La noche avanzaba lentamente por la ciudad, sin embargo en esa ocasión la luna nunca hizo acto de presencia, parecía como si aquel astro estuviese de acuerdo en que lo que sucedía en un lujoso Pent-house debía quedarse oculto en la oscuridad.
-Ahhhh… Thouma – Shuichi gemía lentamente al sentir la lengua de sus jefe pasar por todo su cuerpo desnudo concentrándose en ciertos puntos en los que era extremadamente sensible, extraño ya que jamás imagino que aún lo recordara.
-Shuichi – lo llamo el rubio que estaba en iguales condiciones desnudo y extasiado de poder compartir nuevamente su lecho con el pequeño cantante que lo volvía loco.
Ninguno entendía cómo es que ambos terminaron en la casa del tecladista, pero siendo honestos no parecía importarles ya que estaban únicamente entregados al placer. El rubio estaba mordiendo uno de los pezones del menor, mientras que con su pulgar estimulaba el otro, llevaban unos cuantos minutos jugando, disfrutando de su compañía y sus cuerpo; la fina capa de sudor que envolvía sus cuerpos era una prueba de ello.
-Shuichi – lo llamo nuevamente el tecladista quien con desespero buscaba los labios del peli rosa, aquellos eran salvajes llenos de deseo e infinita pasión, sin embargo algo era diferentes pues no era solamente sexo sino algo más profundo.
-Thouma – llamo finalmente el menor separándose de los labios de su compañero mientras un hilo de saliva se debía ver producto del reciente encuentro de sus bocas.
Con velocidad el cantante posiciono su cara entre las piernas del rubio, su objetivo era su miembro el cual sujeto con suavidad estimulándolo lentamente de arriba abajo lo que logro que el mayor sonriera al darse cuenta de que no era el único que deseaba aquello. De momento tuvo que hacer la cabeza hacia atrás debido al enorme placer que sintió cuando su miembro quedo envuelto en una cavidad caliente, el cantante lo había introducido en su boca que en conjunto con su lengua lo estaban haciendo perder la cabeza.
-Ahhh… Shuichi – el mayor grito con fuerza, se sentía en las nubes el chico era excelente en lo que estaba haciendo, de momento quería más así que sujeto al cantante por la parte de atrás de su cabeza para aumentar la velocidad.
Aquello no pareció importarle al cantante quien disfrutaba el aumento de ritmo que impuso su acompañante.
-Shuichi… - grito el rubio sintiendo que se volvía loco - Voy a venirme – aviso logrando solo incitar al menor a continuar su labor de darle placer, de un momento a otro el cuerpo del mayor se tensiono, sujetando aquellos cabellos rosados se vino en la boca del menor el cual se tragó completamente la semilla del tecladista.
En un rápido movimiento el cantante quedo bajo del cuerpo de su jefe quien casi de inmediato se apodero de sus labios, casi podía sentir el sabor de su esencia lo cual lo enloquecía. Con habilidad introdujo un dedo en el interior del peli rosa quien rompió el contacto de sus bocas para gemir.
-Ahhhh… Thouma… - se quejó débilmente escondiéndose en el pecho del mayor quien de improvisto introdujo un segundo dedo al mismo que hacia una especie de tijera con las manos, todo eso con el fin de no lastimarlo cuando cambiara sus dedos por algo más grande.
-Relájate – pidió el mayor al darse cuenta de que aunque no era su intención lastimaba un poco a su acompañante – Hazlo como la última vez, por favor confía en mi – con eso el menor accedió a la petición.
Cuando el tecladista comprobó que el pequeño estaba completamente dilatado, se acomodó entre sus piernas colocando su miembro erecto en la entrada del menor, quien con su rostro sonrojado lo incitaba a continuar cosa que hizo sin esperar una segunda petición.
El miembro del rubio entraba lentamente en el cantante que cerraba los ojos, su jefe era en verdad grande más de lo que esperaba, sin embargo aquel dolor que recibía era tan placentero que lo estaba haciendo perder la razón, de un solo golpe sintió como era invadido por completo.
-Ahhhhhh – grito aferrándose a la espalda de su acompañante mientras un par de lágrimas bajaban por su rostro, pero casi de inmediato comenzó a mover sus caderas dándole a entender al mayor que se moviera.
