JongIn:
Más de tres años con la misma adicción.
¿Jamás me cansaré, verdad?
¿Ni siquiera tengo conciencia por lo que le hice a mi amigo?
¿Seré un ser despreciable tocando a alguien que no me corresponde?
Sus labios contra los míos y su cuerpo bajo el mío, hacía que mi mundo se pusiera de cabeza, su corazón palpitaba al compás de mis latidos, su cuerpo se debilitaba a cada una de mis caricias. Una posición que me encantaba hacer cuando estaba junto a él, porque en ese momento, era solamente mío… y de nadie más… en mi mente.
Depositaba besos en sus comisuras, en sus mejillas en sus labios y en su cuello con tanta paciencia que creía que el tiempo se acababa entre los minutos que sobrepasaban por mi tiempo. Él sólo se dejaba porque sabía que le necesitaba, y él me necesitaba a mí con desesperación. Sabía que me extrañaba, pero lamentablemente no era al único que extrañaba.
Los números en el reloj electrónico eran mi peor enemigo, los segundos se acortaban y los minutos estaban siendo una bomba de tiempo para demostrarle mi necesidad y mi agradecimiento de que esté ahora conmigo. Pero esta vez, el reloj de la pared no era lo que me estaba preocupando. El aparato que descansaba en la mesa al lado de nuestra cama me dejaba tan intranquilo, tan incómodo. Quería sacarlo de ahí y tirarlo por la ventana.
KyungSoo me abrazó por la cintura dejando su suave piel contactando sobre mi piel, había subido un poco mi camiseta sin mangas que llevaba en ese momento, simplemente me encantaba el contacto directo con su lechosa piel.
Dejé todo control fuera de mi cuando sentí la suavidad de sus dedos, mis labios comenzaban ya a morder cada parte de su sueño. Porque sabía que le gustaba. Sabía que me deseaba desde que abrió los ojos al despertar… en la cama de alguien más.
Sus piernas se entrelazaron entre las mías y rozó mi miembro ya palpitando fuertemente, tanto que llegaba a doler al imaginármelo al poseerlo y hacerle rogar por más.
.- J-JongIn…-Su voz entrecortada cerca de mí. Oh… el maldito sabía muy bien lo que estaba haciendo. Así es como empezaba todo nuestro momento. Me encantaba. Lo adoraba.
Yo a él… lo amaba.
Pero el destino siempre me ha jugado una muy mala pasada desde que conocí al pequeño de ojos grandes desde que lo conocí.
Sabía que él estaba prohibido. Sin embargo, yo lo seguí. Pero lo peor de todo, es que él no se negó.
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Trabajaba en una oficina de publicidad, y después del horario, fuimos con mis compañeros a beber algo, a un restaurant cerca de allí, era nuestra primera aprobación para auspiciar a una empresa de alto rango, estábamos muy bien con un par de botellas de soyu ya ingeridas en nuestros cuerpos… cuando mi tortura empezaba.
Park Chanyeol, el compañero simpático, leal y responsable (lamentablemente, un gran amigo mío) había llegado atrasado a nuestra pequeña “fiesta”, recuerdo que había llegado agitado con su uniforme desordenado, pero aún así, se arregló en frente de nosotros. De ahí, venía detrás de él un pequeño chico, con ojos grandes y cabello negro como sus ojos, un cuerpo frágil escondido en una ropa casual, con un bolso que pasaba sobre su abdomen, y recorría el brazo de Chanyeol con una leve sonrisa, hasta que me miró.
Me quedé pasmado por lo inocente que podía ser, y lo blanca que era su piel, sentía que si la tocaba podía hasta romperse. Se dio cuenta de que éramos más de 6 personas, así que nos miraba a todos asustados, pero a mí… me miraba de otra manera. Su sonrisa había desaparecido, y sus ojos casi se descolocaron. Yo aunque le sonreía como todos ahí, mi corazón comenzó a latir con fuerza, no sabía qué era lo que me pasaba.
.- ¡Compañeros! Lamento la tardanza, tuve que ir a buscar…
.- ¿Quién es, Chanyeol-ah? ¿Es tu novio? - Contestó Baekhyun mientras comía una papa, untándola en mayonesa. Chanyeol bajó la mirada sonriendo y luego mirando al chico.-
.- Acertarste, Baek. Amigos, él es KyungSoo, mi novio. Vino de un largo viaje, aún así quiso acompañarme hasta aquí.
.- ¿Es tu novio? ¡Oye, qué suerte! .- JongDae se paró de su asiento para estrechar manos con KyungSoo, quien muy tímido aceptó haciendo una leve reverencia.- Lo tenías muy guardado, Yeol. ¿Creíste que te lo quitaríamos?
.- Claro que no, pero con todo el amor que les tengo, él es mucho para ustedes, así que es mío.-Lo abrazó posesivamente y eso, creo que me irritó un poco. Pero pasé desapercibido, porque los demás comenzaron a protestar y reír por lo que había dicho.
KyungSoo estaba sonriendo. Y no me estaba sintiendo bien. Sus labios gruesos y rosados se convirtieron en un dulce viviente cada vez que se formaban en un corazón, haciendo que sus grandes ojos se volviesen pequeños. Su fina piel (y seguramente suave) contra la luz del restaurant resaltaba más… lo que sea que tenía, había algo en él que lo hacía brillar… y era el único que estaba viendo eso.
A medida que los días iban pasando, KyungSoo se quedaba en la oficina de Chanyeol esperándolo cuando salía, el cual quedaba justo a unos cuantos escritorios que el mío, donde habían unos asientos, además de que Chanyeol me encargaba a KyungSoo para que no se aburra.
Oh amigo, eso fue un gran error de tu parte.
Conseguía hablarle a KyungSoo casi todos los días. En mi trabajo no me desconcentro, puedo hacer dos cosas a la vez sin ningún problema y me ayudaron a saber más de aquel chico. Aunque mi mente decía que no debía sonreírle como lo hago con las chicas, ni usar mi acento coqueto como lo hago con ellos, ni acercarme tanto a él cada vez que se cae algo cerca de él y me ayuda a recogerlo. Ni hacer que mi corazón palpite a mil por hora cuando me sonríe, ni haga que sea el único ante sus ojos. Eso era lo que más me dolía.
No, no debí haber hecho todo eso… pero KyungSoo tampoco debió seguir con mi “juego”.
Aunque lo hacía sin darse cuenta; sonrojarse cuando lo miraba, tartamudear cuando lo miraba y hacer eso que tanto me encantaba desde el primer momento, sabía que teníamos aquella tensión entre nosotros, con el pasar de los días y meses.
Ya en un momento en que no pude más, Chanyeol tenía una reunión hasta tarde y yo me quedé haciendo trabajo extra, una excusa barata para quedarme con KyungSoo, quien estaba muy bien arreglado. Iban al cine y luego a cenar con los padres de Chanyeol, a formalizar.
Formalizar… algo que nunca llegué a comprender.
¿Era tan importante? KyungSoo debía ser un buen novio: leal, hermoso, tímido, inteligente, ¿ya dije hermoso? Eso parece, qué más da.
Me volví loco en esa noche. Rompí todo lo del departamento, incluso mi vecino había llamado a la policía porque pensó que alguien robaba mis cosas. Pero mi ira y mi cobardía eran tan grandes que no me podía controlar.
¿Por qué no simplemente lo beso y ya para detener esto?
Lo intenté.
Lo hice. Claro que sí, maldita sea. Lo hice…
Pero fue mucho peor.
Porque me respondió el beso y terminamos haciendo el amor en mi departamento, donde todo empezó a estar de mal en peor.