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The Landscaper por White Mask

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La reunión puso cada vello de su cuerpo, de punta y electrizado. Sabía lo que estaba haciendo y ya se había hecho a la idea de que todo había terminado; sin embargo en aquel momento su estomago se sentía como una apretada trenza de nervios, su corazón estrellaba con fuerza contra sus costillas y sentía que la garganta se le rompería por tanto aguantar los sollozos que luchaban por salir. Luhan sentía que allí, sentado en esa incómoda silla, con el bolígrafo en sus manos y a solo centímetros de la hoja color sepia, estaba muriendo. Todo en su interior estaba revolucionado y lo hacía sentir muy mal.

Luhan no podía decir que amaba a Sehun, pero con toda seguridad no es fácil alejarte de la persona con la que llevas conviviendo tanto tiempo.

Luego de respirar un  par de veces y luego de haber mirado a los profundos ojos del juez frente a él, decidió firmar un poco demasiado rápido y dejo caer el bolígrafo sobre la mesa, provocando un suave “crack” cuando este choco en la superficie de madera.

<< Muy bien caballeros. >> Habló con voz gutural y profunda. << Todo está firmado y en orden. Pueden retirarse. >> El hombre sonrío con tristeza y se levanto de la gran silla, saliendo primero de la oficina.

 

<< Bien… esto, Lu-Luhan… y-yo >> Sehun intentaba articular alguna frase desconocida para Luhan y este solo sonrío amable.

<< ¿HaeRa vino contigo? >> Decir ese nombre lo hizo estremecer y sintió como su lengua punzaba y ardía. Sehun palideció  y asintió suavemente. << Dile que pase. >> La mirada de su ex marido fue escéptica y Luhan volvió a sonreír con algo más de alegría. << Solo hazlo. >> Declaró amable y Sehun llamó en voz alta a la mujer, que probablemente estaba del otro lado de la puerta. A pasos lentos y tímidos entró una mujer poco menos alta que Luhan, de cabello negro lacio y vestida de manera simple, pero sofisticada. Luhan pudo ver que sus ojos brillaban con especial tristeza y lucían un poco hinchados.

¿Ha llorado? Pobre mujer…

Su cuerpo era menudo, sus facciones delicadas y su piel nívea. Era hermosa… ¡Maldita sea, que si era hermosa!

<< L-Luhan… ssi… >> su voz era queda y suave, su rostro se había sonrojado y Luhan percibió algunas lagrimas acumulándose en sus brillantes ojos. Antes de pronunciar alguna otra palabra, simplemente hizo una gran reverencia frente a él, sorprendiéndolo. << ¡Lo siento mucho! >> El corazón de Luhan dio un vuelco y Sehun abrió de manera desmesurada los ojos. << ¡Yo… yo lo s-siento mucho! ¡Me siento muy avergonzada! ¡Perdón Luhan-ssi! Perdón… >> su voz se rompió a media frase y ambos hombres la escucharon sollozar. Sehun se apresuro a consolarla, levantándola y presionándola contra su pecho.

Luhan simplemente vio la escena y sintió como nuevamente algo en lo profundo de su ser se rompía. En ese momento sentía muchas cosas juntas, arremolinadas y torturantes… pero eso no le impidió decir la que había decidido decir.

<< Mírame HaeRa. >> Demandó con voz tranquila y recibió la mirada perdida de Sehun y la mirada triste y brillante de la mujer en sus brazos. << Hazlo feliz. ¿De acuerdo? >> Sonrío con sinceridad y miró a Sehun. << Cuídala. >> La mirada de la pareja era atónita y entonces como si estuvieran sincronizados, ambos le sonrieron asintiendo con vergüenza.

 

El camino en auto se estaba haciendo eterno. La música suave que estaba sonando en  la radio, se había convertido en un ruido molesto para sus oídos. Los rayos del sol que se filtraban por las ventanillas lo estaba encegueciendo y las lagrimas lentamente se acumulaban en sus ojos, haciéndole más difícil enfocar el camino.

El sonido estridente del ringtone de su teléfono interrumpió la tranquilidad del ambiente y Luhan giró la vista hacia el asiento del copiloto; cogió el celular, miro rápido la pantalla y conectó los manos libres para contestar la llamada.

<< ¡Lu! >> Dijo una voz alegre del otro lado de la línea. Luhan sonrío con pereza.

<< Min. ¿Cómo has estado? ¿Cómo fueron las vacaciones de invierno, eh? ¿Mucho frío en la playa? >> Buscó que su tono sonara menos ronco e infeliz, pero al no conseguirlo simplemente continuó hablando.

