INTRODUCCIÓN
Paris, Francia. Año 2009 escuela secundaria Lycée Henri IV
- Buenos días clase. Seré puntual porque estamos atrasados. Esta semana tendremos varios eventos, semana cultural en Lycée Henri IV. Estos días hasta el viernes prepararemos algo para exponer junto a los otros cursos nuestro trabajo. Tengo aquí una leyenda que me gustaría conocieran para empezar a trabajar en ella, podrán crear poemas, canciones e incluso una obra teatral… ¡Ay! pour l'amour de Dieu, ¡Minho y Jonghyun! Dejen de murmurar. Ya. Ven acá jovencito Choi Minho.
- ¡Maestra! Con todo el respeto que usted se merece, no estábamos susurrando. De hecho comentábamos un magnifico plan acerca de la semana cultural.
- Si, de hecho maestra, pensábamos en un magnifico plan.
- ¿ah , sí? Pues yo y toda la clase queremos saberlo.
- Ehh … pues …
- Una canción maestra. Sobre la leyenda que contara, une chanson d'amour
- Bueno, eso me gustara verlo. Ya que nuestros queridos compañeros propusieron el tema con el que nos presentaremos, empezare con la leyenda. ¡bien! Ya adelantamos algo.
“Enrique de Francia, Conde de Chambord, conto en su lecho de muerte lo que para muchos desde entonces se convirtió en una leyenda e incluso llegaron a pensar que estaba loco. Se dice que el Conde nunca tuvo hijos, el aseguraba que sí, pero aquel hijo se había desvanecido como el humo de una chimenea.
La empleada a la que el conde conto sus experiencias antes de morir, no podría creer que todo eso hubiera pasado.
El siguiente es un fragmento del diario de María Antonieta, la sirvienta del conde en su lecho de muerte:
‘24 de agosto de 1883
Estoy algo angustiada, el día de hoy ha sido triste. Fallece el Conde Enrique. Hace unos momentos previos a su muerte, el conde me llama con su sonora campanilla.
El Señor, quien yacía en su cama muy enfermo, me pidió darle de beber agua. Cuando la bebió, tomo aliento y dijo “tengo que contarle esto a alguien, o si no, no me perdonare haber negado aquella existencia por tanto tiempo.” Así que solo asentí. Agrego con una voz aguda y fuerte: “Yo tuve un hijo. Un hermoso muchacho al que le llame Taemin. Nació durante mi exilio un 18 de Junio de 1850, su madre era una consorte hermosa, de ojos claros y rasgados. Una belleza única. La quise desesperadamente al igual que a él. Lo vi crecer fuera de todo ese ambiente nocivo de la realeza, lo proclame como mi hijo sin darle mi apellido. No pude hacerlo nunca, estando en el exilio jamás se me paso por la cabeza los problemas que tendría si tenía un hijo fuera de un matrimonio. Cuando Taemin cumplió diez años, su madre enfermo. Durante meses estuvo postrada en cama sin poder ponerse de pie, hasta que un horrible día falleció. Aquella muerte nos afectó tanto al niño como a mí, y como un cobarde salí en busca de no recordarla nunca. No pensé en el niño, solo hui de ahí dejándole el castillo y sus nanas para que cuidasen de él. Siempre pensaba en volver y pedirle disculpas algún día… ese día nunca llego. Solo se, que el niño creció fuerte y un día no se volvió a saber de él. Entonces vine aquí, huyendo del dolor… la sensación de impotencia de no haber sido capaz de cuidar del chico… ni de haberlo reconocido ante al mundo, simplemente desapareció. Me habían dicho que tal vez huyo junto a los hijos de sus nanas… solo quisiera pensar que donde quiera que este sea feliz.
Tal vez fue esa maldición, si, si… tal vez fue eso. Un buen día de mi juventud, viajaba por las calles de la gran Notre Dame, y me encontré con una gitana. Aquella gitana me engatuso con sus bailes y movimientos… termine por desposar con ella, usándola no más por puro placer propio. Al otro día, pretendía salir de su morada sin decir nada. Pero ella se levantó primero… empezó a gritarme muchas cosas… solo la ignore. Hubo algo que no pude ignorar de todo, grito: “cuando la felicidad te llegue, no durara mucho. Tu primer amor morirá y tu descendencia sufrirá”. Ahora que lo pienso querida María, mis errores los pago mi hijo.”