-Estas igual de ansioso que yo – el tecladista rio complacido al saber que no era el único que anhelaba – Voy a darte lo que deseas – confeso al mismo que se movía con desenfreno.
Las embestidas eran muy veloces lo que estaba dándole un inmenso placer a ambos músicos, los cuales sudaban ante lo que ocurría, la habitación estaba invadida por gritos y gemido que cada vez iban en aumento. De momento el rubio se salió del interior del menor, quien se preocupó al ver alejarse a su acompañante cosa que desapareció cuando fue puesto en cuatro patas, para nuevamente ser penetrado con desespero.
-Shuichi… - el rubio estaba intentando ser claro con sus palabras cosa imposible cuando tu mente está perdida en el placer de tu cuerpo – Eres… increíble – dijo apoderándose del miembro del menor para comenzar a estimularlo.
-Thouma… ahhhhh… mas… mas… - rogaba entre gritos el cantante estaba tocando el cielo con los dedos era una sensación indescriptible – Más… más…
-Voy… voy a… venirme – expreso el rubio aumentando la velocidad de sus embestidas al igual que el movimiento en sus manos que sujetaban el miembro del menor.
-Yo… igual… por favor- rogaba con desesperación el cantante no quería que aquel gran placer se acabara pero al igual que su acompañante se encontraba en sus límites – Hazlo dentro de mí – grito aquello solo hizo que el mayor aumentara sus embestidas.
Unos segundos después el rubio sintió como las paredes en el interior del menor lo aprisionaban estaba llegando al orgasmo al igual que él, fue así como ambos músicos se corrieron al mismo tiempo, el interior del cantante era llenado lentamente con la semilla de su jefe fue tanto el goce que cayo boca abajo en la cama respirando con fuerza mientras sentía como el semen escurría de su interior y escurría por su trasero y piernas.
-Thouma – llamo con le respiración cortada girando un poco su cabeza encontrándose con la sensual imagen de su jefe lamento sus dedos llenos de su propio esperma, este parecía disfrutarlo aquello solo logro que se sonrojara violentamente.
-Eres delicioso – confeso el rubio relamiendo cada uno de sus dedos con la intención de no desperdiciar ni una sola gota de la esencia de su acompañante.
Con suavidad el rubio se recostó en la cama atrayendo hasta su pecho al cantante, para así iniciar una sesión de besos llena de deseo, el menor correspondía con felicidad aquel contacto inclusive sus le dejo meter su lengua hasta su garganta, después sus lenguas danzaron por unos minutos más hasta que ambos complacidos sucumbieron al cansancio.
Al día siguiente Shuichi se encontraba en la ducha muy bien acompañado, ya que el rubio se encontraba tras el besando con delicadeza su cuello, ambos estaban completamente empapados el jabón corría por sus cuerpos, pero ambos estaban felices. Unos minutos después salieron del baño y fue ahí cuando el menor se dio cuenta de algo.
-¿Qué es esto?- pregunto al ver una muda de ropa en la cama justo al lado del elegante traje de etiqueta del rubio, se trataban de unos jeans y una playera negra, su mirada fue a parar con el mayor quien con una enorme sonrisa le contesto.
-Eran mias – informar sorprendiendo al cantante – Las use cuando tenía más o menos tu edad – miro el lugar para después proseguir – este… era mi departamento de soltero… después de que me case conserve el lugar… me servía para escapar de la lunática de mi ex mujer, - miro al menor envolviéndolo entre sus brazos para susurrarle – No pensaras ir a trabajar con la misma ropa verdad, además me encantaría verte con mi ropa.
Ante eso unió sus labios con los del menor quien no opuso resistencia alguna, momentos después se separaron consientes que de no hacerlo no saldrían nunca de aquel lugar. Justo como el rubio lo imagino sus viejas ropas le quedaron perfectamente a su acompañante, quien se miraba muy contento en el espejo.
-Sabes Shuichi… deberías vestirte así más a menudo – confeso no entendía porque el cantante se vestía de una manera tan infantil teniendo ese hermoso cuerpo, era más que obvio que cualquier cosa que usara le quedaría de maravilla – Esa ropa hace relucir tu trasero.
-Tonto… no digas esas cosas – confeso bastante apenado el menor pero con una enorme sonrisa en su rostro, la compañía del rubio lo alegraba en todo momento.
