Si había algo que Namjoon detestara más que bailar tal vez era cantar. Pero en este preciso momento comenzó a apreciar las clases de canto, por lo menos en esas clases no terminaba todo sudoroso y con los ánimos y la energía por los suelos. En este momento su profesor de baile le estaba enseñando movimientos “básicos”, a lo que Namjoon no les veía lo sencillo por ningún lado. Alado de él, Hoseok domina el ritmo como siempre, los demás también comenzaban a hacerlo, solo alguien al fondo del salón le costaba tanto trabajo como a él. Seokjin.
En momentos como este, Namjoon sentía empatía por Jin. Sabía lo que era no ser bueno bailando. Pero por más que quisiera poder sentir más pena por él no podía. Cada vez que lo veía recordaba que había entrado al grupo por su rostro, nada más por eso. Y eso es lo que enojaba a Namjoon, no le parecía justo ese tipo de selección que hacían las empresas, pero claro, todo era necesario para atraer público. Por cuestiones como esa, Namjoon no le hablaba a Jin, ni siquiera se podía decir que se trataban de llevar bien, o que cuando debían salir en público hacia lo posible por ignorarlo. Tal vez estaba actuando de forma infantil, cualquiera diría que eran celos, pero Namjoon no podía evitarlo.
Cuando Namjoon entro a la empresa lo hizo con otras ideas. Había sido reclutado cuando lo escucharon rapear, y no podía mentir, se sentía halagado de que alguien estuviera lo suficiente interesado en él como para ofrecerle ser un idol. Pero la idea de ser a Namjoon le parecía algo ridículo y tonto, todo el mundo sabía que ese mundo era muy falso, y sinceramente al chico no le gustaban las hipocresías. Pero debía admitir que el hombre que lo quería reclutar se veía diferente a los tipos que había visto antes en ese lugar cazando jóvenes con sueños para poder explotarlos. Namjoon era joven y tal vez ingenuo, pero no era ningún tonto como para caer en cualquier trampa pensada en un productor.
Lo que en verdad era cierto era que si le gustaría que su voz se escuchara en más lugares, sus letras llegaran a oídos de personas del otro lado del mundo, que su música inspirara a jóvenes como él que tenían sueños. Pero lo cierto era que para hacer eso tenía que establecerse primero en una empresa. Corea no era como otros países en los que solo te haces famoso por cantar o rapear o bailar en cualquier lugar, sino que necesitabas en apoyo de una empresa si querías que tu nombre fuera reconocido. Ahí es donde entraba la contradicción de Namjoon, quería ser reconocido por su música, pero no quería ser parte del grupo de idols.
Después de pensarlo mucho tiempo y meditarlo también con su familia pensó en darle una oportunidad a la empresa. Entro como un trainee, solo con la condición de que él participaría en las canciones, lo que menos quería era convertirse en una marioneta que dice solo las letras de otras personas. Hubo muchas cosas que cambiaron en su vida, su forma de pensar, su forma de actuar, etc. Pero a pesar de todo no se sentía incómodo con ese nuevo estilo de vida. Fue dicho que habría audiciones para el grupo de hip hop que formaría la empresa. Namjoon formaba parte de ese grupo, y estaba satisfecho que fuera un grupo enteramente dedicado al hip hop, no podía pedir nada más. Los demás miembros llegaron poco a poco, todos compartiendo el mismo interés que Namjoon por la música. Su debut no estaba muy lejos por lo que Namjoon se animó a hacer la mejor música que pudiera hacer. Practicaba horas con los demás chicos, escribiendo, componiendo, compartiendo sueños, intercambiando opiniones, etc. Todo parecía ir bien.
