarlas?

Ante aquel tono áspero y leves gruñidos el cuerpo de Wook se estremecía más y más.

–¡Saben feo! –Grito bajo las sabanas–. Solo las puse en mi boca y pensé que moriría…

Y, en efecto, cuando Kibum y Kangin fueron a verle para avisar que Ryeowook se negaba a tomar las medicinas y se las había escupido en la cara pensó que bromeaban, pero ahora lo confirmaba.

–¿Qué diablos te pasa? –estaba en su límite, Kyuhyun no soportaba a los chicos tontos aunque fueron sumamente tiernos–. ¿Tienes cinco años o que mierdas te…?

–Tengo veintisiete –respondió triunfante, homenajeándose a si mismo por recordar los datos que debía saber–. Pero aun así no las tomare. ¡Es agua envenenada! ¡¿Quieres matarme?!

–No es agua envenenada y hará el efecto contrario a matarte mocoso… Pero ahora que lo dices, matarte suena más tentador que hacer que tomes la medicina.

Una vez más arranco las sabanas sobre el frágil cuerpo del pequeño para extender su mano con una pastilla y un frasco de jarabe. Al ver aquello Wook hizo un puchero y movió su mano con fuerza para alegar aquella cosa de su lado, ocasionando que el enojo de Kyu se multiplicara en un segundo.

–¡Escúchame bien mocoso! –Tomo las muñecas ajenas con fuerza–. Vas a tomar la medicina o te obligare a hacerlo. ¡No voy a dejar que tus lesiones empeoren y causes que tenga un horrible escándalo en relaciones públicas! He trabajado muy duro para que todo se arruine por un pequeño mocoso idiota como tú –gritando todo aquello con sarna obligo al pequeño a recostarse sobre la cama mientras dejaba caer su cuerpo sobre el para impedirle moverse o escapar.

Con ambas manos sujetas por una sola de sus manos, utilizo la otra para tomar el jarabe y pastillas sobre el buro y los metió a su propia boca. Y así, sin más, cuando la medicina ya estaba en su propia boca –dejando un mal aunque soportable sabor– y su mano estaba libre nuevamente, sujeto la barbilla del chico bajo su cuerpo y junto sus labios con los ajenos.

El pequeño Ryeowook se estremeció al sentir la lengua del chico abriéndose paso por sus inexpertos labios provocando que aquella agua envenenada se deslizara a su propia boca hasta su garganta. No podía moverse por el fuerte cuerpo sobre él y su cara estaba tan bien sujeta que, si la movía, provocaba un fuerte dolor donde esta era presionada. Aquella agua sabia mal, quería escupirla y sacarla de su boca pues como Essere estaba acostumbrado solo a cosas dulces, sin embargo, Kyu no le daba ninguna oportunidad de hacerlo.

Se quedó quieto esperando que aquel hombre sobre él se hartara y le dejara, no importaba que su respiración fuera escasa si lograba resistir hasta que pudiese escupirla, pero Kyuhyun no se lo dejaría tan fácil. Con todo cinismo comenzó a mover sus labios iniciando una clase de beso forzado, interponiendo su lengua en el juego cada que el mocoso intentaba respirar con calma.

El pequeño cuerpo de Wook se estremeció y su corazón se aceleró. No sabía la razón por la que su cuerpo reaccionaba de aquella forma pero sus planes se frustraron. Sin poder respirar no tuvo más remedio que tomarse aquella agua envenenada, ganándose con ello la inmediata separación del hombre elegante.

Kyuhyun sonrió gustoso al ver al mocoso toser como si la cosa más asquerosa del mundo acabara de atorársele en la garganta. Sin decir nada salió de la habitación para ordenarle a Kangin y Kibum vigilarle hasta que fuera hora para la siguiente toma de medicamentos.

La idea de volver hacer aquello le hizo sonreír pícaramente. Aquellos labios eran tan suaves e inexpertos –perfectos para moldear y hacer a su gusto lo que quisiera–, que poco importaba si debía aguantar el amargo sabor de las medicinas. Lo realmente gracioso ahora sería si el mocoso querría tomarse solo las medicinas o tendría que obligarlo de nuevo.

Dentro de la habitación Ryeowook se retorcía sobre la cama sintiendo el feo sabor de aquella agua en su garganta y se sintió morir. Fue entonces que decidió que no le gustaba mucho Cho Kyuhyun, sin importar lo guapo que se viera.

