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Mi héroe por Meowstic

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Notas del fanfic:

Los personajes de éste Fanfic no son míos, le pertenecen al creador de esta franquisia, Satoshi Tajiri.

Los días de su publicación aún no los tengo muy claros, no sé si a diario o sólo los sábados.

 

 

Notas del capitulo:

Bien... Es el primer Fanfic que hago, soy muy malo la verdad, no les voy a mentir, pero les juro que todo será mejor cuando avance de éste primer capítulo tan cutre. También dar las gracias a Fullbuster que me ha ayudado mucho.

 

Disfruten el primer capítulo. (?) :'v—

Brendan POV

 

 

Había sido toda una locura la mudanza de Johto a Hoenn, iba de aquí para allá cargando cajas directo al camión de la mudanza. Mi padre, líder de gimnasio, fue la razón de esta mudanza, le habían ofrecido un mejor trabajo en la región Hoenn. No me opuse, de hecho estaba contento con la decisión de mi padre, aparte de haberme prometido que tendría mi primer Pokémon. Mis ojos brillaron de la emoción, como ahora, estando apunto de coger a mi primer amigo en el laboratorio del profesor Pokémon.

 

Pasé de largo ante la aburrida explicación del profesor sobre los Pokémon. Tomé al inicial de tipo agua, Mudkip, junto a la pokédex que me fue asignada por el adulto. Salí por la puerta tal y como entré en cuanto acabó su largo recordatorio. La luz del sol pegaba directamente contra mi piel bronceada por el sol, y menos mal que me había puesto ropa de verano porque el clima aquí siempre era muy cálido, apenas había días fríos. Fuera del laboratorio, corrí por la villa hasta llegar casa contento de tener a mi primer Pokémon, seguro a mi madre le dará gusto.

 

Llegué en cuestión de minutos a casa, toqué y entré, poniendo una cara de sorpresa, la primera vez que puse pie aquí, estaba vacía, pero ahora ya la habían amueblado. Mi madre sonrió en cuanto me vio poner ese gesto nada más entrar por la puerta.

 

— Hijo, ¿cómo te fue? —preguntó mi madre con su dulce tono de voz.

— Me lo han dado. Mira. —saqué a mi Pokémon de su cápsula con una gran sonrisa. Mudkip, tímido, saludó a mi madre escondido detrás de mí.

— Me da mucho gusto, hijo. Serás como tu padre algún día sin duda alguna. Y pensar que ya tienes trece años… ¿De seguro quieres iniciar un viaje, verdad? —me preguntó aguantando las ganas de llorar.

— ¡Por supuesto! Ahora que tengo a mi compañero, estoy listo para la aventura. —comenté entusiasmado.

—Hijo mío, creces tan rápido… —dijo ella secando con su mano una de las lágrimas que caían por su mejilla. — Asegúrate de ir con tu padre, está en Ciudad Petalia. Ve con cuidado cariño. —terminó dándome un beso en la frente.

— ¡Te prometo ser el mejor, mamá! ¡Ganaré la liga Hoenn, ya lo verás! —dicho esto, salí corriendo de casa tomando y colocando mi mochila de equipaje que mi madre ya tenía alistada.

 

Fuera de casa, me encontré con una chica de mi misma edad, parecía que también recibió su primer Pokémon, se le notaba contenta tanto como lo estaba yo. Ella vino hacia mí para saludarme, creo que ella es la hija del profesor, tienen cierto parecido.

 

— Hola, tú debes de ser Brendan, el vecino, ¿verdad? — preguntó esbozando una sonrisa.

— Sí. Yo soy el nuevo vecino, Brendan, un placer conocerte. —devolví el gesto a la chica. — Pero, ahora no puedo charlar, ando con algo de prisa. Tengo que ir a ver a mi papá, Norman.

 

La dejé con la palabra en la boca por si le daban ganas de seguir con la plática, pero mi urgencia fue tal que salí como todo un rayo por la ruta de salida hacia el pueblo siguiente. Claro que me topé con Pokémon salvajes, y los enfrenté con el Mudkip recientemente entregado. Éxito tuve para cruzarla y llegar al pueblo más cercano, sin detenerme y busqué la salida de esa pequeña población, pero ahora me asaltaba una duda, ya que había dos caminos. Con el dedo señalé dejándolo al azar, dando el ganador al camino largo, seguro ése sería el indicado, y así fue. Un poco molesto a mi parecer, los Pokémon me emboscaban como locos, gracias a Arceus que pude salir de muchos de esos aprietos con mi monstruo de bolsillo, agradezco tenerlo a mi lado, como compañero y amigo. Los entrenadores que me encontré en el camino tampoco fueron problema, salí vencedor en cada pelea, “la audacia es la clave para ganar”, al menos así pensaba yo, mi experiencia me lo indicaba en el fondo de mi corazón. Finalmente, salí de aquella ruta tan problemática, capturando cómo último un Ralts.