Pero no todo siempre funciona como quieres. En unas semanas algunos de los miembros comenzaron a irse, algunos por problemas familiares, otros por miedos e indecisión. También hubo un cambio en el concepto del grupo. Ahora les habían dicho que debían incorporar otros aspectos al grupo, el canto y el baile, para hacerlo más atractivo al grupo. Su debut se aplazó porque debían buscar de nuevo ahora a bailarines y cantantes. Los que quedaban del grupo se comenzaron a ir, solo Namjoon se quedó, aunque él no sabía bien porque. Tal vez aun le quedaba la esperanza de que todo eso fuera una pesadilla y pronto despertaría, pero todo era real, y estaba sucediendo frente a sus ojos.
Una tarde se encontraba en la oficina de Bang PD diciéndole que dejaría la empresa. El hombre se encontraba sentado en la silla de su escritorio mirando algunos documentos cuando el chico le dijo que renunciaría. El hombre dejo de hacer lo que estaba haciendo y miro hacia el inquieto pelinegro que tenía enfrente. Cuando escucho el rap del chico supo que era bueno, pero no solo eso, sino que tenía música en el alma. No era solo un niño más jugando a rapear, sino que en verdad sabía que es lo que quería. Por eso se sorprendió cuando lo escucho decir eso. El pelinegro hombre no hizo nada, tan solo lo miro en silencio. Namjoon por un momento pensó que le gritaría o lo corría de su oficina, pero nada paso, además Bang PD no era ese tipo de personas, era estricto pero no era cruel.
Por fin algo rompió el silencio, y fue justamente un suspiro saliendo de la boca del mayor en la habitación. El pelinegro hombre se recargo exhausto en el respaldo de la silla, este mes había sido una locura con tantas audiciones. Froto su mano contra su frente y miro al chico.
-¿Es por el cambio de concepto del grupo?-
-Es por muchas cosas- dijo Namjoon encogiéndose de hombros- Sabe que solo acepte venir a la compañía porque me prometió que yo podría escribir mis canciones-
-Eso no tiene por qué cambiar- dijo calmadamente
-¿De qué está hablando? Lo que planea es convertir a este “grupo”- remarco con comillas porque él era el único que quedaba,- en un grupo más del montón-
-Escucha, Namjoon- dijo pacíficamente- Si cambie el concepto inicial es porque este grupo no podría salir adelante solo enfocándose en el rap. Los fans buscan grupos con variedad y atractivos a la vista, los fans del hip hop jamás se fijarían en un grupo idol de hip hop de una pequeña empresa, creo que eso lo entiendes muy bien-
-Estoy consciente de eso. ¿Entonces porque formo este grupo en primer lugar si sabía que estaba destinado al fracaso?-
-Al principio pensé que funcionaria, atraería la atención de muchos. Pero solo tienes que dar un vistazo al mercado musical de hoy en día para darte cuenta que quedarían en el olvido como muchos otras. Si esta fuera una empresa famosa entonces captarían la atención de muchas personas y lo podrían lograr- dijo- Pero este no es el caso-
Namjoon lo entendía, todo dentro de su cabeza lograba procesarse completamente. Es solo que se sentía como un traidor hacia sí mismo si decidía continuar con esa decisión.
-Los grupos que han debutado recientemente han tenido reconocimiento por sus variados conceptos, eso es lo que la gente quiere-
-Es tan injusto- murmuro el chico claramente molesto
-No voy a obligarte a quedarte, esa es tu decisión- dijo el hombre suspirando- Namjoon, en verdad creo que tienes potencial como artista-
-¿Y convertirme en solo un muñeco mas que es manejado por una empresa?- dijo alzando su voz, después se arrepintió. No estaba siendo justo con el productor, nunca se portó mal con él y ciertamente debería estar agradecido por muchas cosas, pero sentía que su paciencia estaba rayando en el límite
-El hecho de que seas un idol no quiere decir que tengas que cambiar tu forma de pensar o de ser-
-¿Es una broma no?- dijo con sarcasmo- Si quieres agradarle a alguien tienes que actuar como quieren que actúes-
-Namjoon, aunque no lo creas, existen personas ahí afuera que si valoran el esfuerzo de un artista y no solo se fijan en su rostro o en su imagen. Pero para atraer a esas personas necesitas atraer su atención primero. Pero te aseguro que una vez que les demuestres que tipo de artista eres no perderán interés en ti-
Aquellas palabras sonaban bien y todo eso, pero Namjoon seguía teniendo dudas. Estaba al tanto de que la empresa tenía que generar ingresos de alguna manera, era un negocio después de todo. Pero dejando eso de lado, no le agradaba la idea de renunciar a su sueño tan fácilmente. Aun si probaba suerte en otras empresas no quería decir que respetaran del todo su trabajo o que no querrían moldearlo a su gusto. No sabía qué hacer, estaba muy confundido.