Con esa frase el conde termino aquel relato. No hablo más y sucumbió al frio aliento de la muerte. ‘
La sirvienta del conde, renuncio apenas murió. Contándoles a sus hijos y nietos más adelante, lo que sería, la leyenda del hijo perdido del conde. “
- Wooooow ~ surprenant ~ - se escucha la sorpresa unísona en el salón de clases.
Todos los estudiantes se sorprendieron, mientras que Minho y Jonghyun se miraban. Ambos procesando como iban a componer algo para semejante historia de dolor.
CAPITULO I ~
JUGANDO CON EL DESTINO
En el presente, 10 de diciembre del 2015.
- ¡Buenos días cabron ¡ hoy cumples años por si no recuerdas ~ nee ~ mentiras, fue ayer. ¿Que no tienes dolor de cabeza por la súper fiesta de ayer? Pues NO ME IMPORTA~ levántate o perderemos el avión. Minho~ levántate.
- Aiggg ¿Jonghyun te puedes quedar quieto de una buena vez? ¿Cómo quieres que viaje si tengo resaca? Salgamos más tarde y déjame dormir cabronazo.
- ¡Donghae! ¡Este bobo no se quiere ni parar! Levántalo para poder irnos.
Donghae, el mejor amigo de Minho y Jonghyun desde su primer semestre en la universidad, es el que organiza sus eventos, cuida de ellos como si fuese su hermano mayor, y el día de hoy no sería la excepción. Ya habían dado mucha lata la noche anterior, hoy volvería a ser firme.
- Minho ~ sabemos muy bien que la noche anterior fue de locos. Pero ya es un nuevo día y tenemos responsabilidades que cumplir. Piensa en tus fans que te esperan en Pays de la Loir, son muchos espectadores que esperan oírlos hoy. Así que no los defraudes, báñate y te espero en media hora en la sala con tu ánimo bien puesto. Será un concierto genial ya veraz.
- Ay dios. Tú sabes cómo motivarme. – dice sarcásticamente el moreno sobre su cama de sábanas blancas desorganizadas.
Con desdén se levanta de su cama a penas sus amigos salen del cuarto. Sabía muy bien que tenía obligaciones, obligaciones que habían dejado de ser divertidas desde que cantar se volvió su trabajo. Pero por la misma razón no podría defraudar a tantas personas. Cuando entro a la ducha, se sintió relajado, pensando en los gritos de sus fans “ ¡Flamer’s! ¡Flamer’s!”.
Media hora después, muy puntual estaba listo en la sala, vio a sus amigos que estaban sentados hablando cada uno con su respectivo teléfono celular. Se terminaba de retocar su vestimenta, pues era un hombre muy pulcro. Aliso su pantalón blanco, acomodo su jersey negro, y jalo un poco su camisa a cuadros rojos.
- Bien. ¿no tenían afán? Pays de la Loir, ahí vamos.
- Si, si… vamos. Todo está listo. – le contesta Jonghyun.
Ya en el avión, tenía más tiempo de retomar un poco sus energías para el concierto de esta noche. Pensaba que ya era buena hora de tomar un descanso. Le diría a sus compañeros que disfrutaran unas cortas vacaciones en Pays de la Loir, visitar algunos lugares, coquetear con chicos o chicas. Relajarse del trabajo.
- Hey, garçons (chicos) que les parece si tomamos unas vacaciones, aprovechando el mítico lugar.
- Por mí no hay problema, no sé qué dirá el manager haha.- responde Jonghyun, quien estaba en la silla de al lado en el avión.
- Por mí tampoco. Deberían dormir un poco mientras llegamos. Habrá revoloteo, cámaras y muchas chicas. Duerman garçons.
- Perfecto. Lo necesito. – responde Minho.
Minho para quedarse dormido, usualmente hacia un recuento de su día. Pero en ese momento, y siendo de día, pensó en su escuela secundaria y por qué había empezado a hacer música. ‘Ya ha pasado algún tiempo’ – pensó – ‘si no hubiera sido por aquella imprudencia ese día de clases, no conocería este mundo… quiero aprovechar y conocer el lugar donde la leyenda cuenta que creció Taemin, el misterioso hijo perdido. ¿Será que Jonghyun recuerda eso? O ¿seré el único que aun piensa y tiene curiosidad sobre aquello? ‘ y así lentamente, se quedó dormido, pensando en la leyenda.
