Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdad del corazón. por Akudo

[Reviews - 74]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Estaba terminando de prepararse colgándose su cadena al cuello cuando vio la luz de su teléfono titilar en la cama. Pensó que se trataba de Eve que quería fastidiarlo con toda esa emoción de haber pasado ya a la preparatoria, así que lo dejó ahí por un rato.

Ya con su bolso a cuestas lo tomó antes de bajar y efectivamente, había un montón de mensajes de su hermana que al parecer no se había desahogado lo suficiente anoche cuando cenó con ellos y casi no dejó comer a nadie de tanto que habló, sin embargo el más reciente era de un remitente distinto y simplemente con ver ese nombre en la pantalla se le formó una curva en los labios.

 

 

 

Bonus 2: Seirin

Shuuzou entró con un largo resoplido, luego de haber corrido un par de kilómetros por los alrededores como acostumbraba a hacer algunas veces a la semana.

Al ir a la cocina se agachó para acariciar la cabeza de Barto que descansaba en su cómoda cesta, el cual lo saludó sacudiendo la cola y lamiendo su mano. Ese perro que adoptaron cuando Shin era apenas un bebé solía acompañarlo en sus rutinas matutinas, pero ya estaba bastante viejo ahora.

Se sacó el reproductor de música que tenía enganchado en sus shorts deportivos y lo dejó en el comedor para ir a la nevera por una botella de agua. Fue cuando Himuro apareció dándole la bienvenida, vistiendo una camisa y pantalón simples puesto que no planeaba salir de casa ese día, con una toalla en los hombros por su cabello todavía húmedo, recién duchado y afeitado.

— Estás hecho un asco, sabes que eso me gusta.

— Vete a mirar a otra parte.

Nijimura no dejó que el otro se le pegara ya que estaba muy sudado y le robó la toalla para secarse. Escucharon pasos apurados bajando las escaleras y Shin venía a ellos con “esa” mirada.

— Mamáaa…

— Agh, ¿a quién le dices mamá?

— Si lloraste cuando aprendió a hablar y te llamaba así.

— Tú calla. ¿Qué vas a pedir? —porque no había otra razón para que lo llamara de esa forma.

Pasó su mirada pesada de Tatsuya a su hijo que, aunque no estuviera haciendo un gran alboroto, se le notaba lo ansioso que andaba. Si no estuviera chorreado en sudor el menor hasta lo habría abrazado.

— Akashi me escribió. ¿Verdad que puedo ir con él a Kioto el fin de mes?

Akashi era el padrino de Shin, pero estaba tan ocupado de ciudad en ciudad que pocas veces lograban verse en condiciones, así que cuando podían y sus padres lo dejaban, se quedaba un fin de semana con el pelirrojo. Tenían una buena relación, además de, bueno, ciertas cosas que Shuuzou y Tatsuya ignoraban que estaban sucediendo ahí.

Ambos ya sabían de antemano, puesto que Akashi no le daba aviso a Shin sin antes tener el consentimiento de ellos, y a pesar de que ya habían accedido siempre hacían sufrir un poco al chico de esta manera.

— No sé… justo esa semana me dará flojera lavar el auto. —decía casual Tatsuya, sobándose el mentón.

— Lo lavaré antes de irme.

— Y la reja doblada…

— La arreglaré.

— Mm, el veterinario de Barto… —lo imitó el otro.

— Yo lo llevaré. ¡Shuu, no le sigas la corriente!

— Bien, bien. Pero… —esta vez Shuuzou se puso más serio, cruzándose de brazos— Debes tener buenas notas o será un no para la próxima. El año anterior pasaste arrastrando apenas literatura.

— Geeh… nunca olvidarás eso. —desvió la mirada con fastidio, haciendo un mohín idéntico a los del mayor.

— Ya está en preparatoria. Mira qué rápido crecen. —Tatsuya sacudió el cabello de Shin, quien le dijo que no lo hiciera— Hablando de eso ya debes irte, que hoy nosotros tenemos el día libre y lo queremos aprovechar.

— Las ceremonias de bienvenida son aburridas. Iré después.

— Creo que no entendiste lo de que queremos aprovechar el día.

Himuro le sonrió a su pareja y éste lo hizo igual, pegándose tanto a él para abrazarlo que Shin quedó aplastado en medio de ambos. Se quejó fuertemente sin ser escuchado, más cuando empezó a oír cómo se besaban por encima de su cabeza.

— ¡No hagan eso! Shuu está sudado, ¡Tatsuya! ¡Asco!

