Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ABSALON por Haschariel

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos!

Como lo prometi, os traigo una nueva historia. Ya la habia posteado pero nunca terminado. Ahora tengo el borrador completo y solo ire editandola. Os pido paciencia ^^¡, por favor.

Una cosilla mas. Esta es una historia bastante complicada, y he estudiado mucho para escribirla. Asi que la mayor parte de ella (exceptuando la historia de amor) son datos verdaderos cogidos de aqui y alli. Algunos estan incluidos o acomodados en beneficio de la historia. En fin, que si teneis dudas de uno u otro termino o dato, a preguntar. Ire poniendo las respuestas al final de cada capitulo

Muchas gracias a l@s que van a embarcarse conmigo en esta historia.

Haschi.

ABSALON

Capitulo 1


El capitán David Jules, cruzo la escotilla de la sala de maquinas como alma que llevaba el diablo. El eco del metal que sus botas dejaban contra el titanio de la nave, persistía en el penumbroso pasillo como el sonido estridente de una lluvia de meteoritos chocando entre si. Su porte envarado y los músculos tiesos le conferían a su estampa, en esos momentos, un extra de fornicidad que en circunstancias normales era flexible y magra. La cabellera amielada, desordenada con desparpajo había sido victima de una nueva rabieta, ahora atusada aceleradamente sin presteza. Las irises verdes refulgían indignadas mientras mascullaba en voz baja la orden que su superior al mando estaba a punto de transmitirle de manera irrecusable en los hangares del Terra3; donde por cierto la comitiva le esperaba en pleno

Era la tercera vez en seis meses que le relegaban de una misión para encomendarle otra diametralmente diferente

-Todo por un estupido Rak´nur –Bufo desordenando otra vez sus cabellos

Aquellos aliens híbridos no eran en absoluto de su agrado. Su sugestiva presencia para los sentidos consistía un arma de doble filo difícil de controlar, no precisamente para dicha raza como para el resto de las especies estelares. Eran seres que podían manejar sentimientos ajenos a su raza y control mental al mismo tiempo, a voluntad y antojo. A ese ínfimo detalle debía sumarse que no solían ser precisamente sociables; su popularidad en el universo, si acaso menos, era inexistente. Les habían visto menos veces que los dedos del pie.

Los Rak´nur eran de esas estirpes pacificas obligadas a luchar en alianza con los seres humanos varias décadas atrás durante la guerra del Blue Beam. Su ayuda a los terrestres podría haberse contado como valiosa con un poco más de diligencia militar, sin embargo su población se contaba escasa y el tedio bélico para seres tan adamados los había reducido irrisoriamente a unos cuantos miles. Desde aquel entonces no desperdiciaban oportunidad en ser indemnizados con favores varios a su haber personal

Por estas razones, cuando el capitán David Jules llego ante los cobertizos del Terra 3, su aversión hacia esos entes había aumentado considerablemente.

Trato de igualarse el desbarato físico teniendo certeza de que tras las enormes puertas selladas, estaría su superior al mando esperándole impacientemente, consultando el reloj minuto si, minuto no, con aquella taimada mirada roedora y claro, acompañado por todo el cortejo alienígeno

Subió la mano para introducir su llave dérmica y las puertas corredizas se abrieron al mismo tiempo que cambiaba el careto por otro módicamente castrense

No se equivoco.

El almirante Cogar, subió los diminutos ojos de su cronometro para empastarlos en la figura de su subordinado y a David le pareció que las cicatrices de guerra en la piel del hombre quedaban tan expuestas a la vista que seria difícil concentrarse en otra cosa los primeros minutos

-Señor —Se cuadro a pocos metros de su superior.

Su voz repercutió como un trueno en el extenso espacio metálico repleto de Beatle barges, cazas, y anfibios de exploración
El hangar sellado entre el Terra y el espacio sideral era inusualmente utilizado como salón de reuniones en cuestiones investigativas, ataque o rescate. Hoy, sin embargo, el Almirante Cogar había decido mas bien involuntaria y muy apresuradamente llevar el pequeño encuentro en medio de las pistas de aterrizaje, sin asientos o escritorios, rodeados de naves de combate.