<< Lu… tú no quieres hablar de eso. >> Su corazón latió apresurado y su estomago se contrajo.

<< ¿Hablaste con mamá? >> Suspiro y enfoco su vista en la carretera.

<< Si. Pero no me como ese cuento que le dijiste… ¿qué fue lo que realmente sucedió Lu? Sabes que te conozco… y conocía tu relación con Sehun. Dime la verdad por favor… >> las lágrimas le lastimaban los ojos y los sollozos anudados le desgarraban la garganta.

<< Te enviare mi dirección por mensaje. Cuando estemos en casa te contaré. Voy manejando… >> su voz flaqueó en el último instante y MinSeok inhaló con fuerza.

<< Mataré a Sehun. >> Luhan hizo su mejor intento de reír naturalmente y cortó la llamada.

En cuanto llegó a la gran casa de color blanco, simplemente parqueó el auto frente a esta y se paró en el corto camino que lo conducía a la puerta de entrada; Luhan llenó de aire sus pulmones y suspiró.

 

Sus sentidos estaban ligeramente aturdidos, por lo que no pudo reaccionar cuando escuchó unos gritos provenientes de algún lado de la calle y casi de inmediato sintió un fuerte empujón que lo tiró al suelo.

<< Pero… ¿¡Q-qué demonios!? >>

Al parecer cuando menos lo necesitas, pasan las cosas más extrañas.

Luhan sentía las mejillas, la nariz, incluso la boca un poco húmeda; sobre él yacía un fuerte peso y una cosa viscosa se resbalaba por su cara; cuando pudo abrir los ojos, se encontró de frente con una lengua rosada y una nariz circular y húmeda. Al enfocar mejor, notó que era un perro grande de pelo dorado y abundante.

Bastante bonito… y molesto.

El golpe lo había dejado un poco torpe y aturdido, su campo de visión solo podía abarcar al perro sobre él, pero podía jurar que escuchaba unos pasos apresurados viniendo en su dirección y también unos gritos risueños.

¿De qué diablos se ríe?

<< ¡Yah! ¡Perro malo! >> Los pasos se detuvieron frente a él y ahora podía escuchar una respiración fuerte y agitada. << ¡Yah! ¡Jin! ¡Abajo! >> El perro paró de lamerlo y atendió a la voz profunda que hablaba. << ¡Bájate! ¡Perro malo! >> Sonaba a regaño, pero igual reía.

¿¡Qué demonios!?

<< ¡Hey! ¿¡Estás bien!? ¿¡No te hizo daño este perro tonto!? >> El animal se bajó a paso rápido y él gimió cuando las patas rasposas le pisaron el abdomen; el perro fue al lado de su amo y le movió la cola con gracia, disfrutando de la sonrisa que le dirigía. << Ven… te ayudo. >> Luhan no sabía si el sol era muy fuerte, o si tal vez se había golpeado muy fuerte la cabeza, pero el chico frente a él se veía increíblemente bien a contra luz. Con torpeza alcanzó la mano que le ofrecía y se levanto, sin quitarle la vista de encima. El desconocido sonreía.

<< Lo siento. No acostumbra a hacer eso… >> la sonrisa que le mostraba era brillante y hermosa, sus labios bien moldeados, cabello alborotado, piel acaramelada y brillante, pero sobre todo, ese par de ojos absorbentes y oscuros. Fue en el instante en que fijó su mirada en los labios abultados, que se dio un golpe mental y soltó la mano del desconocido.

<< E-estoy bien. Pero mantén a tu perro controlado. >> Escupió y rodó los ojos con molestia.

<< Te grité que tuvieras cuidado… pero al pare- >>

<< ¿Acaso es culpa mía? >> Lo miró irónico y el desconocido volvió a sonreír.

¿¡Qué no sabe hacer algo más que sonreír!?

<< No, no. Es mi culpa por quitarle la correa. >> Señaló el collar en su mano y sonrío. << Lo lamento. >> La sonrisa continuaba en sus labios y Luhan sintió molestia y náuseas.

<< Como sea. Solo mantenlo lejos de mí. >> Rodó los ojos y su estómago se removió al sentir la maño del extraño en su cabello; volvió la vista a él y sus ojos chocaron.

<< Una hoja. >> Dijo alegre mostrando lo que había quitado de su cabeza. Ambos se miraron un rato y entonces un estruendoso ladrido los sobresaltó; Luhan dio un pequeño brinco hacia atrás y miro al perro como si le hubiese salido otra cabeza.

¡Maldito animal!

