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La verdad del corazón. por Akudo

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Notas del capitulo:

Lamento haberles hecho esperar para... MÁS DRAMA.

Su sistema lo obligó a despertar de súbito.

¿Despertar? Pero cuándo rayos fue que se durmió. No podía negar que contar ahora con Tatsuya lo alivió un montón, y que a pesar de que a veces dormía mucho, demasiado, se levantaba sintiendo que no descansó en lo absoluto, sin embargo tampoco debía echarse a un lado ahora. Necesitaba estar con su niño siempre.

Se sentó en el colchón, entrando en pánico cuando no lo vio por ninguna parte. Era como otra de sus pesadillas, no en las que se imaginaba a Himuro yaciendo con Takao mientras se mofaban de él, sino en las que Tatsuya se llevaba a su hijo lejos por habérselo ocultado.

Salió de la cama muy bruscamente y se dobló siseando por los puntos de su vientre, teniendo que sentarse otra vez. Jadeaba tanto que apenas podía respirar y el sudor comenzó a recorrerle las sienes y el cuello, su mente fue cubierta por una espesa neblina y se desesperó; estaba teniendo un ataque de ansiedad. ¿Por qué le pasaba esto?

— ¡Shuu!

Tatsuya se acercó lo más deprisa que pudo sujetando con firmeza a Shin en sus brazos, al cual Shuuzou trató de arrebatarle pero estaba tan débil y fuera de sí que el menor no pudo permitirle cargarlo o se le caería. Protegió a Shin con un solo brazo tomando las manos tiritantes del otro para que dejara de jalar del bebé.

— Tranquilízate o vas a hacerle daño.

— No te lo lleves… no lo alejes.

— No lo haré. Recuéstate.

Le costó hacer que se tumbara, recostando suavemente su cabeza en la almohada y dejó al niño envuelto en una toalla a su lado para que viera que estaba bien. Le pidió que se quedara ahí y se las arregló para hallar la cocina y traerle un vaso de agua; al principio Nijimura no quiso mas tuvo que insistirle y lo ayudó a beber. Estaba temblando mucho como si tuviera la tensión muy baja.

— ¿Has comido algo hoy?

— No tengo hambre.

Sabía cómo era eso. A pesar de que su estómago gruñera todo el tiempo y se retorciera pidiendo algo de alimento el apetito no venía de la mano, así que la garganta rechazaba cualquier bocado por pequeño que fuese y forzar el cuerpo sería peor.

— No vuelvas a llevártelo sin mi permiso.

— De acuerdo. Perdóname… es que lo vi incómodo y revisé su pañal así que aproveché de darle un breve baño. —el pequeño se veía a gusto así que Himuro no debió tener problema con eso, después de todo ya tenía experiencia con una hija.

Nijimura se volvió a recostar de costado acariciando el pecho de la criatura y sintiendo como ronroneaba, mientras éste hacía uno que otro ruidito viendo a su alrededor, por lo que Himuro ya se había dado cuenta que tenían los mismos ojos. Bañarlo, eso era algo que aún no podía hacer por él; había visto a su madre hacerlo y ella le enseñó pero todavía no podía sujetarlo con la suficiente seguridad como para no pensar que terminaría ahogándolo.

Y Tatsuya lo hizo como si nada. Para eso estaba aquí con Shin después de todo, eso sin embargo no le impedía considerarse una mierda oficialmente.

Pensó que quizás no estaba destinado para esto, porque no se lo merecía.

Himuro jaló una silla junto a la cama y se sentó mirándolos un rato en silencio sin poderse guardar una discreta sonrisa, ya que olvidándose de todo lo demás esa era una hermosa escena— Tu herida… nunca había visto una así.

El mayor tenso los labios y se jaló el borde de la camisa hacia abajo con recelo. Así que lo había espiado mientras dormía.

— El bebé se desarrolló donde no debía... así que su posición no era adecuada para tenerlo de forma natural o con una cesárea corriente.

Por eso el suyo no era un discreto corte bajo sino uno en vertical desde su ombligo, y Tatsuya quiso retirarle las prendas y besar ese lugar donde Shuuzou sentía dolor. El susto que debió pasar Nijimura en esos momentos no habrá sido menos, sin poder sacarse de la cabeza que todo eso estaba ocurriendo por culpa suya, porque su cuerpo no era bueno para albergar al niño, rezando para que naciera bien.