El hombre hace unos momentos le había dicho que podía ser como quisiera aun siendo un idol, se preguntaba si eso era posible. Le gustaba pensar que Bang PD tenía razón y si hubiera personas que valoraran su trabajo.
El chico suspiro en su asiento y miro al productor que lo había reclutado ya hace un tiempo. Él siempre decía que un buen artista no era quien era más famoso o quien tenía más dinero sino el que continuaba de pie a pesar de recibir críticas, desprecios o insultos. En ese momento Namjoon sintió algo similar. Se preguntaba si eso se asemejaba a ser un buen artista.
-Me quedare- finalizo el chico sorprendiendo una vez más al productor
Ya no había vuelta atrás. Namjoon había decidido seguir el camino de la música y no lo abandonaría solo por una traba en su camino. Simplemente seguiría hacia adelante.
Namjoon había pensado eso pero cada vez que tenía que bailar o cantar se preguntaba si había hecho la elección correcta.
Cada miembro nuevo era diferente a los que había conocido antes. Algunos le parecían más ingenuos o superficiales que otros. Pero prefería no juzgarlos, así que trataba de llevarse lo mejor posible con todos. Claro que estaba la excepción, Seokjin. El chico de cabellos castaños que en ese momento hacia los pasos de baile torpemente, agachando la cabeza y con las mejillas rojas por la vergüenza. El profesor algunas veces los regañaba a ambos porque eran tal vez los peores bailando, pero después continuaba la rutina dejándolos en el fondo del salón para repasar de nuevo los pasos iniciales.
Aun Namjoon no dejaba de preguntarse cómo es que Seokjin había logrado entrar a la empresa. Después concluyo que había sido por su aspecto. Él fácilmente podría ser el rostro del grupo sin problema alguno. Y eso solo hacia crecer más su apatía por él. Como en estos momentos, se suponía que deberían de ayudarse mutuamente y tratar de sacar juntos la coreografía, pero Namjoon se rehusaba a hablarle o acercarse más.
Para suerte de ambos la clase termino. Era la última del día así que Namjoon dejo salir un gran suspiro de alegría. Algunos de los chicos se acercaron y comenzaron a hablar.
A pesar de tener una conversación bastante entretenida, no pudo evitar mirar hacia la dirección donde se encontraba Seokjin, removiendo el sudor de su frente y con las mejillas sonrojadas por el ejercicio. En ese momento Namjoon se dio cuenta que siempre lo miraba a pesar de decir que no le agradaba. Pero no tuvo de tiempo de preguntarse la razón de su comportamiento. En ese momento, uno de los chicos, Hyosang, uno de los trainees que practicaban con ellos. Ese delgado chico siempre estaba junto a Seokjin, comían juntos, iban juntos a las prácticas e incluso se reunían a pesar de no tener algunas veces las mismas clases.
Namjoon detuvo sus pensamientos y dejo de mirarlos después de darse cuenta que sabía mucho de ellos, más de lo que debería. La repentina revelación lo golpeo desprevenidamente, como si lo hubiera atropellado un carro. Si no le importaba Seokjin ¿por qué sabía mucho de él? Eso no tenía sentido.