—Capitán… Descanse
—He recibido su mensaje Señor. Hemos hecho todo lo posible por abortar la misión según el protocolo —Explico David imprimiendo a sus palabras un subrepticio tono recriminatorio

Pero como lo hubiese esperado, su superior no se dio por aludido
—Me alegra, porque la nueva tarea que le voy a encomendar, capitán, merece mucha mas importancia… Estamos de acuerdo en el alto mando que el Terra3 es el acorazado mas indicado para llevarla a acabo

Cogar ladeo la cabeza hacia atrás como dando alguna secreta señal y de las penumbras que formaban las naves bajo los fluorescentes de la gigantesca cámara, emergió una silueta de mediana estatura; engalanada de pies a cabeza con lo que parecía ser una especie de vestido blanquísimo formado por extraños telares azulados o verdosos y rosa, algo semejante a la seda, sin serlo realmente. El recién llegado parecía un fantasma bajo sabanas blancas más bien que algo o alguien. Sin embargo, su porte erecto, aun sin conocer las líneas que lo componían expelía una cargada aura solemne

El enigmático personaje iba seguido por cuatro seres igualmente ataviados en tonos grisáceos, pero en vez, llevaban la cabeza descubierta y sus negrísimos ojos sin fondo refulgían luminosos como luces en el espacio, sus cabelleras pululaban en torno a sus gráciles siluetas igual que marejadas negras ofreciéndoles a su paso esa peligrosidad divina tan difícil de controlar por tantos enamorados.

En el pequeño tiempo desde su estrepitosa entrada hasta ese instante Jules había menospreciado tontamente la presencia de los alienígenas —poco los viera y poco los recordara— así que no pudo evitar el torpe gesto sorpresivo casi embelesado que moteo su faz al ver el cortejo y al importante ente que lo encabezaba… Ah, si, este bicho debía ser importante; perteneciente a la nobleza o algo parecido por la magnánima aura a su alrededor.

La estampa de la criatura era soberbia. Sus formas se percibían suaves y espigadas como hilos de metal tras la rara indumentaria, su andar resultaba lozano acompañado por las formas sinuosas del sari, y sus pisadas sin sonido le hacían parecer flotar hacia ellos como un espíritu transparente, absolutamente hermoso.

Jules trato de mantenerse firme cuando el halo frío del Rak´nur golpeo su cuerpo de forma directa haciéndole estremecer. No como estremece el miedo o la sorpresa, si no más bien el placer pero en un sentido cuantitativamente más profundo, casi celular, casi dendrítico...

Solo dos veces en su vida había sentido este tipo de estremecimiento, las dos frente a un Rak´nur: Cuando era niño en compañía de su padre y durante su tercera campaña bélica hacia década y media atrás. No obstante hoy estaba a punto de brincar sobre el extraterrestre. Jules odiaba esos poco castos sentimientos hacia seres no humanos, por lo mismo odiaba también a esos híbridos cuya especie entera era morbosamente masculina.

La voz ronca de Cogar le ayudo lo suficiente a recomponerse y prestar atención a la situación… Infortunadamente por muy poco tiempo

—Capitán Jules, le estamos encomendando una tarea substancial al servir de escolta al sequito imperial de Ritol durante su viaje a Alpha Draconis
—Imperial? —Pregunto en tanto sus anteriores sospechas se confirmaban
—El príncipe… Asttery, segundo heredero a la corona, va camino a Thuban en misión comercial y política. El imperio Rak´nur ha solicitado ayuda terrestre ya que nos encontramos en buenos términos con los dos Sistemas. Por supuesto hemos aceptado de muy buena voluntad

“Es príncipe”, se dijo pensando que el invitado daba la talla. Nunca había visto príncipes extraterrestres o terrestres en todo caso, no obstante, este definitivamente parecía uno… “Escolta!?”. Su cerebro pareció reaccionar

—Señor… Alteza –Agrego dirigiéndole al huésped en potencia una mirada aprensiva. Al instante se supo en falta –Debo recordaros que Alpha Draconis mantiene su alerta hostil hacia planetas miembros de la Confederación…

(De hecho específicamente Ritol, mi amigo). Pensó

—Por eso precisamente la Tierra interviene como mediador. Nuestro embajador esta ya camino a Thuban
—Aun así, señor… No seria conveniente plantear los diálogos vía satélite?.
(No quiero estar en medio de fuego cruzado, si me permite)

—Agradezco su preocupación Capitán David Jules, pero.…

Se escucho por primera vez la sedosa voz alienígena tras el manto apastelado de telas. El timbre inquietante entre dulce y rígido arrullaba los sentidos cual astral melodía. Si, él pertenecía sin duda a la realeza. Y aun sabiéndolo, cuando el fastuoso embozo fue retirado por un par de manos extremadamente nacaradas con dedos emperifollados en piedrecillas rutilantes y extrañas, dejando al descubierto el rostro del príncipe, David Jules perdió el aliento

—…Temo, es una tarea que debe cumplirse personalmente
David no consiguió procesar esta última frase. Tampoco lo intentaba siquiera. Simplemente se había quedado absorto —más de lo que podían absorberse los agujeros negros— en aquel rostro irreal

