CAPITULO V
DESTINO
Clementine no podía dejar de verlos. Ellos tan tranquilos, comiendo sin ningún problema su desayuno. Nunca había visto algo así y la vergüenza le impedía mirarles a los ojos. Lo único que había ganado de su imprudencia había sido un fuerte grito de su amo diciéndole “!largo de aquí!”. Pero no podía olvidar aquella escena. En su vida había visto algo tan sexual como eso, peor aún, dos hombres. Recordó en ese momento como su amo Taemin gemía y gesticulaba palabras en un tono muy sensual al moreno que hacía poco conocía, como estos tenían muy rosadas sus pieles. No podía sacar de su cabeza sus cuerpos desnudos y húmedos por el agua, sus bocas rosadas… las manos de Minho sobre Taemin. Sacudió rápidamente de su cabeza esos pensamientos, sentía el rubor subir por su cara sin fijarse que Minho la miraba divertido.
- ¡Clementine! – Minho la llama- ¿sabes dónde andan mis compañeros? – sonríe involuntariamente mientras mira como ella no puede verle a los ojos.
- E-ehh… Señor Minho… - responde nerviosa- lo único que sé es que le dejaron un recado en el cuarto del joven Donghae…
- ¿Cómo es que no le habías avisado, Clementine? – agrega en un tono serio Taemin.
- Perdón señor duque. Se me había pasado… y…
- No te preocupes niña. Yo iré por mi cuenta y veré. ¿pero no sabes de que se trata?
- Lo que se señor, es que después de la mascarada salieron los cuatro jóvenes hacia París. Incluso avisaron a la Nana que saldrían.
- ¿Cuatro? ¿Quiénes? – agrega sorprendido Taemin.
- Los jóvenes Onew y Key, junto a los amigos del señor Minho. No le dijeron porque no lo encontraban, amo Taemin.
- Es algo novedoso - se sonroja Taemin- nunca habían salido sin mí. No sé qué decir… - sonríe nervioso-
- A mi parecer se adaptaron muy rápido a la época. Están haciendo lo que querían. Descansar y conocer. Bueno, es algo… no nos avisaron puesto que…
- ¡Shh! No lo digas en voz alta. Por favor… Minho…
- Taemin… tranquilo. ¿Qué te preocupa? – Minho agarra la mano de Taemin por debajo de la meza y nota como este se tiempla.
- Nada… nada cariño. Quisiera hacer un recorrido por el castillo contigo. ¿te gustaría?
- ¡Me encantaría! Aun estas… ¿aun estas apenado por esta mañana? – Choi baja el tono de voz.
- Algo… me da pena con Clementine… se ve que un piensa en ello… hahaha. – dice susurrando Taemin.
- No te tortures pensando en el que dirán. Vive el momento, es lo que siempre digo.
- Comamos, para salir a caminar por el castillo. Siempre lo hago. – Taemin esquiva el último comentario.
Entraron en silencio para terminar su desayuno. Habían tenido una larga noche que hubieran querido que fuese más larga y una mañana que había empezado muy emocionante. Por un lado Taemin disfrutaba cada segundo que tenía con su nuevo conocido, se había propuesto a abrir su mente a nuevas experiencias haciendo caso a su mejor amigo, pero desde las primeras palabras que cruzo la noche anterior con Minho no habían sido un juego, se sentía a gusto y muy feliz de que estuviera a su lado. Tal vez era la inocencia que cubría cada milímetro de su cuerpo, cada partícula, cada molécula. Minho había llegado a su vida para enseñarle, o por lo menos así pensaba en ese instante.
Minho tenía emociones encontradas, tantas cosas que habían pasado las últimas horas lo tenían eufórico pero nervioso a la vez. Tenía tantas preguntas y ninguna tenia respuesta, si este era un sueño, quería que durara un poco más, o que Donghae no lo levantara para hacer sus labores diarias, disfrutar cada momento junto al chico de sus sueños, era lo que más quería en esos momentos y estaba dispuesto a hacérselo saber.
Era un día soleado, un aire de primavera se respiraba en balcón de las torres, olía a naturaleza, el rio reflejaba como un gran espejo el esplendor del castillo, Minho devoraba con su mirada cada detalle de este, le gustaba la arquitectura y más le gustaba estar allí. Taemin le había sugerido que subiera a esperarlo en la torre donde habían hecho el amor la noche anterior, mientras el despedía a la visita que se había hospedado. Esto le había dado tiempo para pensar en su incierto futuro, algo que no tenía muy claro aún. Clementine entra por la puerta, silenciosa y algo apresurada.
