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Ma musique por demix

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Notas del capitulo:

Hoola!!

me atrasé?, creo que es estupido preguntar si es OBVIO. primero que nada me disculpo por ello, y pues...quiero decirles que estoy muuuuy feliz ya que APROVÉ TODO, TOOODOO!!! valió la pena cumplir :´D, bueno pues sin mas, espero les guste este nuevo cap y ahora entramos en VACACIONES asi que ojalá pueda actualizar lo mas pronto posible, bien pues...

a leer...

Un chico rubio andaba de un lado para otro sin parar, atendiendo a las personas en todas las mesas, el restaurante estaba lleno, y aún había un montón de gente esperando en una larga fila en la entrada. En la cocina existía otro caos, se sentía el olor a comida, el sonido de sartenes friendo el aceite y ollas hirviendo que burbujeando, hacían escapar vapor que concentraba un agradable olor a sopa, sin faltar los cortes de cuchillos en madera, despedazando carne y vegetales. Aquel rubio entraba y salía de la cocina dejando los pedidos escritos en papelitos en una vara magnética que los sostenía con un clip, uno de los cocineros las leía y mandaba la orden a los demás para que preparasen lo pedido.

La gente del lugar se encontraba contenta y despreocupada, conversaban y tomaban vino cuando se lo pedían a algún camarero, algunos ya disfrutaban de los exquisitos platos preparados, mientras que otros esperaban ansiosos el que llegara el suyo, la gente era elegante y adinerada, asistían grandes empresarios, hermosas damas como modelos o importantísimas señoras esposas de algún magnate, al igual que famosos de la música o el cine. Ese era el escenario que podía apreciarse una común noche de sábado en el elegante restaurante del Baratie, pero todo este ambiente de comodidad fue transformado de golpe en un inquietante silencio cuando dos figuras masculinas ingresaron al restaurante. Nuestro joven camarero de cabellos rubios los recibió con una sonrisa guiándolos a su respectiva mesa reservada para seis personas, los comensales no podían dejar de seguirlos con la vista, estaban impactados por aquellos dos personajes tan reconocidos en la música coral y en la ópera.

-Aquí les dejo su menú- atendió el camarero con una sonrisa, tendiéndoles dos cartillas forradas de rojo acolchado con el nombre de Baratie en letras doradas luego de que estos dos hombres se acomodaran en la mesa, abrieron la cartilla encontrándose con una amplia variedad de platos escritos en varios menús clasificados en sopas, ensaladas, platos, antojos y postres, todos en su respectiva lista de países a los que pertenecían, y al final otra variedad de bebidas también clasificadas en países, con alcohol o sin alcohol, años de los vinos y jugos naturales de frutas o verduras.

Luego de darle una rápida hojeada a las cartillas, los dos hombres las cerraron diciéndole al camarero que no pedirían hasta que llegaran las otras dos personas a las que esperaban –mientras esperamos, me gustaría pedir un vino Chapoutier, claro, si Croco está de acuerdo- habló el rubio de lentes violetas dirigiéndose con una sonrisa burlona a su acompañante que apagaba su habano en un cenicero que le había alcanzado el camarero ya que estaba prohibido fumar en el lugar.

-no hay problema, es un buen vino- aprobó el pelinegro cruzando los brazos, el camarero asintió con la cabeza dirigiéndose a la reserva de vinos en la parte trasera del restaurante, acomodó su bandeja con dos copas de cristal y la botella de vino envuelta con un pañuelo blanco. Al poco rato regresó a la mesa, les repartió las copas, dejó la botella destapada sobre la mesa y les deseó que disfrutaran la velada para luego retirarse a hacer su respectivo deber en otras mesas, como siempre sonriendo, y mostrando su más amable actitud al encontrarse con damas, pero tuvo que detenerse al escuchar un escándalo proveniente de la entrada, se acercó a ver qué pasaba, era su restaurante así que no debía permitir ningún tipo de molestias a los comensales, era un hombre mareado que le exigía al guardia que le permitiese entrar y éste se negaba rotundamente, el tipo levantaba la voz irrumpiendo la calma que había.

Sanji se puso delante del guardia para intentar tranquilizar un poco al hombre –hey, amigo ¿tiene una reserva?- le preguntó recibiendo una negativa del beodo –entonces no podemos dejarle entrar, lo lamento.