- Minho… Minho despierta ya estamos llegando – dice Jonghyun, despertando a Choi una hora y cinco minutos después.
- Umm… ¿tan pronto?
- Si, así de rápido. Este vuelo no dura mucho.
- ¿y donde esta Donghae?
- En el baño. Anda quítate la baba hahaha. ¿en qué soñabas? te veías muy feliz, amigo. ¿Una rubia?
- Déjame en paz. Era algo relajante el sueño, hasta que oí tu odiosa voz y me despertó. Hahaha~
- Si, debió ser un sueño húmedo. Lo siento amigo. No, la verdad es que no lo siento. Tú haces lo mismo idiota hahaha ~
- Ya déjame en paz ~ - empezaron a jugar en sus puestos hasta que oyeron el anuncio de ponerse los cinturones. Llega corriendo Donghae.
- Uy ~ no vuelvo a comer en un avión. – todos soltaron una carcajada.
Por fin aterrizaron. Minho odiaba aterrizar, ya sintiéndose más relajado, bajaron juntos del avión. Dentro del aeropuerto los esperaban muchas fans alocadas, había muchos flashes de cámaras, gritos frenéticos. En ese instante solo quería volver a dormir, y soñar de nuevo con aquel chico de piel blanca y tersa con el que había estado soñando desde algún tiempo. Sus fantasías nocturnas solían ser confusas, opacas, pero esa persona les ponía color a aquellas. Quería estar con el de nuevo. Lo relajaba. No sabía porque soñaba con un chico. Nunca había estado con uno, no le molestaba la idea de salir con algunos. ‘mente abierta’ siempre se decía.
- Oh~ por fin el hotel. Será una noche larga. – habla Jonghyun cuando llegan a su locación.
- Quiero bañarme. Hace calor. – Donghae comenta.
- Quiero dormir.- dice un distraído Minho.
- No hay tiempo. Salgamos de una vez a Stade de la Beaujoire. Queda a unas cuadras. Hacemos pruebas de sonido antes de que los fans entren. ¿Bien? – continua Donghae.
- Descarguemos por lo menos. También llama a alguna empresa de turismo, quiero ir a conocer todo Pays de la Loir esta semana amigo. ¿Podrías por favor?
- Buenísima idea. Todo es tan relajante por estos lados. Me suena. – Jonghyun dice.
- Ya me pongo en eso compañeros. Les aviso allá. Andando.
Empiezan ya su concierto alrededor de las ocho pm, la gente los aclamaba y cantaban sus canciones a toda voz, no había algo que los pusiera más felices que cantar junto a sus fans y que el público correspondiera tan bien. Un concierto de dos horas fue suficiente para termina exhaustos. En el camerino se encontraron con su amigo manager.
- ¡Excelente presentación amigos!
- Gracias. La verdad fue emocionante. – responde un alegre Minho.
- Si~ yo solo quiero dormir hoy. Vamos al hotel.
- Aprovechemos para descansar bien esta noche. O lo que queda de esta. Salimos mañana en un tren al Castillo de Chambord. Está en El Valle del Loira entre Sully-sur-Loire y Chalonnes y …
- ¿! Castillo de Chambord ¡? – Minho interrumpe a Donghae.-¿ vamos a ir ahí? Wow, que genial.- sonríe como un loco.
- Ehh… si… Castillo de Chambord… - lo mira sorprendido Donghae.
- Castillo de Chambord… Castillo de Chambord… Oh… ¡la leyenda con la que estas obsesionado! – señala jonghyun a Minho.
- No estoy obsesionado. Más bien vamos. Quiero dormir… quiero volver a soñar… - corta a sus amigos Minho.
Al otro día el primero en levantarse es Minho. Su actitud apresurada y madrugar sorprende a sus amigos.
- Vamos, vamos. Rápido. ¡Donghae! Sal del baño ~ - Minho apresura a sus amigos. - ¿Juancho, todo listo?
- Estas muy apresurado hoy. Y dices que no estas obsesionado con el lugar… - contesta Jonghyun.
- Solo quiero descansar amigo. Ya sabes, unas vacaciones. Son bien merecidas ahora. ¡Donghae!
- Ya, ya… bien. El tren nos espera.
