-¿Alo?
-Hola, Chan Yeol -lo salude.
-Kris, es un gusto escucharte -sonrio. Se escuchaba el ruido de unos carros.
-¿Conduces?
-Acabo de dejar a Baek Hyunnie en su casa. Me dirijo a casa pero hay mucho trancon.
-Ah, ya. Que vaina. Espero no te quedes ahí todo el día.
-Lo espero también -rió-. A ver, ¿a qué se debe tu llamada?
Tragué duro.
-Necesito un concejo -le dije bajando el tono de mi voz.
-¿Kris?... ¿No me digas que sigues con eso? -y aquí viene el problema de siempre.
-S-sí -contesté dudoso.
-Kris, por Dios. Hombre, olvídate de eso -Chan Yeol dejó de reír y me grito exaltado-. Rindete de una buena vez.
-No puedo hacer eso -subí mi tono de voz de nuevo, desesperado.
-Claro que puedes, solo sácalo de tu mente y punto final.
-Chan Yeol, no puedo dejar a Tao así. Debe estar asustado...
-Él lleva desaparecido más de cuatro meses, Kris. Las autoridades no han encontrado rastros de su cuerpo, ubicación o algo por el estilo. ¡La policía no lo dijo a ambos!
-Por si no recuerdas, yo también soy policía. No me rendiré en este caso, ¡menos tratándose de Tao!
Chan Yeol soltó un suspiro. Desde hace seis meses exactamente él me está ayudando con la búsqueda de mi compañero sentimental, Huang Zi Tao. Estábamos muy bien juntos, éramos pareja hace casi dos años. El día de nuestro aniversario, lo invite a comer pero él simplemente no apareció. Lo busque en su casa, en la universidad, en su trabajo, en todo sitio que se me ocurrió. Sus padres no sabían de su paradero, mucho menos sus amigos.
Unos días después, en las noticias apareció el reportaje de unos extraños secuestros en la ciudad. Ya habían veinte desaparecidos y cuarenta denuncias. Tome el caso a mi cargo y en unos días descubrí que Tao es víctima de esa oleada de secuestros.
-Entonces ¿qué piensas hacer? -me dijo Chan Yeol serio-. Dónde vas a buscar más pruebas, testigos... Los demás agentes ya se han rendido.
-Yo no soy uno más del montón.
Chan Yeol guardo silencio, pensé que incluso me había colgado la llamada pero no lo había hecho. Me quede esperando por su respuesta.
-¿Qué necesitas entonces?
-Verás... Creo saber quién es el culpable.
-Aja.
-Es Kim Yong Ah.
-¡No, Kris! ¡Te lo prohíbo!
-Pero Chan...
-Sabes que yo estuve con ese enfermo -me recriminó. Yo fui quien le ayudó a librarse de ese tipo cuando estuvo bajo su influencia, aunque claro, el dueño del bar donde ahora trabaja ayudo mucho a su liberación.
-Lo sé bien, por eso debo interferir. Ir a investigar.
-Kris, nada te asegura que Tao este con él. Es una hipótesis tuya. ¿Qué tal si ya está muerto? ¿Arriesgarias tu vida por una teoría?
Me quede callado. Pensar en que Tao este muerto me parte el alma... Aun así, algo me dice que él está bien, que se encuentra luchando para salir de donde quiera que este.
-Sí, lo haría -dije firme-. Acepta que tu también lo darías todo por Baek Hyun.
-Ya, ya, no te equivocas... ¿estas seguro de no olvidarlo?
-Demasiado seguro -sonreí-. Gracias, amigo. Me alegra que hayas salido de esa mala faceta de tu vida.
-A mí también me alegra. Gracias a ti también, Kris. Te debo una grande.
-No es nada -fui a colgar el teléfono pero la voz de Chan Yeol me detuvo de nuevo:
-Kris... Solo ten cuidado y regresa vivo.
-Con gusto -colgué la llamada y me levante de la silla que estaba ocupando para recoger mis cosas, ir a mi casa y hacer maletas. Tendría que emprender un viaje algo largo para rescatar a mi Tao.
-Sólo espera por mí -me dije a mi mismo de forma decidida. Espero que él sepa que voy en camino.