Era otra tarde Lluviosa, Joey llegaba de su empleo de medio tiempo que hacía a escondidas del instituto, si alguien de los directivos, se llegaba a enterar Joey sería expulsado. (Volviendo a la historia) La lluvia, parecía huracán, a pesar de su lejanía con el mar, era una de las tormentas más grandes que le habían tocado a Joey. Llevaba una botarga de perro, para anunciar las nuevas hamburguesas que se habían abierto cerca de la estación Dominó. Le pagaban lo suficiente como para mantenerse bastante encaprichado dentro del instituto aunque él creía que no era suficiente, ya que la mayor parte del dinero se lo mandaba a su madre y a su hermana para pagar los gastos del hospital de ella.
Joey por la prisa, y la vista nublada, no sabía a qué edificio se había metido, de hecho era al dormitorio de la mayoría de los de segundo y tercer año, básicamente tenían los mismos números de habitaciones, podría decirse que era un edificio clonado. Busca “su habitación”; al encontrar e número, entra, no había luz, la energía eléctrica se cortó unos minutos antes de que él entrara. Al quitarse la cabeza de la botarga de perro, se sacude un poco el agua que le escurría por todo el traje. En la ventana se veía una silueta bastante larga y casi sin forma, la falta de luz era un grave problema visual.
-Ahhh…¡Slenderman está en mi habitación!-Joey gritó aterrorizado para defenderse, el sujeto de la sombra, llevaba una vela a penas encendida y la deja sobre la mesita de noche. Con un brazo, detiene al rubio, parándolo en seco, a Joey le salió una gotita en la sien y se enrojeció cuando distinguió de quien se trataba.
-Cállate, eres un cachorro muy escandaloso e inoportuno- suaviza su tono al decir “inoportuno” y lentamente atrae a Joey, como muñequita de trapo.
-Bastardo, ¿Qué haces en mi habitación? ¿Acaso me vas a violar como tus primos lo hacen con mis amigos?- Seto arquea la ceja y muestra cierta sensualidad en su mirada, Joey tragó duro y nuevas gotitas salían de su cabeza, mescladas con unos tics en sus labios.
-¿qué? ¿Estás jodiéndome?, Esta es mi habitación y no creo que me dejen tener mascotas aquí…-Seto suelta un bufido, apretó con más fuerza a Joey acercándolo casi sin dejar nada de espacio entre ellos.
-¿Qué estás diciendo? Creo que el que está jodiendo es otro….-suena a burla.
-¿Eso crees?... mjé… Puedes darte cuenta que estás equivocado cachorro impertinente- Seto suelta a Joey para que se convenciera. Joey camina hasta el closet a buscar ropa seca. Pero se da cuenta que: “el closet, está ordenado, es imposible que sea mío”
-De… de… demonios- Dice con un nuevo tic, ahora, en las cejas.
-¿Lo ves?... te dije sarnoso… bueno… aquí está apestando a perro mojado…- Joey mira con ira a Seto mientras él se sienta sobre la cama- Ya, tranquilo, quítate ese trajesucho y ponte algo seco de ahí- termina con amabilidad. (¿O es un plan con maña?)
Joey obedeció, aunque es tímido, no dudó nada en tomar unas prendas de Seto que se vieran más a su medida, el traje de perro lo había dejado más empapado que si hubiera estado diez años bajo esa tormenta. Como la habitación solo estaba alumbrada por la vela, casi no se distinguía nada, más que la silueta de un rubio a medio desvestir, Seto apretó los labios al disfrutar un poco del espectáculo, se llevó las manos hacia atrás para recargarse y ver un poco más hacia debajo de las dulces asentaderas que admiraba de Joey. Joey, creía que con la falta de luz, no sería necesario que se preocupara porque alguien y más Seto lo estuvieran viendo.
Había pequeñas gotas que caían como rocío en la mañana fresca después de una ligera llovizna, solo que estas caían del cabello del rubio. Seto no lo evitó ni un segundo más se levantó con exaltación y caminó hasta Joey. Él de espaldas no se dio cuenta de que Seto podía percibirlo, cuando sintió una mano tibia por su vientre, fue cuando a la fuerza, su pecho quedó contra el muro, tenía una camisa a medio abrochar y aún no se ponía los pantalones. Era el momento perfecto, según Seto.
