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[One-shot] In Joy and Sorrow por Karmilla46664

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Humillado. En mi vida me había sentido tan humillado hasta ahora. Ése momento en que ves a la novia caminando hacia el altar, embutida en un vestido que sólo ella ve bonito, y sonriendo sabedora de que es su gran día y nadie se lo va a arruinar. Aplausos, fotos y lágrimas por esa chica que no tiene nada de especial, no si se la compara conmigo. Camina lentamente, recreándose en la atención que genera, haciendo esperar al novio sólo para darle dramatismo. Si quiere drama se lo voy a dar, a la muy puta. Por desgracia, a mis lados tengo a mis dos mejores amigos, que se han unido a la fiesta sólo para asegurarse de que no descuartice a la novia antes de que dé el “si quiero”. A la izquierda, Jungsoo me susurra palabras tranquilizadoras, agarrando mi mano con fuerza. A la derecha, Kibum me susurra lo patética que es la novia, y el horrible corte de cabello del novio. Pero, para que engañarnos, el único patético en esta sala soy yo: yo, Kim Heechul, estoy siendo testigo en primer plano cómo el amor de mi vida se casa con una china vulgar. Enfoco a Hangeng, que sonríe embelesado a la novia, como si ella fuese lo único que hay en la sala. ¿Acaso no se da cuenta de cómo mi mirada lo escruta o sólo me ignora? Aprieto con fuerza la mano de Jungsoo, quien me sonríe ligeramente tratando de amenizarme el mal trago. A estas alturas no sé por qué mierda me arrepiento de haber venido en vez de haberlo pensado cuando me llegó esa cursi invitación de boda con una caligrafía imperfecta que tan bien conocía. No puedo obligarme a sonreír, pero tampoco voy a darle el gusto de mostrarme herido. ¿Quería humillarme? ¡Y una mierda! Me voy a beber todo el alcohol que orbite a mí alrededor y a ligarme al primero que se me cruce. Todo ellos, por supuesto, en sus narices, que recuerde lo bien que follo. El sacerdote dice las palabras típicas y me pregunto qué le ha llevado a casarse por la iglesia sin ser cristiano. Me dan arcadas sólo de pensar que estoy en uno de estos bancos de madera viendo cómo la persona que más he querido es sólo un fantasma de lo que fue.
-Llegó el momento beso-me susurra Kibum dándome un codazo- te apuesto lo que sea a que ya se está arrepintiendo de volver a la heterosexualidad.
No puedo evitar soltar una carcajada más alto de lo que debería, clavándose en mí varias miradas llenas de reproche y una novia molesta.  Hangeng me mira cuestionándose cuáles son mis intenciones pero, con un gesto, les digo que continúen. Y, efectivamente, estoy presenciando el beso más anti erótico de mi vida. No podía esperar menos de una chica tan pava y mediocre, seguro que aún ni se la ha chupado a Hannie. 
-Ha estado bien-dice Jungsoo aprovechando que la mayoría de la gente está despistada saludando a los recién casados.
-Ha sido un verdadero coñazo, menos mal que hay barra libre-se queja Kibum, él siempre sabe qué decir en el momento más adecuado. O quizás no, porque la suegra del chino se nos ha quedado mirando con mala cara.
-Sólo quiero pasar este día lo más rápido posible y volver a mi cama para llorar como una quinceañera despechada-me quejo por lo bajo, recibiendo unas palmaditas en la espalda por parte de mi hyung.
-Ése no es tu estilo: ve y lígate al tío más bueno de la fiesta y dale envidia a Hankyung, recuérdale lo que se pierde.
-Chicos, creo que ya tenemos candidato al más sexy de la boda.
Sin mucha discreción, el maknae señala a un tipo trajeado, de amplia sonrisa que saluda a los novios.
-Su rólex vale más que mi apartamento-se queja Jungsoo.