 

Quiso salir de ahí y así pensaba hacerlo.

Asomo la cabeza fuera de la habitación y al no ver a nadie salió corriendo hacia las escaleras. Cuando las bajo se topó con la enorme puerta que conducía a la salida. Asomando la cabeza nuevamente hacia afuera y percatarse que no había nadie que lo viera, salió de la casa corriendo con todas sus fuerzas. No pensaba volver a tomar esa agua envenenada, ya no lo haría.

 

El frio que golpeaba con su cuerpo le hacía sentir que sus huesos se romperían.

El clima esa noche era frio, en especial para Wook, que aun llevaba solo la gran camiseta que le habían prestado y unos boxer´s. En Esser no existía el frio o el calor o, al menos, no podían diferenciarlo o sentirlo, eso fue lo que le hizo salir de aquella mansión sin pensar en coger nada más de ropa.

–Mis huesos se romperán –murmuro para sí mismo mientras el frio golpeaba su cuerpo–. Debería buscar ayuda…

Sí, debía hacerlo, pero para su desgracia era muy noche. No había a la redonda ningún puesto abierto o casa con luz donde pedir refugio y recordando las palabras de su amigo Hyuk sobre la tierra: “Nada bueno pasa de noche por las calles, por eso los humanos se encierra bajo llave en sus casa de noche”

Ahora no solo tenía frio sino que también miedo.

Por un minuto reconsidero regresar por sus pasos y volver a aquella lujosa casa pero recordando a Kyuhyun se negó mentalmente a hacerlo. Ese hombre era un loco y necesitaba alejarse de él todo lo que pudiese. Se obligó a continuar su camino, pero tropezó con una piedra y su cuerpo no respondió para más. Dolía, como si todo dentro de él se rompiera y, si aquello seguía, comenzaría a llorar sin importar que aquello gastara más sus energías.

–¡Muchacho! –una voz cansada sonó por un oscuro callejón a su lado–. ¡Por aquí!

Arrastrando su cuerpo con algo de dificultad encontró a una mujer mayor, casi una anciana, que estaba rodeada de niños que cubrían sus cuerpos con trozos de periódico y una manta en muy mal estado.

–¿Por qué no traes ropa? –La mujer movió a uno de los pequeños a su regazo haciendo un lugar–. Ven aquí o te congelaras.

Heechul, uno de sus amigos en Esser, siempre le decía que en la tierra nada era como parecía. Incluso cosas buenas podrían ser malas o viceversa, y quiso tener ese pensamiento al ver a la mujer pero no lo consiguió. La gran pureza en los ojos de la señora le hizo confiar de inmediato, sin dudar.

–Gracias –fue la única contestación que dio antes de apegar su cuerpo al de la mujer.

Los niños en torno a ella le miraban curiosos pero nadie dijo nada. Ryeowook se preguntó la razón por la que no le preguntaba su nombre, edad o de donde venía –como lo habían hecho los hombres en aquella casa cuando despertó–, pero nadie ahí tenía un hogar o persona que se preocupara por ellos y, al pensar que el chico era como ellos, decidieron no preguntar para no hacer daño.

Los pensamientos de todos se vieron interrumpidos cuando el pequeño en brazos de la mujer comenzó a toser de una manera espantosa.

–Calma pequeño… ya pasó…

–Ryeowook sintió una horrible presión en su pecho, como si algo malo fuera a pasar y al ver las lágrimas del pequeño quiso cambiar su expresión:

–Hola –llamo sonriendo–. Mi nombre es Ryeowook, ¿quieres que te cuente un secreto?

Él niño le miro extrañado pero asintió lentamente, poniendo toda su atención a lo que fuese que pensara decirle.

–Yo no soy de aquí, vengo de un lugar más lejos que cualquier estrella que puedas ver allá arriba –cuando noto que todos los niños miran al cielo donde apunto sonrió feliz–. Nosotros venimos a la tierra a brindar felicidad y no hay nada que quiera más que hacer algo de magia para ustedes, pero cuando llegue ya no tenía magia…

–¿Perdiste tu magia? –una niña pregunto y el asintió–. ¿La extraviaste o te la quitaron?

–No lo sé –sintió un algo arder en su pecho, pero quiso ignorarlo–. Pero aun así yo soy alguien que vino al mundo a ser felices a los demás.

–¿Qué poderes tenías? –cuestiono otro niño.