- Sir Minho, aquí está el recado de sus amigos.
- Yo no lo mande a traer. Pero muchas gracias niña.
- Fue el joven Taemin. Insistió en que hiciera bien mi trabajo. – se sonroja la chica
- Muchas gracias de nuevo. Y por lo de esta mañana…discúlpanos. Taemin está apenado.
- No, no ¡no! No debe disculparse joven. Fui mi intromisión… llamare a la puerta la próxima vez. Me retiro. Buen día.
La tímida chica sale corriendo del salón, lo cual no era una novedad siendo tan tímida. Era de esperarse una reacción así, pues lo que había visto no había sido mucho para él, pero para ellos había sido algo nuevo. Al quedarse solo Minho abrió la nota, en un papel arrugado y no muy claro decía:
“Amigo, sé que está mal salir así. Pero el Juancho ni yo te encontramos. Así que salimos a aventurarnos con los amigos del duque a Paris, tal vez sea el alcohol o un no sé qué de esta locura que nos tiene eufóricos. Espero entiendas y te diviertas tú también. Abrazos,
tu amigo, Donghae”
‘Ellos estarán bien’ pensó el alto. Por ahora estaba tranquilo de saber algo de ellos, no tendían a separarse mucho y el día de hoy era algo nuevo. Se sentó en el sillón que había en el centro del salón, el sillón donde le había hecho el amor a Taemin, y poco a poco se queda dormido pensando en él.
Cuando entra en un sueño profundo, ve a Taemin, corriendo con él por el prado frente al rio, se veía alegre. Pero de un momento a otro empezó a llover, y visualizaron a lo lejos una joven, con aspecto de trabajadora. Ambos se quedaron mirándola y por cosas de los sueños llego muy rápido a donde estaban ambos. Esta mujer toco el hombro de Minho y este se empezaba a alejar, cada vez más y más, Taemin gritaba… gritaba…
- ¡NO! – grita Minho.
- ¿Qué paso Mon cher? – dice Taemin acariciándole la cara a un asustado Minho.
- ¡Taemin! – se para rápidamente y lo abraza.
- ¿Q-que pasa?
- Un mal sueño mon petit… un mal sueño… ya paso. ¿Cómo te fue?
- B-bueno… - se separa del joven alto – supongo que bien. La duquesa estaba furiosa porque no me vio bailando más con su hija, y su hija no se me quería despegar. Fue muy molesto. – pone cara de fastidio.
- ¿Ah sí? Esa mujer no me agrada. – siente celos el joven alto.
- Sé que no. Pero menos mal se fue con su corte de mujerzuelas.
- No hablemos más de ellas. Quería contarte algo… - infiere Choi.
- ¡Más cosas del futuro! Por cierto ¿tienes tu cajita musical contigo?
- Cosas del futuro… pareces un niño pequeño – sonríe divertido- si algo así, y también lo tengo conmigo, le queda poca batería, menos del 10% y no hay como cargarlo, así que no podrás oír mucho mon petit. Y se llama ‘celular’. Ven acomódate junto a mí.
Ambos se sientan bien en el sillón, Minho saca de su bolsillo el IPhone y a su vez pone su brazo en el cuello del joven duque.
- Celular… celular… mon cher… para que se usa esto en tu tiempo, además de emitir música, claro está. – pregunta curioso Taemin.
- Mi pequeño, esto se usa para comunicarse. Para hablar con personas que están muy lejos. Es la función inicial, también, para tomar fotografías. He visto por aquí algunas antiguas. Debes saber que son.
- Es una función muy hermosa esa. En este momento serviría para saber de Onew y Key. Y sí, pero no son tomadas por una cajita. Yo prefiero a la hora de hacer algo así, un retrato al óleo.
- Entiendo tu punto. El arte es hermoso. Mira, hagamos una selca. – Minho pone en su celular la cámara frontal y Taemin lo mira curioso.
- ¿selca?
- Una foto, tomada por mí. Nosotros dos. Ven mira a la cámara.
- ¿y qué hago?
