Después de que el ambiente entre los del primer y tercer grado estuviera más estable, el momento de las visitas familiares llegaron, casi toda la escuela estaba vacía, generalmente era pasar un fin de semana entero con los padres de Familia, solo que esta vez a Yugi no le tocó ir a casa, su abuelo se había pesto un poco enfermo y sus padres estarían cuidando de él mientras se recuperaba. Inéditamente, Marik y Malik le aconsejaron a Yugi que se quedara tranquilo en la escuela, no sería ningún problema para el instituto que él se quedara, lo que no sabía es que Yami, también se quedaría solo, en su habitación, Seto iría a ver a su Hermano al colegio que estaba en Inglaterra, Joey vería a su hermana menor, Ryou y Malik pasarían el fin de semana juntos con sus padres, Bakura y Marik viajarían a otra ciudad para visitar a Ishizu y su esposo Odion quienes los cuidaron por un tiempo antes de entrar a preparatoria e internarse en el colegio. Yami tampoco tenía ninguna idea de que Yugi también se quedaría en el instituto, sería el fin de semana más largo de sus vidas.
Estaba atardeciendo, el color del cielo daba un tono anaranjado muy hermoso que Yugi por obvias razones no se quería perder. Así que subió a la terraza del colegio y se sentó en el lugar que le pareció más cómodo; los recuerdos de aquel supuesto sueño en donde Yami era un espíritu muy antiguo le llenaron la cabeza de ideas, solamente con el estar mirando aquel vivo color que representó mucho para él, casi siempre en el ocaso, Yugi platicaba a la misma hora con Yami del día entero, de la convivencia con sus amigos y con aquella vez en la que Yugi tenía miedo, tenía miedo de enfrentar a Marik, cuando tenía miedo de enfrentar a Darkz La preocupación del no poder recuperar el alma de su abuelo. Pero para él no significó nada más que eso, simples recuerdos de un triste sueño que tuvo hace algún tiempo y que ahora lo deja intranquilo. Se preguntaba el por qué las demás personas son tan cual las había soñado, menos Yami, era el único que n cuadraba con su alterna realidad en la que se metió por casi tres años, era un verdadero enigma, quiso despejar su mente de tantos pensamientos del viejo Yami que vivió en el rompecabezas hace más de cinco mil años. Sin quedarse más tiempo, bajó lentamente de aquel lugar que le parecía muy familiar, tenía una expresión decepcionante y sus rasgos de valentía y estímulo no estaban con él en el momento. Curiosamente Yami sale de su habitación en el mismo momento en que Yugi apenas iba subiendo a la terraza aunque de tanto pensarlo él no quiso subir y más bien fue a pasear por los jardines que tanto le gustaban, se recostó en un lugar aceptable donde podría contemplar el atardecer un largo periodo de tiempo.
Yami no ha dejado de suspirar y pensar en ese rostro tan dulce que se mostró una tarde frente a él, la voz del chico retumbaba en su cabeza una y otra vez, Yami estaba enloquecido por ese pequeño, tenía ahora la necesidad de tenerlo para siempre…., Al anochecer… sincronizados, Yugi va bajando de la terraza para pasear por los jardines un rato más, ahora que no había cuidadores de los pasillos podría llegar un poco más tarde a su pieza, Yami, por otro lado, decide por fin querer subir a la terraza, la brisa desde esa altura sería excelente para relajar la mente y el cuerpo y más mientras la luz nocturna lo acompaña. Por las escaleras de acceso general, ambos tricolores se habían visto pero no se habían reconocido y graciosamente creyeron que se trataba de algún reflejo, juego de la imaginación o una simple sombra, se acercaron al mismo tiempo, Yugi, al acercarse más y más reconoce aquel brillo de los ojos rubí de su otro yo, y lo mismo con Yami, sabía que ese hermoso color de ojos amatista no se trataba de ninguna ilusión, Yugi bajó con más prisa los escalones y Yami los subió más aprisa hasta quedar cara a cara.
-¿qué haces aquí?-Dicen al unisolo.
