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Infidelidad Inducida por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos se que esta es la historia más esperada por muchos, desafortunadamente he caído en la terrible falta de inspiración y la verdad fue muy difícil terminar este capítulo, pero en fin espero que les guste. 

 

Los días pasaron con velocidad, sin embargo era cada vez más difícil para el cantante ocultar su precario estado de salud. Los dolores eran insoportables y más frecuentes, era increíble que nadie los hubiera notado, en especial el tecladista de NG.

- Esto no puede seguir así - declaro casi a gritos el americano que miraba como su protegido se doblaba ante el dolor.

- Estoy bien K - afirmo el menor, intentado sonreír, lo cual era muy difícil, pues sentía como si algo le torciera los huesos, mismo que lo obligaba a sujetarse de todo para poder caminar.

- LIE! - grito con toda la fuerza posible - Estas empeorando cada día y lo más preocupantes es que no sabemos a que nos enfrentamos, porque no has querido ir a recoger esos análisis.

- Es que no creo que sea para tanto - el cantante intentó quitarle importancia al asunto, pero fallo miserablemente ante su manager.

- Mirate - grito el rubio - Estas a punto de desmayarte a causa del dolor - lo miro con un deje de enojo - Hasta cuando vas a dejar de ser tan infantil, tenemos que hacer algo y lo primero es contárselo a Thouma.

- No - grito el azabache - El tiene muchos problemas en estos momentos, - bajo la mirada avergonzado.

- Al demonio contigo - grito el manager - Esto se acabo Shuichi - la mirada del rubio era bastante sería - En vista de que estas actuando como un crio tendré que tomar medidas - declaro - Y como no pienso ser cómplice de algo tan grave como esto, lo primero que haré será decírselo a Thouma.

- No - se apresuró a decir el menor intentando alcanzar al rubio, que estaba por salir de la habitación, pero el dolor lo ataco y cayo en los brazos de este.

- Becareful! - los rápidos reflejos del americano, alcanzaron a atrapar al cantante, al tenerlo entre sus brazos pudo sentir los espasmos.

- Por favor - pidió el menor casi llorando,- No le digas a Thouma.

- Lo siento Boy - el manager alejo a su protegido - Te lo advierto, le dices tu - enfatizo, señalando al cantante - O lo hago yo - declaro con mucha firmeza - Tienes hasta mañana a esta misma hora.

El americano salió del estudio, dejando sólo al menor, que no pudo más que hacer que sentarse en uno de los sillones de la sala, sus lágrimas mojaban sus mejillas, por lo visto no había opción y por lo que sabía, K no se andaba con rodeos, cuando prometía algo lo cumplía.

- Debo hablar con Thouma -

Con calma se levanto, sin embargo el dolor lo hizo quejarse, con mucha dificultad se encaminó a la oficina de su pareja, la cual para su mala suerte se encontraba en el último piso del edificio.

En cierta forma tener que confesarle la situación a su novio, no le generaba gusto, especialmente porque el rubio tenía ciertos problemas con la apertura de NG Records Europa y se veía muy atareado pues las cosas se veían atrasadas.

El elevador se detuvo en el último piso de aquel edificio, con dificultad el azabache camino hasta llegar a la oficina principal. El dolor había aumentado, era casi un milagro que hubiese podido llegar hasta ahí, con temor toco a la puerta, recibiendo al instante la indicación de entrar.

- Thouma - saludo el menor cuyo sudor era un indicador de su malestar.

- Hola cariño - saludo el mayor sin apartar la mirada de los documentos que firmaba, ni por un segundo.

Debido a todo el trabajo que implico la formación de una nueva casa disquera en otro continente, el tecladista estaba desconectado del mundo, hasta el punto de no haber percibido como su pareja empeoraba con el paso de los días.

- Thouma... Necesito hablar contigo - pidió comenzando a respirar con mayor dificultad.

- Perdona cariño - se disculpó el mayor que con velocidad, comenzaba a guardar unos documentos en su maletín, ajeno a las reacciones de su pareja - Tengo una junta ahora mismo, con unos accionistas - miro su reloj - Y ya voy tarde.