<< ¡Le agradas! >> Soltó efusivo el desconocido y acaricio con afecto la cabeza del labrador. << Chico malo. No tendrás croquetas hoy. >> Canturreaba cariñoso y sonreía. Luhan sintió una punzada en el estómago antes de darse la vuelta y caminar hacia la puerta; él sobraba en esa escena y además tenía cosas que hacer. << ¡Oye, espera! >> Gritó esa voz otra vez y Luhan gruñó.

<< ¿Qué? >> Lo miró inexpresivo.

<< Mi nombre es Kim JongIn. Un placer. >> Se acercó sonriendo. << Y… no vivo por acá, así que mi perro no te causara problemas. >> Su sonrisa era brillante y Luhan sintió mareo. << Solo me gusta correr en este lugar… es tranquilo. >> Luhan desvió la mirada del par de ojos soñadores.

¿Por qué me cuenta todas esas cosas?

<< ¿Y tú? >>

<< ¿Yo qué? >> Justo ahora no estaba para pláticas amistosas y este tal JongIn parecía muy sociable.

<< Tu nombre. ¿Cómo te llamas? >> Otra vez reía, era una risa suave y sus ojos se curvaban con gracia a la vez que se elevaban sus pómulos.

<< Luhan. >> Dijo cortante y aprecio la sonrisa del moreno.

<< Mucho gusto Luhan. >> Estiró su mano y aunque él vaciló un poco, igual recibió el apretón.

<< Igualmente… >> Sintió estática en el agarre y se soltó de inmediato. JongIn sonrío con algo más de intención, pero Luhan no lo vio, porque había desviado la mirada. << Bueno, entonces… >> Dijo de pronto y se encamino hasta la puerta; ya frente a ella, se volvió hacia JongIn y este le sonrío.

<< Adiós Luhan. >> El perro ladró y él abrió la puerta.

<< Adiós JongIn. >> Arrastró la despedida y el moreno sonrío para luego continuar con su trote mañanero. Luhan lo vio desaparecer de a poco por la tranquila calle y entonces entró a su casa. << No me gustan los animales… >> a paso lento se dirigió a la primera caja y comenzó a destaparla.

Habían pasado 10, o tal vez 15 minutos desde que entró a casa, cuando en la puerta sonaros 3 golpes suaves.

<< ¡Lu! >> El pequeño de ojos grandes se abrazó a él y Luhan se encontró sonriendo con felicidad.

<< ¿Cómo has estado Minnie? >> MinSeok se separó y lo miró con alegría. Luhan cerró la puerta y juntos caminaron a lo que pronto seria la sala de estar; por el momento solo era un patético montón de cajas, maletas y un acolchonado sofá en medio. ¿Cómodo no?

<< Resumiendo… >> tomaron asiento. << Estoy bien, JongDae sigue siendo mi idiota preferido, las vacaciones estuvieron perfectas y me intoxiqué con unos mariscos en mal estado. >> Habló rápido y tomo aire. << Sigues tu. >> Ahí estaba MinSeok. Siempre tan directo y aferrado a la idea de conseguir la información que quiere, insistiendo y hostigando si es necesario. Adorable… pero diabólico el pequeñín.

<< No cambias… >> negó con su cabeza mientras reía.

<< Te conozco. Si no te insisto, eres capaz de morir solo con tu dolor… siempre has sido igual. Odio que te guardes las cosas Luhan. >> Su mirada era seria y ya no había sonrisa. Luhan sintió como  su estomago se encogía y lo recorrió un escalofrío.

<< Me engañó… >> Min abrió bien los ojos y Luhan se soltó a llorar mientras contaba su historia. Su voz sonaba más y más quebrada, a medida que avanzaba su relato y su corazón caía a migajas en el interior de su pecho.

¡Dios, como había amado a Sehun! Tanto más que a sí mismo, poco menos que a su dignidad. Por eso había optado por el divorcio de manera veloz.

Luhan nunca se consideró rencoroso, porque de hecho nunca lo fue. Sabía que nunca odiaría a Sehun. Nunca odiaría a HaeRa. Pero temía que el daño fuera peor. Tal vez el odio era solo el prólogo a algo más intenso y doloroso.

¿Y si no podía ama otra vez? ¿Y si se quedaba estancado en esa etapa de su vida? Estaba comenzando a pensar que las cosas serian muy tristes a partir de ahora. Porque de algo estaba seguro, él solo confiaba una vez y su confianza estaba rota.

 

<< Lo siento Lu… >> sus brazos envolvían gentilmente a un tembloroso Luhan. Lo estrechaba suavemente para tratar de calmarlo, para contener su dolor y no permitir que se destrozara más.