-¿yo? yo no pude salir, mis padres estás fuera y no pudieron venir por mi- Yugi da una respuesta un poco reprochada
-¡qué mal!-Dice Yami compadecido y hace un puchero- Yo tampoco salgo cuando se trata de las visitas familiares.- cambia de expresión. Yugi lo nota y cambia su gesticulación a algo más interesado.
-¿por qué-Preguntó el tricolor menor.
-Es algo complicado, solamente no me gusta salir es esa temporada a ningún lado.-Dice de una manera muy seria, Yugi tenía esa inseguridad de seguir hablando con su igual, pero al final respiró hondo y a la par (porque Yami también pensaba preguntarle algo a Yugi)
-oye- Al unisolo.
-Tú primero- dice yugi sonrojándose.
-No, ¿qué ibas a decir tú?- se pone frente a Yugi para ponerlo más nervioso y sonrojado, sus ojos mostraban una profundidad fijada hacia Yugi, era muy intenso, ya que la iluminación no les ayudaba mucho, Yugi apenado, empuja lejos a Yami.
-No, nada, me parece muy tonto lo que se me ocurrió-Se apena más
-Muy bien, no me lo digas-Yami indiferente sube otros dos escalones más dándole la espalda a Yugi.
-¿te gustaría pasar el fin de semana conmigo?-Dice Yugi tomado del barandal de las escaleras y sin mirar al mayor temblaba en su lugar, ahora sí sabría que el Bulliyng que recibiría sería severo ¿quién invitaría a Yami a salir? Solamente los que desean morir en el intento. Yami quedó paralizado pensando en una respuesta que no fuera como un sí de necesidad, discreteó en el asunto.
-¿tú y yo salir?-Trata de reír falsamente para aparentar, Yugi asiente con la cabeza porque sabía que Yami lo veía.
-¿qué estúpido verdad? Sí, eso es, no dije nada de nada, por favor te pido que no me lastimes… Baja rápido las escaleras escondiéndose en los mechones rubios.
-No me parece mala idea-Yugi se detuvo al escuchar el comentario de Yami y ladeó la mirada.-Mañana por la tarde te busco en el árbol que está en el estacionamiento a las 11. Yami se marcha, Yugi intrigado con la respuesta volteó sin dudar nada y miró como el mayor se alejaba con las manos en los bolsillos del pantalón a su ritmo. Yugi se sentía feliz aunque no esperaba tener ninguna respuesta como aquella.
Por la madrugada, Yami estaba casi inmóvil mirando de nuevo al techo, al final ir a la terraza no era tan buena idea para esa noche, no imaginó que se encontraría a Yugi en el instituto y menos que le preguntara sobre tener una salida juntos. Se sentía tranquilo y a la vez muy inquieto, las emociones juntas lo llenaron de insomnio e incertidumbre.
Yugi en su habitación, también se sentía diferente, una emoción muy grande estaba siendo ahogada en su pecho, aún era difícil de creer que Yami haya aceptado tener un encuentro, suspiró en varias ocasiones para tratar de aliviar el nudo que se generó en su garganta y pecho.
Dieron las 9 de la mañana, Yugi había olvidado clocar el despertador más temprano, y esta vez la luz que entró por su ventana sería quien lo despertara. Su cabello estaba más alborotado de lo normal, va y se arregla, se cambió la pijama por una playera sencilla de color verde y unos jeans, se acomodó los tenis y salió a dar una caminata mañanera, casi completamente solo, el instituto se veía de otro modo cuando casi no hay estudiantes, un poco aterrador o tal vez un poco más único, pensó Yugi.
Yami por otro lado, se levantó diez minutos más tarde, se dirigió al baño para ducharse rápidamente y acomodar alguna de sus cosas antes de encontrarse con Yugi, casi tardó una hora con veinte minutos en hacer sus deberes, casi al terminar, uno de los directivos del instituto, lo mandó llamar por las últimas anomalías antes de llegar el fin de semana, sobre su última desaparición y de más. Reteniendo mucho tiempo más.