- Por favor Thouma - pidió el menor que siguió con la mirada al rubio que con velocidad se dirigía a la puerta - No te quitare mucho tiempo - lo sujetó por la mano.

Para el empresario había sido una semana muy difícil, entre acuerdos, transferencias, viajes, contratos, pagos, entrevistas, entre otras cosas; tanto era el estrés de su atareada semana, más lo nervioso que se encontraba, todo eso logró que su carácter estallara y terminara por decir cosas que pronto lamentaría.

- Shuchi - hablo con seriedad - liberandose del agarre de su pareja visiblemente molesto - No tengo tiempo, esta junta es muy importante hablemos mañana - a pesar de ver de frente al azabache no fue capaz de percibir su estado.

- Por favor - rogó el menor sintiendo que su cuerpo estaba por ceder ante el dolor - Te juro que no te molestaría si no fuera importante - intentó abrazar a su novio sin esperar la horrible reacción que recibiría.

- Basta - el rubio empujo al azabache, en esta ocasión en verdad estaba molesto - Deja
de ser tan egoísta Shuichi - declaro sin delicadeza alguna, pronto su famoso carácter salió a flote y sin medir sus palabras ataco, con la intención de herir con creces - Ahora comprendo a Eiri, en verdad que eres una verdadera molestia.

Un enorme silencio invadió la habitación, el cantante miro con desconcierto en su pareja quien mantenía su gesto de molestia.

- Que bien ahora en verdad llegare tarde por tu culpa - el tecladista no fue consciente, pero esas palabras fueron la cereza del pastel - Ya estarás contentó.

El rubio abandono visiblemente molesto la habitación, cuando el menor se vio completamente sólo, las lágrimas empezaron a bajar por sus ojos. Su supuesta pareja lo había herido de una forma más profunda que el escritor.

Si bien estaba consciente que no era un santo, pero tampoco era una especie de desgracia andante, que sólo buscaba a quien fastidiarle la vida. Su gesto de dolor cambio por uno de enojo, con brusquedad secó las lágrimas de sus ojos, jurándose a su mismo jamás volver a llorar, por alguien que no lo mereciera, salió de la oficina del rubio y llamo a su manager.

- K - hablo con normalidad - Quería pedirte un favor - pidió tratando de sonar lo más normal posible, aunque en el fondo ardía de rabia, su manager no tenía la culpa de nada - Iré a recoger los análisis mañana, Puedes acompañarme.

A la mañana siguiente, el cantante de encontraba recibiendo noticias de su condición, para su fortuna no se trataba de ninguna clase de cáncer, enfermedad degenerativa o auto inmune. Sin embargo nada explicaba sus tremendos malestares, su médico lo canalizo con un especialista que muy probablemente podría descubrir que causaba su dolor, así que en menos de una semana viajaría a los Estados Unidos.

Días después se vivió un ambiente un poco tenso, especialmente para el cantante pues desde su pelea, el empresario parecía estar molesto con el, a causa de un pequeño problema en su junta, a la cual según sus exactas palabras "Por tu culpa, NG Récords Europa, estuvo a punto de venirse abajo".

El cantante había intentado mejorar las cosas, trato de decirle a su pareja acerca de su viaje por motivo de salud, pero si algo tenía que reconocer era que Thouma era mil veces más orgulloso que el escritor y lograr que lo escuchara era casi imposible.

Su viaje a América era esa misma noche, sería su única oportunidad de hablar con el rubio sobre el tema, además aún por encima de todo lo ocurrido lo amaba y saber que contaba con su apoyo, lo ayudaría a enfrentar lo que fuese que significará su condición. Sin embargo estaba perfectamente consiente que este sería el último esfuerzo por mejorar las cosas, no cometería los mismos errores de su antigua relación, si el tecladista continuaba con su actitud hermética, dejaría las cosas por la paz, aceptaría la realidad tal cual era, incluso si significa que nuevamente nunca fue amado, seguiría con su vida y si el empresario salía de ella, no habría problema.

- Thouma - grito el menor intentando alcanzarlo por el pasillo - Puedes esperar un segundo.