-¡pero yo tengo que entrar!- insistía aquel tipo apretando sus puños – ¡tengo que ver si la puta de mi mujer está ahí!- con esa última frase, la sonrisa amable que conservaba el rubio desapareció por completo.

-lárguese de aquí- ordenó el chico con voz seria.

-¡a mí no me ordena un mocoso!- el tipo levantó un puño intentando golpearle en la cara, pero Sanji logró esquivarlo agachándose, y darle una patada certera en el estómago que lo dejó sin aire, se dobló en dos arrodillándose en el suelo. El chico ordenó al guardia que llame a la policía, éste obedeció marcando su teléfono y Sanji pidió disculpas a los que habían presenciado aquella escena.

Mientras hacía esto, y el guardia explicaba a la policía lo que había pasado, alguien lo llamó por la espalda -Kuroashi-ya- giró la cabeza rápidamente encontrándose con un moreno de ojos grises que lo miraban fijamente acompañados por una sonrisa de lado.

-¿Law? ¿Qué haces aquí?- preguntó el rubio acercándose al otro sonriéndole, era un poco más bajo que él así que lo miraba levantando un poco la mirada – ¿y quién es este niño?- bajó la cabeza refiriéndose al pequeño castaño que se ocultaba tras las piernas del moreno.

-él es Tony-ya, es el nuevo guía de los piccolos

-ah, claro- dijo Sanji recordando que el director lo había felicitado al acabar el ensayo, se agachó a la altura del niño –Hola, me llamo Sanji, también estoy en la orquesta- le dijo sonriendo extendiéndole la mano, el castaño le correspondió al saludo, diciéndole que era un gusto conocerlo. Sanji se irguió de nuevo cruzando los brazos aun sonriendo –jajaja pero que mono es- en ese momento Law se puso a la altura de los oídos de Chopper para susurrarle que vaya entrando al restaurante y que busque a sus padres, el castaño aceptó y corrió a la entrada luego de despedirse del rubio, perdiéndose de la vista de los mayores sonriente – ¿entonces que hacen tan elegantes ah?- volvió a preguntar acomodando con una mano, el cuello de la camisa negra de Law, a lo que éste la tomó atrayéndolo hacia él, haciendo que el rubio se sonrojara un poco –L-Law…

El de ojos grises sonrió diciéndole -¿estoy elegante?- se acercó a su rostro casi rozando narices sin soltarlo, Sanji solo se puso más nervioso ya que estaban en la entrada del restaurante, con una enorme fila de personas observándolos y varias señoritas que sufrían un ataque de colores en el rostro – ¿y?…espero respuesta- decía el pelinegro ya casi rozándole los labios. Sanji despertó de su corto trance, y lo empujó alejándose dos pasos de él, tapándose las mejillas para ocultar el sonrojo que tenía, el moreno solo se cruzó de brazos riendo entre dientes.

-¿p-pero que haces Law?- preguntó aún nervioso el rubio para luego voltear y ver a varias chicas de la fila mirándolo con los ojos totalmente abiertos, algunas cubriéndoselos, otras se tapaban la boca y la nariz, y otras solo con la cara totalmente roja, Sanji volvió a disculparse con todas por ver aquella vergonzosa escena, Law solo le dio la espalda ingresando al restaurante sin decir nada más.

El rubio continuaba disculpándose con cada una hasta que una de ellas le dijo –e-emm…a-al parecer su no-novio se molestó- al escuchar aquello, el color de su cabello no podía contrastar más con el ardor de sus mejillas.

-¿eh? No, no, no, él no, es mi novio- dijo negándose rotundamente hasta que una mujer de más o menos de 23 años lo tomó por el hombro.

