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Infidelidad Inducida por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos, me disculpo por la tardanza pero he tenido un poco de bloqueo, eso sumado al trabajo me han impedido avanzar en el desarrollo de la historia, motivo por el cual el capítulo es muy corto. Pero espero que les guste y que me regalen algunos comentarios. 


SALUDOS 

A la mañana siguiente el cantante se encontraba tratando de servir el desayuno, enfundando su traje de Maid, se tambaleaba demasiado a causa de los enormes tacones, sentía que en cualquier momento tiraría todo lo que llevaba en la bandeja.


 


-Shindou- llamo el empresario desde el comedor principal – estoy esperando mi desayuno date prisa quieres – menciono haciendo que el menor aumentara el paso muy torpemente. – Ya era hora, me estaba muriendo de hambre.


 


El cantante se acercó a la mesa con sumo cuidado, sin embargo en un mal paso se tambaleo, logrando que el almuerzo terminara sobre la cabeza de jefe, al cual un enorme tic se formaba en su ojo derecho, mientras que con una mano se retiraba el hotcake con miel de su cabello rubio.


 


-Lo siento – alcanzó a decir el menor soltando la bandeja para sujetarse la cara, mientras en la habitación se oía el ruido de metal estrellándose sobre el suelo – Oh no – dijo para inclinarse a levantar todo del piso, pero una voz lo detuvo.


 


-Shindou – la voz enojada del rubio resonó en la estancia, el menor sintió como dos brazos lo levantaban hasta quedar de pie justo de frente a su jefe – que descuidado eres, - menciono mirando el desayuno por todo el suelo – bueno eso es lo de menos, lo importante aquí es que algo debo desayunar.


 


Con fuerza lanzó al cantante contra la mesa, donde sintió como sus manos eran llevadas hasta arriba de su cabeza, sujetas con mucha fuerza por las de su jefe que lo miraba con evidente hambre.


 


-Bien en vista de que el desayuno se arruino, tendré que comerte a ti – comentó el rubio con una mirada lujuriosa, escrudiñando con mucho cuidado aquel pequeño cuerpo que aprisionaba contra aquella mesa de cedro.


 


-Seguchi, ahh…. – el menor ahogo un pequeño gemido al sentir las manos de su jefe tocando suavemente sus piernas, deslizando con cuidado las medias de encaje negro que llevaba – Se… Seguchi…


 


El rubio estaba ahora tocando el trasero del cantante muy lujuriosamente, no era un toque suave sino salvaje y desesperado, poco a poco aquella mano fue subiendo lentamente hasta llegar a su miembro, el cual sin previo aviso comenzó a despertar ante aquellas caricias.


 


-Vaya, tan rápido te has puesto duro – una sonrisa de alegría se formó en el rostro del rubio, quien no dejo de estimular al menor, que ya estaba emitiendo sonoros gemidos. – Eso es muy dulce, me hace pensar que no tienes experiencia alguna en esto, pero… - las bragas negras se deslizaron por las piernas níveas – es obvio que Eiri, no te ha enseñado casi nada.


 


-No… diga… eso… por… por favor – el menor hablaba entrecortado, a causa de aquel toque tan suave, que solo lograba sacarle gemidos y que tuviera que arquear la espalda. – Ahhhhhhhhh


 


-¿Por qué? – Pregunto el tecladista, con una sonrisa – es la pura verdad, aun eres demasiado inocente – el rubio levanto la falda de Maid que llevaba el menor para así dirigir su rostro al palpante miembro del cantante, quien sintió la tibia respiración de su jefe – Pero no te preocupes, yo te enseñare muchas… cosas.


 


Fue lo último que dijo antes de introducir el miembro del cantante en su boca, empezando así un suave vaivén, logrando que el peli rosado arqueara la espalda violentamente ante el contacto. Por su parte el rubio estaba deleitándose con aquello, las reacciones del cantante lo único que lograban hacer era encender su libido, su propio miembro pulsaba de deseo, necesitaba pasar a algo o se volvería loco.


 


-Ahhhh… ahhhh Seguchi – el cantante estaba perdido en aquella red de emociones, nunca en su vida había sentido algo así, si bien siempre tenía relaciones con su pareja, este jamás se había preocupado por estimularlo o intentar que lo disfrutara.


 


-Por lo visto Eiri, jamás te ha tocado así verdad – la pregunta de su jefe logro que el menor bajara el rostro, encontrándose con una sonrisa sensual, seguida de la imagen de la mano del rubio sujetando su miembro el cual apretaba suavemente para darle más placer. – No me sorprende, él puede llegar a ser… - se detuvo un momento para así continuar – demasiado egoísta.


 


Aquello solo logró que el menor desviara la mirada en señal de vergüenza, tal pareciera que su jefe había adivinado sus pensamientos, eso llego a preocuparlo pues se preguntó, si su relación era demasiado transparente para que cualquiera percibiera que no eran una típica pareja de enamorados o su jefe los conocía demasiado bien y a través de aquello podía llegar a esa conclusión.


 


-Relájate – la voz de su jefe hizo que lo mirara nuevamente, sin embargo algunas lágrimas empezaban a bajar por su rostro, aunque no sabía si eran por la vergüenza de estar así ante el rubio o por lo mal que sentía al darse cuenta de algunas realidades en su relación – Relájate… - el empresario paso una mano por el rostro del cantante para intentar tranquilizarlo – Déjame darte un poco de placer, disfrútalo.


