La luz a través de las persianas semi abiertas sobre mi ventana, me despertaron.
Con los pequeños halos de luz sobre mi nariz y ojos, me desacurruqué. Me senté sobre las mantas desarregladas y tibias, mientras reunía todas mis fuerzas para levantarme.
Porque no faltaba decir que yo era pésimo en las mañanas, especialmente los sábados.
Así que ahí estaba yo, refunfuñando cual anciano, hasta meterme de mala gana en la ducha, en donde un chorro de agua helada que salió por error, termino por despertarme.
Estuve al menos media hora con todo el jaleo después de la ducha, hasta que por fin baje con timidez la escalera. Esperando que nadie se hubiese levantado, para llegar hasta la cocina, por algo de desayunar.
No era tan temprano como parecía, porque el lugar estaba desierto, seguro todos dormían, así que para mí gracia no era el único perezoso. Porque yo no vivía solo, vivía con otros 11 chicos en una casa de dos pisos, ¿Por qué? Por el simple hecho que al entrar a la universidad los gastos acrecentaban increíblemente, y rentar un piso solo era abrumador. Así que entre mis búsquedas, fue lo más barato, cómodo y cerca que encontré, y aunque la privacidad era algo totalmente inaccesible, y la cola del baño era infernal, no era todo tan malo, no era buen conversador, ni menos amigable, pero no bastaba decir que me llevaba bastante bien con todos.
Así entonces llegue a la vacía cocina en donde sobre un taburete un jugo de manzana de caja y unas tostadas con mermelada fueron mi desayuno. Me dispuse a comer mientras divagaba en mi cabeza, dimensionado la cajita de jugo entre mis manos, antes de que una melodiosa voz y una presencia frente a mí, me sacaran de mis absurdos quehaceres.
-¡Buen día! Veo que hay alguien vivo aquí.
Levante mi vista divisando enseguida a Yixing, de cabello revuelto, sonriendo con amplitud haciendo notar sus marcados hoyuelos en las mejillas, haciendo que me contagiara también con una sonrisa. La misma que se transformó en una mueca nerviosa, al notar que el menor de ambos solo traía un pantalón de pijama, dejando todo su torso al descubierto.
-¡B-uen día, Yixing!
Sonreí una vez más, sin intención alguna de tartamudear las palabras, a lo que el muchacho rio sonrojándose por el hecho, pero fácilmente lo ignoro moviéndose por la cocina, optando por tomar por una manzana de color verde.
-¿Cómo estas, Hyung?
Sonrió mientras se sentaba a mi lado izquierdo, dándole un mordisco a la fruta entre sus manos.
Respondí con un típico “Bien ¿Qué tal tú?” Para que me respondiera con un “Bien, gracias.” Igual de típico.
Hice amago de levantarme y el asintió con la cabeza, dando por terminada nuestra conversación. Me encamine a la sala de estar y literalmente me lancé sobre el sofá, mientras me ponía los auriculares, seleccionaba alguna cancón y jugueteaba con mis dedos en el táctil del teléfono, sin estar haciendo algo realmente.
No sabría decir en qué momento me dormí, hasta que alguien se sentó al lado de mí, donde me hallaba acurrucado entre los cojines. Desperté sobando mis ojos y me desperece, para volver a ver a Yixing con su brillante sonrisa, y su aire de niño despreocupado, aunque ahora vestido como debía.
Nos incorporamos enseguida y comenzamos a hablar de cosas sin importancia, mientras el sueño se me iba por completo, con sus sonrisas fugaces me hacían reír de nervios y sus chistes malos me hacían reír aún más.
Ya eran las doce del día, aproximadamente, por lo que en la cocina se hallaban Chanyeol y Minseok preparando el almuerzo, al parecer arroz con pollo, por lo que se oía en su conversación basada en gritos, porque Minseok reñía a Chanyeol cuando arroz que se le estaba quemando, y hablaban tan fue te que yo y Yixing nos perdíamos en la conversación de vez en vez, Entonces un ruido fuerte nos asustó, dirigimos la mirada a la puerta de la cocina.
-Chanyeol va a terminar quemando toda la cocina.
Agregue riendo y él también río.
-Va a quemar toda la casa.
-No quiero morir tan joven.
-Mh, ¿Hay algo que quieras hacer antes de morir, Hyung?
Abulte mi labio inferior, sacándolo ligeramente hacia afuera mientras pensaba, él me miraba con atención y algo más que no capte.
-Creo que no quisiera morir sin mi primer beso.
Sentencie con un pequeño rubor en las mejillas, a lo que él tragó con pesadez, y casi por reflejo miró mis labios.
El rubor se hizo más fuerte, y el silencio a nuestro rededor se hacía tangible, hasta que otro ruido de la cocina nos espabiló, para que continuáramos hablando.
-¡Un beso! Qué lindo, pero no preocupes, prometo que pronto lo tendrás. . .
