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Ma musique por demix

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Notas del capitulo:

holaaa!!

no pondré excusas por que ya deben odiarlas preo... pero... PASÉ!!! PASÉ!!! APROVÉ EL PUTO EXÁMEEN!!! ALEGRENSÉ POR MI!!!! WIUUUUUUU!!!

ok ok. ahora al caso, estudié y por eso no pude actualizar, pero... aqi está...

a leer...

Kid llegaba agotado a su departamento luego de un día demasiado largo para todos. Encontrarse con Zoro lo había animado un poco, era un buen amigo después de todo, y además, conocía su secreto. El pelirrojo dejo sus llaves en una mesita al lado de la puerta para luego tirarse en el sofá sin ganas de nada, solo se quedó ahí, pensando y recordando un montón de cosas, era raro que todos esos recuerdos se le vengan a la cabeza de repente, pero no se preocupó en querer evitarlos.

Sonrió cuando recordaba la primera vez que conoció a Law, un niño tan pequeño y débil siendo golpeado por unos matones, inmediatamente Zoro y él se acercaron para pararlos, se presentaron y lo acompañaron a su casa luego, desde ese momento, Law se hizo muy cercano a Kid y viceversa llegando a ser amigos. Kid tenía como mejores amigos a Zoro y Killer, y aunque Law también los conocía, siempre se sentía más cómodo con el pelirrojo, pero éste no sabía que, dentro de Kid empezaba a crecer algo más que amistad, y nuestro querido personaje de ojos ambarinos se dio cuenta de eso cuando…

-Kid, creo que…me gusta Kuroashi-ya- oír aquellas palabras le habían causado un terrible dolor dentro de él y miró con cara de disgusto y sorpresa a los ojos grises del más bajo.

-¿qué dices?- preguntó esperanzado de haber sido una broma con una media sonrisa.

-lo que oíste- sentía como se le tensaba el cuerpo con aquella voz –me gusta, y… pensé que lo entenderías- se oía algo desilusionado, lo que no era del agrado del más alto, supo que era en serio y no podía hacer nada.

-es que… es raro, pero si te gusta, te gusta, no se puede hacer nada- le respondió con una sonrisa siendo devuelta por el moreno.

-Gracias

Kid empezó a dar vueltas en el sofá tratando de que no pensar más, pero no podía. Maldecía aquella invitación para un concierto de vientos y cuerdas, donde él tocó el oboe acompañado de Ace con su cello y Law tocó su flauta junto al violín del rubio, ese, ese era el maldito momento en el que se enamoró de Sanji, notaba la mirada de Law en el rubio que tocaba alegre a su lado, y luego de unos meses…

-lo hice Eustass-ya- el pelirrojo miraba confundido la boba sonrisa que llevaba el moreno –Kuroashi-ya y yo estamos saliendo- esa fue la bomba que acabó por romperlo internamente, pero logró reponerse por fuera para contestarle alegrándose por él.

-pues… te felicito enano- dijo con una gran sonrisa abrazándolo por el hombro, el más bajo solo sonreía al ver la actitud de Kid tan alegre.

Los veía juntos, tan felices, tan feliz, y él, él continuaba siendo su amigo, siempre que podía lo acompañaba, ayudaba y estaba a su lado, Zoro empezaba a tener fama con el piano dejando de verlos hasta en meses, haciendo que éstos dos sean más cercanos que antes, pasar los días escuchando a Law hablar de Sanji, era molesto, pero adoraba pasar tiempo con él. Luego apareció el pequeño Chopper que era cuidado entre los dos como su hijo, Law lo quería mucho y aunque Kid no soportaba a los niños, el pequeño castaño era diferente.

*¡YA BASTA!* se levantó de golpe del sofá sacudiendo sus cabellos, reprendiéndose a sí mismo de recordar estupideces innecesarias, se dirigió a la cocina todo cabreado, se sirvió un vaso con agua y se recostó en el marco de la puerta reclinando su cabeza hacia atrás para calmarse, tomó del vaso sintiendo como el frio líquido recorría su cuerpo relajándolo. Lastimosamente ese momento fue interrumpido por un portazo dejando ver a un rubio de melena larga con una gran sonrisa todo emocionado.

