Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdad del corazón. por Akudo

[Reviews - 74]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Recordemos que en esta historia hay lactancia masculina.

Si de algo estaba seguro que nunca cambiaría Taiga era la necesidad de refugiarse en alguien cuando un problema lo superaba. Y si no le había contado nada a su padre la única opción que le quedaba en Estados Unidos era Alex, quien estaba ignorando todas las llamadas que le hizo y eso le dio la razón.

Sin embargo quería abogar por el cariño que la mujer le tenía aún después de todo como último recurso para enderezar las cosas, a pesar de que con cada “Deje su mensaje después del tono” y con cada súplica sin respuesta que estaban a punto de hacer sangrar su garganta, las fuerza para marcar los números del teléfono se le desaparecían.

Estos días se estuvo quedando con Takao en la casa que había compartido con el pelirrojo. No podía dejarlo solo con la niña, no cuando ninguno de los dos confiaba ya en sus propias ganas de seguir adelante. Fue una noche más de desvelo en la que trataba de acostumbrar a su hija al biberón, ya que en la decadencia en la que se encontraba atrapado Kazunari su alimentación era malísima y no le iba a hacer ningún bien amamantarla, y fue entonces que una diminuta luz apareció.

Alex se contactó con él.

Su smartphone estaba recibiendo una solicitud de skype de ella y aceptó enseguida, aun cuando al verla en la pantalla quedó mudo como si no tuviese tanto qué decir. La rubia también guardó silencio un momento, debatiéndose en lo que quería y lo que debía hacer; fue cuando alcanzó a ver la pequeña criatura acomodada en el regazo de Tatsuya.

¿… Es ella? —la dura expresión que muy pocas veces había visto en el rostro de su mentora no pudo mantenerse ante aquella escena y por primera vez Himuro volvió a formar una leve sonrisa, acercando el celular para que la viera mejor. Alex contuvo un suspiro de asombro— De verdad… son iguales.

Sí. —la morenita no mostró más interés que por su leche pero no importó, con tan sólo estar allí tranquila cambiaba el universo de todos a su alrededor— Taiga está…

Sabes bien que no apoyo lo que hiciste y que a Taiga le sobran razones para no dirigirles la palabra. —Tatsuya mordió todo su labio inferior y asintió sin ganas— No obstante, a pesar de su dolor estoy segura de que todavía tiene algo que decirle a ambos. Así sea un adiós definitivo o un hasta pronto, por favor, no hostiguen lo que decida.

Lo entendió. Kagami tenía todo el derecho de colocar su vida como prioridad antes que la remota posibilidad de volver, escondiendo una herida fatal que nunca lo dejaría ser feliz de nuevo.

Alexandra le dejó dicho que mañana haría que el pelirrojo hablara con ellos. Quizás era egoísta porque Kagami no era su pareja pero aceptaría lo que decidiera su hermano y Takao debía hacer lo mismo, sólo no estaba seguro de que el menor fuese a resistir un golpe más.

Esa mañana fue a buscar a Kazunari a su cuarto y fue como encontrar un cadáver con los ojos abiertos y perdidos, un muerto que vestía a diario las pocas ropas que Kagami dejó atrás. Le habló, se sentó en la orilla de la cama y acarició su rostro mas el otro no mostró reacción; le preguntó si quería ver a la bebé y nada cambió, sin embargo cuando mencionó a Taiga pareció volver en sí.

Su voz estaba ronca y se partía en cada palabra que lograba pronunciar, preguntando una y otra vez si Taiga había vuelto. A Himuro le costó hacer contacto con la parte lúcida del más bajo pero logró prepararlo -o al menos hacerlo consciente de lo que iba a pasar- unos minutos antes de la hora del reencuentro.

Cuando Kagami apareció en la laptop el ojo de halcón casi no pudo contener el impulso de abalanzarse y entrar en la pantalla. Tenía el mismo aspecto decaído de ellos dos y sus ojos estaban tan hinchados que le costaba tenerlos abiertos.