Los tres nos quedamos embobados mirando esa espalda ancha que termina en un perfecto trasero esculpido por dioses. ¡Joder! Si él va a ser quien me quite el despecho, estoy deseando.
-Dame un solo motivo por el que debería de cederte semejante bombón en vez de disfrutarlo yo-me susurra Kibum echándole una hambrienta mirada al chico sexy.
-Porque no eres el ex novio patético del que se casa.
-Buen punto.
Ojalá no me diese la razón, ojalá no fuese ese mi papel. Los tres nos quedamos embobados cuando el chico sexy nos regala una deslumbrante sonrisa.
-¿Quién es el afortunado que ha llamado la atención de ese ser tan perfecto?-pregunta Jungsoo que le falta babear. Aunque parezca el más discreto de los tres se le nota enseguida cuando le atrae alguien.
-Tendremos que comprobarlo. Que gane el mejor-maldito dongsaeng, el muy cabrón ya tiene pensado quitarme a mi presa. Me guiña un ojo y se aleja para presentarse al tipo sexy. Pero, cuando me dispongo a seguirle, el karma decide hacerme un corte de manga y en primera plana me topo con Hangeng.
-Hyong-ahora mismo odio su acento tan sexy, y esa forma de hablar que parece estar encantado de verme- Me alegro de que hayas venido.
-No me lo perdería por nada del mundo-le sonrío con socarronería, dejándole bien clarito que prefiera estar pisando brasas descalzo antes que presenciar este circo de heterosexualidad.
-Veo que no has venido sólo-dice, haciendo referencia al despistado de mi hyung, que sigue con la vista clavada en el tipo sexy y al putón de Kibum ligándoselo. Mi mente viaja a una velocidad vertiginosa, planteándome varias opciones: o me trago el orgullo y lo presento como un amigo, o miento descaradamente y…
-Ahora estamos saliendo-pinto en mi cara la mejor de mis sonrisas y agarro del brazo a Jungsoo, que me mira confuso.
Le tengo que pegar un pellizco para que espabile y salude al chino y siga con mi farsa.
-Hankyung, una boda preciosa.
Nos mira sin perder la sonrisa pero sin poder ocultar su curiosidad.
-No sabía que estabais saliendo-sé que está molesto y me siento satisfecho. ¡Que le jodan!
-Yo tampoco lo sabía-dice Jungsoo riendo histéricamente cuando le piso el pie para que no me deje en ridículo.
-Es muy bromista, ya le conoces, ¿verdad, Hannie?-sonrío mientras le hago carantoñas a mi incómodo hyung.
-Vaya, pues me alegro por vosotros. Sabía que encontrarías a alguien especial.
Ese comentario me sienta como un puñetazo en el estómago, pero no pierdo mi máscara de felicidad. ¿Lo está haciendo a posta? Si quiere jugar sucio se va a enterar el chino de los cojones. ¿Acaso no tuvo suficiente con dejarme de la noche a la mañana después de años de relación? Si quiere seguir humillándome las lleva claras.
Kibum vuelve con una sonrisa pícara en el rostro y un nuevo número en su agenda; el muy cabrón se ha ligado a quien iba a ser mi polvo por despecho. Le tiende la mano a Hangeng y le sonríe fríamente.
-Muy bonita tu novia, aunque ten cuidado de no confundirte de agujero-y, sin más dilación, se marcha dejando al chino a cuadros y a mí con la primera sonrisa sincera de todo el día.
-Nos vemos en el banquete, Hannie-arrastro a Jungsoo fuera de ese antro sectario dejando a Hangeng con la cara cortada. Y ahora, más que nunca, agradezco a Kibum por ser como es.


-Choi Siwon.
Kibum suelta en la mesa una impoluta tarjeta con dicho nombre y nos sonríe con bravuconería.
-No me jodas, Bum, se supone que iba a ser mío-me quejo aunque él sabe que es fingido, nos encanta competir para ver quién se liga a más tíos.
-Hoy me voy a dar un banquete gourmet, y no va a ser esto precisamente…-dice señalando el plato que tiene frente suyo. 