- Ummm… posemos. Dame un beso en la mejilla.
Taemin besa la mejilla mientras Minho toma la fotografía. Siguen posando, Taemin divertido, posa su cara en el hombro del chico y toman otra. La siguiente fue un beso en la boca, que se convirtió en un beso largo, y lleno de pasión. Minho había tomado fotos de ese momento, cuando de repente suena el celular. Se descargó.
- Ay no… murió esta cosa.
- ¿Murió? ¿El celular? ¿no habrá más selcas? – dice Taemin haciendo pucheros. – yo quería jugar más…
- Bueno… ya que. Ahora sí, te contare lo que quiero decirte.
- Bueno cuéntame, mon Minho.
- ¿Porque no caminamos un rato? Mientras te cuento.
- En ese caso andando.
Bajaban por las escaleras agarrados de la mano, ambos felices y contentos por las nuevas sensaciones. Al llegar a la primera planta, se topan con la Nana quien los miraba sorprendida. Taemin se soltó rápido de Minho y agacho la mirada, Choi no entendía nada.
- Taemin. Ven acá. – la señora de edad, esbelta y alta lo llama.
- Si señora. – Taemin mira a Minho pidiendo que se quedara dónde estaba.
- ¿Quién es ese joven? ¿es de esos locos que dicen ser del futuro?
- Es un invitado Nana. Y es un muy importante invitado. Así que por favor, no interfieras con mi visita, iremos a caminar, a hablar y a…
- ¿Y a qué?- lo corta amenazante su Nana- Clementine me conto todo. ¿Cómo es que debutas con un hombre? Y un desconocido. ¿Cómo es que das tanta confianza? ¿Qué te he enseñado?
- ¡Nana! – grita Taemin- por favor… hace mucho no me sentía así de feliz. Por favor, no interfieras. Ya estoy adulto. Solo quiero sentirme como me siento, cuando estoy con él. ¿sí?
- Taemin, hijo solo eres un niño que se deja llevar por la lujuria… cuida tu corazón… sabes lo mucho que te ha costado repararlo para que venga un forastero… y te lastime. También recuerda tus obligaciones como duque… ¡Taemin!
- Adiós nana. Iré a caminar. – Taemin camina hacia Minho de nuevo, su cara irradiaba tristeza.- Perdóname por eso Minho. Mi nana… y Clementine… agg…
- No te disculpes mon petit. Escuche todo. Y ella tiene razón al preocuparse.
- Pero me gusta estar contigo. Eso basta para mí…
- Vamos caminando. Taemin, debes entender algo. No se por cuánto tiempo me quedare aquí contigo. Es confuso para mí todo aun, puesto que en un jugo mágico del destino llegue a ti. – ambos caminan hacia la salida del castillo- no sé qué valla a pasar. Tengo miedo de lo que pase y que te lastime o algo. No sé.
- Pero Minho… estas aquí. Estás conmigo… y era cierto lo que te decía esta mañana. Ni me importa cuánto tiempo llevemos de conocernos yo …
- Yo te conozco desde hace mucho -Minho corta a Taemin- desde hace ya algún tiempo.
- ¿Eh? ¿Cómo es eso?
- Veras… eres un personaje de la historia, y en mi colegio cuando estaba más joven… me pusieron una tarea y allí fue donde supe de tu existencia.
- Eso es alegador... y da algo de miedo…
- Taemin, todas las cosas del pasado siempre me han llamado la atención, era mi materia favorita desde ese entonces. Compuse mi primera canción para ti de hecho.
- ¿Es en serio? O estás jugando conmigo…- ambos estaban frente al rio viendo sus reflejos y los del sol.
- Sentémonos aquí. No juego con esa clase de cosas, la verdad nunca he sido un hombre de mentiras. Y eso no es todo pequeño, puede que salgas corriendo cuando me escuches.
- Nada me hará irme para ningún lado, y menos cuando tengo tanta curiosidad. Dime que también me cantaras la canción.
- Taemin, eres todo un caso – sonríe Minho- he soñado contigo desde que compuse la canción para ti y por supuesto que lo hare. La cosa es que todo esto da miedo y alegría… al tiempo de que es muy extraño.
- ¿Qué has soñado conmigo? Es decir, ¿no he sido un desconocido para ti? … esto explica la sensación de familiaridad… ¿Destino?
