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El sexto miembro de SHINee. por LunaArlert

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Notas del capitulo:

Hello, hello!

Les agradezco a todos los que leyeron y votaron (en el caso de Wattpad) por el primer capítulo. Espero llame su atención ^^

Enjoy!

—Permítame pasar, no es un asunto que deba de tratarse aquí —el hombre pidió.

Taemin solo atinó a abrir la puerta y hacerse a un lado para dejarlo pasar. ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué su sobrina estaba con él?

—¿Quién era, Minnie...? —Minho preguntó, asomando la cabeza desde la cocina y mirando con confusión a los recién llegados que se habían acomodado en un sillón—. ¿Es Ha-Neul?

Taemin, en medio de su confusión, no pudo evitar sonreír levemente ante el brillo en los ojos del rapero al ver a la niña. Sabía cuánto le agradaban los niños y lo bien que sabía cuidarlos, lo había visto demasiado con Yooegun y también cuando conoció a la niña por primera vez, habían conectado desde el inicio.

—¿Me recuerdas? Minho, Min —dijo, acercándose a la niña con una sonrisa.

—Min-Ho —la niña murmuró, despegándose del hombre y extendiéndole los brazos.

El hombre lució complacido mientras le pasaba a la niña, haciendo que Taemin se sintiera más nervioso.

—Vaya que estás enorme, ya eres más grande que mi brazo —Minho notó de inmediato que algo no andaba bien, la niña, quien tenía una personalidad cariñosa y entusiasta, se había abrazado a su cuello, apretándolo fuertemente. Sus ojos se movieron hasta Taemin, quien seguía en su misma posición, con una expresión temerosa en el rostro—. Yo la cuido, pueden hablar.

El hombre agradeció con un gesto de cabeza mientras miraba a Taemin, quien terminó por sentarse en el sillón frente a él.

—Mi nombre es Kim Daesung, abogado del señor Lee Taesun y la señora, Li Sekyung. Es difícil para mí comunicarle que, esta mañana, han fallecido en un accidente.

Fue como una bomba. Taemin sintió como si todo su alrededor se derrumbara, aplastándolo bajo kilos de escombro—. ¿M-Mi hermano?

—Lo lamento, fue totalmente inesperado —el hombre lucía bastante decaído también.

Minho tuvo que hacer un gran esfuerzo para que la niña no se le cayera de los brazos de la impresión, tuvo que contenerse para no correr hacia Taemin.

—N-No puede ser verdad, tiene que ser una broma —Taemin tartamudeó, su hermano no podía haber muerto, simplemente no podía.

—Comprendo que es difícil, puedo entenderlo completamente —el hombre asintió—. Sin embargo, he de pedirle que me permita leer el testamento dejado.

No contestó, movió la vista hacia Minho y la niña, el mayor caminaba de un lado a otro mientras intentaba calmar a la niña que había empezado a llorar—. Vamos, Tae. —Sabía que Minho estaba intentando infundirle ánimos con su voz pero realmente necesitaba su contacto.

El hombre tomó el portafolio y sacó varios documentos, bajo la pérdida mirada de Taemin, extendió algunas hojas que tenían una parte doblada por su gran tamaño.

"Nosotros, Lee Taesun y Li Sekyung, bajo pleno uso de nuestras facultades mentales, dejamos por escrito nuestra última voluntad. La cuenta de banco destinada a la crianza de nuestra hija, Lee Ha-Neul, pasará a su tutor. La propiedad dónde recidimos, ubicada en Seúl, pasara al mismo destinatario y podrá disponer de ello como guste. El dinero restante, quedará dividido en partes iguales entre mis padres y hermano menor. En cuanto al cuidado de nuestra hija única, dejamos los papeles de adopción a mi hermano menor, Lee Taemin. Esto en caso de que ambos faltemos."

—¿M-Me dejaron todo?

—Con excepción del dinero correspondiente a sus padres —asintió—. Ahora, he de preguntar si es capaz de cuidar de la niña, dada su profesión.