Ya en el tren de camino, entablan una entrevista contra Minho. Anoche después del concierto se fue a dormir a penas llego. Ni se ducho ni nada, solo se acostó. Poco después, sus amigos lo oyeron gritar ‘!quien eres!’ repetidas veces, cuando fueron a verlo, estaba dormido.
- Viejo… anoche… ¿te acuerdas de lo que soñaste? – Jonghyun curioso pregunta.
- Umm, no. No me acuerdo. ¿Por qué?
- Porque estabas loco anoche, viejo. Gritabas. ¿Qué soñabas? No mientas. – continua Donghae.
- Es en serio. No recuerdo nada. Duerman. O hagan algo. Déjenme en paz.
- ¿Por qué estas así? Estas serio.
- Solo cansado viejo.
- Bueno. Ya no te molestamos más. –
Donghae y Jonghyun se miraron sorprendidos por aquella actitud. Minho solo miraba por la ventana, sumido en sus pensamientos. Alejado de la realidad. Deseaba estar en sus sueños. Sonreír como lo hacía en ellos. Ser completamente feliz. Siempre se preguntaba, porque no podía estar completo, cuando a su corta edad, ya lo tenía casi todo.
- Próxima parada ESTACIÓN SNCF, Nantes Países del Loira- avisan por los parlantes del tren despertando a los tres chicos.
- Ohhh~ - bostezan al unísono.
- ¡llegamos! – Grita alegre Minho.
- Si, si~ - le sigue un alegre jonghyun.
Todos alegres, felices y haciendo recocha, bajan del tren. De una vez son reconocidos como “The Flamer’s” , de ese modo, varias personas se acercan a ellos a pedirles autógrafos, fotos y hasta besos. La actitud de Minho había cambiado, se sentía más alegre y relajado, por eso sus amigos ignoraron su actitud anterior. Llegaron a su hospedaje cerca de las dos de la tarde, todos comieron algo, repusieron energías, se ducharon y después de todo eso, se sentaron en la sala que había en el hostal.
- ¿Vamos al castillo ya?- pregunta Minho.
- ¿ahora? ¿no es algo tarde?, son las tres pasadas… - contesta Donghae.
- Pues aquí en la guía dice que hay tour hasta las seis pm. – dice Jonghyun.
- ¿Que esperamos? ¡Vamos! ¡vamos!
- Choi cálmate. Bien. Andando.
Los chicos salen del hospedaje, piden un vehículo y con un mapa de turistas se guían por la provincia. Se divisa a lo lejos el esplendor de aquel castillo, imponente y elegante ante la vista, deleita a cualquiera con su magnificencia. Maravillados ante tan colosal belleza, los chicos parquean el vehículo sin despegar la mirada ante el castillo. Después se distraen al ver el último grupo de personas que entraba y salieron rápidamente a unirse al guía y a ellos.
- Buenas tardes a todos, mi nombre Germaine D’loux. Seré su guía el día de hoy. Iniciaremos el recorrido rápidamente pues la noche no demora en caer y tenemos prohibido las visitas nocturnas. Aunque, pienso yo, en las tardes el castillo está en su cumbre de excelsitud. Y bien… es el castillo más grande de los castillos del Loira, pero fue construido para servir sólo como un pabellón de caza para el rey Francisco I, quien mantuvo sus residencias reales en el castillo de Blois y en el castillo de Amboise. El diseño original del Castillo de Chambord fue hecho por Domenico da Cortona, pero fue cambiado durante los veinte años de su construcción (1519–1539). Aunque se cree que Leonardo da Vinci estuvo implicado…
- Wow esto es hermoso. Colosal viejo. Colosal.- dice Jonghyun ignorando a la guía.
- Si ~ mira como el agua del rio refleja el castillo, como un espejo gigante… - agrega Donghae.
- El rio ‘le Cosson’ tan magnifico como el mismo castillo. ¿Cuándo terminaremos el recorrido?… esto se ve muy grande. No creo que terminemos hoy. – dice un entusiasmado Minho.
Ya entrando en el castillo, su arquitectura es lo digna de llamarla ‘perfecta’, cada acabado, cada detalle de cada metro cuadrado era especial. Las torres le hacían sentir algo mínimo ante el mundo, eran enormes. ‘Y la plazoleta como para jugar futbol. ‘pensó.