- No - sentencio el mayor - Tengo un junto en 20 minutos y no volveré a llegar tarde por tu culpa... Otra vez- por lo visto, su trabajo lo estaba agobiando - Mejor ve a ver que puedes hacer, ve a molestar a Nakano o a quien encuentres - tomó su celular para hacer una llamada - Si puedo te llamo más tarde.

El empresario avanzo por el pasillo dejando al cantante sólo, quien suspiro con pesadez ante la situación, aquello significaba el fin de todo, no deseaba volver a involucrarse en una relación tóxica.

- So... What's happen? - el americano saludo con tranquilidad, al ver la escena previa.

- Todo acabo - fue la simple respuesta del azabache - No hay más que hacer.

- No seas pesimista - el rubio intentó animar a su protegido, las cosas no estaban tan mal verdad, mentira, las cosas ya se habían ido al caño, todo por culpa de lo ciego que era su jefe - Tal vez cuando regresemos de América - opino al fin no era un hombre que se rindiera fácilmente - Podrás hablar con el.

- No - la rápida respuesta del menor, sorprendió al amante de armas, esa si que no se lo esperaba - No vale la pena - sonrió con ternura genuina lo cual era increíble tomando en cuenta la situación - No es buena idea hacerme ilusiones, no necesito una nueva decepción en mi vida.

El americano miro a su protegido con incredulidad, para después serenar su rostro, por dentro sentía mucha tristeza por todo, era evidente que el corazón del cantante había cambiado. Cuando fue pareja del escritor, estuvo dispuesto a todo con tal de que aquel amor perdurara, sin embargo las cosas nunca funcionaron, a raíz de esa experiencia y lo sucedido con el empresario no era de extrañarse lo que sucedía.

Sin que estuviese consciente de ello, Shuichi había empezado a crear barreras en su corazón, mismas que lo protegerían pero al mismo tiempo le harían desconfiar de todo aquel que intentará acercarse a su persona con fines amorosos. Yuki Eiri se llevo la ilusión y Thouma Seguchi la confianza que un corazón puro posee normalmente. Aquello era difícil, pero así era la vida, a través de las diversas experiencias te va quitando un poco de todo.

- Cambiando de tema - se apresuró a decir el rubio, lo mejor era que su protegido no pensara demasiado en sus desventuras amorosas - Ya estas listo para el viaje a Estados Unidos.

- Si, no te preocupes - el cantante restó importancia al asunto - Ya tengo todo listo.

Ninguno dijo nada más simplemente comenzaron a avanzar al estudio, ya que aún faltaban una hora para terminar su jornada. Sin embargo ninguno fue consciente que... Unos metros atrás parte de su conversación llego a oídos de alguien, al menos la situación del viaje a tierras americanas.

Durante el resto de la tarde la mente del empresario estuvo perdida, ni siquiera fue capaz de concentrarse en su más reciente negocio, pero como hacerlo tras escuchar la conversación de ese par, pero más que nada las palabras de manager.

"Ya estas listo para el viaje a Estados"

El cantante iba a salir del país o al menos eso fue lo que escucho de aquella charla, no entendía nada, pero es que ni siquiera estaba enterado de aquello; acaso Bad Luck tenía alguna presentación en tierras americanas, porque de ser así sería el primero en saberlo.

- Esto es demasiado extraño - pensó el rubio que acababa de llegar a su oficina - Llamare a Shuichi - con rapidez tomó su móvil y marco el número, pero grande fue su respuesta al escuchar lo siguiente.

"El número que usted marco, se encuentra apagado"

- Estará dormido? - se pregunto mirando el reloj, ya eran más de las 10 - Llamare a K, el podrá darme respuestas.

El empresario marco ahora el número del americano, afortunadamente este si daba marcación, espero unos segundo a que la persona contestara.

- Mr. K - contesto finalmente el americano.

- K - respondió al instante el tecladista - Que sucede?, Bad Luck tiene alguna presentación en Estados Unidos? - la siguiente parte fue como un reclamo o mejor dicho como una exigencia - Porque te pedí que me informarás en casos donde Shuichi, tuviera algún compromiso fuera de la ciudad y más aún del país.