 

Al llegar, fui directamente al centro Pokémon, entré como alma que lleva el diablo para que la joven enfermera restaurase a mis dos amiguitos. Me comentó que no tardaría nada, podía esperar sentado en uno de los sillones que dan a la ventana, obediente hice caso al ofrecimiento de la enfermera, sentándome cómodamente, ¡vaya que es cómodo uno de estos centros curativos!

 

Observé el reloj que se ubicaba en una pared rosa del edificio que daba justo en frente de mí, eran las 4:00 p.m. y me sorprendí lo rápido que había llegado a la ciudad, pues salí de casa a las dos en punto. Miré la ventana que se encontraba a mi costado, el sol pegaba directo a la tierra con mucha intensidad. Sabía que el gimnasio estaba cerca, a unas dos calles a más tardar, ahí empezaría el primer desafío, derrotar al líder de gimnasio, Norman, en otras palabras, mi papá.

 

Una silueta se hallaba en medio de mi vista, un hombre alto, un auténtico guaperas de primera, me llamó mucho la atención su cabello blanco que brillaba con intensidad bajo el sol, sus ojos con el mismo color y belleza fue en lo siguiente que mis ojos se fijaron. Él sonreía de forma abierta mientras me observaba, lo sabía porque no había nada más que ver, sólo un joven sentado en un sillón esperando la salud de sus amigos. El aviso de la enfermera hizo que desviase la mirada por un momento, volví a voltear pero aquél hombre ya no estaba, fue extraño… Ciertamente quería seguir haciendo contacto visual con él, y me preguntaba por qué sentí que todo mi mundo se detuvo con tan solo verle sonreír.

 

La enfermera volvió a dar otro llamado, está vez respondí dirigiéndome la barra donde en una charola dos esferas rojo con blanco esperaban que su dueño las tomase.

 

— Muchas gracias enfermera. —agradecí agachando la cabeza mostrando agradecimiento.

 

— Fue un placer servirle. Vuelva pronto. —habló con su sonrisa característica de enfermera.

 

Salí como bala del Centro Pokémon directo al gimnasio que ya lo veía, pero me distrajo un gran estanque que adornaba la ciudad. Miré con confusión porque es raro que una ciudad haya un estanque. Caminé a él para deleitarme con la hermosa vista que brinda el agua de éste lugar. Al llegar, me incliné un poco viendo mi reflejo en el agua cristalina.

 

— ¡Pero qué guapo eres, Brendan! —dije para mí mismo. — Sería imposible que un galán como yo no consiguiera alguna mujer—.

 

Mientras yo me hacía el vanidoso, un hombre en bicicleta pasó y chocó conmigo, tirándome de lleno en el estanque, ¡será ciego! ¿Cómo me iba a tirar cuando estoy frente a él?, encima no me ayudó, chapoteaba pidiendo ayuda a quién pasara, sin embargo, de un momento para otro la ciudad pareció un desierto. Sin ayuda de nadie, terminé hundiéndome en el agua, ya que no había aprendido a nadar debido al miedo de que algo pudiera jalarme de los pies y hundirme. Sentí como poco a poco me faltaba el aire, los pulmones me ardían, por último, solté el aire retenido, estaba tan desesperado, no podía respirar porque no había nada que respirar bajo el agua, sabía que moriría aquí mismo… Cerré los ojos lentamente y lo último que observé, fue ese chico de cabellos bañados por el color de la luna entrar al agua, quedando inconsciente al momento.

 

Desperté de golpe y asustado en un lugar extraño, me recordaba a una casa en el árbol. Ya había anochecido, ¿tanto tiempo había dormido? Busqué algún objeto familiar, encontrando mi mochila, gorro, pokébolas, etc. A mi costado. Mi vista se encontró con unos ojos blancos, aquellos ojos que de nuevo me dejaron hipnótico, el dueño estaba justo frente a mí observándome fijamente con una sonrisa. ¿Acaso yo tenía algo malo? Miré mi cuerpo, estaba totalmente desnudo, mi ropa aún se secaba en una cuerda instalada. No pude evitar sonrojarme, si hubiera podido verme, parecería un tomate. Fascinante mi primer día en el mundo Pokémon, casi muero y soy salvado por un chico que me desnudó, sin duda alguna, es el mejor héroe del mundo para mí.

 

 

Notas finales:

Bueno, gracias por hacer arder sus ojos con tan mal Fic, me esfuerzo por hacerlo muy bien, en el fondo no está tan mal.

 

Gracias por leer. :'3


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