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"Volar sobre el pantano" por madroj

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Notas del capitulo:

Holaaaa

Por fin listo este cap, peroooooo los dejare con intriga...

Se que talvez al final me esperan amenazas de muerte, tomatazos...

Los personajes son de mi imaginacion.

A leer!!!!

Connor se recuperó de su  combinación de drogas y salió del hospital.

Semana y media después, me llamo por teléfono. No quise contestar. Papá me prohibió hablar con él y yo obedecí, pero días después llegue a pensar en darle a Connor la oportunidad de aclarar las cosas. Era el padre de mi hijo. ¿Quién me aseguraba que su mamá no inventó todo para alejarlo de mí? Necesitaba saber en realidad en que aspectos me había engañado.

A escondidas, decidimos vernos. Le dije que estaría esperándolo en la esquina, pues deseaba escuchar su versión.

Solo  mi madre sabia de la entrevista secreta.

Estaba bajando las escaleras para ir a mi encuentro con Connor, cuando

-¿Oye mocoso a dónde vas?- me pregunto uno de mis hermanos mayores.

-Quiero salir a caminar makoto – le replique

-Es mako-nii, soy tu hermano maleducado

-¿Eres un niño o qué? – me burle de el

-Mald… no te tardes enano-

-Haiiii JJAJAJAAJ- Salí de la casa riendo.

Llegue a la esquina y espere a mi supuesto “novio”. Cuando el llego, ya no me sentía impresionado por su bello auto ni por su elegante aspecto.

-El coche es de tu papá, ¿verdad?

-¿Quién te lo dijo?

-Deja de fingir ¿quieres?

-¿A dónde te llevo?

-A un lugar tranquilo para que podamos hablar muy claro.

Condujo con seguridad. Yo lo observaba de perfil, incapaz de creer que alguien tan apuesto pudiera ser tan falso.

-¿Ya no te drogas?

-Nunca lo he hecho - contesto sin mirarme - esa noche mis amigos me obligaron. Perdí el conocimiento. Fui víctima de una broma.

No le creí, pero guarde silencio. Iba distraído en mis reflexiones y no me di cuenta en donde estábamos entrando. Cuando el coche se detuvo, mire a mí alrededor.

-¿Y esto? ¿A dónde me trajiste?

-Es un lugar tranquilo. Aquí podemos hablar con alma y en privado.

-¡Es un motel! Espera un momento. Si crees que tienes derechos sobre mí, estás muy equivocado. Primero vamos a poner las cartas sobre la mesa, hay algo muy importante que tengo que decirte y necesitamos condiciones y responsabilidades.

-No seas ridículo. Tú y yo somos como esposos.

-¿QUÉ DICES? – grite histérico - ¡vámonos de aquí inmediatamente!

Vi a Connor serio por mis exclamaciones, encendió el motor del auto y salió del motel. Acelero por la vía rápida y sus facciones se fueron tomando de pura amargura. Iba tan rápido que por un momento creí que deseaba matarme y a él también.

-¿Puedes conducir más despacio?

-¿De modo que no tengo ningún derecho contigo?

Me agarre fuerte del asiento y comencé a sentir las gotas de sudor resbalar por mi frente.

Salimos de la ciudad y nos internamos a una carretera solitaria.

-¿A dónde vamos? ¡Regrésame a mi casa!

El camino estaba en tan mal estado que parecía fuera de servicio.

Finalmente nos orillamos en un paraje rodeado de árboles.

Detuvo el coche.

Al fondo del terreno había una pequeña cabaña abandonada.

-Muy bien – dijo volviéndose hacia a mí con los ojos inyectados de sangre- ¿Te parece bien este lugar para platicar de condiciones y las otras mierdas que querías?

Eche un vistazo a los lados. Estaba oscureciendo y no había forma de escapar o pedir ayuda.

-Si – trate de mostrarme tranquila – cuéntame sobre tu pasado y no te atrevas a mentirme. ¿Es cierto que te casaste a los dieciocho años y tienes un hijo con una mujer?

-¡Ella me manipulo! Yo era un niño. No lo hice por amor. Puedo tratar de rehacer mi vida ¿no crees? Contigo será diferente.