Los ojos de Minho se depositaron en la niña, quien veía a Taemin con cierto grado de temor. Ha-Neul tenía cuatro años, la misma edad que tuviera Yooegun en aquel tiempo, por lo mismo, era capaz de entender todo lo que pasaba a su alrededor. Sabía que sus padres ya no estaban, quizá no entendía completamente eso pero lo sabía, sabía que Taemin podía rechazarla y no sabía que le pasaría después de eso, por eso le daba miedo.

—Claro que podemos cuidarla —habló ante la mudes de su pareja—. Nos aseguraremos de que no le falte nada.

—¿Señor Lee? —El abogado se dirigió al chico, quién seguía intentando salir del trance en que estaba.

Su hermano le había dado casi todo lo que tenía, él y su esposa. Tenía buena relación con ambos, recordaba los escasos, pero felices, momentos que habían pasado anteriormente. Ha-Neul era lo único que quedaba de ellos y se la habían dejado porque confiaban en él. No podía fallarles y todo sin contar cuanto quería a su sobrina.

—S-Sí... Me encargare de ella —respondió.

—Está bien, necesitare su firma en algunos documentos.

Sus manos no dejaron de temblarle en ningún momento, tuvo que esperar por varios minutos antes de poder firmar como debía, por fortuna el hombre era comprensivo.

—Volveré el viernes en la tarde para darle los documentos faltantes.

—Gracias por su trabajo —Minho respondió, sabiendo que Taemin no podría.

—Con su permiso.

La puerta cerrándose fue lo último que se escuchó en la habitación, ni Minho ni Taemin encontraron que decir.

—Min —fue el murmulló de la niña el que cortó el silencio—. Taemin... —Señaló al joven que seguía inmóvil en el sillón.

—Minho appa*, llámame así, ¿te gusta? —Cuando la niña asintió, devolvió la mirada a Taemin, sabía que no estaba en condición de responderle o hacerle caso, siquiera—. ¿Tienes hambre?

Reticente, la niña despegó la mirada de Taemin y asintió a la pregunta de Minho.

—Vamos a darte algo de desayunar —Minho caminó a la cocina y sentó con cuidado a la menor en la silla—. Ahora solo tengo esto pero te prometo que saldremos más tarde a buscar algo que te guste.

Minho se sentó a su lado y empezó a darle del plato que habían sacado para ellos mismos. Nadie tenía idea de las ganas que sentía de correr a Taemin para abrazarlo e intentar consolarlo, no podía ni imaginar el dolor por el que estaba pasando y sentirse solo servía sólo para lastimarlo más. Pero también sabía que no podía dejar sola a la niña, también estaba atravesando por algo duro y, a diferencia de Taemin, ella dependía totalmente de los adultos.

En el sillón, Taemin sentía que sus alrededores estaban empezando a tornársele negros, parecía que era cuestión de segundos para caer inconsciente. Su pecho había empezado a dolerle de una manera increíble, como si le estuviera dando un ataque, pero él sabía que no era el caso. Le parecía desagradable como su vida podía irse por la borda en cuestión de segundos, en la mañana, había despertado sintiéndose afortunado de tener a alguien como Minho a su lado y ahora, quería salir corriendo y no ser encontrado nunca más. Su hermano había sido la vitalidad que necesitaba durante muchos años, recordaba que lo que más le había dolido al iniciar su carrera, había sido el tener que separarse de él, había sido por su recuerdo la causa de su llanto en un evento al aire, por agradecerle su apoyo. ¿Cómo podía ser que ahora estaba muerto? ¿Cómo se suponía que seguiría sin él?

—Taesun hyung… —murmuró, sintiendo como las lágrimas empezaban a escapársele de los ojos sin que pudiera hacer algo por detenerlas.

No le gustaba llorar, casi nunca lo hacía, sentía que de esa manera lo menospreciaban o lo hacían menos, era capaz de controlarse en casi todas las situaciones pero, en esta ocasión, no. Sintió como el llanto empezaba a aflorarle desde lo más profundo. Creía que era egoísta pero quería que Minho viniera a darle apoyo, que dejara a la niña por un rato y fuera directo con él.

Sintiendo dolor de tan solo ver los papeles, se levantó y se encerró en su habitación.