-Bien será mejor que nos vayamos – propuso el mayor tomando su portafolio y las llaves de su auto – Si llegas tarde al trabajo, K es capaz de hacer volar media ciudad para encontrarte y llevarte a rastras al estudios – ambos rieron un poco pero de repente la imagen de aquello cruzó sus mentes por lo que salieron del lugar corriendo con el fin de evitar ese pandemonio.
Cuando ambos llegaron al edificio de NG cada uno se retiró a cumplir con sus respectivas obligaciones, por su parte el cantante de BL emanaba un aura que desde hace mucho tiempo parecía perdida, especialmente aquel día no causo ningún tipo de contratiempo e inclusive se le veía muy animado componiendo letras, el resto del equipo atribuyo el buen estado de humor del peli rosa al escritor sin saber que este se encontraba fuera del país, sin embargo la felicidad le duro poco al cantante ya que justo al final de su jornada un mensaje le llego a su móvil, al ver el remitente sus ojos quedaron en blanco se trataba de Yuki.
Imbécil, espero que no hayas quemado la casa o te juro que me las pagaras.
Un simple mensaje terminó con su alegría, la felicidad que sintió por haber pasado la noche en compañía de Thouma se le esfumo al recordar que seguía siendo la pareja del afamado escritor Yuki Eiri, la culpa lo invadió casi al instante ahora ¿Cómo sería capaz de mirar a Yuki a sabiendas que se acostó con su excuñado y más aún lo disfruto enormemente?, las cosas no estaban bien ni un poco, sin quererlo comenzó a llorar ampliamente, estaba tan confundido pero algo bueno salió de la tristeza porque de la inspiración lo ataco con fuerza, aprovechando que ya casi no había nadie en el edificio se encerró en una de las salas de música.
Por su parte el empresario se sentía muy feliz con lo acontecido la noche anterior, ¿Quién hubiera imaginado que aquel chico lo haría sentir así?, sin embargo aún sentía una enorme inseguridad ya que no comprendía al 100% si aquella sensación que le provocaba el peli rosa era amor o simplemente deseo, era preocupante ya que desde un inicio se interesó únicamente en su cuerpo pero ahora las cosas pintaban diferente además estaba la otra parte negativa de la historia, su ex cuñado que aún seguía siendo ante los ojos del mundo la pareja de Shuichi, ese lazo era su peor temor.
-Debo hablar con Shuichi – se dijo así mismo, con velocidad pregunto en recepción si el cantante de BL ya se había retirado del lugar, le sorprendió enterarse por el guardia de seguridad que al parecer Shindou seguía en el edificio. - ¿Dónde se habrá metido? – se preguntaba el tecladista pues ya llevaba varios minutos tratando de encontrarlo, ¿Quién hubiera pensado que aquel edificio era tan grande?
De momento el sonido del teclado llamó su atención era una melodía melancólica pero bella, haciendo uso de su sensible oído busco al causante, sus pasos lo llevaron a una de las tantas salas de música del lugar, al entrar se llevó una amplia sorpresa pues el peli rosa entonaba una melodía nueva.
En los clasificados ese depa que encontré
Hoy daré el adelanto que me duele tanto hacer
Ojalá no tuviera que empacar mi corazón
Ver como derrumbamos la ilusión
(Coro)
Yo nunca quise darme cuenta en que falle
Tú nunca viste que mil veces te llame
Nunca dijiste que en las noches te falte
No te enteraste que tus besos extrañe.
Al final fue puro orgullo
Nuestro amor no pudo ser (2x)
El tiempo fue torbellino y en sus aguas nos arrastro
Nos llevó en el camino de absoluta confusión
Ojalá no tuviera que arrancarte del corazón
Pero no pude vivir la ilusión
(Coro)
Yo nunca quise darme cuenta en que falle
Tú nunca viste que mil veces te llame
Nunca dijiste que en las noches te falte
No te enteraste que tus besos extrañe.