Dos pozos azules, sin irises, profundos como los océanos terrestres, brillantes como noches de luna llena, le devolvían la mirada cavilando bajo espesas pestañas carbónicas. A diferencia del resto de su raza una larguísima mata de hebras blancas como nieve y leche enmarcaba el rostro asexuado, hasta desparramarse tras los afilados hombros. La facies oscilante entre la ambivalencia de ambos sexos como en todos los Rak´nur presentaba además en este príncipe una impoluta y prístina belleza hecha de sensualidad o tal vez dulzura, era difícil encasillar aquella suavidad, el matiz y nácar en las mejillas, el mentón aniñado, la nariz finísima. Los labios índigos rebosantes de erotismo se curvaban a medias en un gesto amable. Y en la frente extendiéndose hasta la mejilla derecha, a modo de corona real llevaba tatuado en lapislázuli, las runas monográficas pertenecientes a su estirpe.

El príncipe Asttery pues, era sin lugar a dudas, la perfección dentro su propia raza

Varios segundos, minutos quizá —David nunca lo supo— transcurrieron dentro esa apoteósica contemplación. Solo cuando Cogar, insufrible entrometido, carraspeo lo mas fingidamente posible que le permitían sus cuerdas vocales, David pego un pequeño brinco y estuvo otra vez de mente presente en medio del hangar

—Son ordenes superiores capitán —Dijo Cogar, sumamente interesado en el fuselaje de la plataforma —El Terra3 es el acorazado mas indicado para transportar al príncipe Asttery. La mas equipada de la flota marine y por supuesto la mas rápida. Su alteza ha de cumplir su misión en el menor tiempo posible según los deseos de su padre… el rey Kal´los

—No deseo ser una molestia, Almirante Jhon Cogar, con una habitación para mi escolta y para mi, me daré por muy bien complacido

—No es molestia!

Respondieron superior y subordinado al unísono como un par de niños pillados en falta y el sobresalto debió parecerle al príncipe lo suficientemente gracioso porque dibujo una sonrisilla con sus labios azules antes de responderles

—Agradezco vuestra ayuda almirante Jhon Cogar, capitán David Jules

—Si bueno… estamos en deuda con Ritol —Alegó el primero siempre desviando los ojos

Jules podía jurar que su superior estaba evitando por todos los medios posibles, mirar directamente al soberano. Era lógico e irreprochable. Estaba seguro que el rudo hombre de 50 años había caído también arrobado por la andrógina belleza alienígena y ahora por supuesto intentaba escapar del hechizo, próximo a dejarle partir, tal vez para siempre. David mismo se sentía perder en el embrujo.

“Ah!, malditos híbridos!”


Finalmente, no sin innumerables aspavientos, recomendaciones y órdenes, Cogar abordo solitariamente el Trop carrier que había traído a la comitiva real hasta el Terra3. Esta vez, se permitió darle un último vistazo al príncipe. Sus ojos titilaron bobaliconamente antes de partir dejando al séquito a cargo del joven capitán cuyo animo para ese momento estaba perturbadoramente divido en seguir contemplando al extraterrestre, perjurar contra el o decidir el curso de la nueva misión

—Capitán David Jules

Escucho la vibrátil voz llamarle y se erizo por entero. Se volvió tratando de recomponerse

—Mi guarda esta cansada… y…
—Oh si, lo siento… es decir, en seguida yo…

En su vida, llena de medallas, se había sentido tan idiota e infantil. Decidió seguir el ejemplo de su superior y con el rostro apuntando siempre al frente y el príncipe a su costado, dirigió la comparsa a través de las puertas, por el corredor hacia el área habitacional de la nave

—Si su majestad me dice que necesita, estoy seguro que podré instalarle adecuadamente

—Estoy consiente de que este no es un viaje de placer, capitán David Jules y mi presencia en su nave Terra3, es transitoria. Una… habitación, será suficiente…
Hizo una pausa como recordando un discurso, Jules le escuchaba atentamente aunque sin verle todavía, luego el soberano continuo blandiendo aquel efímero tono
—Además, mi raza no es tan diferente a la suya, Capitán David Jules. Comemos tres veces al día cada tres días. Nuestra dieta como la suya se basa en vegetales e insectos, los piojos terrestres estarán bien en este caso. Dormimos doce horas. Ah, y en Ritol tenemos, lo que vosotros llamáis… camas; como las vuestras… mojadas y enormes —Sonrío el príncipe

David Jules estaba a punto de sufrir una nueva rabieta.

—Si, no somos… tan diferentes


Continuara…

Notas finales:

Espero vuestros comentarios y preguntas ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).