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4:35 a.m por Hikari02

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Notas del fanfic:

Estaba aburrida y como hace tiempo no escribia nada. Pero tiene un poquito de todo, sexo(?) drama, amor, peleas, alcohol. (?)

Notas del capitulo:

Simplemente para saciar mis ganas de los Soulfighter. Ganas de Fans de leer de ellos


Sólo es un one shot cortito. Disfruten <3

–ChangMin al habla, ¿con quién?


–¡HijoDePuta! ¡Te… o-odio, me cagaste la vida! ¿Qué te crees? ¿eh? ¿¡EH!?


–Estás ebrio…


–¿Qué… Hip. Te importa a ti? Yo… Sólo bebí una, dos o 10 copas.


–Y son las cuatro de la madrugada, JaeJoong-ah.


–¿¡Y que… tiene!?  Sólo te… hip. Llamaba para decirte… decirte que no te amo, que bueno que terminamos, no quiero nada de ti nunca más.


–JaeJoong…


–¡Callate! Chang-ChangMin… Te detesto, con mi vida entera, demasiado, eres de lo peor … ¡Lo peor! ¡Lo peor! ¡Lo peor! Que bueno, que bueno… que, que no  me gustaste tanto, que no llegué a sentir nada por ti. –Ah. – Espero que alguien te joda la vida.


Y esa fue la llamada que Shim ChangMin recibió a las, para ser exactos: 4:35 a.m. De su querido JaeJoong, aunque podía comprender perfectamente por qué lo llamaba en esa condición y a esa hora y además diciéndole todas esas cosas; pero su corazón dolía, mucho más cuando cortó la llamada, pero no debería sentirse así, después de todo él fue quien lo dejó hace 3 días atrás. Termino la relación porque no le parecía que avanzaban y también porque JaeJoong prefería hacer otras cosas en vez de estar con él, que era su novio.


JaeJoong era extraño.


Tan extraño que ahora no entendía porque lo llamaba para decirle todo eso, si cuando le dijo que iban a terminar, se veían tan tranquilo y sin expresión…



–Esto no puede seguir, Jaejoong-ah. Debemos terminar. –El castaño se encontraba nervioso, pero sabía ocultarlo bien, su mirada estaba fija, atenta en el rostro de JaeJoong para ver alguna señal, para ver si se arrepentía de sus palabras. Pero, no sucedió nada.


–Mh, Muy bien,  que te vaya bien, ChangMin. –Y eso fue todo, un tranquilo JaeJoong que se despedía de un amigo como si nada, como si fuera a volver a verlo el día siguiente. Pero, ChangMin no jugaba, iba en serio, y quizá el pelinegro no le tomo el peso en ese momento, quizá pensó que volvería a su lado.




A la misma hora de siempre llegó a la universidad, con ojeras bajo sus ojos, claro, no había podido dormir bien y se le notaba, su piel se veía más seca, sus cabellos despeinados y sus pasos que eran arrastrados a la fuerza. Entró al salón y lo primero que vio fue al pelinegro, detrás de su escritorio llevando gafas oscuras, tenía el labio roto… ¿Qué le sucedió anoche?  Lucia tan perfectamente sus prendas como siempre, sólo que su rostro se veía hecho mierda.


–¿Están todos? –Su voz sonó fuerte  y clara, como siempre cuando hacía clases. ChangMin sintió que algo le presionaba el pecho, ¿En serio era el mismo que lo llamo hacía unas 5 o 6 horas diciéndole que no lo amaba, que fue lo mejor?  –Bien, hoy veremos el estilo clásico, tomen apuntes de lo que encuentren importante, les haré preguntas después y como siempre, tendrán que aplicarlo en los trabajos que les daré. –Ahí estaba de nuevo, Jaejoong, el sexy profesor de arte, paseándose frente al alumnado, tan sensual como siempre con aquel pantalón negro su camisa blanca abierta de los botones de arriba, con aquellas gafas, el arete de la oreja y ahora con ese labio rostro abultado ligeramente.


