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Oferta de trabajo por SC2672

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Notas del capitulo:

Holaaaa aquí el capitulo 5, perdonen la tardanza, los exámenes fueron una shit en su máximo esplendor, pero con la cara en alto puedo decir que logre otro semestre como es debido. Muchas gracias a todas por sus buenos deseos (la verdad es que a la hora de presenta me acorde de algunos reviews que me mandaron y saque la adrenalina) Sin más mucha gracia por leer y por todo su apoyo en este fic!!!!

Y ahí estábamos los 3, en aquella estrecha habitación. Sachi y Penguin se unieron después de unos minutos. Detrás de mi estaba la persona a quien debía proteger. Luego le preguntaría que es lo que había pasado.

-yo sé quién eres. Trafalgar uno de los grandes y poderosos shichibukai. Quien diría que te dejaría ver por algo tan poco.-

 El maldito sonreía al hablar. Se levantó pues había impactado contra la pared y me miro con un rostro malicioso.

-así que ¿pareja? ¿Quién lo diría? Así que por fin has encontrado a alguien para remplazar me.-

-no le ha escuchado decir tu nombre nunca, o gritar por ti-

Mantenía el silencio, no era necesario responder nada. Lo único en lo que podía pensar en ese momento era que debía alejarlo de ahí lo más pronto posible. Comenzó a acercarse y se detuvo frente a mí.

-muévete, interrumpiste lo que estábamos haciendo-

Volvió a sonreír, y el simple hecho de que continuara con vida era insoportable. -no te acerques a él, no sé qué hayan sido antes pero ahora él es mío-

-Penguin-

 -a la orden jefe-

Ya sabía lo que tenía que hacer, me voltee para ver cómo se encontraba espero que por su bien no pueda recordar esto.... Me quite el saco y lo envolví en el, aún tenía el rostro sonrojado y respiraba con dificultad. Lo cargue para llevarlo a mi auto, y lo llevaría a la oficina ahí tenía algo para contrarrestar los efectos de la droga; su piel al tacto se sentía caliente. Quien sabe cuánto le habían administrado y tenía que tratarlo de inmediato. Después hablaría con sus hermanos acerca del tema.

-jefe, ¿qué hacemos con estas personas?-

 -déjenlas, me encargare de protegerlo mejor de ahora en adelante.-

 -jefe ¿cómo se encuentra Mugiwara-san? ¿Deberíamos llevarlo a casa?-

 -primero a la oficina, ahí tengo algo para contrarrestar los efectos-

-oigan bastardos...-

 

 Era de nuevo esa molesta voz, me sorprendió que no se haya desmayado después de haberle cortado la circulación de ambos brazos. Este tipo era fuerte, pero ya estaba débil, no faltaría mucho para que cayera desmayado igual que el otro.

-¡¡¿¿EHHHH ESTAS CONCIETEEE AÚN??!!-

-les tomará más que esto para dejarme atrás, yo no soy el único que ya puso sus ojos en ese mocoso. Espera a que él lo sepa...-

 

Después de eso cayo, ya no preste atención al asunto y me marche junto con mis tres subordinados. Dos de ellos siguiéndome desde la espalda y el otro aferrado a mi camisa haciendo un esfuerzo por respirar apropiadamente.

 -estarás bien. Ya estas a salvó-

 -... Torao...-

 -está bien no te esfuerces demasiado-      Diciendo estas palabras, se quedó dormido, pero los efectos de la droga aún no se habían ido y aún batallaba para respirar, también el hecho de que estaba ardiendo en fiebre. Llegamos a donde estaban estacionados los dos carros y con cuidado lo recosté en el asiento de atrás.

 

Ya se había quedado dormido, igual que la vez anterior (¿habrá pasado aquella ves lo mismo?) su rostro se veía calmado nuevamente. Me gustaba contemplar ese rostro sin preocupaciones (quiero ver este rostro siempre).

Acaricie sus cabellos unos segundos para subirme e irnos directo a la oficina.

 -jefe, el estará bien ya verá-

-si, no debe preocuparse nada malo le sus cedió, me alegró que hayamos llegado a tiempo-

 -... Chicos...-

 

-¿sucede algo? jefe-

 

 -... Gracias por la ayuda...-

 

Ambos parecieron sonrojarse, pero quien estaba realmente avergonzado creo que era yo. Nunca antes había agradecido por nada y tampoco me había sentido agradecido por algo o hacia alguien, pero en este momento... Estaba feliz de que todo haya estado salido bien.