El manager escuchaba atentamente el monólogo de su jefe, sonriendo con pena ajena, ese hombre en verdad era increíble; en cierta forma su protegido tenía pésimo gusto a la hora de escoger a sus parejas, el cantante siempre terminaba con hombres con grandes conflictos personales, que a la larga se convertían en un peligro para su propio bienestar físico y emocional.

- Thouma - la voz sería del americano capto la atención del empresario, por lo visto algo sucedía - Por que ahora actúas como si te importara? - aquella pregunta fue muy extraña para el tecladista.

- K - respondió con ironía, como si estuviese hablando con un niño pequeño - Shuichi es mi pareja, es normal que me preocupe y quiera saber todo lo que le sucede.

- Ha... - la respuesta sarcástica del manager fue muy extraña pero más aún lo siguiente - Lo que digas Thouma, - la voz del americano cambio por una de seriedad - Al final cosecharás lo que sembraste y tal vez más pronto de lo que te imaginas - se escucho un ruido al fondo - Ya debo irme.

- No K... Espera... -igual tarde la llamada finalizo y el tecladista se quedo con la palabra en la boca, - Intententare llamar a Shuichi otra vez.

El empresario intentó localizar a su pareja, pero el mensaje que escucho antes volvió a aparecer; lo mismo sucedió al cabo de tres días y el rubio estaba a poco de volverse loco de la preocupación. No sabía nada del azabache, lo cual era preocupante ya que al parecer, era el único que desconocía los motivos de su viaje, pero las cosas estaban por empeorar.

Una semana después el empresario terminaba su jornada de trabajo, ya se encontraba en la recepción dispuesto a abandonar el edificio, cuando se topó con alguien nada agradable en ningún aspecto.

- Por que tan demacrado, Thouma? - el tecladista conocía esa voz, esto tenía que ser una broma.

- Eiri - saludo con falsa amabilidad, detestaba a ese tipo más que nada en el mundo.

- Luces terrible - el escritor prefirió no saludar al mayor al final, no le agradaba y no era necesario fingir lo contrario.

- Puedo ayudarte en algo? - pregunto el de ojos esmeralda, manteniéndose a la defensiva si el tipo estaba ahí, algo no estaba bien.

- Que humor el tuyo - se burlo el menor dispuesto a atacar y sabía las palabras exactas para ello - Que sucedió, problemas de pareja - mostró una sonrisa de burla - Si gustas puedo darte algunos consejos con respecto a Shuichi.

- Así que ya lo sabes - afirmo el empresario, aunque le sorprendía que su antiguo familiar supiese de la relación que mantenía con el cantante, prefería abordar de frente la situación, especialmente para dejar algo en claro "Shuichi era suyo"

- Si, Mika me contó todo - levanto las manos - Después de sacarme dinero, pero si ya lo se -miro a su ex cuñado con un gesto frío - Por lo que recuerdo el trato era que te prestaría a Shuichi unos días, jamás dije que podrías quedártelo.

- Tu cinismo es increíble - menciono el tecladista con enojo encubierto.

- Mira quien habla de cinismo - miro con una enorme sonrisa al mayor - El exponente más grande de dicha corriente - al notar como el ojos esmeralda comenzaba a enfurecerse continuo - Vamos no te enfades, además no estoy aquí para reclamarte ni nada.

El menor avanzo por el lobby admirando la decoración, siendo observado con mucho cuidado por el dueño del edificio, que casi de inmediato trataba de adivinar las intenciones del escritor.

- De hecho quiero agradecerte - soltó con una sonrisa tan falsa que a cualquiera le hubiese dado terror - Por haberme quitado de encima a esa plaga - suspiro ampliamente como si se liberará de una especie de maldición - No tienes idea del favor que me has hecho.

- Acaso me crees tonto Eiri - soltó el mayor que jamás creería algo como eso - Tu no eres de los que se rinde fácilmente, especialmente con ese ego tan inflado que tienes - se burlo de lo predecible que era el menor - Sólo buscas crear discordia entre Shuichi y yo.

