The Lost Time
CAPÍTULO 1: The Swear
TaeHyung se encontraba caminando alrededor de la escuela preparatoria “BigHit Boys”. Se había aburrido de tomarse selcas o tocar el saxofón, así que únicamente rondaba por partes de la escuela en las que nunca había estado. Después de todo, ¿qué más podía hacer? Sólo sorprenderse por lo poco que había visto de la escuela hasta ahora.
Se dirigió a las canchas, tomando asiento en las gradas que se encontraban frente a una cancha de básquetbol. Sacó su celular, comenzando a jugar con él cuando escuchó una voz conocida llamarle.
— ¡TaeHyung! —Alzó la vista, encontrándose con la figura de uno de sus mejores amigos acercándose a él.
— ¿Qué quieres, Park JiMin?
— Oh, ¿qué manera es esa de saludar a tu mejor amigo? ¿Eh?
El peli-naranja simplemente rodó los ojos, indicándole al contrario que tomara asiento mientras regresaba distraídamente a su juego.
— ¿Y cómo quieres que te salude? ¿Haciendo una reverencia de 90° sólo porque me llevas dos meses?
— Oye, necesito contarte algo… —JiMin hizo caso omiso a las quejas del menor, jalándole levemente del brazo para que le hiciera caso.
— Bueno… —Bloqueó su celular y lo guardó en uno de sus bolsillos, acomodándose de nuevo en su asiento mientras lo volteaba a ver—. ¿Qué tienes que contarme?
— Tuve un sueño húmedo. —Soltó sin más, manteniendo el rostro serio mientras se lo decía al otro.
— Ya. ¿Y por qué yo tengo que saber eso? —Preguntó un tanto hastiado, aguantándose las ganas de darle un golpe por haber interrumpido su momento de tranquilidad.
— Porque… Yo no era el protagonista de mi sueño. —TaeHyung frunció el ceño, extrañado. ¿No se supone que el dueño del sueño tiene que ser el protagonista del mismo? JiMin sonrió al notar la confusión del otro, acercándose para susurrar cerca de su oído—. Pero tú y Suga hyung sí lo eran.
El peli-naranja abrió desmesuradamente los ojos, apartándose del contrario para darle un golpe en el hombro al azabache, usando un poco más de fuerza que la necesaria.
— ¿Y no podrías soñar en algo conmigo y… mm… Jin la próxima vez?
JiMin sabía sobre la orientación sexual de TaeHyung, y también sabía sobre su pequeño secreto de “amor incondicional” a uno de los de tercer grado: Kim SeokJin; sin embargo, eso no le molestaba, que fuera diferente a él en ese aspecto no tendría porqué arruinar su amistad.
— ¿Y por qué no te encargas de eso? —Preguntó divertido, evitando soltar una pequeña risa por la sugerencia que dio.
Sin embargo, antes de que él pudiera contestar, el mayor tomó un balón que estaba al lado de ellos (“¿De dónde diablos salió eso?”) y se levantó para comenzar a botar en dirección a la canasta, intentando algunos tiros en ella.
TaeHyung se levantó, animado en seguirle el juego.
— ¿Y sabes qué están diciendo los chicos desde primero a tercer grado? —Dijo distraídamente cuando el peli-naranja llegó a su lado, dando un pequeño salto para lograr que el balón entre limpiamente dentro del aro.
— Mm… Déjame adivinar. Sobre J-Hope, que ha conquistado a otra chica del colegio cercano… O sino sobre JungKook, que no pudo hacer más aegyo como el más joven de nuestra escuela. —Respondió sarcásticamente, tomando el balón antes que el otro para intentar encestarla, pero sin ningún resultado. —JiMin rió tomando el balón de nuevo, solamente botándolo.
— Sí, esos igual son buenos temas… Debo de aprender más de J-Hope.
En eso, un chico se acercó hacia ellos.
— ¿Alguien dijo J-Hope? —JiMin pegó un brinco del susto, lanzando la pelota a un lugar al azar de donde escuchó la voz, sin embargo, no alcanzó a darle al chico que se acercaba más a ellos, tomándolo entre sus manos—. Ten cuidado, Park JiMin.
— Ay. Lo siento, HoSeok hyung. —JiMin tomó el balón de sus manos, haciendo una mueca con la boca, pidiendo disculpas.