–Yo podía manejar el fuego con mis manos, o hacer figuras de agua en el lago –mintió pensando que era lo mejor, y acertó, todos los niños se interesaron y sonrieron para él imaginándose lo que él decía–. También cocinaba panques para los dragones y unicornios, aunque Hee y Hae siempre se comían la mayoría.

–Entonces… ¿Eres un hada?

¿Hadas? ¿Qué cosa eran las hadas? Él era un Essere, no un hada o… acaso… ¿Los humanos les llamaban hadas a los que eran como él?

Asintió ganando muchos aplausos por parte de los niños a su alrededor.

–Es cierto lo de los aplausos, ¿verdad? –el más pequeño de los niños, ese en el regazo de la mujer fue quien hablo–. Dicen que si alguien dice que no cree en las hadas una cae muerta en la tierra.

Wook se tensó pero sigue escuchando atento a los niños.

–Por eso debes aplaudir –todos los niños lo hicieron una vez más–. Si lo haces la hadita regresa a la vida. Y debes grita “Yo sí creo en las hadas” para que ella pueda volver a volar.

Aquel pensamiento, cierto o falso, era encantador. ¿Por qué? Porque los niños creían verdaderamente en ello, podías verlo en sus caras al aplaudir y soltar con fuerzas “Yo sí creo en las hadas”

El castaño conto muchas de sus aventuras y anécdotas en su lugar natal y los niños lo escuchaban con admiración. Así pasaron varios minutos hasta que todos los niños se perdieron en su mundo de sueños y fantasías para soñar, todos excepto Ryeowook y la mujer.

–¿Qué le pasa al pequeño? –cuestiono entre un gran bostezo el castaño.

–Está un poco enfermo –la mujer hablo–. Pero pronto todo estará bien…

Con aquel último susurro el pequeño Wook, más rápido que nunca, se perdió en sueños, soñando que realmente el niño mejoraba y podía mostrarle sus poderes para sonreír.

 

Los primeros rayos del día despertaron a Ryeowook en aquel callejón rodeado de niños. Ahora que podía ver mejor se percataba que eran siete pequeños y el lugar en el que estaban no era un callejón como él creía, era más bien una especie de cerrada de árboles y arbustos en lo que parecía un parque bastante grande.

–Buenos días –saludo la mujer–. Gracias por lo de anoche. Todos se atemorizan cuando el pequeño Joo comienza con esa tos tan…

El castaño tallo sus ojos creyendo ver mal, pero la lágrima que dejo caer la mujer le dijo toda la verdad. No necesito palabras ni comprobaciones para saber que el pequeño estaba mal y eso lo entristeció.

¿Por qué a las personas buenas les pasaban cosas malas?

–Será mejor que comas algo –cambio el tema la mujer mayor–. Ten muchacho, recupera un poco de tus fuerzas con esto.

Un paquete de galletas fue lo que la mujer extendió en las manos del castaño y este las tomo para comenzar a comerlas. Conforme los pequeños iban despertando los niños besaban y abrazaban a la mujer para esperar pacientes a que ella les diera algo de comer. No tenían más que galletas o pedasos de pan algo duro, pero os niños le sonreían a la mujer que les cuidaba como si ella les brindara el mejor platillo de sus vidas. ¿Gratitud? Sí.

¿Y que había de su gratitud?

El tierno ex Essere no sabía cómo agradecer la generosidad de los presentes; la mujer le brindo calor y comida mientras que los niños le animaron y enseñaron aquellos hermosos pensamientos, no podía simplemente irse sin agradecer.

Mientras pensaba con fuerza que hacer como agradecimiento la única niña en el lugar se sentó a su lado tomando su mano con cuidado.

–Soñé algo hermoso –susurro la pequeña apretando la mano entre sus dedos–. Había muchas hadas volando y brillando por todas partes…

Wook lo imagino, sus recuerdos se transportaron a Esser para volverlo hacerlo sentir solo, pero feliz de poder hacer  –sin magia verdadera– que niños como ellos creyeran en lo que los adultos, tarde o temprano, ya no.

–Una de las hadas me dijo que puedes recuperar tus poderes si realizas magia pura –una pausa–. Debes encontrar a alguien sin sueños a quien le hagas creer nuevamente para recuperar tus poderes y volver a casa. Un Essere puede volver si le enseña a un humano a entregar su corazón sin condiciones.