Aun aturdido fue hasta los baños, quería lavarse el rostro y despejar sus ideas un rato. Los demás chicos lo invitaron a comer algo afuera, pero les dijo que los alcanzaría en el restaurante. Cuando fue al baño se sorprendió por su aspecto, parecía algo pálido y cansado, pero eso ultimo debía ser por las agotantes prácticas de todos los días. Hecho agua en su rostro sintiendo lo refrescante que era después de haber sudado mucho. Mientras tomaba una hoja grande de papel y se secaba el rostro escucho como alguien salía de uno de los cubículos. No le dio importancia. Solo hasta que bajo la hoja de papel y la tiro a la basura que pensó haber visto a Seokjin a su lado lavándose las manos. Disimuladamente miro su reflejo en el gran espejo. Ahí estaba el castaño chico que siempre cambiaba su estado de ánimo, y no lo estaba mirando, lavaba sus manos en silencio y con la mirada hacia abajo. También eso era algo que le molestaba, el hecho de que nunca lo viera directo a los ojos, Namjoon entendía que algunas veces podía ser intimidante pero nunca le había dicho nada como para que le tuviera miedo.
Seokjin termino de lavarse las manos y fue directo hacia la puerta sin haberse secado las manos antes. Fue ahí cuando la paciencia de Namjoon se rompió. Sin alzar la voz comenzó a hablarle al castaño:
-¿En verdad te interesa la música?- pregunto girándose hacia su dirección. El castaño se quedó quieto en su lugar, sin decir nada- Dime, ¿por qué decidiste convertirte en cantante?-
-¿Eh?- era la primera vez que Namjoon escuchaba claramente su voz. El chico se había volteado por fin y lo miraba a los ojos, pero aun así parecía aturdido
-No eres bueno bailando, no sabes rapear y tu canto no es muy bueno que digamos- dijo acercándose hacia el castaño que comenzó a retroceder con los ojos abiertos al darse cuenta de su proximidad, pero más aún por lo que le estaba diciendo. Bajo la mirada y eso hizo que Namjoon se enojara aún más- Pero tu rostro es bueno ¿no? Eso es lo que te asegura un lugar en el grupo ¿verdad?- Namjoon no podía creer que estaba diciendo todo lo que alguna vez pensó- Pero dime ¿qué será de ti el día que ya no tengas ese rostro?- con esa pregunta finalizo el pelinegro, sin decir nada más salió del baño dejando a un callado castaño parado cerca de la puerta
Namjoon sabía que aquello que dijo fue más que malo. Estaba consciente de que las palabras pueden herir a una persona aunque no lo parezca. Pero no se había podido controlar, todavía seguía nervioso por descubrir hace un momento que sabía mucho de Jin. Tal vez lo de hace un momento en el baño fue un intento de hacer sentir mal al castaño solo para reafirmar su aversión contra él. No supo que es lo que fue, pero pensó que esta vez tal vez si había ido demasiado lejos.
Pensó en olvidar aquel incidente. El castaño no se defendió de ninguna manera, o tal vez ni siquiera le había dado tiempo de hacerlo. Si tenía algo que decirle, entonces seguramente lo buscaría. Namjoon estaba dispuesto a escuchar su respuesta, o por lo menos un par de golpes por haber abierto la boca.
Seokjin se había quedado parado en aquel baño con la mirada caída y el ánimo por los suelos. Si eso pensaba ese chico de él, entonces eso también lo podrían pensar otras personas. Honestamente, no estaba completamente seguro porque había entrado en esa empresa. Un tipo un día se le acercó y le dijo que hiciera una audición para esa empresa. Y Jin así lo hizo, aunque ahora se preguntaba si en verdad fue una buena opción. Tal vez esa no era su profesión y solo estaba perdiendo el tiempo.