 

-regresemos al trabajo, el día laboral aún no termina.-

 

 -aaah es cierto es todavía muy temprano-

 

-ya decía yo que esa era la aventura del día- Ambos se subieron a sus autos y yo al mío. Mire nuevamente el rostro de la personas que dormía plácidamente atrás y no pude evitar sentir un alivio el saber que estaba ahí.

 ------------------------------------------

Llegamos a la oficina, no estaba muy lejos del lugar de donde estábamos y para entonces quizá las personas que se habían ido ya habrían notado lo que les paso a sus compañeros. Entramos al estacionamiento y salí del carro para abrir la puerta de atrás y ver como seguía. Aún no parecía estar mejor, de hecho hasta parecía estar peor lo cual me tenía preocupado. Si le habían administrado una cantidad muy grande, su salud estaba en riesgo. Lo tomé en brazos y despertó por unos segundos.

 

-¿te desperté? Lo siento. Ven te llevare a la oficina tengo algo para contrarrestar la droga.-

 

-...Torao...me siento extraño...-

 

-pronto te sentirás mejor, no te preocupes-

 

-Penguin, Sachi, llevare a Mugiwara-ya a mi oficina y lo tratare ahí. Cuando se sienta mejor hablare con el respecto a lo que está pasando-

 

 -si necesita algo no dude en decirnos jefe-

 

 -le diré a mi secretaria que estaré ocupado el día de hoy, por favor encarguen se de atender los asuntos más importantes del piso 4, 12 y 20-

 

- a la orden jefe-

 

 Entré al elevador y le pregunte como estaba, si podía contestarme con claridad sería bueno pues los efectos de la droga ya estarían pasando y me ayudaría a saber cuánta dosis debía administrarle.

 

 -¿cómo te sientes?-

 

 -...-

 

No dijo nada, sólo volteó a verme. Su caras seguía roja y la temperatura aún no parecía bajar.

 

 -está bien, ya casi llegamos, cuando te sientas mejor, ¿me dirás lo que pasa?-

 

Asintió simplemente y con eso escuche el timbre del elevador indicando que ya habíamos llegado al piso que había marcado. Salimos de ahí y me dirigí a mi oficinas asistente se sorprendió que acababa de llegar, pero más por la persona a quien llevaba en brazos.

 

 -¡¿señor que ha sucedido, se encuentra bien el chico?!-

 

 -estará bien, estaré ocupado todo el día, si alguien llama, diles que estoy muy ocupado en una junta o que no estoy. Te llamare después para que contactes a los hermanos del chico-

 

-si señor-

 

Abrió la puerta de mi oficina y la cerro a nuestra entrada. Lo recosté en uno de los sillones negros largos que había en la enorme oficina y me puse a buscar en donde estaba el suero para administrar el analgésico.

 

 -Torao ... ¿Que estas haciendo?-

 

 -estoy buscando un medicamento-

 

-¿te duele el estómago?-

 

 -no, esto es para ti. Te inyectaron una sustancia mala y con esto estarás mejor-

 

-hmmm.... Yaaa veo...Torao ¿después de aquí iremos a comer?-

 

 -llamare para que traigan la comida, prefiero que te quedes a descansar antes que cualquier cosa-

 Simplemente se quedó en silencio en lo que seguía buscando. No paso mucho después de que encontré ele medicamento.

 

-aquí está-   Prepare la medicina y me acerque a él, para poder hacer la administración. -no te muevas, intentare que no te duela-

 

Le aplique la inyección, forcejeo unos segundos y se calmó después, por lo menos el trabajo ya estaba hecho. Cuando el medicamento hubiera surtido efecto le preguntaría que es lo que estaba pasando.

-¿ves, no fue tan malo o sí?-

-es que dijiste que no dolería.-

-Toraaaaaao tengo mucha hambreeeee-

-veo que eso no se te quita con cualquier cosa, llenare a cafetería, supongo que traerán la comida en 10 minutos-

Tome mi celular de la mesa que estaba cerca del sillón en donde se encontraba recostado y llame a cafetería para que trajeran la comida, quizá después de que comiera hablaría conmigo y también podría ayudar a contrarrestar los efectos de la droga.