-por favor señor, todas lo vimos, así que no pierda más su tiempo, para  nosotras no fue ningún tipo de ofensa para que se disculpe, así que ya no lo haga y vaya con él- le dijo con una enorme sonrisa, y sin decir nada más, Sanji dio media vuelta, e ingresó al restaurante revolviéndose sus cabellos para intentar calmarse, ya adentro no logró ubicar al moreno por ninguna parte, así que caminando cuidadosamente por los rincones llegó al baño, se aseguró de que no haya nadie y se asomó al espejo, estaba algo desarreglado, y comenzó por acomodarse el cabello mientras recordaba lo que había pasado hace unos instantes, *eres un idiota* pensaba recibiendo agua en sus manos para lavarse la cara, ya que la tenía muy caliente aún, se secó con una servilleta y volvió a verse en el espejo. De repente, una de las puertas se abrió dejando ver a aquel individuo que no esperaba para nada, encontrárselo en ese momento.

-L-Law yo…- las palabras se congelaron con solo ver aquella mirada fría que mostraba el moreno acercándose lentamente mientras que el rubio retrocedía, hasta quedar acorralado en una esquina sin poder ir ni a un lado ni al otro, ya no podía moverse, y aquel chico no se detenía hasta que quedó a solo centímetros del rubio, apoyó una mono contra la pared y con la otra le levantó la quijada para tenerlo a solo milímetros de su boca, Sanji cerró los ojos apenas sintió el rocé de sus labios con los de Law, y corresponder a ese suave pero demandante beso de cortos segundos, abrió los ojos lentamente chocando con los orbes grises del contrario, le bajó la mirada con cuidado, aún sin bajar el brazo de la pared como si estuviera esperando algo, pero ninguno de los dos dijo nada.

-Kuroashi-ya- empezó Law recibiendo rápidamente la atención del de ojos azules –esperé todo el maldito día para darte esto y tu…

-está bien, está bien, lo siento- dijo Sanji tapándose la cara, el semblante serio del moreno cambió a una media sonrisa de satisfacción, le bajó las manos al rubio para atrapar nuevamente sus labios con los suyos. Sanji también esperó todo el día por aunque sea un saludo de parte del moreno, pero con todo el problema haber un ensayo seccional de todo los instrumentos, las cuerdas tenían un examen de los repertorios, los vientos una presentación en un teatro de otra provincia, llegaron todos justo a la hora de ensayo de la orquesta que duró hasta el anochecer y de ahí, todos a sus respectivos asuntos. Sanji se fue rápido por el restaurante y Law, tuvo que volar a su casa para preparase para la cena que tendría esa noche, aparte de también alistar al pequeño castaño que tenía a su cuidado durante dos semanas.

Pero al final, los besos que se entregaban el uno al otro en ese instante salvaron todo el día que habían estado distanciados, pero éstos se estaban volviendo cada vez más intensos, hasta llegar al punto en el que sus lenguas gustaban de la cavidad del contrario. Repentinamente, la puerta se abrió cortando aquel momento especial, Sanji se alejó de Law al instante, haciendo a que estaba lavándose la cara y el moreno solo se dispuso a salir de ahí, no sin antes lanzarle una mirada asesina al tipo que había entrado, éste hombre se quedó mirando detenidamente al joven rubio que se secaba la cara con una servilleta, pero sintió que alguien lo estaba quemando por la espalda, giró lentamente hasta encontrarse con una figura oscura de ojos grises que lo estaban matando a través de la apertura de la puerta, el tipo se asustó y tembloroso rápidamente entró a cualquier baño asegurándose por dentro. Law sonrió de lado satisfecho, le dio una rápida mirada a Sanji que acomodaba sus cabellos y camisa frente al espejo, cerró la puerta con cuidado y se retiró del lugar.

…---…---…

En una calle silenciosa y vacía, alumbrada solo por los faroles de luz amarilla, andaba un joven de cabellos verdes con un claro gesto de impaciencia y rabia en su rostro, al parecer, sentía que ya había visto esta calle hace unos minutos, comenzaba a desesperarse y a maldecir a todos por lo que le pasaba. Primero, el nunca aceptó ir a ninguna cena esa noche, segundo, no tenía la más remota idea de con quien o quienes cenaría, tercero, su tutor no le dijo dónde demonios era aquel restaurante, y cuarto, no sabía que rayos tocaría en ese lugar, porque si, la cena era precisamente para verlo tocar, Mihawk había firmado un contrato para una presentación de media hora con un violinista, y Zoro tampoco sabía quién sería su acompañante, debía estar presente a las 9:10 y ya eran las 9:45. Para el colmo de los colmos, no tenía saldo para llamar a alguien, y como no tenía idea de donde se encontraba, no había ni gente circulando por ese lugar, estaba totalmente a merced de la nada. Por suerte el timbre de su teléfono empezó a sonar rompiendo el silencio de la calle, era MIhawk.