- Muchachos, Hey psis pss ~- susurra Jonghyun, sin ponerle cuidado a la guía de nuevo. – vamos a hacer algo divertido. ¿Quieren? Me aburre esta charla histórica…
- ¿en qué estás pensando? – dice Donghae con un tono nervioso.
- Oh. Vengan acá cabrones. – Jonghyun jala de sus camisas a Minho y Donghae, metiéndose dentro del descanso de una torre.
- ¡Qué haces! Nos van a dejar atrás… - dice Minho
- De eso se trata. Exploremos. Nada perdemos. A este paso no veremos nada interesante, solo pasillos.
- Pues yo si quiero. – comenta Donghae.
- No tienen remedio. – se soba la cabeza Minho.
- Subamos.
Mientras subían por esas escaleras en caracol, Minho devorada cada detalle. Se imaginaba la complejidad con la que había tallado el granito, pensaba en cómo le habían dado aquella textura tan pura. Llegaron a la puerta de un salón. Por suerte estaba sin llave. La imprudencia de Jonghyun no podría haber sido más grande, abre la puerta y a su vez todos se ciegan por la luz del ocaso que entraba por los ventanales.
- valla~ - dicen todos al tiempo.
- Es… un cuarto de solo retratos. – agrega Donghae.
Minho mira poco a poco mientras camina por el salón, ve a grandes reyes, sus reinas, príncipes, duques, cada uno con un nombre en el interior del marco. En el fondo del salón ve una pequeña mesa esquinera con un particular jarrón. Era muy grande y poco usual para la decoración del salón, le llamo la atención, así que fue directamente hacia él. No había notado el gran retrato en óleo que estaba sobre la mesa, poco a poco mientras detallaba el espacio, fue subiendo su mirada. ‘! El chico ¡’ tan grande fue su sorpresa que casi se cae sobre un sillón en cuero a sus espaldas. Sus amigos alarmados van corriendo hacia donde él está.
- ¡Que paso viejo!- jonghyun grita.
- Casi te caes rano… - agrega Donghae.
- Y-yo… y-yo… el chico… - Minho señala al retrato sobre la mesa de aquel particular jarrón. - ese chico… n-no entiendo… es como un deja vu…
- Que pasa con… el chico. Espera veo su nombre. ¿Qué pasa con ‘Taemin Ferdinand Dieudonné d'Artois ’ Fiuuu~ que nombre. – comenta jonghyun.
- ¿Taemin Ferdinand Dieudonné d'Artois? – dice Donghae.
- Debe ser un error… déjame lo miro bien… - agrega Minho levantándose de la silla. – es… el…
- ¿Qué pasa con él?- pregunta Donghae.
- He soñado con este chico desde algún tiempo… es muy extraño. No sé porque.
- ¡Jonghyun! ¡Deja quieto ese jarrón! Que se va a… Caer. – Dice Donghae.
Cuando se rompió el jarrón, de un momento a otro la habitación se oscureció. Unos segundos más tarde todo se ilumino de una luz blanca azulada, cegando a los chicos. Lo último que pensaron fue ‘¿Qué demonios pasaba?’ y caen todos al piso, inconscientes.
En su ensueño, poco a poco Minho se va despertando. Todo había sido muy raro. Escuchaba la voz de una mujer joven, y un hombre. Le costaba despertarse del todo… tal vez era un sueño loco de nuevo.
- Pour l'amour de Dieu, amo, ¿quiénes serán estos extraños?
- No se Clementine, pero llama a Onew. Mira las vestimentas que esos dementes traen. ¿serán bufones? Me preocupa pensar en cómo habrán irrumpido en el castillo, peor aún. Que no nos diéramos cuenta.
- Si, amo Taemin. Deme un segundo y ya vuelvo con Onew.
- ¿Quiénes serán? Espero no sean… matones…
Esa voz le sonaba familiar, no sabía dónde pero la había escuchado. Taemin… Taemin…
- ¿Taemin?- habla Minho abriendo sus enormes ojos cafés.
- ¿Eh? ¿Qui-quien eres tú? ¡Onew! ¡Key! Vengan pour l'amour de Dieu~
¿! Dónde estoy!?- grita Minho al ver a sus amigos inconscientes en el suelo rodeados de unos extraños. Aunque para Minho, aquel chico delgado, esbelto y con cara de ángel, no era un extraño. Era el chico de sus sueños.