-cafetería en que podemos servirle-

-traigan mucha comida, la piso 30 hay y para mí solo un café.-

-aaah jefe pero aún es temprano, ¿no le importa?-

-no es importante más tarde también pediré la comida, no tuve mucho tiempo de comer en la mañana-

-está bien entonces el ayudante subirá a dejar la comida en 10 minutos-

-ya he pedido la comida, después de comer quiero que me expliques, que es lo que acaba de pasar ¿está bien?-

-lo hare, te lo prometo… pero como vamos a comer, se te olvido algo importante, Torao-

- ¿algo importante?...-

Se levantó, del sofá en donde lo había recostado aun aferrado a mi saco, y se acercó a mí, su mirada aún estaba perdida y parecía estar muy mareado. De pronto sentí como se acercaba lentamente a mí, hasta que sentí el chocar de nuestras respiraciones.

-¿mugiwara-ya?-

-Torao, te necesito-

Sin darme tiempo de responder a lo que acabada de decir, sentí como roso tímidamente mis labios con un beso. Eran de nuevo esas deliciosas sensaciones que invadían mi mente y me hacían actuar por instinto sin hacer caso a lo que decía mi mente. Sabía que estaba todavía en los efectos de la droga y que aunque el analgésico estuviera haciendo lo suyo, los efectos tardarían en desaparecer. Sabía que estaba mal y que no podía ir más lejos, o si no podría detenerme y aparte estaría tomando ventaja de la situación. Pero aun que estas mismas advertencias resonaron por toda mi mente, mi cuerpo había dejado de responder a lo que esta le decía y simplemente hizo lo que le pareció mejor.

Lo tome de las caderas y lo acerque a mí, pagando nuestros cuerpos el uno con el otro, con una de mis manos subí hasta sus cabellos y comenzó a enredar mis dedos en ellos, para después acercar más su cabeza intensificando el contacto.

Comenzaba a gemir cada vez más fuerte, en busca de aire. Le deje tomar una bocado y volví a llevarlo a mi boca, y aproveche el hecho de que había dejado su boca abierta durante unos segundos y metí mi lengua dentro de su cavidad. Se veía que era la primera vez que hacia esto, le faltaba mucha experiencia y solo podía sentir como su pequeña lengua jugaba con la mía y eso era bastante lindo.

-ahora sentía una necesidad de tenerlo por completo para mí. No me importaba quien era ese cualquier de hace unas horas ahora esto me pertenece solo a mí. Me aseguraría de marcar todo su cuerpo como de mi propiedad.

Deshice el contacto y lo volví a mirar; me miraba con todo el rostro sonrojado y los ojos entrecerrados inhalaba y exhalaba con dificultada, de alguna manera el calor que habíamos creado en ese momento se había hecho lo suficiente mente grande como para poder ver el aliento que salía de su pequeña boca. Me acerque nuevamente a su boca, para limpiar con mi lengua el hilo de saliva que quedaba en uno de los extremos de su boca.

Baje desde su mandíbula y comencé a recorrer hasta donde estaban sus clavículas, sabía que tenía que tener cuidado y que nadie se enterara de lo que había pasado, así que por esta vez lo dejaría en un lugar no tan notorio, aparte que sus hermanos podría preguntar y aun no era el momento de decirles que su hermano ahora me pertenecía.

-te voy a marcar, procura que nadie lo vea ¿está bien?-

Asintió y ladeo el cuello facilitándome tener un mejor acomodo. Su piel era suave y sus el contacto era muy placentero, tanto que por accidente mordí un poco, logrando que tirara de mis cabellos.

-auch-

Solté una ligera risa y eso solo hizo que el regaño fuera aún más. No entendía como aun estando bajo los efectos de la droga era capaz de seguir siendo aquel chiquillo hermoso, de actitud infantil de quien tanto me había enamorado.

-Torao, me duele-

-¿quieres que pare?-

-…no… se siente extraño, pero me gusta…-

-entonces continuemos-

Hacia lo posible por no penetrar con mis dientes su piel, pero era demasiado el deseo que era difícil, más aun cuando se aferraba de esa manera a mí, mientras ahogaba sus gemidos, impidiendo que los escuchara. Me gustaba verlo de esta manera, deje su cuello y vi como el chupetón que había dejado en una de sus clavículas se hacía cada vez más grande y notorio. Esa era mi marca, la que le decía al quien la viera que este chiquillo tenia dueño, y ese era yo. Que nadie más que yo tenía permitido tocarlo, pero ¿porque había de detenerme ahí? Si esto era lo que quería.