-KID, KID, KID, KID- saltaba alegre acercándose a su compañero de vida. El pelirrojo solo lo veía fastidiado a punto de plantarle un puñetazo.

-¡¡QUE PASA JODER!!- gritó exaltado dejando al rubio quietito delante de él, pero sin poder borrar su estúpida sonrisa de emoción.

-¿recuerdas que hace dos semanas fui a una audición para la academia de música moderna?

-Si

-pues… ¡ME ACEPTARON!- dijo empezando a dar brincos y vueltas, Kid solo lo veía extrañado y molesto, también preocupado porque si mal no recuerda, esa academia estaba en España.

-Killer quédate quieto y explícame mejor- ordenó serio, a lo que el rubio se calmó y se acercó sin dejar de sonreír aún.

-que me iré a España amigo- Kid empezaba a sentirse mal, se quedaría solo ahí –pero…- levantó la mirada rápidamente esperando lo que tenía que decir –les hablé de ti y… si quieres puedes ir mañana a una prueba, ya que eres mi amigo y tocas tres instrumentos aceptaron verte mañana, ¿qué dices?

-¿en serio?- preguntó algo desconfiado, se le estaba presentando una gran oportunidad para su carrera, además ya se había aburrido de la música clásica, era momento de probar algo nuevo.

-sep, viajaremos juntos amigo- Killer la abrazó del hombro y con el otro brazo hizo un ademán como si estuviera enseñándole el horizonte más allá de las paredes –estoy seguro de que te aceptarán, tengo amigos ahí que no ayudarán por un tiempo hasta que consigamos una casa, y nos llevaran becados un año ya que somos titulares en la academia clásica, saldríamos de aquí cuando acabe el año- Kid sonrió ante aquellas palabras, definitivamente era una gran oportunidad.

-entonces no habrá ningún problema- dijo sonriendo emocionando a Killer, el cual empezó de nuevo con su emoción cantando alguna tontería corriendo a su habitación dejando a Kid de la misma manera pero más tranquilo. Comenzaría una nueva vida, una gran vida, con un buen futuro, sin duda entraría a la música electrónica, era su favorita después de todo, se imaginaba su futuro siendo todo un master frente a grandes de la música actual, sin duda sería genial, y con su talento no tenía miedo de nada. Pero de repente algo lo azotó en la cabeza, Law, lo dejaría, dejaría todo, pero ya era tiempo de olvidar.

 

/….w…/

Mientras tanto en la parte trasera del escenario del Baratie nuestros personajes estaban concentrados en una discusión a susurros evitando ser oídos por la gente que había cerca, aunque, la paciencia de ambos estaba siendo agotada por el otro.

-Yo no tocaré eso Marimo, ¿cuál es el maldito problema con tocar ésta?- se quejaba el rubio mostrando dos partituras, una de piano y otra de violín en ambas manos con el ceño fruncido.

-Mira cejillas, yo tengo preparada esta, y el problema es que NO ME GUSTA esa canción- dijo señalando las partituras de Sanji, éste comenzaba a enojarse más y le dio la espalda al peliverde para masajear un poco sus sienes y dar un largo y pesado suspiro calmándose un poco. Por su parte, Zoro pensaba en alguna otra pieza para el dueto, pues la verdad era que el no traía ninguna partitura y Sanji le restregaba en la cara todas las piezas que tenía a su alcance, Zoro las conocía pero no quería que el cejillas le ordenase que tocar y que no. Cada vez que él elegía una Sanji escogida otra, al parecer ninguno de los dos quería que el otro mandara en su arte.

-espero que ya estén listos muchachos- un viejo de blanco con un extraño bigote trenzado apareció en el lugar, sobresaltando a los dos chicos – ¿y?- preguntó el mayor, empezando a preocuparse al ver la cara de “ni idea de que hacer” de los menores.

-aun no nos decidimos que tocar- habló Sanji preparado para lo que vendría.