-¿Dónde se supone que estás Roronoa?- se escuchaba serio –yo ya me encuentro en la entrada del Baratie.

-eso también me gustaría saber- contestó provocando un silencio incomodo entre ambos, el hombre del otro lado del teléfono no supo que responderle, le gritaría, pero se encontraba en la entrada del distinguido restaurante.

-no te muevas de donde estas- habló el mayor cortando al instante, Zoro obedeció guardando su teléfono en uno de sus bolsillos, pero al poco rato volvió a sonar, contestó de inmediato al ver que era su tutor.

-escucha bien- ordenó el mayor recibiendo una afirmativa del peliverde –camina recto, dos cuadras- el chico obedeció y esperó la siguiente indicación –ahora camina una a la izquierda- así lo hizo –ahora camina tres a tu derecha- poco a poco se encontraba con más gente conforme iba caminando –ahora dobla a la izquierda- obedeció y ahí se encontró con la gran fila de personas que esperaban entrar, cortó su móvil y se dirigió a la entrada en donde se encontró con su tutor de ojos dorados y penetrantes como los de un halcón, el admirable y respetado Dracule Mihawk, pianista y maestro de coro, el tutor de Zoro en su carrera como pianista.

-hasta que por fin llegas- dijo al ver al joven aproximarse, estaba a punto de excusarse con algo pero el pelinegro lo calló –entremos ya, estamos casi una hora tarde- el menor no dijo nada, solo siguió al hombre por detrás, le indicaron al guardia su reservación e ingresaron al finísimo restaurante.

Ya dentro una mesera se acercó y los llevó a su mesa, en la cual ya los esperaban las personas por las que habían sido invitados. Zoro no conocía a los dos mayores ni al niñito que estaba con ellos, no tenía la mínima idea de quienes eran, solo esperaba que su tutor se hiciera cargo. Mihawk se adelantó al peliverde para saludar y poder presentarlo formalmente al ver su cara de desentendimiento total, aunque realmente esperaba que lo hiciera él mismo –Muy buenas noches caballeros, disculpen por el retraso- habló el de ojos amarillos tomando asiento al lado del de abrigo verde, lo mismo hizo Zoro al lado del rubio saludando también con un buenas noches a los presentes.

-no se preocupe Dracule- habló el de lentes violetas –Croco y yo nos la estábamos pasando muy bien- sonrió mientras le daba un sorbo a su copa de vino, lo mismo hizo el contrario luego de darle una recomendación al oído del pequeño castaño que estaba muy calladito hasta el momento.

Mihawk notó que el peliverde no había dicho ni jota luego de sentarse, así que él se tomó las molestias de presentarlo –éste joven es Roronoa Zoro, mi pupilo en la carrera de piano- el joven casi cae de la silla al escuchar aquello, no había creído nunca que su superior lo llamara así “su pupilo”, se sentía raro, pero ahora debía responder por que tenía todas las miradas de la mesa fijas en él.

Se irguió un poco y comenzó –si, Mihawk es mi maestro, y pues…tengo 17 años, practico el piano desde mis 6, y la verdad es que planeo superarlo algún dia- dijo lo último con algo más de seguridad que al principio fijándose en la mirada indiferente que le dedicaba su maestro.

-lo felicito Roronoa- habló el de cabellos largos –su determinación me parece muy valiosa, le deseo suerte, y aprovecho esto para presentar a mi hijo- señaló al niño que empezó a mostrar un leve sonrojo de vergüenza al tener los ojos puestos en él –estudia en su misma academia, y toca la hermosa flauta traversa.

Ahora le tocaba hablar al pequeño recordando lo que su padre le había recomendado al oído hace un instante –emmm…yo…me…me llamo Tony Chopper, tengo…12 años y…

-vaya, vaya ¿pero de que me perdí?- interrumpiendo al niño, o más bien salvándolo de un ataque, apareció un pelinegro de ojos grises a tomar asiento al lado del peliverde que miraba al recién llegado con sorpresa, pero pronto cambio su gesto a uno de alegría, lo mismo hizo el otro devolviéndole la sonrisa. Chopper soltó un suspiró y se recargó más tranquilo en el asiento –buenas noches a todos, Dracule-ya, gusto en verlo- saludó recibiendo la misma respuesta del mayor.