-Vale, ahora tendré que buscarme a un nuevo Adonis-suspira el mayor.
-¡Eh, de eso nada! Se supone que tú y yo somos pareja, me vayas a engañar sin llevar ni una hora de relación-le chillo, haciéndoles reír a ambos.
El tal Choi Siwon se acerca a la mesa y nos saluda con una sonrisa para, acto seguido, susurrarle algo en el oído derecho al promiscuo de mi dongsaeng. Éste, se limpia la boca con elegancia y sigue a ese modelo hasta los servicios.
-Muy bien, nos ha dejado tirados.
-Ni que fuese la primera vez-me río por la ingenuidad de Jungsoo, que cada vez que salimos se acaba indignando cuando Kibum nos deja tirados.
Una copa resuena por encima del murmullo general y reconozco al padre de Hangeng alzando su champagne para proponer un brindis.
-Por Hangeng y Liu Yan, la pareja más sólida que he conocido.
-Por Hangeng y Liu Yan-corean los invitados, provocando que ruede los ojos con sorna. La pareja entrelazan sus brazos y beben el champagne.
-Son unos cursis, ni siquiera sabía que le gustaba el champagne. Bueno, tampoco sabía que le gustaban las vaginas y mírale.
La señora sentada a mi lado me mira aterrada. ¡Estupendo! Tengo una ajhumma que se escandaliza de escuchar la palabra vagina pero que tiene una. No entiendo a las mujeres, de ahí que sea más mariquita que unas bragas rosas. Por suerte en la mesa puedo ver caras conocidas, como a ZhouMi y Victoria o Henry y Amber, ambas parejas amigas de Hangeng. Una oleada de nostalgia me atraviesa el pecho cuando MiMi se acerca a saludarme efusivamente, recordándome a la época en donde yo era uno del círculo, un miembro más de las parejas de amigos.
-No sabía que vendrías, me alegro volver a coincidir contigo, hyung-me abraza y sé que lo hace sinceramente.
-Yo tampoco sabría que vendría, pero se ve que tengo una vena masoquista oculta hasta ahora.
Sonríe, palmeándome la espalda.
-Sé que debe ser duro, en verdad ninguno se esperaba que las cosas terminasen así-dijo señalando con la cabeza a la tal Liu Yan- Pero verás como cuando estemos todos bailando y bebiendo se te olvida todo. Además, ha venido un empresario que no está nada mal-dice, guiñándome el ojo.
-No me digas más, el famoso Choi Siwon.
Me río al ver su cara de asombro.
-¿Conoces a Siwon?
-Mi mejor amigo está conociéndolo en los baños justo ahora.
Asiente lentamente, asimilando aquello.
-Entonces, nos vemos en la barra.
Agradezco que siga teniendo esa camaradería conmigo a pesar de ser más cercano a Hangeng, ahora mismo necesito estar rodeado de gente positiva y Jungsoo no es que esté siendo de mucha ayuda.
-El pescado debería de estar más jugoso…
-Déjate de mierdas y ayúdame a encontrar un culo donde correrme.
La ajhumma que está a mi lado no soporta más y se cambia por otro muchacho, no sin antes mirarme con desaprobación.
-No sé donde lo vas a encontrar, esto es un mar de heteros. Bueno, siempre te queda Kibum, ya sabes que él no dice que no a un buen meneo.
Ruedo los ojos por tan sólo imaginarme repitiendo con Kibum. Porque, sí, me lo he tirado, igual que a Jungsoo, pero yo no repito. Y la única vez que repetí se me volvió hetero.
-Voy a fumarme un cigarro, o puede que queme el restaurante entero y quedarme tan a gusto. Vale, por tu cara veo qué prefieres que fume.