Lo último que la niña pronuncio tenso el cuerpo del Ryeowook y lo sobresalto casi hasta las lágrimas.

–Eso fue lo que Leeteuk me dijo que te avisara.

–¿Viste a Leeteuk? –ella solo asintió–. ¿De verdad puedo volver?

–Digo que tú sabrás cual será el humano a quien debes hacer creer –la niña soltó la mano del mayor y se pudo de pie para estirar sus manos a sus lados mientras los movía simulando alas–. Yo también quiero alas azules que brillen tanto como las de Leeteuk.

¿Aquello era verdad? ¡¿Acaso estaba dándole una oportunidad para volver a su hogar?!

Sonrió y grito con entusiasmo al imaginarse de nuevo junto a Sungmin y Yesung en los campos de girasoles, o escuchando a Hae y Heechul catar… Sí, no importaba como, pero debía conseguirlo para volver, para tener su vida de vuelta.

Ya tenía una misión para cumplir en la tierra…

La verdadera prueba era como hacer que aquello fuera posible. Los humanos mayores no creían en la magia, eso todos los Essere lo sabían de sobra y era por eso que solo se mostraban ante los niños y los animales, pero si aquello era un mensaje que el mismo Leeteuk le había mandado quería decir que era posible.

Tanto fue su entusiasmo que no se percató del momento en que, alejando se la cerrada de árboles, comenzaba a caminar por allí. Sin rumbo. Y entonces paso. Una bella mariposa azul paso a su lado llamando la atención. Aquel bello insecto se posó en su cabeza para comenzar a cantar, pero… un segundo, ¿las mariposas cantaban en la tierra? La melodía era suave y solo de cinco notas –tres largas y dos cortas– que parecían conducirte a un lugar único para arrullarle.

¿Tú me mostraras donde puedo encontrar al humano indicado?”, se preguntó siguiendo el revoloteo del azulado insecto.

En ese momento una corriente de aire levanto las hojas secas del suelo para llevar algunas a la cara del pequeño. Sus ojos picaron por la poca tierra que entro en sus ojos pero tallándolos un poco pudo volver abrirlos, solo para encontrar a quien menos quería.

–Aquí estas, maldito mocoso –dijo Kyuhyun en tono bastante molesto–. ¿Qué piensas ganar huyendo y pasando la noche en la calle?

Un repentino estornudo de Ryeowook incremento la furia en los ojos del hombre frente a él.

–¿Así que pretendes ponerte peor para demandar y sacarme más dinero? Sabía que no eras tan inocente mocoso…

Wookie quería gritarle que aún no sabía bien que era aquello de demandar y que no quería volver a verlo, pero su garganta no seco al ver lo que debía ser una mala broma de Leeteuk. Mientras Kyuhyun seguía gritando un sinfín de cosas que ya no escuchaba, la pequeña mariposa se posó sobre la cabeza del chico frente a él brillando un poco a la vez que su canción aumentaba de sonido.

Esa era la señal y, no solo eso. Era aquel hombre, Cho Kyuhyun, a quien debía volver hacer creer y entregar su corazón sin condiciones si lo que quería era regresar a su hogar.

–¡¿Me estas escuchando mocoso?!

El pequeño castaño bajo la mirada y asintió. No sabía porque pero que el hombre que le gritaba fuera su misión lo ponía nervioso. En el poco tiempo de conocerle se había percatado de que Kyuhyun era malo y no sentía empatía por los demás, ¿cómo iba a lograr cumplir su misión con él?

–Como sea, Kibum estaciono el auto en la otra esquina, vámonos ya. Permanecerás en mi casa hasta que sanes completamente y acordemos tu pago –el alto castaño no dejaba de hablar en aquel tono tan déspota–. Eres demasiado peligroso para mi empresa por lo que no saldrás de mi casa a menos que yo este enterado.

Kyu comenzó a andar pero el pequeño no le siguió. Sabía que era mejor hacerlo, después de todo, vivir con él le ayudaría a realizar lo que quería, pero aun así, su tono y cara no le gustaban para nada.

–No –caminando en dirección contraria a la que el otro castaño iba, comenzó a andar.

–Oye, mocoso, los bancos aun no abren y con tan solo levantarme de la cama ya he ganado 1000.000.000 wons. Así que te pagaré muy bien tus heridas.

Ryeowook no entiendo la mitad de lo que Kyuhyun hablo así que, girando hacia él y viéndolo a los ojos hablo:

–Entonces dame dinero ahora.