Sintió como un nudo se formaba en su garganta y sus ojos comenzaban a molestarlo por las lágrimas que se juntaban para salir en cualquier momento. Odio ser así de sensible, estaba enojado consigo mismo por llorar, quería desaparecer. Se llevó una mano al rostro y la presiono contra sus ojos, negándose a derramar una lágrima.
Escucho como alguien entraba y se removió rápidamente las gotas de sus ojos. Miro hacia el suelo hasta que sintió una mano en su hombro. Cuando se giró vio como uno de sus compañeros se encontraba detrás de él mirándolo preocupado. Era Hyosang, su único y mejor amigo. Ambos habían entrado el mismo día a la empresa y el delgado castaño fue el primero en hablarle, se acercaba a él incluso cuando Seokjin trataba de estar solo. En momentos como este agradecía tener a alguien a su lado sino sabría que se derrumbaría en cualquier momento.
-¿Qué pasa, hyung?- pregunto el chico tan solo meses más joven que él, pero siempre era educado con él- ¿Por qué estas llorando?- esta vez camino delante de él para que no tratara de huir de su mirada
-¿De qué hablas? No estaba llorando- dejo salir una pequeña risa vacía que lo delato
-Hyung, deberías saber que eres malo ocultando tus sentimientos- dijo el chico, y sin decir nada más se acercó hasta el castaño y lo abrazo. Seokjin no estaba acostumbrado al contacto directo con las personas así que tardo un rato en corresponderle- Esta bien si no me dices que es lo que tienes, pero si quieres llorar desahógate en mi hombro- exclamo en voz baja
-¿Cómo es que le dices eso alguien mayor?- intento bromear, pero lo único que salió fueron lágrimas de sus ojos. Ya no podía más, si intentaba aguantar el llanto su pecho y garganta dolían demasiado. Ya no tenía fuerzas para construir un muro alrededor que no dejara ver sus sentimientos
-Hyosang, creo que dejare la empresa- murmuro aun con lágrimas cayendo por sus mejillas
-¿Qué? ¿Por qué?- el chico no pudo evitar sonar impresionado
-No soy bueno en nada de lo que hago- se encogió de hombros aun en el abrazo. Lentamente se separó del menor y lo miró. Él siempre parecía tener una mirada entre traviesa e inocente en su rostro así que sonrió pensando que se veía lindo con esa expresión de desconcierto- Eso lo mejor-
-¿Lo mejor para quién?- pregunto sin entender- Hyung, ¿qué fue lo que paso? ¿Por qué tomaste esa repentina decisión?- esta vez lo tomo del brazo con ambos ojos abiertos
-Es algo que venía pensando desde hace mucho tiempo. Cada vez que voy a cada clase no veo ningún progreso, es más, pareciera que lo hago peor que antes- admitió bajando unos momentos la mirada- No tienes que preocuparte por mí, siempre te apoyare- dijo asintiendo con la cabeza
-Ese no es el problema- negó- Hyung, ¿en verdad crees que no tienes talento? Yo creo en ti hyung-
-Gracias, Hyosang- respondió sin haber respondiendo la pregunta de antes- Eres un buen amigo-
Mientras ambos conversaban en aquel lugar, un alto pelinegro se encontraba recargado en la pared, escuchando lo que platicaban ambos. Tal vez cualquier diría que estaba espiando pero no era así, sino que regreso por algo que se le había olvidado en la sala de prácticas y vio que Hyosang entraba al baño. No quiso darle importancia, hasta que lo escucho casi gritar. Ahí fue cuando escucho que Seokjin pensaba dejar la empresa. No iba a mentir, la noticia lo impacto, y más porque lo había decidido después de lo que le dijo así que eso lo hizo sentir culpable. Pero al parecer eso era algo que el castaño había decidido desde hace tiempo. Namjoon sabía que ese no era problema suyo si era una decisión que había tomado. Pero no podía evitar sentirse enojado, confundido y siendo sincero, algo triste.