Lo recosté de nuevo en el sofá y me posicione encima de él. Sabía que no faltaba mucho para que los efectos del analgésico empezaran a tener efecto, y para entonces quizá ya estaría consiente de lo que estaba haciendo, pero si permanecía como un secreto por un tiempo mas no haría daño a nadie, cuando se acostumbrara a lo que los iba a someter quizá le diría si llegara a preguntarme, por lo tanto esto era algo que por lo menos yo planeaba recordar.

Le quite el saco que había estado teniendo aferrado cubriendo su cuerpo, su respiración era pesada y profunda. Sus ojos me miraban con atención a cada movimiento, simplemente sonreí y comencé a recorrer, con mis dedos ese marcado pecho que tenía, me causaba mucha gracia el pensar que toda la comida que ingería podía caber ahí y aun así mantener la figura. Baje y con mi lengua comencé a recorrer el mismo trayecto que mis dedos, lamiendo y dejando pequeñas marcas de mordidas por todo el camino. Algunas de ellas las hacía con tanta intensidad esperando que fueran las que más tiempo duraran, me encargaría de remarcarlas después.

-ahhh, Torao…duele…-

-te acostumbraras después, que ya ni lo sentirás-

Baje hasta donde estaba su entrepierna y me detuve unos segundos, quería ver su rostro, que a cada instante se hacía más suplicante, pero aun que quisiera escucharle gritar mi nombre fuertemente en ese momento solo podía dejarlo hacerlo ahogadamente en mi oído, aunque estuviera poseído por las sensaciones y el deseo sabía que había alguien que estaba atrás de las puertas de mi oficina y tenía que asegurarme de que las paredes pudieran contener sus gemidos por hasta cierto nivel.

Deje que una de mis manos recorriera más allá de donde estaba su entrepierna y al hacer esto soltó un gemido que sabía a la perfección como contrarrestar. Pero más que nada era para probar algo que había cruzado por mi mente, y también para estar seguro de que el volumen de los sonidos que podían salir era los que necesitaba oír.

Al mismo tiempo que toque su miembro con una de mis manos con otra avente al suelo un jarrón de vidrio que cayó al piso al mismo tiempo que el gemido.

-¡¿Jefe sucede algo?! ¡¿Está todo en orden escuche un vidrio caer y romperse?!-

No había escuchado el fuerte gemido; lo que me daba una idea de que tanto podía limitar el sonido. Lo mire y el a mí, seguí moviendo mi mano de arriba hacia abajo y con la otra mano lleve uno de mis dedos a mi boca haciendo la señal de silencio.

-no fue nada, no te preocupes, he tropezado y se ha caído el jarrón-

-¿quiere que llame a alguien para que venga a limpiarlo?-

-llamare yo más tarde, terminare unas cuantas cosas y luego saldré, ahí llamara a los de limpieza-

-hmmmm ahhh!-

-shhhh-

-¿señor esta todo en orden?-

-no es nada, no he dormido muy bien estos días, estoy algo cansado, te daré el día libre. Solo conecta tu teléfono al de la oficina para que recibas las llamadas importantes-

-aaah si está bien, gracias jefe, si necesita algo no dude en llamar-

Sabía que se iría de inmediato, no tenía por qué preocuparme, no lo hacía hasta que recordé que habíamos pedido la comida, y que no tardaría en llegar. (ohh bueno por lo menos tenemos este momento).

-Juguemos un rato más antes de que llegue la comida-

Seguí usando mis manos, cada vez más lento, era tortuoso hacerlo a una velocidad tan lenta tanto para el como para mí, pero quería oírlo al pedirlo, quería llevarlo hasta el límite y que lo pidiera él, pero de alguna manera alguien tenía las agallas para aguantar un poco más, pero sabía que por más que resistiera, tenía un límite y ese estaba más que cerca.

-haaa Torao... Por favor, ya no puedo…más-

-entonces dime lo que quieres-

-haz algo, no puedo más…-

-así me gusta más-

Relami mis labios, baje con mi boca hacia llegar a donde estaba su miembro, volteo a verme con el rostro rojo y algo de saliva saliendo de su boca; y unas cuantas lagrimas saliendo de sus ojos.