Minho lo observó irse, se sentía una pésima persona por no ir tras él, pero la niña estaba por acabarse el plato y lo miraba como preguntándose qué pasaría después.

—¿No tienes sueño nena? —Le preguntó, probando.

—Taemin —contestó.

—Taemin no se siente bien por ahora, dejémoslo descansar un momento, ¿te parece? —Le sonrió.

—Appa y umma… —la niña murmuró, haciendo que el corazón de Minho diera un vuelco.

—No pensemos en eso ahora, vamos a ver qué encontramos por aquí.

No tenía idea de qué podría usar para distraerla, en un apartamento lleno de chicos no existía algo que tuviera la función de juguete seguro para alguien de su edad. Quizá Jonghyun tendría algo pero le aterraba entrar a su habitación, si la niña tocaba y desacomodaba las cosas de Key… No quería pasar el resto de su vida corriendo de una diva enfurecida.

—¿Te gusta pintar? —Recordó que a Yooegun le había entretenido aquello y rogó porque a ella también.

Al parecer, dio en el blanco pues la niña sonrió por primera vez desde su llegada y asintió enérgicamente. Choi Minho tenía suerte con los niños.

 

Taemin se encogió cuando escuchó la puerta de su habitación abrirse y cerrarse con cuidado. El cuerpo le dolía demasiado como para girarse a ver qué sucedía y los ojos le ardían con el simple rozar del aire, por lo que optó en quedarse quieto. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba ahí, lo único que sabía es que estaba anocheciendo ya.

—Minnie, ven aquí —casi de inmediato sintió el par de brazos del mayor abrazándole por la espalda y apegándolo a su cuerpo—. Lamento mucho lo que pasó.

—No es justo, hyung… —respondió, sintiendo el sentimiento causante del llanto llegar de nuevo—. Mi hermano era joven, tenía a su hija, su esposa, una vida por delante y ahora, ¡ahora ya no está!

Minho lo ayudó a darse la vuelta para abrazarlo de frente y apretarlo más contra sí—. Lo sé, las cosas suelen carecer de sentido.

—¿Qué haré? Jamás podré verlo de nuevo y teníamos tantas cosas que hacer —estaba llorando de nuevo, aferrándose al otro.

—Lo importante es lo que vivieron, nunca le fallaste y nunca te falló, ambos tienen la conciencia limpia en ese sentido —empezó a sobar su espalda en círculos para intentar calmarlo.

—¡Pero nunca lo volveré a ver! A escuchar, a sentir —medio gritó—. Hyung, no quiero seguir.

—Taemin, ni se te ocurra decir eso —Minho lo apretó más fuerte—. Él espera muchas cosas de ti, por algo te dejó a cargo de Ha-Neul, no puedes darte por vencido… Además, ¿no tengo importancia yo y los demás?

—Claro que sí —se arrepintió al escuchar el tono de tristeza en la voz del otro—. Pero yo no sé qué hacer.

—No estás solo, Minnie, siempre estaré a tu lado y daré todo por ti —le besó la frente, apartando los mechones de cabello que se le estaban pegando a los ojos—. Saldremos de esto juntos, ya lo verás.

Taemin solo atinó a abrazarlo más fuerte, hundiendo su rostro en su pecho. El dolor seguía sobrepasándolo pero también podía sentir el amor que él le transmitía. Estaba aterrado, sí, no sabía cómo podría criar de manera correcta a la niña y, mucho menos, sabía si podría verla sin romper en llanto, pero las palabras de Minho le infundían una calidez y coraje que se le figuraban como una luz al final de un túnel largo y obscuro.

Quizá aún había un poco de esperanza para su vida.

Notas finales:

Este fic tendrá muchas escenas de Minho siendo un adorable padre tal y como lo vimos en Hello Baby! Yo moría un poquito con cada una de ellas y es por eso que decidí plasmarlo aquí.

Sé que Minnie está sufriendo basatnte y no está teniendo una participación como tal pero ya se verán las cosas~

No olviden dejarme un comentario con su valiosa opinión allá abajito <3

*Appa significa papá en coreano.

¡Nos leemos pronto!


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