— Disculpas aceptadas. —Sonrió el mayor, evitando que JiMin tomara el balón para lanzarlo a un desprevenido TaeHyung—. De todas formas, Tae, ¿no has escuchado sobre la apuesta de 5 dólares a que Suga será el que consiga tu primer beso?
TaeHyung miró, o más bien fulminó con la mirada, al mayor, regresándole el balón con fuerza.
— Pero yo conseguí mi primer beso en la secundaria. Fue JiYeon noona. —
— No sé. ¿El primer beso de un chico, quizá? — HoSeok recibió el balón, botándolo mientras encogía los hombros. Tiró a la canasta, adelantándose a JiMin para tomarlo—. Como sea, espero que te bese pronto, que ya aposté $15.
— ¡Hyung! ¿En serio paga por mí en una apuesta, como si fuera cualquier cosa? —Medio gritó molesto, suspirando antes de volver a hablar—. De todas formas, prefiero perder 15 años de mi vida a tener que besar a Suga en los labios.
JiMin arrebató el balón a HoSeok, lanzándolo hacia TaeHyung lo suficientemente fuerte como para darle en el hombro.
— Ya TaeHyung, cuida tus palabras. —Advirtió con un tono de voz serio.
— ¡Pero yo no quiero darle un beso! ¡Nunca en la vida! —Recaló mientras se sobaba el hombro, estirándolo levemente para aliviar el dolor.
— ¿Entonces… —comenzó a decir J-Hope, llamando la atención de los otros dos—… preferirías besar a Jin en su lugar?
Además de JiMin, había otras dos personas que conocían el secreto de TaeHyung, HoSeok y JungKook. Ellos cuatro habían sido amigos desde hace muchos años atrás y se habían vuelto inseparables, sin guardar secretos entre ellos.
TaeHyung parpadeó un par de veces, quedando a la expectativa del mayor.
— ¿Qué demonios dices, hyung?
— Lo que escuchaste… He oído que él piensa darte un beso.
— ¿Por qué estás tan seguro? —Preguntó tornando los ojos, viéndolo con desconfianza.
— A menos que quieras ser el pasivo de la relación.**
HoSeok sonrió de manera pícara a los menores para luego rebotar la pelota, lanzándola lejos de ellos. — Bueno… —Comenzó a explicar—, me escapé de la residencia y fui con un adivino hace algunos días. Le conté sobre tu cumpleaños y también sobre Suga. Luego, la fortuna dijo que tal vez él vaya a besarte el día de tu cumpleaños.
— ¡No, no! En verdad prefiero perder 15 años de mi vida antes de tener que besarlo.
— En serio, TaeHyung. ¿Qué tiene de malo Suga hyung como para que lo odies a muerte? —Preguntó un curioso JiMin—. Y también debes ser cuidadoso con lo que dices…
TaeHyung respiró hondo antes de dar la explicación, puesto que pensaba que sería algo larga.
— En realidad, Suga era mi vecino cuando estaba en la escuela primaria. Resultó que viene de una familia muy reconocida-
— Tu igual eres de familia reconocida, TaeHyung. —Interrumpió HoSeok, ganándose una mirada de reprimenda de parte del menor.
— Silencio, hyung, estoy hablando yo. En ese tiempo, mi familia no era tan rica como lo es ahora, su familia lo era mucho más. Él me miró y a mi familia como algo inferior, diciendo que no estaba a su nivel. Después de ello, mi familia tuvo un negocio mucho mejor, pero aún asó siguió diciendo cosas malas sobre mí. Yo pensaba que me dejaría algún día, sin embargo se mantuvo persiguiéndome y hasta me ha dado algunos regalos por cada uno de mis cumpleaños. —Hizo una pequeña pausa antes de continuar—. ¿No es espeluznante?
Ambos, HoSeok y JiMin, asintieron conmocionados. Eran amigos desde la infancia, pero nadie sabía sobre el pasado de Suga con TaeHyung. HoSeok frotó la parte trasera de su cuello.
— Bueno, eso es lo que el adivino me dijo. Podemos comprobarlo de todas formas, si tú quieres…
TaeHyung lo pensó por un momento, antes de asentir un par de veces y contestar con la voz baja:
— Vamos a ver, hyung.