- No lo sé Mon Petit. Destino, magia… en todo caso es que mi mayor sueño se hizo realidad.
- ¿Cuál era tu mayor sueño?
- Conocerte. – Minho lo mira a los ojos haciendo que el duque se sonrojara.
- ¿C-conocerme?
- Si sueñas con una persona que nunca has visto, y los sueños son casi todos los días. Dime, ¿no te gustaría conocer a la persona? O por lo menos verla en algún lado…
- Viéndolo de esa manera… si, tienes razón. Es algo romántico~
- Si lo vez por ese lado, pequeño… si ~
- Minho~ ¿has visto a alguien que sea más feliz que yo en este momento?
- Nunca he visto tanta felicidad en unos ojos tan transparentes. Nunca. Eres muy inocente~
- ¿Inocente? ¿Me lo dices a mí, quien esta mañana tuvo tu pene en la boca? – Taemin lo dice imponente.
- Valla, valla~ ¿y eso es perder la inocencia según tú?- se ríe a carcajadas Minho- Ay~ mi pequeño…
- Pues para mí lo es. En pocas horas perdí mi virginidad, me han tocado, besado y hecho el amor. Cosa que nunca había hecho. También succioné el pene de otro hombre y bebí de su eyaculación. – hace pucheros algo molesto Taemin.
- Si lo dices de esa forma pareces todo un profesional. – se mofa Minho- vente para acá y no te enojes niño consentido…
- Kyaaaaaaa~ suéltame~
Minho se lanza sobre Taemin como una fiera, acorralándolo con su gran cuerpo, aprisionando sus caderas contra el piso. El joven duque solo chilla divertido bajo su cuerpo, retorciéndose, necesitado de atención. Minho jugaba con Taemin, le daba picos en el cuello y el joven le correspondía con más suaves besos en su cara, cuando por fin se liberó de la presión del enorme cuerpo de Minho, el joven duque sale a correr.
Minho sale a correr tras él, Taemin es muy rápido y le lleva varios metros de ventaja, correr tras él era una liberación, se sentía completo, la luz del sol y la brisa del rio abrigaban su alma, dándole esperanzas de que todo estuviera bien. Al agarrarlo, lo abraza por detrás, luego lo alza y empieza a girar junto al duque, el peso de Taemin ayudaba pues era muy liviano, ambos caen al césped ahogados en sus carcajadas.
- Taemin, pequeño …
- Dime mon Minho…
- El cielo está muy despejado, es hermoso.
- Si… el día en si es muy hermoso.
- ¿Sabes?
- ¿Qué cosa?
- “ Quiero que seas mi compañero de una tarde lluviosa, que me enseñes el arte de tus besos mojados, que me leas poesía, que me muerdas la boca, que me cuentes tus sueños, que me enciendas las ganas y me apagues los miedos."
- ¿De dónde sacas tantas cosas bonitas? Es hermoso…
- Soy compositor y es lo que siento. Me haces sentir cosas así mon petit…
- “Que me leas poesía, que me muerdas la boca…”
El joven duque se acaballa en Minho, sentándose en sus caderas y lo observa desde arriba. No podía explicarse como un moreno tan esbelto le había cambiado la vida en un día. La felicidad que sentía no la había sentido nunca. Él era lo que le hacía falta a sus días para estar completo, dichoso y feliz.
Desde el otro lado del río, iba el carruaje de la señorita Rose. Se había demorado un tanto más que su madre en salir, pues quería tener una entrevista privada con el duque. Se había puesto su mejor loción, su cabello suelto al natural y el corsé del vestido más ajustado, para llamar la atención del duque. Pero no consiguió nada, le habían dicho en el castillo que el joven duque había salido muy temprano a hacer su caminata diaria, sin decirle junto a quien y en ese momento, yendo hacia su hogar. Lo vio.
Tenía por costumbre usar los binoculares de teatro para observar el mundo bajo sus pies, al ir molesta por no haber logrado su cometido con el duque se puso mil veces peor al ver a Taemin besar a alguien a la orilla del rio. Era orgullosa y odiaba perder, también recordaba muy bien las palabras de su madre diciéndole: ‘tienes que conquistar al duque, casarte con él y ser su duquesa. Mas nombre para la familia Rose.’
- Serás mío Taemin. Cueste lo que me cueste.