Cuando ya disfrutaron bastante a costa suya lo dejaron huir, no sin que antes Tatsuya le diera un sonoro beso en la cabeza y Shuuzou otro en la mejilla a pesar de sus réplicas, mandándolo ya al colegio. Le recordaron que no dejara nada olvidado, metiéndose al bolso el almuerzo que Tatsuya preparó. Se había vuelto bueno cocinando.

Los pasos del menor ya habían salido por la puerta, cuando no tuvieron tiempo ni de decir nada al escucharlos en reversa y vieron a Shin asomándose por el marco de la cocina, mirándolos con sospecha.

— No quiero hermanitos.

— Como si no pudiéramos hacerlo aún contigo vigilando.

— ¡Oigan!

Mientras Tatsuya se reía Shuuzou le dijo que ya se fuera de una vez, amenazándolo con que lo llevaría de la mano hasta su salón frente a todos si no se apuraba.

 

 

 

— ¡¡Shiiinn~!!

De ninguna manera pudo pasar desapercibido, ahí, saltándose el portón con medio pan en la boca mientras Eve iba hacia él con el brazo en alto. Que por cierto, ella había hecho exactamente lo mismo hace apenas unos minutos, luego de llegar tarde también al haber ido con Kazunari y Yuuya a acompañar a su hermanita a su primer día de escuela primaria.

Rui era algo miedosa con respecto a las cosas a las que no estaba acostumbrada, por eso la habían llevado entre todos para que se sintiera mejor. Tenía el pelo rubio oscuro y los ojos claros de Takao. Por suerte para ella le había tocado en la misma clase que su prima Aori, la hija menor de Midorima y Miyaji, y en torno a la cual giraban las burlas constantes de Takao que les decía que ya la devolvieran de donde la habían secuestrado, que sus verdaderos padres debían estar preocupados –por supuesto, todo sin que las niñas lo oyeran-, puesto que Aori no se parecía a ninguno de los dos. Su cabello era de color caoba y sus ojos grandes que parecían negros destacaban mucho por su piel de leche, apariencia que Miyaji aseguraba que la nena heredó de uno de sus abuelos.

Mientras tanto el mayor, Kaoru, recién pasó a su segundo año de secundaria, a pesar de que muchos no se lo pudieran creer siendo que el muchacho era demasiado alto para su edad.

Volviendo con el otro par de hermanos, ya la ceremonia había culminado así que todos iban por ahí buscando sus horarios y siendo perseguidos para que entraran en algún club. Estaban viendo por dónde ir intentando familiarizarse cuando el celular de Shin vibró en su bolsillo y al sacarlo vio que se trataba de Tatsuya.

— ¿Qué pasa?

¿Llegaste bien? ¿No te perdiste?

— No soy un niño pequeño.

Himuro le dio la razón, preguntándole ahora si ya había ido a visitar el club de básquet y recordándole de paso que la entrenadora se llama Aida Riko. El menor suspiró agotado de sólo recordar esos días en Teiko; los entrenamientos eran muy duros así que pensar en volver a eso resultaba ciertamente agobiante, sin embargo, le había cogido el gusto competitivo a ese deporte y sus padres siempre estaban motivándolo y haciendo que practicara contra ellos. También Akashi.

Debes unirte con orgullo. En nuestra época ellos ganaron el campeonato nacional, y no ha sido su única vez.

— Ya he oído eso como dos millones de veces, gracias.

Además, lo necesitas para bajarle algunos niveles a tu humor. A veces te pareces demasiado a Shuu.

— ¡¿Aah?! ¡¿Qué quieres decir con eso?!

¡¿Qué quieres decir con eso?!

Su queja tuvo eco al otro lado, donde Shuuzou tampoco se había sentido muy halagado por el comentario.

— ¡¿Es Shuu?!

Eve se pegó al teléfono, ya que hasta ella pudo escuchar el grito de Shuuzou. Lo saludó entusiasmada, incluso le arrebató el celular a su hermano para conversar a gusto con él.

— Tch, si apenas anoche hablaron.

— Pero ya lo extraño. —le replicó, cambiando a una gran sonrisa al escuchar la voz del otro Nijimura. Estuvieron así cinco minutos, y Shin se hubiese largado hace cuatro si su hermana no lo tuviera agarrado de la ropa impidiéndoselo— Sí, sí…

Ten un buen día y pórtate bien.

— Como siempre. Te quiero~

Yo también. — al oírlo se sonrojó, no importaba cuántas veces Shuu se lo dijera con puro cariño. Luego Tatsuya volvió al teléfono y habló un poco con él también antes de devolvérselo a Shin.