 


Eso fue lo último para que después, continuara con su labor de estimular aquel miembro con su boca, sin embargo las sensaciones eran mucho más fuertes que antes, debido a que acelero el vaivén de sus labios.


 


-Ahhhhhh… - gemidos era lo único que le menor alcanzaba a sacar de su boca, su mente estaba totalmente perdida, su jefe era un experto en aquello que hacía, su lengua acariciaba su miembro desde el interior de su boca e incluso era capaz de sentir las espontaneas y rápidas mordías que le otorgaba. – Por favor… - rogo sintiendo que estaba a punto de llegar – yo… yo… voy…


 


El rubio pareció entender a lo que se refería su acompañante por lo que el lugar de alejar su boca, aumento la velocidad de sus caricias, escuchando lo fuertes gritos que el peli rosado emitía, de momento sintió como su cuerpo se tensó completamente, para así terminar recibiendo la semilla del menor justo en su boca, la cual a su parecer tenía un sabor muy dulce.


-Delicioso – dijo el rubio, relamiéndose los labios, mientras miraba con satisfacción al cantante, quien intentaba recuperar un poco de su aliento ante la oleada de sensaciones que acababa de sufrir – en verdad que tu sabor es exquisito.


 


Sin darle tiempo a reaccionar unió sus labios con los del menor, cuyas pupilas se dilataron ante aquella sorpresa, nunca se imaginó que su jefe terminaría por besarlo, quiso apartarlo pero no pudo, ya que aquel contacto fue diferente a todo lo que conocía, Yuki era famosos por su besos rápidos y brutales, nunca lo había besado con amor o ternura, sin embargo su jefe era capaz de transmitir aquellas bellas emociones o incluso más, en un simple, pequeño y suave beso.


Su mente terminó desvaneciéndose, para entregarse totalmente a aquel contacto con su jefe, quien aprovecho para profundizarlo, introduciendo su lengua en aquella pequeña cavidad, una danza de lenguas comenzó a librarse donde sus dueño, no dejaban terreno alguno, querían más pues el sabor de su acompañante era demasiado embriagante, sin embargo fue la falta de oxígeno lo que los obligo a separarse.


 


-Eres muy lindo, Shindou – confeso el rubio incorporándose de la mesa, donde hacía unos momentos atrás había probado la esencia del menor, quien le miraba con las mejillas encendidas – debo ir a ver algunas cosas, por favor limpia el desastre que ocasionaste – con eso abandono la estancia en dirección a su estudio, dejando al menor con la miel en los labios.


El cantante únicamente bajo de la mesa, al mismo que arreglaba su traje de Maid ya que sus medias y ropa interior, terminaron lanzadas a lo lejos en aquel arrebato de pasión, con lentitud y evitando volver a caer con los zapatos de tacón alto, se inclinó para recoger los restos de la loza que rompió por su torpeza, sintiendo como su corazón se salía de su pecho.


 


-Seguchi – dijo mirando el camino que el empresario acababa de tomar, sus mejillas aún estaban rojas y pronto unas lágrimas comenzaron a fluir por sus ojos, ya que disfruto de aquel encuentro con el mayor, lo que lo hacía sentir que estaba traicionando a su amado escritor – Yuki, por favor perdóname.


En otra parte de la casa el empresario se encontraba sentado ante una enorme pantalla, observando su pequeña hazaña de unos momentos atrás, donde tuvo una rica sesión de sexo oral con el cantante, la cabaña tenía instaladas cámaras ocultas por todas partes, así que podría grabar cualquier momento intimo que tuviera con el peli rosado para así observarlo cuando lo deseara, justo como en ese momento.


 


-Muy lindo- dijo el tecladista mientras miraba con atención las reacciones del vocalista, mientras usaba una de sus manos para estimular su duro miembro e intentar menguar un poco el dolor que le provoco ese arrebato.


 


La transmisión continuo al igual que las atenciones del rubio para con su miembro, el cual no duro demasiado ya que termino por venirse demasiado rápido al menos para el gusto de su dueño, quien respiraba tratando de calmarse un poco.


 


-Ya deseo, poder poseerte Shindou – una sonrisa lasciva se formó en su rostro, a pesar de que deseaba tomar cuanto antes el cuerpo del vocalista.


 


Era necesario esperar un poco, ya que su mayor deseo era darle al escritor donde más le dolía, su orgullo y que mejor manera de romperlo, que poseyendo a su pareja que lo amaba con locura, por eso necesitaba esperar a que el peli rosado lo deseara con todas sus fuerzas y de esa manera dejaría un marca imborrable en su mente, una que su ex cuñado jamás pudiese borrar, sería una sombra imborrable en la vida de la afamada pareja de oro.


 

Notas finales:

Bueno es todo por el momento, les ruego me den unos pocos días mas para seguir escribiendo, prometo que el proximo capítulo sera mucho mas largo. Espero y me regalen algunos comentarios, que son la principal fuente de motivación para mi, pues me he dado cuenta de que la historia ha tenido mucha aceptación de su parte así que no dejen de comentar. 


Nos veremos en la proxima. Saludos 


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