Su primera petición fue que le dejaran ver a la nena y Himuro fue a buscarla a su cuna. Estaba dormida y no se enteró de nada, y Kagami sonrió con tan sólo verla así.

¿Qué nombre le pusieron?

— Eve… era el que más te gustaba.

Es cierto. —su risa salió tan leve pero se notaba lo sincera que era. Cuando Takao pensaba que ya se le habían agotado las lágrimas volvía a sentir sus ojos aguados, después de todas las veces que soñó con volver a ver y escuchar al pelirrojo— Le queda hermoso. Ella es preciosa.

“Pero no es mía.” estuvieron seguros de que pasó por la mente de Taiga.

¿Saben? No la odio, nunca podría. Estuve con ella por nueve meses, la cuide como mía, sentí todo lo que hacía y la esperé con cariño. La amo y le deseo lo mejor del mundo.

Kazunari ya no aguantó la espera, su corazón iba a estallar. Le rogó que regresara con ambos, que ella es su hija también.

Pero no lo era.

Mi cabeza y mis sentimientos siguen siendo un caos total, sin embargo, a pesar de que en este momento lo hago, sé que no podré odiarlos por mucho tiempo. También los amo y son las personas más importantes para mí.

— También te amo, Taiga. Demasiado… por favor…

Pero no puedo perdonarlos. —fue instantáneo, como si hubiesen martillado un grueso clavo en el pecho de Kazunari— Sigue siendo una traición, algo que nunca hubiese esperado de mis personas queridas… y duele. Es como estar atrapado en una continua tormenta de desesperación.

— Taiga…

Tatsuya, sé que pensarás que puedes comprender lo que siento pero no es así. Si hubiese sido al contrario estoy seguro que no dudarías en tomar un cuchillo y matarnos a mí y a Nijimura-san.

Con la sola mención de ese nombre la aparente tranquilidad de Himuro se derrumbó y apretó más su agarre en el cuerpo de Kazunari a su lado que parecía a punto de morir, llorando tras las palmas de sus manos, clavándose las uñas en la frente.

Él es el único capaz de entenderme y también la pasa mal. Me contacté con él y me dijo que lo sabe. —hizo una pausa inusual bajando la mirada, como si quisiera agregar algo más al respecto pero finalmente decidió no hacerlo— Ya no quiero tener este malestar adentro. Pasará un tiempo pero sé que podré perdonarlos y sentiré paz con eso, así que también perdónense ustedes. Kazunari… —éste no hizo más que negar con la cabeza sin descubrirse, queriendo negar esta fea realidad— Nunca desees que ella haya nacido diferente. Quiéranla y cuídenla como la hija de ambos que es.

Tatsuya no tenía la facilidad para dejar salir sus sentimientos así como Takao o el pelirrojo, así que el caos dentro de él se estaba acumulando de una manera alarmante. Sólo esta vez fue capaz de botar una lágrima, una sola lágrima que pudo liberarlo de la mitad del peso que lo aplastaba mientras rodó por su mejilla hasta caer en la frente de su pequeña que se removió apenas.

No valía decir “no sabíamos lo que hacíamos” o “no queríamos que pasara así”, mas Taiga era testigo del fuerte castigo del arrepentimiento. No les deseaba más tormentos y este era el primer paso para que los pelinegros salieran del hoyo.

Hey. —los miró a ambos y fue capaz de regalarles una gran sonrisa— Sean felices.

Notas finales:

Es normal que alguien se vuelva rencoroso y vengantivo ante una traición como la que vivió Taiga, sin embargo creo que él no es ese tipo de persona y es capaz de darles el perdón a Takao y Himuro aunque no vaya a regresar con ellos.

Y no, no es que Tatsuya no se acuerde de Niji sino que no quise enrederar las cosas y necesitaba primero cerrar lo de Kagami. Ya se vienen noticias del senpai.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).