Joey comienza a Jadear-Bastardo hijo de %$&#”!- exclamó, Seto por detrás metió la mano profundo en el bóxer de Joey hasta encontrar lo que buscaba, Joey lleva la cabeza hacia atrás, recargándola en el hombro de Seto, un poco más separado del frío, empezó a sentirse bastante caliente y las mejillas casi no las sentía. Las manos de ambos estaban recargadas en la pared, Seto solo tenía una; mientras que la otra hacía su trabajo.
Esa sensación comenzó a excitar a Seto, lamiendo el hombro de Joey que se desnudaba suavemente dejando caer parte de la manga en su antebrazo y brazo, La hinchazón estaba casi en su punto primordial. Seto tomó de la cintura a Joey y empezó a dar pequeñas envestidas aun usando ropa, el bulto en sus pantalones ya era lo bastante notorio y se sentía aun insatisfecho, se llenaba mucho de éxtasis, y necesitaba aliviarse, pero él esperaría un momento más, que lo que vendría después le favorecería más.
Los jadeos y gemidos se nivelaban cada vez que subían su volumen. Joey se comenzó a marear, no sabía ni qué motivos lo habían llevado a eso, si la excitación o los nervios. Seto aventó a Joey hacia la cama, como si Joey fuera una mente totalmente abierta. Su pecho resaltó varias ocasiones con la agitada respiración que emitía. Seto estaba descontrolado y sus deseos eran lo bastante grandes como para destrozar todo a su alrededor, esta era su oportunidad de Oro.
Joey tomó las almohadas mientras de cadera hacia abajo la tomaba Seto. El mayor se desabrocha la camisa y la avienta lejos, tomó una de las piernas de Joey y la alzó al aire, se acomodó entre sus muslos y con la lengua hacia un retrato en el vientre de Joey, los jadeos sonaban melódicos en la cabeza de seto, por primera vez, Joey estaba “flojito y cooperando” Joey sentía que su miembro explotaría, estaba muy caliente y con necesidad de expulsar todo lo que lo agobiaba en ese momento, Seto, provocaba que Joey gimiera, pero Joey era rudo, se mordió los labios fuerte para que Seto no lo escuchara, hizo la cabeza hacia atrás y separó más las piernas, dándole más entrada al castaño- Vamos, quiero escucharte gemir- Ceo trataba de convencer a Joey mientras tocaba su hombría, a penas y soltó un jadeo pero Seto no se detuvo ahí, era delgado, pero tenía la suficiente fuerza para domar a su cachorro, los besos en el cuello y la leve masturbación animaban a Joey mientras seto intentó penetrarlo un par de veces. …. (Lamento si esto es corto pero esta pareja no me inspira mucho, hago lo mejor que puedo con ellos)
Al mediodía del día siguiente, Yugi había amanecido tranquilo, ese día no esperaría visitas de sus padres, exactamente, no esperaba ninguna visita, estaba tan aburrido en aquella habitación con el televisor encendido y cambiándole de canal cada vez que se le ocurría. Por fin después de veinte minutos de cambiarle y cambiarle hasta darle la vuelta a los canales, decide apagar el aparato, se acomoda en la cama y mira hacia la ventana, tenía un hermoso color azul, realmente Yugi quería estar afuera haciendo cualquier cosa, y sería muy interesante que Yami estuviese a su lado en ese momento, Yugi volteó al techo admirando la blancura que lo dejaba imaginarse muchas cosas…
Pov’s Yugi
¿Cómo es posible que en una dimensión haya conocido a Atemu como alguien totalmente distinto al que está aquí conmigo?, siento pena, pena porque cuando Yami se fue al otro mundo, sentí como si me dijera que esa no sería la última vez que nos veríamos. Tal vez sí fue la última vez que lo vi como mi mejor amigo, mi compañero. Esto es distinto…. Muy distinto…
Fin del pov’s
Cuando en su mente terminó de decirse a sí mismo que esto no era lo mismo que antes, se escuchó un chirrido que venía de la puerta de la habitación. Los cabellos tricolor delataron al visitante, casi abrió la puerta sin nada de discreción.
-¿Yami?- Yugi voltea a verlo y se levanta un poco de la cama- ¿qué haces aquí?
-Hola Yugi, nada más pasaba por aquí para ver qué tal estabas- dice un poco indiferente (qué raro)- supe que tus padres no vendrían hoy a verte, y creo que los chicos tampoco planean hacer eso.
-Emm- Yugi no entendía por qué Yami le dio tanta información innecesaria sobre lo demás, lo único que Yugi quería era estar un momento a solas con Yami.