Me alejo riéndome por la cara enojada de mi hyung, al que le encanta sacar las cosas de quicio. Por una vez el destino parece sonreírme y me encuentro sólo para poder disfrutar de mi cigarrillo a gusto, sin tener que soportar charlas ajenas o, peor aún, que me incluyan en su círculo de fumadores tertulianos. Me llevo a los labios el pitillo y lo enciendo, aspirando el tóxico humo como si se me fuera la vida en ello. Veo como una cortina de humo nubla mi visión, disipándose poco a poco. La corbata me asfixia por lo que me la aflojo, dándole al cigarro una calada más profunda que me llega a rajar la garganta. Empiezo a toser y una copa aparece en mi campo de visión. Reconocería la mano que me lo ofrece en cualquier lugar. Miro a Hangeng, que me sonríe aún ofreciéndome la copa, que se la quito de las manos a disgusto.
-Pensé que te haría falta-habla con su voz pausada, esa voz que amansaría a las fieras.
-Deberías de haberme traído algo más fuerte que champagne-le sonreí forzadamente mientras que él miraba al horizonte con expresión risueña.
-¿Es tarde para una explicación?-pregunta quedamente, sin atreverse a mirarme.
-Prueba, a ver qué pasa.
En cuanto lo digo me arrepiento: no estoy preparado para escuchar su excusa, no puedo derrumbarme justo ahora que debería de conservar la poca integridad que me queda.
-Creo que a mí también me va a hacer falta una copa-dice entre risas, quitándome la copa de las manos, provocando que se me erice el vello.- Esto ayudará a que fluyan las palabras.
Me golpeo mentalmente por seguir siendo afectado por su voz suave (aunque ligeramente rasposa) y su acento chino.
-¿Crees que ahora es el momento? Recién te acabas de casar, no deberías de estar pensando en el pasado.
Le regalo una sonrisa que me obligo a mostrar, sólo para darle ánimos a que continúe hablando. Mi estilo no suele ser tan sutil, en otras circunstancias estaría montando una pataleta y diciéndole de todo menos “bonito”, pero quiero mantener la compostura por respeto al evento. 
-Sé que no ha estado bien mandarte la invitación después de dos años sin ponerme en contacto contigo-hace una pausa para tomar aire y beberse lo que queda en la copa- pero no quería guardarme nada, necesitaba hablar las cosas contigo.
-Bueno, hubiese sido un detalle que al menos me mandases algún mensaje de vez en cuando, eso se te da muy bien-no puedo morderme la lengua, y él agacha la cabeza recordando lo rastrero que fue cortar conmigo con un mísero mensaje de texto, yéndose del piso que compartíamos sin previo aviso.
-Te quería, Heechul, mucho- me duele ese verbo en pasado, acaba de romperme el corazón de nuevo, pisoteando cualquier mínima esperanza que quedase en mí- Pero no podía continuar contigo. Sentía que no era la vida que quería llevar, la que debería llevar…
Aprieto los puños con fuerza, el cigarro consumiéndose sólo mientras las cenizas caen sobre mis zapatos.
-¿Eres feliz?- no debería haber preguntado algo cuya respuesta prefiero no oír, pero mi parte más idiota quiere asegurarse de que la persona que ama sea feliz.
-Lo soy, aunque de una manera diferente a como lo era contigo…
-¡Ya me imagino!-no puedo evitar cortarle, me está enfureciendo.
-Me merezco todo tu odio, no creas que yo no me arrepiento de haberte dejado.
Y, por primera vez en toda la conversación se atreve a sostenerme la mirada, con una sonrisa derrotada en su hermoso rostro.
-No te entiendo-corto secamente el contacto visual, obligándome a odiar al hombre que me destrozó el corazón.
-No siempre puedes conseguir lo que quieres pero si te esfuerzas a veces encuentras aquello que necesitas-sus palabras son confusas y su mirada triste.
Sostengo el filtro del cigarro apagado, esperando ser tirado al suelo y pisoteado, como mi corazón en este momento.
-Y, ¿qué es lo que quieres, Hannie?
Suspira con frustración, balanceándose con los talones y las manos en los bolsillos.