Al final fue puro orgullo
Y este amor no pudo ser
Yo nunca quise darme cuenta en que falle
Tú nunca viste que mil veces te llame
Nunca dijiste que en las noches te falte
Y es que sin ti, yo ya perdí, ya no estoy bien
Todo ese maldito orgullo
No nos hizo nada bien
Nos llevó hasta enloquecer
Este amor que pudo ser
Cuando dejo de cantar el peli rosa suspiro con mucha fuerza, el estar escribiendo aquella canción le ayudo mucho a pensar en su actual situación con el escritor, las cosas ya no estaban bien la prueba más reciente lo sucedido con las dichosas escrituras del templo, su supuesto amante fuera del país dándole a entender que no le importaba ni un poco y más aún lo sucedido con Thouma, necesitaba alejarse de todo un poco y lo primero que haría sería irse del departamento del rubio, sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un aplauso al girarse se encontró con el tecladista de NG.
-Esa canción fue muy hermosa – afirmó el rubio avanzando hasta quedar parado justo frente al menor quien se sentía sumamente nervioso por la presencia del rubio, este último se dio cuenta del repentino cambio de actitud de mayor por lo que se atrevió a preguntar – Te encuentras bien.
-Yo… he decidió que me mudare del departamento de Yuki – contesto con algo de tristeza ya que aun con todo lo ocurrido el escritor fue su primer gran ilusión, así que sin importar como fueran las cosas aún era importante para él, después de conversar un poco con el mayor acerca de sus razones.
-Es lo mejor – expuso el mayor sentándose con el cantante en el taburete del teclado al mismo que comenzaba a tocar claro de luna, se llevó una gran sorpresa al saber que el vocalista sabía tocar aquel instrumento – No sabía que tocabas en teclado.
-Bueno… - un leve sonrió apareció en las mejillas del cantante – Yo he tocado el teclado desde que era niño, cuando Hiro y yo formamos la banda aun lo hacía un poco pero… - una sonrisa muy tenue se formó en su rostro – Supongo que no era lo mío, mi mayor anhelo era ser cantante – con eso se unió al rubio tocando más notas.
El empresario escucho con cuidado la melodía que le menor interpretaba esta era muy triste supuso que se debía al estado de ánimo del cantante, intento animarlo tocando algo un poco menos melancólico llevándose de recompensa una mirada seria, que después regreso al ritmo triste, sin embargo eso no desanimo al mayor quien se atrevió nuevamente a tocar seguido del cantante quien suspiro para después recargar su cabeza en su mano.
Ante esto el mayor se animó a tocar algo más nítido esperando que eso alegrara al cantante quien solo lo miro para sacar un suspiro, lo intento nuevamente logrando que el menor lo mirara como si no entendiera las cosas, continuo tocando y sin esperarlo el peli rosa se unió a la interpretación ambos sonrieron aquello les había ayudado mucho, el rubio dejo continuar al vocalista quien intentando alcanzar una de las notas más lejanas sin querer termino posando su mano sobre la del empresario.
-Lo siento – se disculpó con algo de timidez – supongo que me entusiasme más de la cuenta es la primera vez que toco algo de música contigo – a pesar de la disculpa sus manos seguía entrelazadas y parecía que ninguno deseaba romper el contacto.
-No hay de que disculparse, así eres tu bastante entusiasta – el rubio apretó un poco más la mano del cantante la cual era muy tibia, aquella sensación le agrado enormemente – Y tienes razón – eso ultimo llamo la atención del menor quien no pudo preguntar nada ya que la respuesta llego casi al instante – Ryuichi ha cantado contigo en muchas ocasiones e inclusive Noriko ha tocado con ustedes – rio un poco – El único que no ha tenido ese privilegio hasta hoy…soy yo – miro a su acompañante con una enorme sonrisa de complicidad – Aunque eso puede arreglarse.
-¿Cómo?- pregunto el menor girándose un poco para estar de frente con el empresario el cual aún no saltaba su mano.
-¿Qué tal si hacemos un dueto, solo tú y yo? Tú escribes la letra y yo me encargo de la parte musical- con eso la cara del cantante se ilumino completamente.
-Claro que sí sería increíble poder compartir el escenario contigo – sin entender los motivos se atrevió a hacer algo que en el pasado pudo haber considerado como su sentencia de muerte, abrazo con mucha fuerza al tecladista el cual se sorprendió al principio pero después imito aquella acción, deleitándose con el aroma tan dulce del cantante.
Cuando el abrazo se terminó ambos se separaron un poco para verse directamente a los ojos y fue ahí donde la misma sensación que tuvieron un día antes apareció, las mejillas de ambos se tornaron totalmente rojas, sus ojos se cerraron poco a poco, se acercaron lentamente y unieron sus labios en un duce beso.