-querías que hiciera algo ¿no es cierto?-

-esto es…. AAHHH!!!-

Lo metí a mi boca,  y comencé a aplicar algo de presión con ella,  y comencé a hacer la succión al principio lento, para que se fuera acostumbrando, no dejaba de gemir y eso solo hacía que me excitara más y más. Una de sus manos la llevo a donde estaba mi cabello y enredo su mano en ellos.

Aumente la velocidad y antes de que pudiera repelar acerca de ello, escuche como alguien estaba tocando la puerta de la oficina. Suerte que nadie puede entrar aquí sin la llave.

-Jefe, mi nombre es Coby, soy el nuevo asistente de la cocina, me enviaron a traer la comida que encargo hace unos minutos-

Vi como puso extrema atención a las palabras del chico que estaba afuera, y cuando termino de hablar le escuche mencionar su nombre. Por lo tanto me daba una idea de que ellos dos se conocían de algún lado y eso era de alguna manera ventajoso.

-contéstale-

Me miro, y volvió a mirar la puerta, esperando que le dijera que debía de hacer.

-¿que se supone que le diga?-

-dile que no estoy, que puede dejar la comida afuera y que la recogerás en unos minutos-

Volteo a ver la puerta de nuevo, su respiración ya se estaba calmando un poco, pero esa no era del todo la intención. Ya habíamos llegado hasta este punto, por lo menos lo íbamos a terminar.

-¿Jefe, se encuentra ahí?-

-el....hmmmm-

Volví a tomar su miembro con mi boca, me gustaba presionarlo de esta manera, todo en él se convertía en un placer a mi parecer; sus expresiones, su respiración, el tacto que me proporcionaba y todas aquellas sensaciones que recorrían mi cuerpo al momento de sentirlo junto a mí.

-¿jefe esta todo en orden?-

-el jefe… salio unos minutos… pu...edes dejar la comida… ahí… la recogeré en… unos minutos…-

Sentía que estaba haciendo un gran esfuerzo por que no salieran los gritos y gemidos que estaba ahogando. Aunque para mí el hecho de que había alguien ahí, y que el más mínimo sonido podría hacerlo sospechar de lo que estaba pasando, me encendía y me hacía aumentar la velocidad, lo que hacía que mi chiquillo se estremeciera de una manera intensa.

-Torao detente, ...si lo llega a escuchar…-

-aaa ¿Luffy eres tú? Que alegría saber que estés aquí, ven acá, no nos hemos visto en tanto tiempo-

Volvió a mirarme, su rostro me preguntaba qué era lo que debía hacer, tanto como me decía lo mucho que quería que me detuviera, pero siempre he creído que si hay resistencia o se te está negando algo, es normal quererlo con más intensidad, el humano crea la necesidad y el deseo de que lo que no puede obtener lo quiere a toda costa, y aun que esto ya fuera mío, me gustaba el hecho de poder ser descubiertos.

-dile que no puedes salir en este momento-

-hhaaa.. Lo siento… Coby... No puedo salir… ahora… si me muevo… se podrían caer unas cosas…-

-ehhh ya veo, está bien, hay que vernos otro día. Estaré en cafetería para cuando quieras venir-

Ya no tenía el aliento suficiente para hablar, sabía que el final ya estaba muy cerca y que no lo soportaría para más, pero a decir verdad esto era un verdadero avance y estaba más que satisfecho.

Escuchamos como el chico se alejaba de la oficina, estaba seguro de que ya se tenía que haber ido, y el tiempo ya estaba a nuestro favor.

-se fue. Hiciste un excelente trabajo, me alegro que sepas entender muy bien las órdenes.-

-Torao, detente… no puedo más…-

-será solo unos instante más, ahora que no hay nadie, puedes gritar todo lo que gustes-

-pero tengo hambre, y la comida ya llego-

-acabando esto, podrás comer, no tienes idea de todo lo que hemos progresado.-

-AAAAH.. Torao… HAAAA-

Ya podía sentir que estaba por terminar las cosas, puede que esta haya sido su primera vez pero había aguantado lo suficiente como para dejarlo venir, después de todo,  ya tendría más tiempo de enseñarle más cosas.