-Law, ¿por qué tardaste tanto? Nosotros llegamos hace casi una hora, el pequeño Chopper nos encontró pasados 30 minutos, nuestro invitados llegaron hace diez minutos y tu recién te apareces- reprochó el rubio mirando algo serio al moreno que no hizo más que ignorarlo magistralmente.

-gusto en verte Roronoa-ya- Doflamingo soportó unas enormes ganas de golpearlo tomando un sorbo de su vino.

-a mí me da el mayor de los gustos- habló Zoro más animado, ahora se sentía más en confianza, hace rato no conocía a nadie, y se estaba poniendo incómodo, pero ahora estaba su amigo de la academia, ahora estaba mejor, pero no sabía cómo es que él estaba ahí o porque, así que preguntó  – ¿y qué haces acá?

-bueno pues, resulta que Donquixote Doflamingo es mi padre adoptivo- a Zoro casi se le cae la mandíbula al oírlo, ¿su padre? ¿Adoptivo?, ahora que lo pensaba nunca había conocido a los padres de Law, entonces, al igual que él, era huérfano.

-Roronoa ¿no conoces a los señores?- preguntó Mihawk algo molesto, Zoro solo negó con la cabeza, el maestro soltó un suspiro para calmarse, no podía creer que alguien tan comprometido en la música no conociera a los grandes que la representaban, y dijo –ellos son, Donquixote Doflamingo y Sir Crocodile, las mejores voces de ópera y coro reconocidos en todo el mundo.

-fufufufu, no es necesario tanto halago Dracule- dijo Donquxote fingiendo modestia, aunque en realidad su ego había aumentado en un 2% al ser halagado por el director de coro. Los tres habían estudiado juntos en la misma academia, y ahora eran los hombres más importantes en la música hasta el momento –señorita, ¿puede servirnos vino por favor?- pidió el rubio a la mesera que pasaba por ahí, en seguida ella aceptó y volvió rápidamente a servirles vino a cada uno, excepto al menor que pidió una gaseosa. Crocodile sugirió que ya era momento de pedir la comida, todos revisaron el menú que les había dejado la mesera a cada uno y escogieron sus platos, al llamar a la mesera ésta les dijo que ella no se encargaba de los pedidos, solo de atención a las comodidades, pero en seguida fue a llamar al responsable.

-Sanji-kun, lo necesitan en la mesa 34- dijo la joven refiriéndose al rubio que entregaba unos platos.

-si en seguida- le respondió sonriéndole y ella se alejó de ahí a atender a personas que ya se retiraban del lugar. El rubio cogió su libreta y plumo y se dirigió a aquella mesa, mientras se acercaba notó que ahora la mesa estaba llena, eso era bueno, aunque habían tardado demasiado, pero cuando ya estaba realmente cerca, se quedó totalmente estático, estaba Law, el pequeño Chopper, el maestro de piano, y…y…¿Zoro?, el marimo ¿estaba ahí?, ya no había vuelta que dar, mientras los observaba, ya se encontraba parado frente a la mesa con las miradas puestas en él.

-Bu-Buenas noches, ya tienen lista su orden- intentó estar lo más tranquilo posible, pero los presentes ahí lo conocían así que debía saludar como se debe, respiro hondo y comenzó –Maestro Mihawk, que sorpresa verlo aquí- sonrió levemente –Law, Chopper y Mari…digo, Zoro, tiempo que no te veo- Law lo miraba fijamente sonriendo de lado apoyando su mejilla en su mano, y su codo sobre la mesa, el peliverde lo miraba con molestia, entendió perfectamente lo que iba a decirle antes, solo le hizo un gesto con la mano como saludo.

-Kuroashi, le presento a Donquixote Doflamingo y a Sir Crocodile- al mesero abrió los ojos como platos, ¿cómo no los había reconocido antes?, se quedó atónito, inmediatamente pidió disculpas, los mayores dijeron que no importaba mucho, era agradable sentirse tratados normalmente, al menos para Crocodile.