Pásala bien y cuida a tu hermana de los pervertidos. Nos vemos en casa.

— Vale.

Colgó, aunque con los pervertidos no podía hacer mucho, puesto que medio colegio ya tenía los ojos puestos en los pechos de Eve que irremediablemente llamaban la atención, bastante.

— Lo sofocas demasiado, Tatsuya ya se habrá dado cuenta.

— Es algo que no se puede evitar cuando estás enamorado.

Shin se puso serio, seguro de que Eve sólo estaba encaprichada y cuando madurara un poco más esto se le pasaría. Sin embargo a veces cruzaba la raya, incluso en frente de su padre.

— No quiero que les causes problemas, ¿o cómo te sentirías si yo le anduviera coqueteando a Kazunari?

— Cielos, eres tan pesado. Además no soy la única, creo que vino en combo la atracción por un hombre mayor.

Los colores se le subieron a la cara, aunque la desvió con molestia.

— A… Akashi no tiene nada que ver.

— Es tu padrino. —antes de que alegara que no había sangre de por medio y que Seijuro no estaba casado, ella hundió más el dedo— Tu padriiinooo, el mejor amiiiigo de Shuuuu.

— ¡Aah, ya cierra la boca!

— Heeey, ¡Nijimura! Ahh, Himuro-san. —un tercero se les unió, deteniendo su trote para deleitarse con la visión de la hermosa chica e ignorando la cara huraña de su amigo— ¿Te cambiaste el cabello? Se ve lindo.

Ella se peinó uno de los mechones que le caían en la frente con algo de rubor en las mejillas y le agradeció. Solía llevar la mitad del pelo cubriéndole el ojo, pero en cuanto Shuu le dijo que se veía mejor con la cara descubierta no dudó en cortar su flequillo y recogerlo al costado con un gancho.

— ¿Y yo no estoy lindo?

— Cuánto tiempo, arcoiris. —le respondió sin reaccionar.

— Ni tanto. Oi, yo estoy por aquí, Hyuuga.

— Sí… —le costó subir la mirada, ya que si sus ojos con una veloz habilidad analítica no le estaban fallando Eve había ascendido a copa E, lo que era grandioso— ¿Vas a unirte al club de básquet?

El otro se encogió de hombros ya que no le quedaba de otra. Así que Reno le entregó uno de los formularios de inscripción que le fueron dados para que ayudara a sus senpais a reclutar.

— Y Himuro-san, tú podrías ser nuestra manager. ¿No te gustaría?

— ¡Nope! —respondió enseguida con una sonrisa risueña, destruyendo por completo los sueños del muchacho de pelo marrón oscuro e iris miel.

Cuando pudo recuperarse del rotundo rechazo le dijo a Shin que antes de empezar sus clases le regresara el formulario ya llenado para él llevárselo a su madre.

— De todos modos, ¿por qué Seirin?

— ¿Que no lo recuerdas? —regañó Eve— Esta era la escuela de esa persona importante para mamá y papá. ¡Reno, tómanos una foto!

Aceptó embobado, pudiendo rozar los dedos de la chica cuando ésta le prestó su celular con un montón de colgantes de colores.

 

 

 

El arrebol en el cielo era bastante intenso esa tarde en la que tuvo el gusto de dar por concluidas sus actividades, en esa empresa en la que entró a trabajar con su padre hace años ya. Por tanto, se permitió la comodidad de aflojarse la corbata y despeinar su cabello tan llamativo como el mismo color que estaba viendo afuera a través del ventanal.

Mientras dejaba unos documentos importantes bajo llave tuvo el ocio de revisar sus redes, bajó por la pantalla del teléfono con su dedo y se detuvo en una foto de hace ya varias horas con la que no hubo manera de no sonreír. Se trataba de una animada Eve casi ahorcando a Shin para obligarlo a salir en la captura, con aquel familiar edificio erguido tras ellos. Notó también los collares que llevaban ambos chicos, con un anillo a juego colgando.

El pie de la foto le hizo reír con nostalgia ya que le traía demasiados recuerdos.

“¡Primer día en Seirin! ¡También seremos los mejores!”

Les deseó la mejor de las suertes en su nuevo futuro, partiendo a casa para prepararle la cena a su familia.

Notas finales:

Por último, les dejo un dibujo de Eve y Shin ya adolescentes. Me gustaría decir que lo hice con mucho cariño pero en realidad fue con bastante flojera lol igual cumple con el objetivo.

Link

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).