Sonrió ladino, acercándose un poco, haciendo que el rubor me llegara hasta las orejas. Asentí y sonreí haciendo lo mismo, pero con demasiada timidez.
Y estábamos tan cerca.
-¡Cuidado ustedes dos, eh!
La voz de Chanyeol irrumpió el momento, provenía de la puerta de la cocina, nos miraba con complicidad, con esa sonrisa abrumadora. Reí nervioso y Yixing mordía su labio mientras sonreía, ambos haciendo como si nada hubiera pasado, a penas Chanyeol volvió con Minseok nos reincorporamos en la conversación.
-Entonces ¿Tú crees que lo tenga? Mi madre siempre decía, que una vida sin amor, es una mal vivida.
Sonreí recordando a la loca de mi madre que por mucho que le faltara un tornillo, según yo, siempre tenía razón.
-No te preocupes Hyung. Te aseguro que un día, vendrá tu príncipe azul y tendrás la historia de amor más hermosa de todas.
-Ojala sea uno verde, es mi color favorito.
-Entonces, un príncipe verde, no tan azul.
Ambos nos pusimos a reír a carcajadas, y aunque por muy gracioso que se hubiese oído, yo de verdad esperaba que fuese así.
-Ojala que llegue antes de que Chanyeol nos mate a todos con su arroz.
Reímos con más fuerza, agarrándonos el estómago, pero antes de que pudiéramos darnos cuenta el mencionado había salido de la cocina y me miraba con una sonrisa malévola, dispuesto a atacarme a cosquillas.
Me levante de prisa mientras Yixing nos miraba divertido, y en menos de lo que se pronunciaba, estábamos jugando al “corre que te pillo” alrededor del sofá.
Después de correr por lo que parecieron horas, Chanyeol, terminó atrapándome, y me hizo cosquillas hasta que llore de tanto reír.
Finalmente cuando ambos estábamos agotados, volví al sillón lanzándome sobre Yixing. Este me abrazó y nos quedamos ahí, acurrucados mientras Chanyeol iba a la pelea con Minseok y las ollas.
El día se pasó volando, después de dichoso almuerzo preparado con esmero, me la pase todo el día entre los brazos de Yixing, con sus besos en mi cabello, sus manos en mi cintura y el sofá como único lugar, así conversamos de todo lo que pudimos conversar, sin aburrirnos ni un poco.
Llegó la hora de subir a las habitaciones, la de Yixing quedaba frente a la mía. Me dejo en la puerta como si en el tramo de las escaleras pudiese perderme.
-Buenas noches, Hyung.
Me sonrió con dulzura, mientras sus hoyuelos se acentuaban. Sonreí de vuelta apoyado en la marquesa de una puerta ya abierta.
-Buenas noches, Xing.
Acerco su rostro al mío con cautela, y mis manos comenzaban a sudar. Tragué con dificultad cuando su nariz rozó la mía, cerré los ojos y espere.
Y esperé, por un beso que nunca llego.
Abrí los ojos de nueva cuenta y Yixing estaba mirando al final del pasillo, ahí estaba Kyungsoo con la mirada ahogada en lágrimas y el rostro rojo.
Me exalté preocupado, el muchacho se veía terrible. Pero antes de que pudiéramos preguntarle qué pasaba, se escabulló a su habitación y cerró de un portazo dejándonos a ambos confundidos en el pasillo, supongo que más a Yixing, porque su cara estaba a punto de derrumbarse y no sabía porque de pronto se había puesto tan agitado.
¿Le habré puesto nervioso yo?
Un beso en la mejilla fue todo lo que recibí tras el silencio que había marcado la presencia de Kyungsoo. Entré en mi habitación y Yixing en la suya, me deje morir panza abajo en la colcha de mi cama mientras ocultaba el rostro entre las almohadas.
-Junmyeon ¿Estas bien, que pasó ahí afuera?
Levante mi mano y alcé el pulgar, para darle a entender a Yifan que todo estaba bien, que si es que había visto algo no había sido nada del otro mundo.
Él murmuro algo que parecía un “Oh” no tan convencido.
Como se me había ocurrido tratar de liarme con Yixing mientras estaba la puerta de mi habitación abierta, porque mi mejor amigo a veces podía ser muy cotilla y cuando me veía muy cerca de alguien, me tenia encerrado hasta que le contase. Me volteé y sonreí sin mayor preocupación.
-De verdad Yiyi, estoy bien.
Y era verdad porque en realidad, no había pasado nada con Yixing, aunque me hubiese gustado.
Yifan asintió, con cara de "Okey, no preguntaré.”
Pero yo sabía que volvería a preguntar mañana, y de seguro yo también me preguntaría a mi mismo.
Entonces eso fue todo lo que oí porque me acomode otra vez sobre mi estomago, y así como estaba, me quede dormido.