De seguro lo golpearon anoche.


Y aquel era el cuarto día sin que lo besaba, sin abrazarlo, sin tocarlo, sin hablarle. Y era extraño para todos. Porque, aunque nadie podía saber que tenían una relación amorosa, solían comportarse perfectamente como profesor y alumno sin levantar sospechas.


Sería difícil desde ahora al terminar la universidad, vale, sólo son dos años. Sólo son dos años, sólo son dos años, sólo son dos años…Es poco.


–Joven Shim, quedese, debo hablar algo con usted. –El profesor habló, no le podía ir en contra. Sólo se giró haciendo algunas señas a sus amigos y caminó hacía el escritorio de él.


–¿Qué necesita?


–Sobre lo de anoche…


–Oh, no es necesario, en seri…


–Déjame hablar. –Levantó  su mirada al castaño. Tan guapo. Y esa era una de las razón por las cuales JaeJoong, el impecable Kim JaeJoong haya caído en las redes de un muchachito de cuantos, ¿19 años? –No fue mi intención llamar a esa hora e interrumpir tu sueño, tienes ojeras y mala cara.


–Dormiré al llegar. ¿Sólo era eso? Es hora de retirarme, tengo más clases ahora. –Esa era otra de las razones. Era tan cortante para todo, no podía negarlo. Le encantaba el mocoso ese. Aunque no se veía como un mocoso en realidad, hasta era más alto y tenía más cuerpo, sí… Su cuerpo, ah.


–Espera. –Le detuvo al tomarle del brazo, sólo basto que ChangMin se girara un poco y Jaejoong podía comenzar a actuar.


Ayudándose de su otra mano y al momento de atraerlo hacia sí mismo, se giró y le empujó con ésta contra el pizarrón de la sala, uno, dos pasos y le tomó del rostro para apoderarse de sus labios, un beso intenso el cual no dudo de llevar más allá al instante de ingresar su lengua a la cavidad bucal del menor; le volvía loco su sabor.  Se apoderó con su mano libre de su pantalón, la pretina de este de donde lo jalo para que aquella zona quedara más a la suya cuando acercó su pelvis… Extrañaba esos roces. Su otra mano viajo a su cabello en una caricia desde su rostro, enterrando sus dedos en este y apretándolo, quería hacerle sentir lo suyo que era, vamos, no iba a dejarlo ir tan fácilmente.


¿Y qué hacía ChangMin?  ChangMin estaba perdido bajo sus encantos, nunca quiso terminarlo, sólo quería dejar de sentir esos putos celos  y esa opresión siempre que lo veían sonreír con alguna estudiante u otra profesora. Pero, había sido todo peor, porque el saber que estaba lejos de sí, sólo le provocaba más dolor.


Sus labios se movían a la par, acelerados, robándose el aliento, el sabor, la cordura, la paz, todo era acelerado, ansioso y esos movimientos de sus caderas que hacían chocar sus entrepiernas hasta arrancarles algunos gemidos de su garganta, y ese que ChangMin sabía bien como moverse, como tomarle del trasero para apegarlo más a su pronta erección, sabía cómo apoderarse del cuerpo del pelinegro, como hacerle caer sólo con caricias.


Y sus pasos cambiaron de dirección, ChangMin atraía a Kim para que cayera sentado sobre su regazo al sentarse en su silla y ahí aquellos movimientos fueron más acelerados, frotando su trasero sobre aquella erección que se sentía tan dura bajo la ropa, sus manos que corrían bajo su polo sobre su abdomen y las de ChangMin sobre su espalda. Jodidos sentimientos que se desbordaban cuando solamente se besaban.


Ese beso que le quitó el aire, los latidos, el sentido.


–Chang…Min…


–Jae-Joong… ah…


–Nunca te escaparas de mí, orejón. . .







Notas finales:

A mi me gusto mucho. ;; 


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