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Cuatro chicos se reunieron afuera de los dormitorios aquella tarde. TaeHyung, JiMin, HoSeok y JungKook caminaron bajando por la calle. Entre bromas y plática, llegaron rápidamente al lugar del que HoSeok les había hablado.
Era un misterioso pueblo, que asemejaba a las historias de terror que muchas veces habían contado tiempo atrás, en las acampadas que hacían en el patio de alguno de ellos*; caminaron dentro de él hasta donde el mayor les dirigió, una casa antigua donde se leía “Salamander Fortune”.
TaeHyung repasó el lugar con la mirada, aún con desconfianza.
— Hyung, ¿seguro que es aquí? —Preguntó al peli-negro sin apartar la mirada, absteniéndose de dar unos pasos atrás para alejarse del lugar.
— Si, TaeHyung, estoy seguro.
— HoSeok hyung… —Llamó el menor de los cuatro esta vez—. ¿Cómo sabes que esta no es sólo una farsa que busca envolvernos a todos en un laberinto sin salida?* —Todos le dirigieron a JungKook una mirada extraña, mientras él simplemente sonrió tratando de restarle importancia—. ¿Qué? Yo no he dicho nada malo… No sabemos las verdaderas intenciones…
JiMin suspiró, acercándose al menor para apoyar las manos sobre sus hombros. Para el menor era lógica, pero para los demás era demasiado irracional y fantasioso.
— Kook… Demasiado drama no es bueno para tu salud. HoSeok hyung ya ha venido a acá, no creo que probarlo de nuevo signifique algo malo.
Y después de la resignación del peli-rojo, los cuatro entraron al recinto, recibidos por el asistente del adivino. JiMin y el maknae, optaron por quedarse sentados en el sillón, en la sala de espera al lado de “la sala de la fortuna”; mientras tanto, HoSeok y TaeHyung entraron para probar su suerte.
— Señor… —Comenzó a decir HoSeok una vez que entraron—. ¿Me recuerda? Soy HoSeok, vine aquí hace algunos días… —Se sentaron frente al “adivino” y colocó algunas monedas sobre la mesa—. Le pregunté sobre el futuro de mi amigo, Kim TaeHyung.
El hombre asintió mientras volteaba a ver a TaeHyung.
— ¿Y tú eres...? —Le preguntó directamente.
— Soy Kim TaeHyung. 30 de diciembre de 1995.
— Bueno, vamos a ver… —Dijo el hombre, tomando las monedas de la mesa y las sacudió. Miró la bola de cristal, mirando a TaeHyung mientras elevaba una ceja—. ¿De casualidad eres gay?
El peli-naranja asintió con calma.
— Tu futuro está cerca de ti ahora…. No puedo hacer que eches un vistazo a lo que pasará, ya que cruzarás la línea… —Explicó—. Sólo puedo decirle que alguien mayor a ti va a besarte pronto.
TaeHyung abrió los ojos al escuchar lo último. ¿Beso? ¿Suga…? Por favor, que no sea verdad.
— Prefiero perder quince años de mi vida a tener que besar a Min YoonGi en los labios… —Susurró en voz baja, viendo distraídamente hacia la bola de cristal, sin embargo el adivino lo oyó.
— Oye, deberías tener más cuidado con lo que dices… Hay cosas invisibles que escuchan tu confesión. —Le advirtió, pero TaeHyung ignoró su advertencia.
HoSeok se mantuvo silencio, hasta que se animó a preguntar.
— Bueno… Entonces mi apuesta de 15 dólares no será un desperdicio, ¿verdad?
— ¡Hyung!
— Lo siento, TaeHyung. —Se disculpó con el menor antes de dirigirse nuevamente al mayor—. Usted no tiene ningún poder para poder cumplir lo que él dijo, ¿verdad?
— Yo no tengo el poder para eso —Confesó, encogiéndose de hombros—. Pero estás en una casa de adivinación… Y además hay unas fechas prohibidas… Ya sabes.
Y eso fue suficiente. TaeHyung y HoSeok se levantaron y dedicaron una reverencia a manera de despedida, dándole dinero al adivino antes e retirarse del lugar.
En el camino de regreso, TaeHyung se mantuvo repitiendo en voz baja su juramento.
— Prefiero perder 15 años de mi vida a tener que besar a Min YoonGi en los labios…