Y quien estuvo allí para tomar su mano no fue él sino Akashi.

Trató de no tener más mierda de esa en el cerebro, debía centrarse en el ahora y ser lo mejor para Shin y para Nijimura. Le preguntó en cuánto tiempo cerraría la herida.

Fue más complicado y por eso tardaba más de lo normal en sanar, de hecho apenas empezaba a cicatrizar porque tiempo después se dio cuenta de que el corte se infectó y tuvieron que tratarlo y cambiarle los puntos. Sentía tanta conmiseración por sí mismo que causaba risa, definitivamente todo este infierno era una maldición que cayó sobre él.

Shin estaría mejor sin él. Si no podía cuidarlo y cubrir todas sus necesidades, si no podía ofrecerle seguridad y protección, si éste ni siquiera podía estar en paz cuando lo acunaba en su regazo… si ni siquiera servía para lo más básico que era darle pecho. ¿Cómo no lo odiaría su pequeño?

Miró al otro. Tatsuya era mucho mejor para él, tal vez… estaba bien si se lo llevaba.

A causa de todas esas ideas destructivas empezó a sentir muchas náuseas y Shin se removió intranquilo hasta ya no poder contenerse y dejó escapar un fuerte llanto. Shuuzou se cubrió los oídos, no sabía qué hacer, en ese instante su cabeza se bloqueó. No sabía por qué el niño lloraba, no sabía qué hacer para que se detuviera, sólo quería que se callara de una vez por favor.

La voz de Tatsuya se oía tan lejana a través de sus manos que bloqueaban el sonido, y éste no dejó de insistir hasta que le hizo descubrirse los oídos y que enfocara sus ojos en la realidad. No podía permitir que se quebrara.

— Shuu… Shuuzou, respira. Sólo tiene hambre seguramente.

— … Yo no sé…

— Voy a acomodarte, ¿sí? Te tocaré.

No. Que Tatsuya no se tomara la molestia, que no lo hiciera pasar por esto. No funcionaría.

Colocó una almohada contra la pared y abrazó a Nijimura para sentarlo contra ella, tratando de no perderse en la sensación de sus cabellos rozándole la cara y su palpable fragilidad entre sus brazos. Tomó al bebé diciéndole con cariño que ya iba a comer y se sentó junto al mayor para acercárselo a pesar de lo renuente que estaba.

Levantó su camisa sin pena y con el brazo libre lo ayudó a sostener a Shin, dirigiendo su cabecita al pezón del que debía prenderse pero él continuaba en su llanto como si ignorara a Nijimura. Lo volvió a acercar pegando su boquita al sitio pero ni así logró nada y el más bajo le pidió casi llorando también que ya se detuviera.

— No funciona, él no me quiere. Desde el principio…

No había podido darle pecho ni una sola vez en las tres semanas que llevaba de nacido, era una vergüenza.

Himuro lo consoló en vano ya que ninguna palabra podría aliviarlo y pensó que esto era lo mismo que sucedió con Kazunari cuando éste estaba en su peor condición y Eve no quería alimentarse de él.

Le dio algo de miedo pero volvió a dejar a Nijimura solo con el niño para ir a buscar el biberón ya preparado que le indicó el mayor, regresando en un parpadeo para que Shin dejara de estar tan afligido. También rechazó la mamila y Himuro tuvo que ponérsela dentro de la boca para que sintiera el sabor de la leche, así fue como aprensó sus labios alrededor y comenzó a mamar con energía.

Shuuzou pudo recuperar la calma cuando los gritos se detuvieron y limpió las lágrimas de su bebé pidiéndole disculpas desde lo más adentro de su corazón.

— Debes dejar de pensar que él no te quiere, cuando la simple realidad es que eres su adoración. —lo vio fruncir el rostro y continuó sin dejarlo ponerse a la defensiva— Sólo míralo, es un ángel incapaz de sentir algo malo por la persona que le dio la vida.

A pesar de que al principio hubiese querido quitársela. Nijimura observó a su pequeño sosteniéndolo en el ángulo correcto mientras Himuro le daba el biberón; éste había aferrado su delicado puño a su camisa y mantenía sus ojitos relajados casi cerrados, sin embargo cuando decidía mirar a alguna parte parecía buscarlo a él.