-¡PERO YA TIENEN QUE SALIR!- Zeff levantó la voz molesto –entonces…- respiró calmándose –elegiré yo- el mayor se dirigió a la mesa chorreada de partituras y tomo una al azar ante la mirada expectante de los jóvenes –ésta, tocaran solo una, ya que se hizo tarde y será lo último de la noche- dijo el viejo serio mostrándoles la partitura con el título “Rain” encabezándola –los espero en 2 minutos, y yo conozco la canción así que no me van a engañar- sin más salió del lugar perdiéndose por la puerta, al rato se escucharon las palabras de presentación de Zeff en el escenario.

-tsk, no es tan mala- dijo Zoro observando las notas de la hoja, pero solo recibió el silencio de Sanji quien también la observaba detenidamente, este tema solo lo había tocado una vez, cuando cumplió 13 años y la tocó para su primera novia con la quien solo duró tres meses, pero, tendría que intentarlo no?. Sin decir nada aun, Sanji cogió su violín y la partitura dispuesto a tocarla.

-¿listo Marimo?- Zoro asintió con la cabeza, al mismo instante los aplausos de la gente se dejaron oír energéticos, La señal para nuestros artistas, primero se presentó el rubio dando una reverencia al público y luego a acomodar su parte en el atril ya preparado en el escenario. Zoro hizo lo mismo tomando su lugar en el piano acomodando también su parte. No tardaron en escucharse murmureos de las señoritas presentes diciendo cosas como “que guapos”, ”esperaré a que salgan”, “que sexis” o “¿en serio tocan? Quiero a uno como novio”.

El rubio respiro hondo y su mirada a Zoro dándole una señal para comenzar, el peliverde trono sus nudillos relajando sus dedos… y empezó a tocar.

El peliverde era el responsable de la entrada así que empezó delicadamente, tal y como le decía la partitura, era una tonada tranquila y a la vez inquietante pero él se dejó llevar por su arte como siempre lo hacía, sintiéndose único en ese lugar tan sumido en la música siendo iluminado solamente por ese idioma de notas. Por un momento Sanji se sintió embobado por la forma de tocar que tenía Zoro, pudo sentir como toda la rabia que hace poco había sentido se esfumaba con solo oírlo tocar la primera nota, hasta que el peliverde levanto su mirada chocando con la del rubio en una corta pausa de silencio que marcaba la entrada del violinista.

Sanji giró inmediatamente su vista a la parte y empezó delicadamente siendo seguido por el piano, en un momento la tristeza quiso invadir el ambiente, pero luego sonaron notas más alegres, lentas, pero marcando algo de esperanza en ellos. Zoro vio su mundo individual desvariado cuando escuchó a Sanji, lo seguía, pero por primera vez, sintió que había un intruso en su espacio personal, y lo estaba incomodando un montón, había tocado duetos con otras personas, pero éste chico lo estaba incomodando de sobremanera. No dejó de seguirlo en ningún momento, hasta que llegó su silencio, se sintió relajado en ese instante, volvió a su mundo, pero luego de un par de notas más regresó aquella incomodidad, y empeoraba más la melodía que era triste, y subía de nuevo a caer, quería que acabe de una vez.

Por otra parte Sanji se sintió temblar cuando entró su lugar, temía equivocarse, y eso no le había pasado hasta ahora, siempre se sentía seguro, pero ahora estaba con la cabeza en el presente espacio, no podía perderse en la tonada como siempre y por eso estaba temeroso de equivocarse, estaba tenso, y cuando llegó su silencio, pudo relajarse, pero llegaba de nuevo, esa sensación de querer desaparecer lo estaba carcomiendo, los vibratos ayudaban a disimular su temblor, el momento de alegría llegaba eso lo relajaba en algo, eran notas más sencillas, pero cuando regresaba la nostalgia volvía a tener miedo, estaba seguro de escapar apenas acabara.

Y así fue, Zoro quedó en una pulsada aguda y delicada marcando el final de la alegría, y Sanji en un arco largo y grave que concluyó en que todo terminó triste. Los aplausos no se hicieron esperar, incluso hubo gente que se puso de pie con una sonrisa. El rubio recogió su partitura, dio un agradecimiento inclinando la cabeza y a toda velocidad se esfumó de ahí, Zoro solo se quedó algo pensativo *¿qué pasó?* era la pregunta que rondaba en su cabeza, se puso de pie, recogió las partes, agradeció inclinándose pero con una mirada perdida en el espacio, así se retiró simulando un zombie.