Yugi ya había desayunado algo ligero para que cuando estuviera con Yami estuviera en la vergonzosa situación de que en plena actividad, le tronara e estómago de hambre. Con casi diez minutos de sobra, yugi esperó en donde Yami le había dicho, delante de él había una motocicleta, tenía de todo y se veía enorme, de hecho era el único vehículo estacionado. Se preguntó entonces sobre la procedencia de ella, ¿quién podría ser el dueño?. Pasó el tiempo y el reloj marcó las 11:17 am y yami aún no llegaba, Yugi trató de ser optimista ante el caso, tal vez se le hizo tarde, o aún no se ha levantado, aunque era lógico que pronto pensara: o simplemente me jugó una mala broma y no vendrá, de todas las bromas, esta era la que más le preocupó. Casi eran las 11:34, Yugi, por la espera se había recargado en el árbol resignándose, se mueve de ese lugar y pasa cerca de la motocicleta, intrigado con ella, decide montarla, jugando finge que está en una carrera de motos, emite algunos ruidos imitando a los de la motocicleta, le encantó.
-¡Yugi!-A sus espaldas, una sombra larga se acercaba, extendió la mano y tocó el hombro derecho de Yugi, asustando al menor pegó un salto, se le erizó la piel y con varias gotitas en la sien, voltea lentamente. Ve que Yami está con una ceja alzada y su gesto no es muy amistoso.
-Ho… Hola Yami-Se sonroja.
-¿qué haces en mi motocicleta?-Pregunta extrañado, Yugi se heló al entender que esa extraordinaria máquina era de Yami, se rasca la cabeza y continua sonrojado, nota entonces que Yami iba vestido con ropa negra algo ajustada y de cuero, se preguntó si esa ropa no sería muy incómoda, aunque más incómodo pensó que se le veía muy sexy. Yami notó un sonrojo más intenso en las mejillas del menor, Yugi no lo miró a los ojos en ese momento.-Bueno, sube, no te quedes ahí.
-Ah ¡sí!-Yami monta primero la moto para agarrar control de ella y detrás de él, Yugi, Yami pícaro, toma de los brazos a Yugi y los enrosca sobre su torso, Yugi sintió el cuerpo bastante marcado de Yami, que a pesar de haberlo tenido cerca antes no se hacía cuestionamientos de esto. Hasta ahora.
Yami entonces encendió la motocicleta y salen del instituto. Parece que este sería un buen día al final de cuentas. Yami llevó a Yugi cerca del río de dominó y compraron dos helado, uno de vainilla para Yami y otro de chocolate para Yugi. Casi no se dirigieron palabra, pero parecía que se entendían de algún modo. A veces Yami intervenía con comentarios absurdos que hacían reír a Yugi. Saliendo de ahí fueron directo a la Arcana a jugar un poco, Yami y Yugi jugaron por horas el mismo juego, ambos eran bastante buenos, aunque a Yami siempre le gustó la competencia y siempre ser el ganador, esta vez la victoria no sería para él, eso debería frustrarle aunque sea en un juego, pero reaccionó todo lo contrario, en la última partida habían apostado, si Yami ganaba, Yugi invitaba la comida, si no, yami la invitaría.
Yugi festejó su victoria con una hamburguesa con papas y queso extra, Yami compartía el mismo platillo, aunque sí sintió cierta incomodidad, no podía evitar darle una sonrisa a Yugi y Yugi, como en su “sueño” se sentía que recuperó a su viejo amigo, a diferencia que esto era un sentimiento distinto de afecto.
Al subirse a la motocicleta, ninguno se dirigió la palabra, ya no faltó mucho para llegar al instituto cuando, un conductor en estado etílico, estaba conduciendo de manera muy rara, Yami trató de rebasarlo para evitar tener un accidente con él, pero uno de los movimientos del automóvil hizo que perdiera el control completo de la motocicleta; se fue chueco al carril y estaba a punto de estrellarse en un árbol, por inercia, él saltó, pero Yugi estaba completamente paralizado del pánico que le dio, Yami le gritó que saltara rápido, pero fue demasiado tarde, Yugi se estrelló y la motocicleta quedó encima de él, Yugi tenía un fuerte golpe en la cabeza y quedó perdido en un nuevo sueño, Yami estaba atónito, y corrió a auxiliar a Yugi, quitó la motocicleta de él y lo llevó al hospital.