<< Y-yo… yo lo siento más Min… >> sollozaba sin poder detener el llanto, hablaba entrecortado y su voz terminaba siendo ligeramente ahogada por la chaqueta de MinSeok.

<< Vamos Lu… no llores mas por favor. >> Suavemente lo mecía entre sus brazos, hasta que Luhan comenzó a respirar más lento, sus latidos fueron suavizándose y finalmente dejó de llorar.

<< Perdona… es que, contar esta historia… no es fácil. >> Suspiró y terminó de secar sus lágrimas. << Espero algún día, poderme reír de esto. >> Sonrío con tristeza.

<< ¿Qué tal si lo mato? Así podrías olvidarte de él. >> Se cruzó de brazos inflando las mejillas. Luhan rió y negó con la cabeza sin parar de reír.

<< No soy vengativo Min… jamás pensaría siquiera en hacerle daño. >> Dijo con voz queda y una triste sonrisa. Tal vez era por ser así que Sehun lo había traicionado. Luhan era demasiado tranquilo, demasiado ingenuo como para hacer daño, demasiado amable como para odiar.

No crean que él se arrepentía de ser así. No, no; sus padres lo había criado lleno de valores y principios, nunca había dicho malas palabras, jamás le había alzado la voz a nadie, excepto claro, al único hombre que había amado. Pero ahora debía cambiar.

Necesito cambiar.

<< Minnie… vamos a un salón de belleza. >> Sonrío y MinSeok ladeo la cabeza con signos de interrogación decorando su cara. << Me teñiré el cabello. Tal vez de castaño… no lo sé. >> No quería llevar más el tono rubio que Sehun le había sugerido. Si quería dejar atrás toda esa situación, empezaría por lo más básico.

<< De acuerdo. ¡Pero yo escogeré el color! >> Tomaron las llaves del auto de Luhan y salieron de casa entre risas y parloteo. El día estaba mejorando y ahora que ya se sentía más liviano luego de contarle la verdad a su amigo, planeaba disfrutar lo que sea que viniera.

 

<< ¡Hey Lu! >> Luego de teñirse el cabello, comprar un par de cosas para la casa y comer en su restaurante favorito, por fin regresaba a su hogar.

<< Dime. >> Sonrío dejando las bolsas en la cocina. Min se fijo en su cabello y sonrío.

<< ¡Ese color luce hermoso en ti! ¡El cobre definitivamente es tu color! >> Era la milésima vez que lo decía.

<< Gracias Minnie. >>

La tarde estaba tranquila y silenciosa. Los dos amigos empezaron a organizar un poco la casa, para que pareciera más decente. Conectaron la nevera, la lavadora, el teléfono, un televisor y juntos armaron la cama del cuarto principal. Subieron las cajas a una de las habitaciones restantes y dejaron la primera planta un poco más presentable.

<< ¿Lu? Dijiste que hay un patio trasero, ¿verdad? >> Dijo el pequeño mirando hacia la puerta corrediza.

<< ¿Quieres verlo? >> Se levantaron del sofá y Luhan deslizó la puerta de cristal. << ¡Wow! >> Exclamó con sorpresa.

<< ¡Es muy grande! >> Ambos admiraban el lugar. MinSeok veía feliz la piscina y Luhan no recordaba siquiera haberla visto cuando fue a mirar la casa por primera vez.

Los ojos de Luhan bailaban por todo el lugar y se detuvo a observar la enorme cantidad de espacio allí. Había una gran piscina en el centro y de resto era solo un montón de césped mal cuidado y pura maleza.

Qué triste… es un triste paisaje.

<< Minnie… ¿no crees que este lugar es muy grande y está muy vacío? >> Cuestionó caminando alrededor. << Mira… la piscina esta sucia, el pasto está quemado, hay maleza… no hay flores… es triste. >> Hizo un puchero y Min se soltó a reír.

<< Si, si. Buscaremos un paisajista. >> Se acercó y le palmeó la espalda. << JongDae tiene un amigo paisajista… al parecer es muy bueno. Le diré que hable con él. >> Luhan le devolvió la sonrisa.

<< De acuerdo. >>

Esa noche Luhan durmió en su nueva cama, a solas, pero más tranquilo. A partir de mañana seria un hombre nuevo, fuerte y nuevo. Su corazón no sería más nunca débil y él se demostraría a si mismo que nunca más sucumbiría a ser burlado ni traicionado por nadie.

Adiós al ayer…

Notas finales:

Viene el siguiente ^^


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