 En la parte trasera esperaba encontrarse al rubio, pero no estaba, dejó las partituras en la mesa y sin más salió del lugar. Se dispuso a dirigirse a la mesa en donde estaban todos esos músicos, pero en el camino, no paró de buscar con la mirada alguna cabellera rubia, quería verlo y ni sabía porque.

-felicidades joven Roronoa- aquella voz grave lo sacó de su modo zombie, era Sir Crocodile mirándolo imponentemente como respecta su figura –en verdad tienes un gran talento.

-Gracias- respondió desganado.

-bueno es momento de irnos, fue un gusto escucharte tocar, espero ver también algún dia a tu acompañante para también felicitarlo, es increíble que a su edad ya puedan tocar así- Zoro vio como aquel hombre le daba la espalda despidiéndose de Mihawk, luego Donquixote le tendió la mano, gesto al que apenas respondió, *¿qué pasó?*.

-bien hecho Roronoa- escuchó la voz de su maestro acercarse –iré a ver cuánto me pagarán por tu presentación espérame en la mesa- el chico obedeció y tomó asiento viendo a Mihawk alejarse.

-me sorprendiste Roronoa-ya- esa voz, no se había percatado de su presencia hasta ahora, como pudo volvió su conciencia al presente luego de estar repitiendo una y otra vez el sonido del violan.

-Law, pensé que ya te habías ido.

-pues mira que no, les dije que esperaba a alguien- dijo marcando una sonrisa ladina. Zoro solo arqueó una ceja confundido.

-y a quien, si se puede saber- preguntó bebiendo su copa de vino que había dejado abandonada.

-no creo que venga hasta que tú te vayas- dijo cambiando su tono de voz a uno más serio e intimidante, típico de Law. El peliverde solo frunció el ceño, pues Zoro era de los pocos que se dejaba intimidar por el moreno, además de que era raro que su amigo le hablara de esa forma.

-¿a qué te refieres?- se atrevió a preguntar, pero antes de recibir una respuesta, Mihawk llegó con un sobre cerrado diciendo que ya estaba todo hecho y debían irse ya. Law se despidió de ambos cortésmente como siempre y volvió a tomar asiento viendo a los dos hombre perderse en la salida, sonrió al ver que Zoro abría los ojos de golpe antes de salir, al parecer recién se daba cuenta de a qué se refería el de ojos grises.

El restaurante empezaba a vaciarse y el moreno era el único que aún se entretenía jugando con su copa, hasta que por fin, observó a su rubio acercarse con una sonrisa, ya no estaba con su uniforme de mesero, ya cerraban el restaurante y los empleados ya se retiraban también, solo quedaban los que limpiaban todo.

-Hola Law, no pensé que me esperarías hasta ahora- dijo cerrándose su abrigo negro ya que el frio se estaba haciendo presente.

-¿te molesta?

-jaja, claro que no, ¿qué hacemos?- era sábado por la noche, así que podrían ir a dar una vuelta por la ciudad o alguna otra cosa.

-no sé, ¿qué quieres hacer?- preguntó el moreno sonriéndole al chico que tenia de pie al frente, este le devolvió la sonrisa, extendiéndole la mano para ponerse de pie y salir los dos juntos del restaurante, no sin antes avisarle a Zeff que se quedaría en la casa de Law, el mayor aceptó y sin más que hacer salieron a pasear bajo el manto negro y estrellado de la noche.

-si… puedes quedarte en mi casa- comentó el moreno sobresaltando a Sanji, una manera indirecta de decirle que había aceptado sin haber aceptado, retardadamente.

-disculpa, es que no tengo nada que hacer en la mía, contigo por lo menos me divertiré un poco- sonrió el rubio haciendo que el más alto los tomara de la cintura en ese momento para plantarle un beso sorpresa, al principio Sanji quedó estático, pero de a poco fue correspondiéndole envolviendo sus brazos en el cuello del moreno. Pero ocurrió lo que esperaba que no ocurriera, de la nada, se le vino el recuerdo de haber tocado con Zoro, y rompió el beso toscamente. Law lo miró confundido y molesto a la vez.

