Capítulo 6
En el capítulo anterior…
Esas piernas…el tamaño de su… ¡¿en qué diablos estaba pensando?!
_Será mejor que corras…_
_No te hablo a ti yo-chin…le hablo a tu culo…_
Con esas palabras el menor no se hizo de rogar y empezó a correr lejos de él, si se conocía bien a sí mismo sólo se daría 10 segundos de ventaja, rayos…en esos momentos desearía ser más paciente. Al escuchar las pisadas detrás de él sólo atinó a correr más rápido y esconderse en el ático, ambos le tenían pánico al ático, ninguno de los dos se atrevería a subir, pero esta era una emergencia, así que subió, pero olvidó que es su “yo” del pasado, por lo que al hacerlo el recuerdo de ese frío, oscuro y tenebroso ático se quedó guardado en su memoria, la cual el mayor aprovechó para encontrarlo rápidamente, y a rastras lo llevó devuelta al cuarto cerrando la puerta detrás suyo.
_N-no me hagas daño por favor…_ rogaba el menor para que su versión mayor tuviera piedad de él.
_Me temo que no yo-chin, me hiciste enfadar, ahora acepta las consecuencias_ y sin nada más que decir tomó los brazos del más chico inmovilizándolo y lamiendo su pecho.
Los gemidos de Mukkun no se hicieron esperar, el simple hecho de estar haciéndolo con el mismo era completamente excitante, estaba tan perdido en esa sensación que no se dio cuenta cuando Mura soltó sus brazos y bajó una de sus manos a la entrada del peli-morado más joven metiendo uno de sus dedos sin lubricación alguna… grave error, la sensación causó un grito de dolor en el más chico y un dolor muy agudo en el mayor, ¿Qué pasó?, vaya, al parecer el dolor también se recuerda…y muy feo…
Eso poco le importó, introdujo un segundo, un tercero y un cuarto, el dolor pronto se convirtió en una sensación tanto incómoda como placentera, y en un abrir y cerrar de ojos Mura también estaba en bolas, se posicionó en su entrada metiendo su enorme miembro en su entrada, era simplemente increíble, su interior era lo mejor del mundo, estaba seguro que podría hacérselo todas las veces que fueran posibles. Cuando el menor se acostumbró movió la cadera inconscientemente prendiendo más al mayor, quien comenzó a embestirlo como si no hubiera un mañana, rozaba las paredes de su interior golpeando de vez en cuando ese punto sensible que lo volvía loco, era una sensación demasiado excitante, para uno el sentir el gigantesco pedazo de carne en su interior y para el otro el sentir ese gigantesco pedazo de carne en un lugar tan estrecho, caliente y húmedo.
No sabían cuánto tiempo había pasado ya, pero no les importaba, lo único con importancia ahora eran ellos mismos, las sensaciones….todo.
Solo era cuestión de tiempo, Mura sabía que podía quedar embarazado, pero por favor, una sola vez no es suficiente… ¿verdad? Aún con esto en mente el mayor se corrió dentro del menor llenando todo su interior, estaba hecho, él ahora era suyo, de nadie más, y se aseguraría de que así fuera por siempre.