- No puedes culparme por intentarlo - el menor se burlo con creces, sin embargo se esperaba algo así, el tipo ante sus ojos no era fácil de engañar - Pero si hay algo que tal vez deberías considerar - mostró una sonrisa siniestra - Cuanto durara?

El empresario miro al menor con extrañeza a su ex cuñado, tenía que estar bromeando.

- Es en serio - opino el escritor con deje de superioridad - Tan sólo piénsalo, Shuichi estuvo a mi lado poco tiempo considerando el supuesto gran amor que me tenía - comenzó a caminar para acercarse al mayor - Por lo visto ese sentimiento le duro muy poco - río recordando las cosas - Especialmente tomando en cuenta todo lo que hizo por mantenerme a su lado - señalo al empresario con burla - Incluso acepto convertirse en tu puta personal, sólo porque yo de lo pedí.

- Si vuelves a referirte a Shuichi de esa manera, te juro que voy a usar todo mi poder y contactos para destruirte - amenazo el empresario que mantenía su eterna sonrisa, aunque por dentro estuviera más que furico.

- Tranquilo, no son necesarias tus amenazas, yo sólo quería advertirte - comenzó a caminar a la salida pero se detuvo un instante - Considéralo, tu conoces mejor que nadie como es la vida de un cantante famoso.

El menor sonrió sonrió esperando que la broma hiciera explosión en el momento y por lo visto su plan funciono, pues logró ver un pequeño titubeo en la cara del empresario, lo que le permitió dar el golpe de gracia.

- Muy a pesar de lo que tu piensas - lo miro de arriba había abajo - No eres el puto amo del universo, siempre habrá personas mejores que tu - levanto los hombros - De aquí en más estarás siempre en guerra con todo un tsunami de pretendientes que desean el afecto de Shuichi - río recordando el pasado - Si lo sabré yo... - con los dedos empezó a numerar - Cantantes, empresarios, modelos, diplomáticos y la lista sigue.

La semilla de la duda estaba siendo sembrada en el corazón del tecladista, que aunque no lo expresaba abiertamente su corazón comenzaba a temblar ante el miedo.

- No vamos tan lejos los mismos Hiroshi y Ryuichi siempre han estado enamorados de Shuichi - se burlo del mayor con descaro - Tienes al enemigo más cerca de lo que crees - se acomodó el cabello con elegancia - Yo no sentía nada por el mocoso, así que no me importaba pero tu... - miro al de ojos esmeraldas - Estas listo para una eterna batalla por el amor de Shuichi, una que estallara cuando hago una declaración para anunciar el fin oficial de nuestra relación - negó con la cabeza sonriendo sentía lástima por el tipo ante sus ojos - Te deseó suerte la tienes difícil - fueron sus últimas palabras antes de abandonar el edificio orgulloso de sus acciones.

El tecladista miro al menor abandonar el lugar, al verse sólo tomó de inmediato su celular para llamar a su pareja, obteniendo los mismos resultados de días antes. Después de lanzar un largo suspiro de pesadez, se dirigió al estacionamiento para así volver a casa.

El empresario llego a su casa con un gesto de tranquilidad, se acercó hasta la mesa de su sala, para sentarse había sido un día muy pesado y pronto esa seriedad desapareció al instante, convirtiéndose en ira.

- Maldita sea - grito el rubio golpeando la mesa con los puños.

El pobre mueble término recibiendo todo el enojo del tecladista, cuyos ojos ardían; por mucho que quisiese mandar al demonio a su ex cuñado, este tenía razón.

Shuichi era una estrella de talla internacional, con infinidad de pretendientes en cada esquina, mismos que hacían de todo con tal de llamar su atención, el mismo fue testigo de como a la disquera llegaban extravagantes presentes para el cantante. En ese entonces aún era pareja del escritor y sus valores fueron más fuertes que cualquier cosa, pues aunque su antiguo familiar no lo mereciera, le fue fiel en todo momento.