— Es un chico muy listo y entiende cuando estás mal, por eso se asusta y no tiene otra manera de consolarte que llorando contigo. Te puedo jurar que lo único que desea es que estés contento para que él también pueda estarlo.

¿Qué no era lo más normal que un hijo sufriera si su padre también lo hacía? Ese era el amor más sincero, esa era su irrompible conexión y Shuuzou no deseaba hacer creer a Shin que su existencia no era suficiente para hacerlo feliz.

Se permitió apretar los labios en una débil sonrisa viéndolo acabar de comer y con mucha suavidad le ayudó a sacar lo gases, negándose a soltarlo mientras reposaba y le iba entrando el sueño. Himuro se movió a su lado rozando sus brazos por accidente y el otro alejó el cuerpo por inercia sin mirarlo, mientras el menor carraspeó sin decir nada. No tenía moral alguna para quejarse de absolutamente nada, por más que Nijimura se estuviera mordiendo la lengua ahora luchando contra un “gracias”.

Fue la mejor decisión haberlo llamado después de todo pero era aún demasiado pronto para tantas cosas. ¿Cómo debía tratarlo ahora? Porque quería mantenerlo cerca y lejos a la vez.

Para superar esta incomodidad Tatsuya le preguntó si estaban viviendo solos ahí. La casa no estaba perfecta pero no había tanto descuido y Shuuzou no se encontraba en condiciones óptimas para limpiar y recoger, sin embargo debía estar al tanto del entorno donde vivía su hijo ya que la estabilidad del mayor no era del todo fiable todavía.

— Mis tíos están de viaje ahora y mi mamá… —abrió los ojos recordando algo y maldijo. ¿Qué hora era?— Debes irte, ella llegará pronto.

El otro se sorprendió pero terminó suspirando después haciéndose una idea— Ella no sabe que me llamaste, ¿cierto?

Entonces escucharon ruido en la entrada.

— Ahora, vete ya.

Lo apuró diciéndole que quitara el seguro de la puerta de atrás y se fuera. Si no le había contado nada a su madre es porque primero, no quería hacerla sentir que no era suficiente para apoyarlo con Shin y segundo, si veía a Himuro lo mataba seguro así que ya era para que el del lunar estuviera bien lejos de ahí.

Lo volvió a apurar para que se largara de una vez. Tatsuya se levantó y cuando el más bajo vino a darse cuenta éste se estaba inclinando sobre él; por un segundo se quedó estático mirando su rostro acercarse y ¿por qué diablos estaba pensando que lo iba a besar? Y si ese fuera el caso no lo permitiría, no obstante ese beso fue a parar sobre su frente, demasiado rápido como para haberlo impedido y Tatsuya le pidió que volviera a llamarlo pronto o se aparecería ahí por su cuenta sin importarle si la señora Nijimura lo custodiaba con una escopeta en la mano.

Salió a toda prisa por el pasillo, y mientras iba caminando de regreso a casa sintiendo el viento contra su cara se preguntó si estaba haciendo lo correcto, si no debería haberse quedado y enfrentar a la mujer para defender su posición como el papá de ese niño. Ahora que había podido verlo y tocarlo no quería separarse de él… pero no quería ir en contra de los deseos de Shuu, sabía que sería un proceso lento y que éste recurrió a él por la desesperación.

Sin embargo el paso más grande era el primero. Shuuzou se estaba hundiendo en un profundo pantano y había puesto a su hijo primero, alzándolo hacia él para que lo llevara a la orilla y lo salvara.

Pero no lo iba a dejar ahí, tomaría sus brazos y lo sacaría de esa oscuridad. Los llevaría a ambos a cuestas y si resultaba demasiado pesado tendría que hacerse más fuerte para soportarlo, sin importar si al final todas sus extremidades caían deshechas.

Notas finales:

Feliza día de las madres para Shuu y Kazunari (???

Ok, esto es apenas la mitad de todo lo que quería meter en el capítulo pero no se pudo, y la última parte quise dejarla para más adelante pero cristo, me daba un derrame si no pasaba nada bueno aquí.

Si todo sale bien quedan dos caps para terminar el fic, a lo mejor tres. Si me tardo más días de los que ya les tenía acostumbrados para actualizar es porque ando algo estresadita pero estoy enfocada en terminar esto.

Nos vemos.


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