CAPITULO 2: MIRRORS
Las ruinas de un edificio de Shinjuku daban la bienvenida a los cálidos rayos del sol. Los haces de luz anaranjada se colaban por las paredes y jugaban a entrometerse entre los cuerpos en descomposición. En los callejones los perros peleaban ferozmente unos contra otros. Si se hallaban sanos, estaban desnutridos todos por igual. Como en los inicios de la era del hombre, predominaba la supervivencia del más fuerte. No todos en Japón tuvieron la oportunidad de ser rescatados del terror y la miseria; algunos grupos e individuos aun vivían rodeados de ELLOS en las afueras de los bloques. Las calles aparecían “pavimentadas” en órganos putrefactos y la brisa solo podía llevarse la peste y aquello que ya estaba seco. En medio de la polvareda, se mecían unos cabellos rubios y los rayos de luz les arrancaban destellos.
Takaba Akihito asomaba su cabeza por entre los enormes boquetes del edificio y se aseguraba con movimientos lentos y torpes que “nadie” lo hubiera seguido hasta allí.
Había sido una noche realmente agitada y el tener que esperar hasta esas horas para “regresar a casa” no lo hacía más tolerable. Aunque realmente era una gran ayuda del destino que ELLOS no fueran rápidos, ni siquiera en el frio de la noche cuando alcanzaban su “máximo potencial”. Un grupo de estúpidos se le había antojado hacer una quema de muertos en pleno centro comercial; atrayendo a cientos con el olor a carne quemada, las luces y las ruidosas explosiones, haciendo muy difícil para él escabullirse entre tantos ELLOS para conseguir comida en buen estado.
Rezaba a Kami-sama a cada oportunidad para que nadie averiguara jamás de lo que había sido capaz esos meses. Un hambre visceral lo llevó tan lejos de ser humano que por un momento dejó de ser Takaba Akihito.
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FLASH BACK
Espejos y otros vidrios iluminados por las llamas causadas por un arma de un soldado caído, reflejaban los sucesos ocurridos en las calles en esos momentos. Las personas caían unas detrás de otras: otras eran arrastradas u empujadas, pero nadie parecía poder salvarse de la caída de los muros mal construidos con materiales más baratos por algún ingenuo, que se creyó listo pero que en ese instante era devorado por partes. Una pequeña niña pelirroja con las piernas chorreantes de sangre, se arrastraba hasta una mujer paralizada por el miedo. El joven fotógrafo no tardó en unirse a la fiesta. Sus ansias de carne eran incontenibles, y nada de lo que fue en el pasado quedaba en su mirada. Los fluidos de la mujer se escaparon por sus comisuras, vagaron por su cuello, se deslizaron por su garganta. Los gritos de terror que emitían todos a su alrededor no hacían mella en él: bajó la cabeza nuevamente para probar su siguiente bocado.
FIN DEL FLASH BACK
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Sacudió su cabeza de un lado a otro para volver al presente. El ya no quería ser esa cosa. Había recobrado, si bien ni la mitad, una parte importante del control sobre sí mismo, de sus impulsos… y justo a tiempo.
La punta de una escalera se asomaba en el hueco enorme que tenía el techo del primer piso. Akihito juntó fuerzas y a duras penas subió por ella cargando el botín… como casi cada vez que a su niño le faltaba comida
Poco a poco la habitación fue iluminándose y el Asami más pequeño comenzó a desperezarse dormido.
Takaba sintió una opresión en el pecho… Era su niño, el que aun dentro del vientre él y Ryuuichi no habían sabido que nombre ponerle, y, que cuando nació generó una larga indecisión:
-Ryo "excelente"
-Raito "luz"
-Akio "persona brillante"
-Koji "pequeño"
-Toshio "Héroe/líder excepcional"
-Ikki "el único que brilla"
-Yoshio "coraje individual"
-Yuuki "esperanza tierna/ayuda preciosa"
-Hiroki "alegría/fuerza abundante"
-Yoshiro "buen hijo"
-Daichi "gran deseo"
-Mitsuo "que brilla"
-Toshiro "talentoso/inteligente"
-Kazuya "pacífico"
-Suguru "eminente"
……etc….etc…..etc… y muchos más.
Admitía que los más bonitos los había elegido él… Asami no quería saber nada de que un hijo suyo se llamase “Nyūsatsu” (tierno), “Rentai” (solidaridad), y menos que menos “Shōjiki” (honestidad)…
> se dijo, y se acercó al lugar donde su hijo iba a volver a quedarse dormido. Sonrió para sus adentros y se dispuso a sacar todas las cosas que había traído consigo.
> aunque en su estado no era mucho lo que podía hacer, la comida enlatada le excusaba. Solo tenía que abrir los envases, ponerlos a calentar y condimentar un poco… él no podía probar la comida normal, pero cocinar nunca se le había dado mal y su niño no se quejaba.
El pequeño despierta haciendo pucheros, aún no quería levantarse, pero un aroma delicioso lo fuerza a girar su cabeza. La figura de su “madre” delineada por las luces del día lo recibe cálidamente, provocándole una sensación de alegría y renovadas energías. Se levanta y le da un abrazo con toda la fuerza que le permiten sus cortos años. Sus brazos ni siquiera pueden rodearle las piernas. A Akihito le brotan las lágrimas, se pone de rodillas y lo acerca más para devolverle el abrazo. Hacía tan poco que lo recuperara de manos de un grupo de asqueroso patanes sobrevivientes de las afueras que lo trataron cruelmente. Inspiró su aroma y se desprendió lentamente. Tenía que dejarlo ir… ELLOS lo atemorizaban en gran manera, por las noches sollozaba silenciosamente mientras el miedo le recorría la columna. Un edificio en ruinas ya no era un lugar seguro para él.
Como odiaba tener que dejarlo, pero el niño no podía acompañarlo a donde iba sin ser una carga: se alimentaba a escondidas de su pequeño, ya no de humanos pero si de la carne que podía conseguir en los animales.
También iba a visitar a Asami Ryuuichi. Averiguaba los horarios del mayor y el mejor momento para acercarse, mientras disfrutaba del pequeño capricho de verlo junto a la ventana cuando sus miradas se cruzaran. Una que otra vez el nombre del ojidorado había escapado de sus labios.
Estaba convencido con todo su corazón de que el mayor los creía perdidos a ambos y había encontrado la manera de devolverle al menos una parte su familia…
Iba a llevar al pequeño con su padre. Takaba pensaba regresar solo si se “curaba”, aún no podía enfrentarse a las dudas de que es lo que harían con él hasta que hallasen un antídoto. Posiblemente fuera mejor que muriese antes de contagiar a otros, pero… él no quería morir aún, sin abrazar a Asami de nuevo, riendo los tres juntos, sin alcanzar su sueño de ser fotógrafo de primera clase… porque ese sueño lo perseguiría más allá de la muerte, ese era él.
Presente: al iniciar la noche…
Asami Ryuuichi se acerca paso a paso al que una vez amó más que a nadie en el mundo. Ignora el dolor lacerante que le provoca su mirada sobre su cuerpo. Kirishima y Suoh se posicionan a su lado y apuntan con su arma a los alrededores de la barricada. Akihito está muy nervioso, y camina vacilante… su niño se remueve pegado a su espalda, escondido entre sus ropas… gracias al cielo Asami estaba allí, no importaba el motivo que leía en el brillo apagado de sus ojos. …l estaba en ese lugar para poner a salvo a su hijo y lo que costara lo que tuviera que costar…
El brazo de Asami se extiende en su dirección y el sonido del cañón se escucha el instante que el baja a su pequeño de su espalda….
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