Sin embargo no era el cantante quien le preocupaba, sino todo los desgraciados que lo rodeaban, incluyendo a Nakano y Sakuma. Considerando el extraño viaje que su pareja tuvo que realizar por motivos desconocidos, el empresario decidió que no iba a esperar más y a la mañana siguiente, abordó el primer avión para buscar al menor.

Al llegar a tierras americanas, no dudo en usar sus múltiples influencias y contactos para localizar el paradero de su pareja, este último se encontraba en un modesto Penthouse cerca de la Quinta Avenida, no le tomó mucho tiempo en llegar, pronto estuvo frente a la puerta y toco de inmediato.

- Ya voy - el corazón del rubio día un salto de alegría al escuchar la dulce voz de su amado - Si diga - la cara del menor se sorprendió al ver al empresario en la puerta de su casa - Thouma?

- Hola cariño - saludo el rubio ingresando al departamento, al mismo que depositaba un beso fugaz en los labios de su pareja.

A los ojos del empresario su pequeño no parecía muy feliz de verlo, de hecho el menor lucía bastante "molesto"; lo cual era extraño, especialmente porque el menor lo miraba con cierta molestia.

- Que sucede Shuichi? - mostró una sonrisa tratando de aligerar el ambiente - No... pareces feliz de verme.

- De hecho - contesto el cantante cruzando los brazos visiblemente molesto - Quisiera saber, que hace aquí Sr. Seguchi?

Para el empresario fue muy extraño que su pareja lo llámase por su segundo nombre, sin embargo supuso que se trataba de alguna clase de juego, de esos que siempre hacían antes de terminar en la cama hasta el siguiente día.

- No es obvio - el rubio intentó sonar lo más seductor posible - Como buen jefe que soy, he venido a verificar como se encuentra mi empleado estrella.

- Es en serio - comento el menor cruzando los brazos, mostrando una cara de enojo, esto tenía que ser una broma - A que ha venido?

- Shuichi? - llamo el mayor acercándose hasta este para darle un nuevo beso, pensado que eso era lo que había falta para normalizar las cosas.

El rubio se acercó con lentitud hasta el menor, ya listo para darle un apasionado beso, sin embargo cuando estuvo por unir sus labios con los del cantante, el silencio de la habitación fue interrumpido por un fuerte.

PLAFF...

El empresario estaba con los ojos abiertos como platos, con lentitud llevo su mano hasta su mejilla, la cual comenzaba a tornarse roja a causa de la fuerte bofetada que su pareja le propinó.

- Crees que puedes jugar así con mis sentimientos - grito el más joven con evidente enojo en sus facciones, ya que se sentía ofendido por el actuar del rubio - Y que te perdone así de fácil - ahora ya no habla más bien gritaba.

El enojo domino al joven cantante el cual comenzó a empujar al ex tecladista fuera de su departamento, este último estaba en verdad confundido y por más que trataba de hablar las palabras no salían de su boca, además no es que tuviera mucha oportunidad de hacerlo, ya que en una abrir y cerrar de ojos ya se encontraba fuera del lugar.

- Shuichi - llamo logrando conectar su lengua con su cerebro - Que rayos te sucede? - pregunto con un tono bastante alto, lo que provoco mayor enojo en el menor.

- Yo no soy ningún juguete, Thouma Seguchi - declaro desde el marco de la puerta misma que sostenía con la mano izquierda, mientras que con la derecha señalaba acusadoramente al rubio - Y... Nunca vuelvas a acercarte tanto - grito con fuerza - Especialmente sin mi permiso.

La conversación llego a su fin, pero no porque sus participantes ya no tuvieran más que decir, sino porque el más joven término por cerrar la puerta, justo en la cara del empresario quien ante tal acción exploto como loco.

- Que demonios te pasa Shuchi? - pregunto gritando y golpeando la puerta con fuerza - Porque de ser así, créeme... Esos arranques de diva no te quedan.

A pesar de los ataques del empresario, el cantante no pareció preocupado ya que evito contestar.

- Parece que te va muy mal - una voz saco al tecladista de su enojo y al girarse se topó con la imagen del manager americano que sonreía como una hiena, por lo visto fue testigo de todo el drama.