-¿qué pasó?- preguntó tomándolo de la mano.

-Nada- fue la fría respuesta que dio Sanji bajando un poco la mirada arrepentido –lo siento, me siento raro- Law tenía alguna idea de que era lo que pasaba, pero no quería aceptarla, no quería ni pensarla, nunca.

-debe ser el frio, mejor vamos rápido, además se nos viene una tormenta- dijo mirando el cielo, Sanji lo miró extrañado, esperaba que Law se molestara como siempre, pero esta vez se puso comprensivo, incluso cambió el tema – ¿qué pasa ahora?- preguntó el moreno sonriendo al ver la cara de sorpresa que mantenía el rubio.

-no es nada, vamos rápido- Sanji le devolvió la sonrisa cogiéndolo de la mano para avanzar.

Al llegar a la casa de Law, que por cierto estaba vacía ya que Donquixote se iba esa misma noche a Toronto. Se cambiaron de ropa ya que la que tenían puesta se había mojado, Sanji tuvo que usar ropa prestada del moreno, vieron algunas películas y luego se alistaron a dormir. Apenas Sanji tocó la almohada se quedó profundamente dormido, había sido un día pesado para él, y lo mismo para Law, pero él no podía conciliar el sueño, observaba dormir al rubio a su lado tranquilamente, sonrió con solo verlo, lo adoraba, pero luego empezó a pensar en la cena, si mal no recordaba esa canción la había escuchado cuando Sanji la tocaba para una niña, hace tiempo, en ese entonces ni le dirigía la palabra, luego empezaron un proyecto de geografía el cual por orden del profesor tuvieron que hacerlo untos, desde entonces se habían hecho amigos, y a sus 16 años tuvo la oportunidad de tocar con él en el teatro Skypea, era sorprendente ese lugar, parecía el cielo de la música y… recordaba la pasión con la que tocaba el rubio, altos bajos, rápidos, lentos y siempre sonriendo, en cambio él como siempre amargado, su flauta solo sonaba desgarradoramente a comparación de aquella luz que irradiaba el de su lado. Se enamoró, se declaró, iban ya medio año juntos, y todo parecía ir bien hasta esta noche. Nunca lo había visto tan inseguro al tocar como hoy, los demás no se daban cuenta porque era la primera vez que lo veían pero él lo notó, la canción era hermosa, pero no tenía aquello que solo Law percibía, Luz, estaba tímido, temeroso, inseguro. Zoro de la misma forma, lo veía enojado, perdido, eso no era normal, algo había pasado, y tenía una idea pero tenía miedo de que fuera real, no lo soportaría.

Miró de nuevo a la persona durmiendo a su lado y recorrió con la yema de sus dedos su fino rostro, retiró los mechones de cabello de su rostro logrando así ver sus dos párpados cerrados, verlo así era un lujo que solo él podía darse, pero nunca los había visto abiertos al mismo tiempo, tocó su mejillas bajando hasta la comisura de sus labios, hasta ahora no se habían entregado en cuerpo, pero no había prisa en eso, estar como ahora estaban ya era la gloria.

No soportó más, y le dio un corto beso en esos delgados y finos trozos de carne que resaltaban en su piel de porcelana, se puso algo triste pensando en todo lo ocurrido. Al separase del beso susurró bajito para no despertarlo –No quiero perderte…

 

Notas finales:

Vibratos.- parecido a lo que los cantantes hacen con la voz al final, como un temblor al hacer notas largas, en este caso el violinista hace temblar su mano para lograrlo.


"Rain"- piano y violín- Brian Crain  es muy bonita la canción, les aconsejo escucharla.

Bien pues gracias por leer, creo que me trasladaré a Wattpad ya que ahí tengo la posibilidad de escribir cuando quiera. en cambio aqui, lo tengo que hacer a compu porque en celular es complicado y no tengo mucho tiempo para la compu, así que APOYADME PARA UNA APLICACIÓN EN CÉLULAR DE AMOR YAOI.

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gracias por leer, chauuu


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