Yugi, después de un rato comenzó a despertar, se sentía muy agotado y sensible, los sonidos de una máquina de hospital le hace recordar algo, a un lado de él, estaban sus amigos, Joey, Tristán, Tea, Ryou y su abuelo. Todos alegres de verlo despierto, Yugi ya no comprendió absolutamente nada, cada vez este caso se hacía más complicado.
-¿en dónde estoy? Pregunta en un tono bajo.
-Te trajeron al hospital hace un tiempo Yugi, te deprimiste mucho por la ausencia del faraón, ya no comías, te encerrabas a llorar hasta que un día te desvaneciste en la escuela y no volviste a despertar- Tea contestó algo entrecortada, un nudo se le hacía en la garganta y no pudo contenerse a Llorar.
-Es una alivio que ya hayas despertado amigo-Joey limpiándose la cara interrumpe a Tea.
-¿entonces era otro sueño el que tuve? ¿Acaso el volver a ver a Yami fue todo una ilusión?-entristece…
Ishizu y Shadi entran a la habitación de Yugi, El abuelo de Yugi, interrumpe igual con unas lágrimas, ellos debían salir, Ishizu y Shadi tendrían algo qué preguntarle a Yugi.
-Yugi, nos alegramos de que ya estés bien…-Dice Shadi algo entrecortado.
-Sí, eso creo pero… ya no entiendo nada… ¿acaso sigo soñando?-Ishizu y Shadi se miraron extrañados y mutuamente vieron a Yugi.
-¿cómo que si sigues soñando? Yugi estás en el mundo real, acabas de salir de tu trance de depresión, nos preguntamos Shadi y yo si realmente extrañas mucho al Faraón, vaya ¿qué pregunta? De seguro es así, pero debes seguir adelante, a él debe afectarle mucho si te viera así-Ishizu quiso reflexionar con Yugi pero Yugi estaba más confundido, entonces sí parecía que había soñado de nuevo que estaba con el faraón y que efectivamente él ya no existía. Pero nada tenía sentido, porque el tiempo que había estado en el instituto, se sentía verdadero, real.
-Es imposible, Atemu no se fue, no se fue, juro que yo estuve con él. Pero era totalmente distinto, no entiendo nada, pero sé que estuve con él y hace unos minutos yo había salido con él…. Yo estaba con él…
-No puede ser- Ishizu y Shadi dicen al unisolo y miran a Yugi sin entender nada…
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Yami cargaba e cuerpo de Yugi por los pasillos del hospital pidiendo ayuda rápidamente, el doctor Pegasus lo reconoció en seguida y lo llevaron a una habitación. Yami estaba muy asustado y no paraba de moverse, no sabía si Yugi se encontraba bien o no.
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Yugi recostado en la cama, miró largo tiempo al techo y en su cabeza retumbaba lo que los Ishtar le habían dicho.
Flash Back
Ishizu: Yugi lo que pasa es que tu alma, como la del faraón ha viajado al tiempo y espacio mandándote a un mundo similar y a la vez distinto al nuestro. Es como si hubieras buscado escapar de aquella partida que el faraón tuvo, y lo trataste de buscar en lugares diferentes hasta hallarlo. Por eso crees que estabas con él. Pero si tu alma sigue haciendo eso, si energía podría desgastarte hasta quedar atrapado en una especie de limbo por la eternidad…
Shadi: es importante esto que te estamos diciendo, sé que no vas a superar muy pronto que el faraón Atemu nunca volverá, pero debes procurar ya no viajar a ese otro mundo, no te lastimes más.
Yugi: es que no puedo, Yami…Yami- Procura no llorar aunque fue inevitable.
Ishizu: piénsalo, nosotros estaremos aquí para apoyarte, pero ahora te pregunto, ¿te quedarías aquí con las personas que te conocemos como el rey de los juegos? O ¿regresarás al otro mundo con el yami que está contigo? Piénsalo, nosotros veremos la forma de que tu alma ya no esté viajando de ese modo….
Fin del Flash Back…
Continuará……….