- K... Tu sabes que es lo que le pasa? - el rubio se encontraba señalando la puerta, para reafirmar sobre la persona por la que preguntaba - Esta muy extraño.

- Si hola K, como estas? Me da mucho gusto verte también - el americano lanzo múltiples sarcasmos, dándole a entender al empresario que antes que nada lo correcto era saludar.

- Discúlpame - pidió el tecladista - Me han sucedido tantas cosas en estos días, que mi mente está como perdida - explico con calma mientras en su rostro se lograba ver un gesto de tristeza.

El amante de las armas llevo a su jefe a un café cercano, argumentando que el pasillo no era el mejor lugar para entablar una plática. Cuando se encontraron cómodos y disfrutando de una buena taza de café, el tecladista pudo contarle al manager, de su pequeña charla con su antiguo familiar, la reciente pelea con el cantante unos momentos atrás y lo confundido que se encontraba con todo, ya que no lograba entender el comportamiento de su pareja.

- En cierta forma - el americano tomó la palabra, un poco decepcionado del otro rubio - No se que es lo que me preocupa más, el hecho de que no tengas ni la menor idea de lo que hiciste para hacer enojar al chico - lo miro con cierto deje de burla - O que estés pensando en considerar las palabras de ese escritor de quinta.

- Y que quieres que piense? - pregunto el empresario con una mueca de preocupación - Mi pareja se va del país sin siquiera decirme sus motivos y ahora me trata como un perro sarnoso.

- Y no has pensado que tu tienes en parte culpa por lo que está sucediendo - pregunto el rubio señalándolo con la cuchara de su café.

- Debes estar loco - declaro el de ojos esmeralda - Yo no he hecho nada.

- Como tu digas - el manager levanto sus manos, en serio esto era como hablar con una roca, sin embargo conocía muy bien al tipo y sabía que sólo había una opción por delante.

Con delicadeza saco de entré los bolsillos de su ropa una pequeña memoria, la cual coloco sobre la mesa para después acercarla hasta el empresario, quien miraba con cierta confusión la situación.

- Escucha Seguchi - el americano busco su tono más serio - Voy a darte una pequeña ayuda en ambos problemas - con ello realizo el ademan con su mano, haciendo una especie de comillas en el aire - La memoria tiene algunos vídeos, que creo deberías ver, aclararían un poco el panorama de lo que está pasando.

El empresario tomó el dispositivo entre sus manos, aún sin comprender lo que es nada, al mismo tiempo el manager se levanto de su lugar para colocar un billete sobre la mesa, la cual cubría lo consumido por ambos hombres perfectamente, después se dirigió a la salida no sin antes.

- Y con respecto al escritor - se detuvo hablando aún de espaldas al empresario - Si yo fuera tu... No tomaría en consideración lo que el tipo habla - río un poco ante lo predecible que era Yuki Eiri - En estos momentos se encuentra dolido y aunque asegure no amar a Shuchi, la realidad es todo lo contrario - miro a su jefe con determinación - Si estoy en lo correcto, hará todo lo que esté en sus manos para dañar a los dos - continuo su avance - Allá tu si se lo permites.

El tecladista observo con atención el instante en el que el manager abandonó el establecimiento, lanzo un gran suspiro para después mirar el pequeño dispositivo en sus manos, sólo esperaba que aquel aparato en verdad pudiese aclarar sus dudas, porque aunque intentase parecer lo más normal posible, el desprecio de su pareja lo estaba matando.

- No voy a renunciar a ti Shuchi - declaro con mayor determinación que nunca - Antes muerto - con esas últimas palabras abandonó el lugar.

 

Notas finales:

Bueno ese fue el capítulo o al menos lo quei cerebro fue capaz de producir, especialmente porque mi idea era que fuese lo más cercano a la realidad y como todoa sabemos el mundo real no es color de rosa. Además a mi pareja le faltaba un poco de discordia entre ambos, en fin espero que les guste la continuación.

 

Pposdata: no hay fecha establecida para la continuación, (gracias musa, por irte de vacaciones) 

por cierto el foro se se ve muy apagado, den señales de vida. 

 

LORD GRIM


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