El sonido insistente del golpeteo en la puerta hizo que abriera perezosamente mis ojos, giré hacia mi mesa de noche y miré el reloj, faltaba poco más de 2 horas antes de que saliera el bus hacia Seúl.
Salté de mi cama tropezando con las sábanas, logrando que cayera de cara contra el suelo, por suerte, la mullida alfombra y las mantas amortiguaron mi caída – ¿Cariño estás bien?- Preguntó mi madre preocupada detrás de la puerta –Si, solo me asusté por la hora, salgo en un momento- La escuché marchar y supuse que antes del viaje tendríamos una pequeña charla con Yoochun, me lavé la cara, tomé un corto pero refrescante baño, me cambié y salí corriendo hacia la sala, ahí Yoochun estaba de lo más cómodo viendo televisión junto a mi padre, mientras mi mamá les traía a ambos un vaso de limonada.
-Bu… buenos días- Todos voltearon a verme con una extraña sonrisa en el rostro, la primera en hablar fue mi madre – Hijo que bueno que ya bajaste, ve a la cocina, tu desayuno está allí- Asentí aún en shock por la alucinada escena, ¿Mis padres y Yoochun juntos y en buenos términos? ¿Qué rayos había pasado en solo 3 horas que había dormido? – Acabé con la comida en tiempo record, necesitaba respuestas o por lo menos pistas de lo que había sucedido –Cariño ve a terminar de alistar tus maletas yo lavo esto- Demasiada amabilidad. Al salir vi a mi padre y Yoochun conversando, cuando sintieron mis pasos dejaron de hacerlo y mi papá palmeó el hombro de mi “novio” para luego seguir viendo la televisión.
-Luego te explico- Yoochun tomó mi mano y me jaló escaleras arriba – Terminemos de empacar tus cosas que se nos hace tarde- Ambos empezamos a arreglar mi maleta rápidamente, teníamos 15 minutos si queríamos llegar a ese bus – No me mires así, en el camino te explico que pasó, ahora tratemos de llegar al embarco - Asentí y traté de no pensar en otra cosa que no fuera la adrenalina de ir contra reloj a tomar el bus.
Rápidamente venía siendo la hora de partir, con nuestras maletas esperándonos en la primera planta, era hora de la despedida, primero Yoochun y mis padres, con un cordial y escueto saludo– Cuídense, espero que haya otra oportunidad para conocernos mejor- Yoochun les dio la mano a ambos y luego con sus maletas salió a la entrada dejándome solo con mis padres.
-Jaejoong, cuídate y prométeme que serás una persona de bien y honrarás a nuestra familia- No era hora de discutir, ellos tenían sus ideas y yo las mías. Abracé a mamá y luego a mi papá, me dio unas palmaditas en la espalda como siempre y luego un abrazo que aprovechó para decirme en secreto que Yoochun tenía una carta para mí y que se la pidiera “solo cuando llegues a Seúl”.
El taxi nos esperaba afuera, mis papás no querían enfrentar aún a los papás de HyungJoong y demás parientes que podrían estar en la estación, así que llamaron a un servicio de taxi que nos llevara sanos y seguros hasta la estación de buses, un último abrazo a ambos y Yoochun y yo íbamos de camino a tomar el bus a Seúl.
-Ahora si me explicarás qué pasó con mis padres- Pregunté sintiéndome algo fastidiado por tanto secreto entre Yoochun y mis padres.
-Bueno Jaejoongie, en primer lugar nada malo, solo platicamos algunas cosas que eran necesarias para que tus papás no tomen lo nuestro tan mal, no están de acuerdo pero respetarán tu decisión, solo eso, luego vino la típica charla de suegro que pide que cuiden a su “pequeña niña” – Yoochun empezó a reír mientras yo le daba un golpe en el brazo.
Llegamos a la estación y corrimos hacia el embarque, faltaban solo 15 minutos para que el bus saliera, y como siempre no vimos a Hyungjoong por ningún lado, subimos al bus luego de dejar nuestras maletas y nos acomodamos en nuestros asientos.
Yoochun ya se había quedado dormido, la noche había sido larga y pesada, tener un poco de tranquilidad luego de horas de locura hizo que todo el cansancio lo llevara a un sueño profundo, yo no estaba lejos de esa realidad, pero también estaba preocupado por HyungJoong y no teníamos noticias sobre él aún.
El bus arrancó y los últimos pasajeros se acomodaban en los asientos para salir, era la quinta vez que llamaba a HyungJoong pero me mandaba a buzón de voz, intenté detener el bus un momento más sin mayor suerte. Me ordenaron que tomara mi lugar y me pusiera el cinturón de seguridad, no podía hacer más por él, iba maldiciendolo mientras el bus se alejaba de la estación cuando el timbre que le asigné a Hyungjoong en mi celular empezó a sonar.
-¡Dónde rayos estás! – Grité – El bus acaba de salir, qué vas a hacer- HyungJoong quien hasta ese momento estaba callado, con voz entrecortada habló.
-Joongie ah~ mis papas… mis papás no quieren que vuelva a Seúl aún, resolveré este pequeño problema y les daré alcance en la casa- Su voz se escuchaba triste y cansada, lo peor era saber que había metido a Hyungjoong en problemas y no estaba allí para ayudarlo.
-Hyungjoong… yo … lo siento, yo… no sé qué puedo hacer por ti, sé que es mi culpa pero…-
-No Jaejoong, olvídalo no es tu culpa ni nada por el estilo, yo arreglaré esto y los veré allá no te preocupes. Debo colgar, mis papas llegarán en segundos, hablamos luego, saludos al idiota de Yoochun- Rápidamente la llamada se cortó, dejándome a mi con un pesar fuerte en el corazón.
Mis problemas iban afectando a todos, incluso si ellos no tenían nada que ver. Me recosté en el hombro de Yoochun tratando de obtener un poco de alivio y al cabo de unos segundo caí en un profundo sueño.