-¿y que van a pedir señores?- preguntó ya más tranquilo que antes. Comenzó primero el niño feliz por ver a Sanji, le había cogido cariño, sonriendo pidió un puré de papas con albóndigas, el rubio lo anotó y esperó la siguiente orden.

-yo deseo Raviolis de carne a la Bolognesa- pidió Sir Crocodile,

-está bien, ¿usted Don Quixote?- se dirigió al rubio mayor, y éste ordenó una langosta bien cocida, Sanji lo anotó y esperó a los demás, Mihawk pidió una paella de mariscos –¿y ustedes?- preguntó a los dos sobrantes de sus compañeros de la academia.

-dame unos onigiris- pidió groseramente el peliverde, Sanji hizo una mueca de molestia, pero no podía reclamar nada, el cliente era el cliente, luego espero a la orden de Law.

-¿y tú que pedirás Law?- preguntó con algo más de amabilidad y más sonriente que a los demás, detalle que Zoro no pudo evitar notar dirigiendo una rápida mirada al rubio y luego al pelinegro, tenía el presentimiento de que algo pasaba entre esos dos, aunque, a él que le importaba ¿no?, no, no le importaba, pero Sanji nunca lo había tratado así, era normal ya que pianista y violinista no se llevaban bien, pero esa reacción con Law lo estaba molestando y no quería aceptarlo, simplemente no debería importarle.

Law se cruzó de brazos sobre la mesa le sonrió una vez más al rubio y dijo –tráigame lo que usted quiera Kuroashi-ya- Sanji quedó sonriendo pero con una rabia inmensa dentro de él, ¿que respondería?, sentía como todos lo miraban extrañados, solo pudo decir que enseguida traía sus órdenes y se retiró si dejar de sonreír. Zoro observó que Law aún conservaba una sonrisa algo boba en él, y decidió darle un golpe en el brazo para llamar su atención, en seguida sus ojos grises se encontraron con la mirada confundida del peliverde, solo la dedujo como si quisiera decir: “¿pero qué pedo?”, Law soltó un suspiro, para solo sonreírle y decirle –por cierto Roronoa-ya ¿no tenías que tocar?- Mihawk casi se atora con el vino por el susto, lo habían olvidado, en seguida el pianista de ojos penetrantes marcó un número en su teléfono, era el violinista que se supone debía acompañar a Zoro en el escenario, pero éste dijo que tenía un inconveniente y no vendría a tocar, estaban en problemas, tenían una contrato firmado, entonces se le ocurrió una idea brillante.

-¿Cómo lo sabias?- preguntó el peliverde a su compañero más despreocupado que su tutor, a lo que el pelinegro respondió que Doflamingo estaba ansioso de ver tocar al mejor alumno de Mihawk, para probar si realmente era un buen maestro, y sabían que tocar a dúo era más difícil ya que debía coordinar muy bien la armonía, y mucho más difícil si era con un violín. Ahora Zoro lo comprendía todo, pero si ya no estaba ese violinista no tendría por qué tocar, se sentía más orgulloso, los planes de su tutor habían fallado, pero él no se rendiría, no, Doflamingo no se reiría de él, ya lo escuchaba diciendo que sin violinista la cosa no sería interesante, y pensando en cómo lo solucionaría se le ocurrió aquella brillante idea.

-ya están listos sus pedidos- informó la voz del joven que los atendía acompañado de otro mesero que lo ayudaba con todos los platos pedidos, los Ravioles estaban en su punto cubiertos por un manto rojizo con pedazos de carne desmesurada, la langosta con solo verla podía deducirse que estaba realmente crujiente si se la mordía, aun tenia burbujas de aceite que demostraba lo fresca que estaba, el puré de papas era apetecible con solo verlo con aquellas bolitas de carne con pedazos de cebolla verde sobre la blanquecina textura y suavidad del puré, la paella estaba recién salida de la cacerola, con un aroma que llamaba la atención de cualquiera que pasaba cerca, los onigiris lucían exquisitos y bien hechos, al tomarlos por la cubierta de alga se sentía su suavidad y al morderlos, una ciudad de arroz en la boca, y el último plato era algo especial, era carne de pollo, res y pescado recién salidas del Wok, con huevos salteados si yema, junto a vegetales como el repollo, apio y zanahorias que brillaban por la salsa de soja que cubría al plato entero.