Se acercó y me abrazo. Me puse tenso.

-Déjame – lo empuje -  quiero que hablemos.

-¿De condiciones y responsabilidades? – se burló-

Me volvió a abrazar y comenzó a besarme la cara con mucha intensidad. Por un momento me quede quieta sin saber qué hacer.

Se mostraba tierno, pero ahora sus besos me daban asco. Quiso acariciar mi cuerpo, lo aparte con arrebato y me separe.

-¡BASTA!

-Ven acá – me jalo de nuevo aprisionándome, y esta vez su tono sonó furioso – eres MIO ¿no lo entiendes? ¿No te das cuenta que nadie podrá quererte ya? Estas son las cartas sobre la mesa: ¡ERES MIO! NO HAY MAS QUE HABLAR.

-Déjame…

Me estrujaba con tal fuerza que comencé a sentir asfixia.

-Te deseo, te necesito

Me trate de soltar, estaba asustada.

-No me digas que no te gusta hacer el amor, la vez anterior cooperaste más. ¿Qué te pasa?

-No puedo respirar.

Me soltó y comenzó a subirme la camisa.

-Por favor – lo detuve.

-Eso mismo te digo yo, por favor… - y me volvió a inmovilizar con un abrazo.

¿Qué era eso? ¿Seducción violenta o violación sutil?

-No me gusta este lugar – le dije intentando disuadirlo de que parara y ganar tiempo – tenías razón ¿Por qué no vamos a un hotel?

Se detuvo y pareció estar de acuerdo. Arranco el motor. Me apresure a acomodar mi ropa.

-Maldición… ¿Por qué tuve que aceptar hablar con él? – me estaba recriminado a mí misma.

Cuando todo indicaba que nos iríamos de allí, dio la vuelta a la llave y apago el auto.

-¿Estas tratando pasarte de listo?

-No,  mi amor.

Le toque el hombro, pero me tono nervioso y me agarro.

-Harás lo que yo te diga, donde yo lo diga.

En ese momento salieron dos jóvenes de la deteriorada cabaña.

Saludaron a Connor con la mano y se acercaron.

Al verlos caminar, detecte que les costaba trabajo mantener el equilibrio. Estaban borrachos.

-Yo pensé que no había nadie – dijo mi secuestrador como quien se dirige a los miembros de su familia.

-¡Aquí estamos! – Contestó el primero de ellos – solo nosotros…

-Yuta y Thomas – dijo Connor a sus “amigos” - ¿tienen polvo?

Abrí la puerta del auto e intente huir, pero mi movimiento fue tan rápido e impensado que caí al suelo cerca del coche. Connor se estiro sobre el asiento y me atrapo la muñeca. Los acompañantes que no fueron invitados ayudaron a su amigo con rapidez.

-¿Se quiere escapar la preciosura?

-Es una zorra…

Los recién aparecidos comenzaron a brincar como incluyéndome en el juego. Uno de ellos se acercó, puso un zapato sobre mi antebrazo para que no pudiera levantarme mientras Connor terminaba de bajar del auto con gesto cruel y decidido. Me miraba de una forma que no conocía en él. Se sentó en mi vientre, inmovilizándome.

Los dos mirones se reían.

-Suéltame, cerdo.

Se adelantó para aplastarme los brazos con sus rodillas y una vez con las manos libres me enderezo la cabeza para obligarme a mirarlo.

-Por favor- le supliqué – estoy embarazado, vas a dañar al bebé.

Cállate – alzo mi cabeza y me dio una cachetada- lo estás echando todo a perder.

Lo mire, aterrado. ¿Por qué me golpeaba? ¿Por qué le había invadido ese deseo irracional de imponerse sobre mí? Sonrió con desprecio y me golpeo la nuca contra el piso una y otra vez. Comprendí que mi vida peligraba.

Muchas veces escuche que en una violación es mejor no resistirse, pues solo se trata del acto sexual, pero en realidad eso no es un acto sexual, es un ataque bajo y denigrante.

“¡Si puedes defenderte – me dije – hazlo y ahora ¡”

 

Notas finales:

¿reviews?

se que soy un poquito mala pero ya veran mas adelante.

Bye ;-)


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