-Se Hun -toque la puerta de la habitación. Un débil "adelante" se escucho del otro lado. Entre a la oscura habitación y me senté en el borde de la cama King Size.
-¿Cómo te ha ido, Lu Han? -me habló desde el baño. Se estaba limpiando las cortadas del rostro.
-Bien...
-Sí, claro -se bufo.
Baje la mirada, jugué nervioso con mis dedos.
-¿Y-y tú cómo has estado?
-Normal, trabajando por ahí -termino de echarse alcohol en las cortadas, se lavo y se sento al otro lado de la cama.
-Ah... Que bueno.
-¿Sigues pensando en tu amigo desaparecido? -me tense.
-S-sí -admití. En estos meses no había nada más en qué pensar que Tao.
El caso de las desapariciones era el único tema para hablar con el capitán Wu. Y cómo no, ellos eran pareja desde hace mucho y que Tao haya desaparecido de un día para otro, fue extraño. Incluso a mí me sorprendió. El día que desapareció, llore mucho por mi amigo.
Bueno, por mi amor platónico. Me gustó Tao desde una primera vez que lo vi. Me quede a su lado como un amigo a ver si el tiempo podía darme la oportunidad de salir con él pero primero llegó Kris.
-Ya veo -Se Hun suspiro y se recostó en la cama.
Un silencio pesado consumió la habitación. No hacía mucho que conocía a Se Hun. Fuimos muy buenos amigos en un principio, luego se transformo en una clase de deseo sexual, y ahora...
-Si sigues así podrías enfermar -me hablo Se Hun-. ¿Duermes bien?
-Sí... Lo debido.
-¿O sea?
-Cuatro horas.
-Ja -se carcajeo-. ¿Si quiera comes bien?
-N-no -contesté con sinceridad. No podía mentirle, a él no. Lo intente muchas veces pero mis mentiras terminaban siendo frustradas en menos de un día.
Se Hun suspiro. Se levantó de la cama y se acerco a mí, me abrazó por detrás y apoyo su cabeza en mi cuello.
-Sabes -me susurro al oído- que si me amaras a mí no estarías así, ¿verdad?
-Sí -me quede mirando hacía el frente, sintiendo el calor de sus brazos y pecho abrazarme y dandome calor.
-Pero no lo dejaras ir, ¿verdad?
Asentí. Han sido dos años que he intentado olvidarme de Tao pero nunca lo he logrado. …l parece ser lo único para mí.
-A pesar de que te ame, no hace que cambie algo -volvió a hablar Se Hun. Baje la mirada, avergonzado.
No sé me ocurre que decirle, cualquier palabra que pienso podría ser un golpe en el corazón de Se Hun y aunque no lo quiero de ese modo, no deseo hacerle daño.
-¿Podrías olvidarte de Tao?
-Lo dudo mucho -respondí sincero.
Se Hun suspiró. Me giro hacia él y levanto mi rostro con su mano. Me miraba con ternura, amor, deseo. Me taladra el alma y no puedo moverme. Me beso con suavidad, no lo aleje. Como siempre que nos encontramos, terminamos teniendo sexo y durmiendo juntos hasta la mañana siguiente.
Pero el sueño siempre acude a mí de último. Se Hun sonríe de forma inocente mientras a mí se me parte el corazón por no poder corresponderle. Sé que no debería sentirme así pero creo que es inevitable.
-Se Hunnie -acaricie su rostro dormido-. ¿No podrías olvidarte tu de mí y no sufrir?
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