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Thirty days with Fuerza Friki por Fuerza Friki

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Notas del capitulo:

Tras sobrevivir una tragedia la vida de Minho cambió, hubo muchas cosas tristes pero aprendió que lo mejor es tomar lo bueno que dejó ese día.

 

Huracán

 

“Hoy se cumplen cinco años desde que el Huracán Weber azotó las costas causando intensos estragos”. Comencé a buscar el control del televisor para detener la transmisión, si deseaban que lo olvidáramos por qué lo repetían cada vez que podían. “Guardemos un minuto de silencio por las víctimas en esta catástrofe nat…” logré detenerlo apagando la televisión directamente. Cómo si un minuto de silencio ahora pudiese cambiar lo que ocurrió hace cinco años. Suspiré y miré alrededor. El restaurante estaba vacío otra vez, posiblemente por la intensa lluvia que golpeaba sobre toda el área.

-Espero que no se ponga peor el clima.- Hablé a la chica que estaba limpiando algunas de las mesas al fondo del pequeño restaurante de mariscos.

-No me gusta esto – se paró frente a la puerta observando el agua correr por las calles. Nos había tomado 5 años ponernos de pie de nuevo. Tanto la chica de cabello rubio y yo, habíamos perdido todo en el Huracán Weber tiempo atrás y ahora vivíamos como podíamos en esa bahía -¿Crees que si es un huracán levante tiburones y los lleve por toda la ciudad? – Le arrojé un trapo sucio.

-¡Ya no veas películas raras de ciencia ficción! – Sentencié recordando esa rara película que me había hecho ver donde los tiburones estaban en tornados. Y no solo una era suficiente, había dos de ellas.

-Es cierto, la tercera película ya viene.- Me retracto parece que dos aún no eran suficientes.

-Ni pienses que la iré a ver contigo, mejor veamos algo más tranquilo.- Yo odiaba todas las catástrofes naturales, me gustaba más el cine con guiones profundos y tomas arrebatadoras.

-Ya deberías dejar de temer a la lluvia Minho oppa – la chica salió y saltó sobre un charco mientras las gotas arremetían contra su cuerpo.

-¡No salgas a jugar! ¿Cómo atenderás mesas así? – Pregunté acercándome a la puerta mientras corría de un lado al otro.

-Hoy no vendrá nadie.- Siguió corriendo bajando por la calle, a veces solo volvía a casa. Pero esa vez no diría nada al respecto, ella tenía razón. No había turistas por el clima y la gente el pueblo estaba de luto por la fecha. Muchas familias se rompieron ese día, muchas perdieron todo y nosotros no éramos la excepción.

-Mejor cierro – dije al volver a ver la calle y bajé la cortina de metal desde afuera poniendo candados a ambos lados. Mi polera sin mangas se mojó levemente y mis bermudas no cubrían del frio mis piernas. Pero así era mi vida en esa costa. Terminé y subí al segundo piso donde estaba mi pequeño departamento. Tenía ya 5 años viviendo en soledad, mi familia murió ese fatídico día, no me gustaba recordar eso. Pero me gustaba recordar cómo había sobrevivido. Si no fuese por esa historia me habría dado por vencido hace tiempo.

Flashback

El agua seguía subiendo mientras yo seguía petrificado sobre el techo de la pequeña casa de madera donde me había puesto mi padre antes de volver a la fuerte corriente a buscar a mi hermano. Temblaba en una combinación de terror, pánico y frio por el fuerte viento. Me abrazaba a mí mismo sintiendo que los segundos eran eternos. Pasó un rato y el viento se calmó un poco, la lluvia se detuvo pero la corriente seguía bajando por el camino intensamente. Escondía mi rostro en mis rodillas, no quería ver nada, ni saber nada, había visto mi casa ser llevada por el agua sin resistencia alguna y tenía miedo de que sucediera lo mismo con el lugar donde estaba sentado.

Temí por el largo rato que había pasado y decidí mirar alrededor, a lo mejor mi familia se había subido a un árbol u otro techo. Lloré al no verlos mientras gateaba sobre la superficie inclinada, estaba por sentarme a llorar cuando algo sorprendente pasó. Sobre una madera iba aferrado un niño pequeño de cabello rojizo. Mi corazón dio un vuelco al verlo ahí tan desprotegido, tan frágil, tan asustado. Esa visión me hizo llenarme de valor y busqué alrededor algo con que ayudarle. Después de un rato vi una rama del otro lado del techo, subí un poco más con cuidado y estiré el brazo para tomar la gruesa madera.

-¡NIÑO! – Grité con fuerza ya que el pequeño tenía los ojos cerrados -¡NIÑO! –Volví a gritar y la asustada creatura miró sin soltarse y con agotamiento en el rostro -¡TOMA LA RAMA! – Dije valiente y con toda mi fuerza la sostuve sobre la corriente sintiendo la fuerza de la misma. El chico afirmó y cerró los ojos un momento. Mientras el madero iba bajando se fue preparando para cuando llegara a la rama. Cuando al fin llegó se aferró con fuerza a ella soltando el madero que lo había transportado. Al instante sentí la fuerza de la corriente intentando llevar su cuerpo y me quejé por el peso.