-Ya no sé lo que quiero, Rella- me mira cuando me dice ese mote cariñoso con el que me solía llamar, y sé que estoy perdido. Aún siento algo por él y mis dígitos pican por poder acariciar cada porción de su piel, por poder sentirle como entonces. – Hace mucho que no me cuestiono qué es lo que quiero. ¿Quieres que sea sincero? Quiero ser feliz con la vida que tengo. ¿Qué es lo que necesito? Recuperar mi identidad, saber quién soy. ¿Sabes? Es irónico todo esto, tú y yo- sonríe con ironía, con la voz ligeramente más elevada por los nervios- Te dejé porque quería formar una familia y, ahora que puedo cumplir ese sueño, me siento incompleto.
Ya están las cartas sobre la mesa, por fin sé el motivo aunque eso no justifique las formas en que lo hizo.
-Duele escucharte decir eso, me hace pensar que le ponías fecha de caducidad a nuestra relación sólo porque no tengo un útero donde puedas plantar tu semillita.
Estoy molesto, y dolido. Ni siquiera él mismo sabe lo que quiere.
-A veces, cuando hago el amor con ella, me imagino que eres tú. Sé que suena horrible, y más siendo hoy el día de mi boda. Palpo su cuerpo a tientas, pero el tacto no es el mismo, no se siente igual. Quiero besarte, Rella, quiero llevarte a un cuarto y poder comerte a besos, sin importar que a unos metros esté mi esposa esperándome. No sabes lo que duele verte y darme cuenta de que las cosas no han cambiado, al menos no para mí. Cambiando tu ropa excéntrica por un traje y el color de tu pelo que ahora está más claro, sigues igual de hermoso, incluso más, el paso de los años te sienta bien. Ya sé que ahora estás con Jungsoo hyong…
-Te mentí-puestos a sincerarnos, no tiene sentido seguir mintiendo tan escandalosamente, y menos cuando me está confesando que sigue sintiendo algo.- No quería quedar como un ex novio fracasado delante de ti, tengo mi orgullo.
Su risa suave sacude mis oídos y cierro los ojos tratando de imaginarme junto a él en un escenario completamente diferente.
-Quizás si no te hubiera enviado la invitación ahora no me comerían las dudas-se repasó el labio inferior con la lengua, humedeciéndolo en un tic nervioso.- ¿Tienes un cigarro? 
Le ofrezco la cajetilla y la observa con nostalgia.
-Aún fumas 7 Stars –se lleva uno a los labios y siento envidia del cigarro- Si me ve Liu Yan con un cigarro me mata.
Siento una espinita en mi interior, tengo la necesidad de preguntarle qué piensa hacer con su vida ahora que se ha reencontrado conmigo y me ha confesado todo: pero, de nuevo, temo la respuesta.
-Hangeng, sé que es una locura proponerte que lo dejes todo y vuelvas conmigo, incluso yo mismo me siento estúpido sólo de insinuarlo después de cómo acabaste conmigo. No sé qué decir-miro al suelo avergonzado por mi suicidio público, acabo de hacer el gilipollas.
-Cuando le doy caladas me recuerda al sabor de tus besos, siento como si estuviera besándote de nuevo- no sé si no me ha escuchado o simplemente me ignora, pero me ha dejado descolocado esa frase- Estoy a punto de empezar con mal pie mi matrimonio engañándola con un hombre. ¡Já! Si se enterasen mi familia me repudiarían. Pero como pase un minuto más a tu lado sin probar tus carnosos labios creo que voy a volverme loco.
Sonrío quedamente, no quiero ser el “otro” cuando una vez fui su prioridad.
-Y, ¿qué conseguirás con eso? Me besarás, probablemente acabemos haciéndolo en tu noche de bodas y luego volveré a Corea y tú seguirás con tu esposa. Sabes que soy el primero que está deseando de tirarme a tu cuello, pero no quiero las migajas, Hannie, me merezco algo mejor. 