Deje su miembro que se encontraba al borde, se sentía caliente y estaba lleno de líquido pre seminal y una capa de saliva. Lo tome con una de mis manos y comencé a masajearlo de nuevo, esta vez de una manera intensa, y aun que quería oírlo con todas mis fuerza, también quería que eso fuera algo solo mío, volví a besarlo y este sin dudarlo correspondió de una manera interesante, ahora era el quien usaba su legua, lo cual no me parecía una mala invitación.

Parecía ya estar en su límite, cada vez le costaba más el poder soportar lo que estaba sintiendo y justo antes de poder aumentar la velocidad aún más sentí como, mi mano se llenaba de ese líquido blanco que se había esparcido por toda mi mano y su abdomen.

Su respiración aún era muy pesado y difícil de mantener comenzó a cerrar los ojos, hasta quedarse dormido por el agotamiento. Supongo que enserio lo había llevado a su límite cuando despertara probablemente, pensaría que fue solo un sueño, ya después le diría que no lo fue. Por ahora tenía que dejarlo dormir un poco para que se calmara, en ese tiempo acabaría con los pendientes más importantes y llamaría a sus hermanos para que supieran que estaba aquí y que lo llevaría a casa yo personalmente, pero más tarde.

Lo mire, nuevamente su rostro durmiente se veía placido, tenía una sonrisa en el rostro y su respiración ahora era más calmada, me acerque a él y en su frente lo bese.

-me gustas mucho,  Mugiwara-ya-

-….Torao…-

Simplemente sonreí y me relamí los dedos, que todavía tenían en sí, su esencia. Luego me encargaría de que al despertar comiera algo, aunque la comida se enfriara siempre se podía calentar.

Revolví sus cabellos y volví a taparlo con mi saco, al cual se aferró plácidamente mientras dormía. Le pediría a Sachi que fueran por alguna camisa y pantalones de repuesto a mi casa, ellos ya habían ido antes y sabían dónde estaban muchas cosas así que no sería difícil encargarles eso.

-Piso 5, habla Sachi en que puedo ayudarle-

-Sachi,  habla Law-

-aaah jefe, ¿Cómo se encuentra Mugiwara?-

-él está bien, en este momento está dormido, por favor ve a mi casa y trae algo de ropa, después del trabajo lo llevare con sus hermanos-

-a la orden jefe-

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Pasaron cerca de 3 horas, no había hecho mucho más que terminar varias cosas que después necesitaría que checara por mí, así sería más fácil acabar el trabajo. Aún seguía dormido, lo cual me extrañaba ya había pasado un buen rato y no debería tener tanto sueño a menos a que no haya dormido bien anoche.

Me levante de mi escritorio y me acerque de nuevo a él. Quería ver como seguía, por lo menos ya no tenía fiebre y parecía estar más tranquilo, su cara ya no estaba roja y eso eran señales de que el analgésico había tenido efecto desde hace un par de horas. Roce sus cabellos y comencé a jugar con ellos supongo que eso fue lo que lo despertó, lo bueno es que aún no era muy tarde tenía tiempo de que me explicara lo que había pasado y de que termináramos el resto del día laboral a tiempo.

-aaah Torao…-

-¿ya despertaste? ¿Cómo te sientes?-

-tengo hambre-

-no te preocupes, me adelante a la situación y pedí la comida, pero como te quedaste dormido, se enfrió un poco, enviare a alguien a que la caliente por ti-

De pronto se sonrojo, quizá recodo algo de lo sucedido y no podía decir que estaba seguro de que él pensaría que fue solo un sueño.

-¿hay algo que te preocupe?-

-eeeh aaa no es nada, supongo que lo imagine-

-si te sientes mejor, me dirás lo que paso y ¿por qué ese tipo te está haciendo pasar por esto?-

Respiro profundamente y dio un suspiro después de eso dijo que lo haría, y antes de que me pudiera decir algo, su estómago hecho a gruñir. Me reí un poco y llame para que calentaran la comida y la trajeran de regreso.

Le di la ropa y se cambió después regreso conmigo y sentó frente a mí, tenía muchas cosas que quería saber,  y ahora él tendría que responderlas.

Notas finales:

Pues este fue el capitulo 5, espero que les haya gustado y que continúen hasta el final, por que hasta a mi me esta gustando. Un saludo especial a "yue_kori" y "keithMonkey" por seguir desde el principio (las quiero de la manera más literal posible) y a mi amiga Aurora (neta no me arrepiento de nada) plox no esperes un William Shakespeare de mi parte m8 that will not be gr8


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