Lo sabía”, se dijo Kyu al momento de sacar un enorme fajo de billetes de su saco para dárselos al mocoso. Sin embargo, no conto con lo que sucedió. Al tener los billetes en las manos Ryeowook comenzó a correr como si su vida dependiera de ello mientras que unos pasos le seguían de cerca.

–Maldito mocoso –grito el alto castaño mientras se adentraba en una cerrada de árboles que, en su opción, parecía un lugar sucio y asqueroso.

Un muy sonriente Ryeowook que entregaba los billetes a una mujer de edad avanzada fue la visión que tuvo el famoso inversionista al entrar por completo en la cerrada.

–Lleve al pequeño al hospital y cuídense mucho… considérelo como un regalo de agradecimiento.

Un puñado más de mocosos sucios se arremolino rodeando a la causa de sus problemas y Kyuhyun no supo decir si aquello era una escena extraña o estúpida. Cuando aquella mujer le dirigió una mirada y comenzó a llorar supo que el drama frente a él le aria vomitar.

–Ya estoy listo para ir contigo, Kyuhyun –dijo Wookie con una enorme sonrisa a la vez que salía de la cerrada sin esperarle.

La cabeza le dio una punzada y quiso correr a matar a aquel mocoso, ¿por qué mierdas le pedía dinero que ni siquiera era para él?

–Ese chico… –un susurro, seguido de un sollozo, detuvo sus pensamientos–. Debe ser un ángel.

–No mamá, él no es un ángel –una pequeña y sucia niña se abrazó a la cintura de aquella mujer–. Él es un hada.

Tonterias”, se digo al fin saliendo de la cerrada. Pasó sus manos por su costoso traje inspeccionando que no lo hubiera rasgado o ensuciado pero se distrajo al ver al mocoso causante de sus problemas tan feliz y sonriente.

¿Cómo había conocido Ryeowook a aquellos vagabundos y por qué les había dado el dinero? Mil ideas y otras preguntas se formaron en la cabeza de Kyu pero todas perdieron su interés en un parpadeo.

–Eres el mocoso más extraño que he conocido, Kim Ryeowook –murmuro antes de caminar hacia el lugar donde le había indicado a Kibum esperar.

Los casi silenciosos pasos de Wook lo hicieron saber que iba siguiéndole pero no fue hasta que escucho al chico tararear una melodía suave que se giró a mirarle. En sus ojos había una especie de adoración, como si quisiera encontrar algo en Kyu, algo que muy a su pesar, él sabía que ya no tenía.

**********

Tres armoniosas voces cantaban y brincaban de nube en nueve, festejando por adelantado el regreso de su amigo a Esser.

–¡Wookie volverá, yo sé que lo hará! –canturreaba Hae agitando sus alas por doquier.

–Claro que lo hará, hablamos de Ryeowook –dijo Sungmin saltando a otra nube–. Nadie puede resistirse a él, es natural que los demás lo quieran y cuiden.

–¿Deberíamos agradecer a Leeteuk?

–Claro que sí Yesung, estoy seguro que él está planeando algo bueno para que Wookie pueda regresar pronto –la nube donde saltaban comenzó a soltar gotas de agua–. ¡Se me ocurre algo!

–¿Qué es Hae? –cuestiono Sungmin entusiasmado.

–¡Le pediremos a Hyukie que nos deje ver a Wookie desde la fuente!

Si bien Lee Hyukjae era el encargado de vigilar a los nuevos Essere’s en la tierra, eso no quería decir que la fuente de visiones se pudiera usar para cosas como esas. Además Ryeowook no era un Essere nuevo en tierra, él era un ex Essere, un Essere desterrado.

–¿Cree que sea una buena idea? –se cuestionó Yesung.

–¡Claro! Hyukie nos dejara verlo siempre y cuando no le hablemos, así que vamos chicos.

Los tres agitaron sus alas para volar con todas sus fuerzas a casa del aun un poco herido Hyukjae. Claro, no sin antes pasar por la casa de otros de sus amigos para decirles que Ryeowook regresaría pronto. Para ellos era obvio que regresaría, quizá tardaría, pero están muy seguros de que Wookie lograría descongelar cualquier corazón humano por muy adulto que fuera.

 

 

Notas finales:

No se olviden de votar y dejarme sus comentarios. ¡Nos vemos el próximo jueves sexy´s! :3


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