-¡SOY MUY PESADO! – Me gritó y me llené con ternura.

-No lo eres – comencé a jalar con todas mis fuerzas – además soy el chico más fuerte de mi salón.

-Eso es asombroso – me observó con sus ojos alargados y obscuros. Su rostro era muy delicado y tierno. Seguí jalando mostrándome confiado de mis habilidades para que no temiera y logré que llegara hasta el techo, donde se aferró y le ayudé a subir. – Gracias- dijo tímidamente y me dejé caer recostado -¿Te cansaste? – Afirmé cerrando los ojos. Solo tenía 14 años pero consideraba que había realizado mi primer rescate bastante bien y eso me había sacado de mi temor y confusión por un momento. En ese momento sentí una cálida mano sobre mi cabello mojado que me acariciaba. Abrí los ojos para ver al niño frente a mí. -Gracias – repitió con una sonrisa.

-¿Cómo te llamas? – Pregunté sentándome frente a él.

-Soy Taemin, tengo 12 años – sonreí.

-Soy Minho, tengo 14 años, parece que soy tu hyung.- El más joven afirmó y  me miró fijamente – ¿Qué pasa? – Toqué mi rostro para sentir si tenía algo.

-Eres un héroe.- Negué rápidamente ante su afirmación. Pasamos un rato intentando hablar de cualquier cosa, de cómo habíamos llegado ahí, de dónde éramos y que materias eran nuestras favoritas. Luego vi que el comenzaba a temblar incontrolablemente y lo abracé. Pasamos toda la noche en ese lugar y le decía cosas o lo sacudía para que no se quedara dormido.

En la mañana, algo asombroso pasó, un helicóptero estaba acercándose a nosotros. Sin dudarlo nos pusimos de pie y comenzamos a gritar. Pasó algo de tiempo pero alguien bajó por nosotros. Les pedí que se llevaran a Taemin primero, pero él no quería irse sin mí. Supongo que separarse de su familia fue difícil para él y no quería dejar a nadie atrás. Al final el rescatista fue asombroso y nos llevó a ambos. Él era un verdadero héroe.

Lo que sigue en la historia no fue tan feliz, por lo que siempre evado hablar de ello. Solo puedo decir que hubo una razón por la cual me sentí impulsado a sobrevivir.

Fin del flashback

Sequé mi cabello mientras salía del baño. Tomar una ducha era una buena idea después de sentir el aire frio. Pero el aire frio continuaba. Observé alrededor y la ventana estaba abierta, me acerqué a cerrarla.

-Tardaste mucho hyung – la voz familiar me hizo voltear y encontré a un adolescente de cabello cobrizo empapado que hojeaba una revista sobre mi cama.

-Vas a mojar todo Minnie – le regañé mientras buscaba ropa de entre los cajones.

-Deberías quedarte así – me miró de reojo.- Ya sabes a lo que vengo.- Negué sonriendo y entré al baño a vestirme - ¡Por lo menos deberías darme un espectáculo al vestirte! – No podía evitar reír por sus ocurrencias, salí y le lancé una toalla.

-Sécate – ordené antes de ir al pequeño refrigerador a tomar una bebida.

-No quiero – contestó con un puchero y me acerqué a él después de dar un sorbo a la bebida. Tomé la toalla y comencé a pasarla por su largo cabello.

-No debes ser un niño desobediente – me miró con odio, sabía que no le gustaba que lo tratase como un niño.

-Eres injusto Minho hyung – dijo antes de robarme un corto beso tomándome desprevenido. Me dejó impactado, desde hace unas semanas atrás había comenzado con esa tendencia, intentaba no tomarlo muy serio, podía ser solo una etapa y si me emocionada demasiado podía llegar muy lejos y romper nuestra delicada relación.

-¿A qué viniste Taeminnie? –Me volvió a ver molesto y se hizo a un lado en la cama.

-Está lloviendo.- Pasé a acostarme junto a él también recargándome en mis codos y observé la revista.

-Así que escapaste de tu casa para venir hasta acá.- Volví a regañar y él me miró antes de abrazarme.

-Sabes qué debo hacer esto.- Desde el día del huracán Taemin no podía pasar tranquilo las tormentas sin estarme abrazando. Me acomodé mejor en la cama y lo recosté sobre mi pecho para abrazarlo bien.

-Ya han sido cinco años – dije al recordar nuestra historia juntos y él se acurrucó en mí. Tengo la suerte de que vivimos en un clima tropical y las tormentas son muy frecuentes. Así puedo tener a mi dulce Taemin en mis brazos muy seguido. 


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