-¿qué tal estás?- se sentó en la orilla de la cama dándole la espalda, no se dignó a verle la cara cuando le hizo la pregunta.
-Estoy mucho mejor, gracias, por estar al pendiente- Yami voltea por fin y al hacerlo se da cuenta que ahora la sonrisa de Yugi se ve deslumbrante, abrió un poco más los ojos porque creía que no veía todo con claridad.
-No… No es nada- dice nervioso pero en seguida cambia la expresión en su rostro- es culpa mía que estés así, debo estar agradecido porque no estés inválido o algo peor.
-Yami- se desvanece lentamente la sonrisa, sabía que eso estaba fuera de lugar con el comentario.
-No importa, me haré cargo de todo lo demás, debo pagar los platos rotos ¿no?- Se levanta y camina hasta la entrara, abre la puerta, pero la vocecita de Yugi impide que dé un paso adelante para salir de ahí.
-Espera Yami, no me dejes solo, quiero platicar con alguien.- quita su mano extendida y se la lleva al pecho. Yami lo miró, sus ojos veían hacia abajo y brillaban tal como cristales que estaría a punto de estallar.
-Muy bien- dice disperso, cerró la puerta y ahora se sentaría casi sobre las piernas de Yugi.- ¿puedo preguntarte algo?- Yugi asintió.
-¿qué fue todo eso de tu sueño que tuviste en tu “coma”?- Yugi se sonrojó pero no hubo una reacción positiva con ello.
-No, no sé de qué me hablas Yam ... Yo…- Dice mientras se escondía entre sus mechones.
-Bueno, déjame recapitular… Tú, ya me conocías, en un sueño, pero el Yami de tu sueño, resultó ser tu mejor amigo, ahora, yo te resulté ser totalmente distinto… dices que en cuanto te presentaste a mi como mi vecino, ¿creíste que sería la misma persona que creaste en ti imaginación?-Empieza con un tono un poco burlón.
-Es que no lo entiendes y si te lo explico, no me entenderías- lo mira un poco intimidado.
-Bueno pues ese comentario no me gustó nada, y por eso sí quiero que me expliques el motivo del por qué me dices eso.
-Bueno, en primera ¿escuchaste lo que le platiqué a mi madre?- Yami asintió con la cabeza de un modo que ni Yugi podía voltear la situación para reclamarle.
-¿me explicas?- Dice insistente.
-Bueno, ¿prometes no reírte ni nada?- Yami rodó los ojos y asintió- Bueno lo que pasa es que, en realidad sí te conocí de otro modo pero, es que en realidad, yo no pertenezco realmente a esta dimensión, vengo de un mundo en donde existe el duelo de monstruos y tú y yo peleábamos contra gente que quería hacerle daño a muchas personas, tú eras un antiguo faraón que estaba encerrado en un artículo muy particular, un rompecabezas que concedía deseos, y yo, pedí como deseo que me diera a un verdadero amigo y así fue, aprendí mucho de ti, pero de la otra dimensión. Cuando supuestamente desperté de mi coma, todo era confuso, aunque todos seguían siendo las mismas personas, menos tú… quise hacerte entrar en razón y que volviéramos a ser amigos…- Yugi cuando terminó, Yami se echó a reír.
-¿esperas que me trague eso? Eres muy infantil Yugi…- Dice serenándose.
-Pero esa es la verdad Yami, sabía que no me creerías…
-Pues creo que nadie te creería tonto, es lo más absurdo que alguien pudo haberme dicho- se pone serio- estás loco, ¿sabes? Creo que me equivoqué en haberme acercado a ti, desde que noté que te aferrabas mucho a convivir conmigo pensé que era porque, no lo sé pensé que eras tonto o algo así, pero veo que solo era por obsesión a un patético sueño que solamente tenía muchas coincidencias- Se levanta de la cama.
-Yami, por favor… escúchame- Yugi hace el nuevo intento por detenerlo.
-No me voy a quedar a seguir escuchando cuentos, preferiría si nos alejáramos, y no te preocupes, como te dije, yo pagaré por los platos rotos- por fin salió.
-Ya… mi- Dice cortado, agacha la cabeza y suelta un suspiro- ¿por qué decir la verdad es más difícil de creer que una tonta mentira?- se recuesta y se tapa la cara para evitar que cuando alguien entrara (si es que alguien se atrevía) lo mirara llorando y le preguntara algo.
Continuará…