-mmmm… ¿qué es ese plato joven?- preguntó Crocodile observando su rareza, nunca lo había visto antes, y no solo era él, la gente también se había fijado en él, y empezaban a murmurar alrededor, Law le dedicó una sonrisa al rubio sintiéndose superior al ver que nadie más sabia de su comida.

Sanji se sintió feliz de que su plato gustara y al rato respondió –ese plato es un Chop suey, casi nunca piden ese plato ya que es algo desconocido, es cocinado en un Wok, pero les aseguro que es delicioso. Espero que disfruten su cena, provecho- Sanji ya se retiraba pero enseguida alguien lo detuvo.

-Kuroashi- el rubio dio media vuelta para atender al maestro pianista que lo estaba llamando.

-¿si? ¿Hay algún problema?

-eres un muy buen violinista ¿cierto?- Preguntó Mihawk recibiendo una afirmativa de parte de Sanji con algo de vergüenza, en cambio Zoro casi escupe su onigiri adivinando cual sería la ocurrencia de su maestro – ¿te gustaría tocar con Roronoa unas tres piezas?-

-¿qué?- Sanji no se imaginaba compartiendo su arte con alguien tan detestable como el marimo, y por la cara que había puesto éste se notaba que tampoco estaba de acuerdo.

-fufufufu, será mucho más interesante ahora- dijo el rubio de la ópera –así veremos cómo está la educación en la academia ¿no les parece brillante?- no, para los dos jóvenes no era brillante, ni tampoco para el tercero, Law se puso serio al oír esa propuesta, y para empeorarlo Crocodile estaba totalmente de acuerdo apoyando la idea, el niño solo dijo que sería bonito ver tocar un piano y un violín, sería la primera que presenciara una obra así.

-Kuroashi, si tocas, le pediré a Shanks que te conseguirte un pase para que conozcas a LIndsey Stirling en persona.

-ACEPTO- con solo oír el nombre de esa dama, una verdadera musa para tocar el violín,  realmente hermosa y talentosa, tocaba como toda una profesional mientras bailaba también como toda una profesional, era digna de admirar, y Sanji no podía desperdiciar esa gran oportunidad, además ¿qué era tocar tres piezas con el marimo?.

-no, yo me rehúso- se levantó de golpe el peliverde asustando a todos, en verdad, no compartiría escenario con el cejillas, Mihawk le dijo que se calme mientras pensaba en como compraría a Zoro, pero no se le venía nada a la mente, Sanji seguía fantaseando en Lindsey Stirling sin tomarle atención al otro.

-Roronoa si tocas, te prometo que llamaré a Kuina para que venga a visitarnos- de repente, Zoro, se calmó y guardó silencio por unos segundos, si su prima vendría, le mostraría todo lo que había mejorado y quizá ella le enseñe algo nuevo.

-de acuerdo- había aceptado, los presentes estaban emocionados, sería algo totalmente nuevo para los dos, pero a cambio de algo que les convenía, así que ya no había conflicto, excepto por cierto pelinegro que tenía una cara de aparente indiferencia, pero en realidad estaba totalmente en desacuerdo con lo que vendría, ¿celos? Si, eran celos, Sanji tocaría con Zoro, los dos eran muy buenos y aunque todos creerían que es algo ridículo molestarse por ver tocar a tu pareja con otra persona, pues, para un músico era como ver una clara infidelidad, y peor si Law se enamoró de Sanji precisamente por que tocó dos piezas con él en una presentación en un teatro, hace un poco más de un año.

 

Notas finales:

Chapoutier.- Vino del valle del Róndano, Francés (es rico, en serio)

Chop suey.-  Plato Chino, "trozos mezclados" consiste en carnes, verduras con arroz blanco al vapor. (its delicius, lo probé en un restaurante)

Wok.- tipo de sartén de mas o menos 30cm de diametro hecho de metal.



Jajajajaja, que dijeron? KidLaw? ZoSan? noooo LawSan señores!! jajajaja pero no por mucho tiempo, espero les haya gustado el cap, nos vemos

chauuuu


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