Asiente, sonriendo derrotado, y vuelve su vista al frente. Siempre he adorado su perfil: su nariz perfecta, sus labios abultados y su mentón masculino; adoro su pelo negro cuidadosamente revuelto y lo bien que le sientan las gafas negras de vista. Es cruel tenerlo tan cerca y negarme a mí mismo a disfrutarlo sólo por mi orgullo. Busco su mirada y, cuando nuestros ojos se encuentran, una figura femenina nos interrumpe.
-Zàngfu*, te estaba buscando-se agarra a su brazo y le besa en la mejilla, no puedo evitar envidiarla.
-Estaba hablando con un viejo amigo-me sonríe cálidamente, esperando que le diga algo agradable a la china.
-Bonito vestido-a veces me sorprendo a mí mismo de la facilidad con la que miento.
-Es de mi amiga la fantástica diseñadora Puff Kuo-dice señalando a una chica menuda que se sonroja por el cumplido.
-Jie jie, no digas eso-su voz es infantil así como su aniñado rostro, pero es encantadora y realmente guapa.
Hangeng y yo nos miramos, comunicándonos sin palabras.
-Qizi**, ¿te importa si te dejo a solas con Puff? Heechul y yo necesitamos ponernos al día.
La china asiente, y me despido de su amiga con un gesto de cabeza. Sigo a Hangeng hasta un pequeño cuarto, donde nos encerramos, deseosos de devorarnos.
-Con que ponernos al día, ¿ah?-pregunto irónico.-Buen eufemismo.
-¿Sigues sin querer besarme?-pregunta con una ceja arqueada, provocándome descaradamente.
-¿Sigues siendo hetero?-pregunto con sorna, y siento sus manos posarse en mi cintura.
-Permíteme comprobarlo…-susurra sobre mis labios y sé que estoy perdido. Aunque en la seducción suelo ser yo quien da el jaque mate, Hangeng siempre logra cambiar mis reglas del juego, y esta vez no es una excepción. Recibo gustoso sus besos, aunque la victoria es agridulce. A pesar de que sigue besando tan bien como recordaba y sus masculinas manos saben cómo hacerme temblar de placer, siento en mi pecho unas irrefrenables ganas de llorar porque sé que esto es un adiós. Me entrego al beso y a las caricias, dándolo todo para crear un excitante recuerdo. Al fin y al cabo, cuando estaba sentado en la iglesia viendo cómo la china se regodeaba en su vestido horrible no pensé que la noche acabaría así, siendo el novio mi postre.


-¿Estás sólo?
Jungsoo levantó la vista malhumorado, encontrándose con un hombre fuerte y de amable sonrisa.
-Eso parece. Uno de mis amigos está ocupado tirándose a un completo desconocido en el baño; el otro hace como una hora que fue a fumarse un cigarrillo y no ha vuelto.
-Pues parece que estamos en las mismas: Kim Youngwoon, amigo del novio y solterón solitario.
Jungsoo rió, estrechándole la mano. Aquel tipo estaba muy bueno, a sus ojos, nada que envidiarle al tan Siwon.
-¿Bailas?-preguntó señalando con la cabeza la pista de baile donde las parejas se arremolinaban- Estoy cansado de estar sentado.
-Sólo si me permites invitarte a una copa-le levantó una ceja en un gesto que calentó a Jungsoo más de lo que le hubiese gustado reconocer. Como un autómata, siguió al tipo con ojos de media luna y sonrisa seductora en busca de algo con lo que desinhibirse.

Notas finales: *Zhàngfū: Marido

**Qīzi: Esposa

*** Cuando dice "No siempre puedes conseguir lo
que quieres pero si te esfuerzas a veces encuentras
aquello que necesitas" es de una canción de
The Rolling Stones (You can't always get what you want)
La usé para explicar que, aunque quiere estar con
Heechul, sabe que algún día tendrá la necesidad de
formar una familia.

 

 


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