La música sonaba muy fuerte retumbando en los oídos de todos en el lugar, sin embargo poco le importaba a Sousuke quien se encontraba concentrado en cada movimiento que daban las caderas de cierto pelirrojo de un lado a otro en la pista de baile yendo al compás de la música, mientras que el mantenía una mirada de deseo para nada disimulada.
Y pensar que estaba bailando con otro, y que ese otro fuese Nanase Haruka le había dado directo en el orgullo, lo envidiaba, envidiaba el hecho de que el ojiazul pudiese besarlo, tocarlo, decirle cosas al oído, cosas que por obvias razones él no podía hacer. Porque era su amigo, no, no solo un amigo, era su mejor amigo y se supone que no está bien, sobre todo si Rin ya tiene pareja.
Bebió un sorbo de su cerveza sin despegar su mirada del cuerpo del pelirrojo, estaba tan perdido en ello que no se había dado de cuenta que había alguien sentado a su lado si no hasta que un brazo rodeo su cuello.
Inmediatamente reconoció el perfume, le miro de reojo solo para confirmar lo que ya sabía: era Kisumi.
- ¡Sou! – Le llamo el de ojos violeta brillante pero el pelinegro no dio respuesta – ¡Sousuke! – Al notar que este había desviado su mirada para verle le dedico una sonrisa – parece que hubiese muerto tu gato – Decía a carcajadas pero al notar que el más alto iba a ignorarle de nuevo dejo de reír de golpe – ¿Pasa algo? Sabes que puedes decirme.
Tomó otro sorbo de cerveza ante la atenta mirada de Kisumi. Trataba de parecer normal, pero el hecho de que el ojiazul estuviese manoseando a Rin frente suya le afectaba de sobremanera y eso no podía ocultarlo ni aunque quisiera.
Pero aun no estaba lo suficientemente ebrio como para hablar de ello o eso creía.
- No me pasa nada – Trato de sonar lo más convencible posible pero al parecer el de cabellos rosados no se la creyó ni un poco.
- ¿No querías venir? ¡Vamos anímate! Hay un montón de chicas y chicos para divertirse – Le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Se quedo en silencio esperando alguna expresión o palabra por parte del de ojos turquesa pero no sucedía nada.
- No, Rin me obligo – Contesto finalmente con un tono de voz frío.
- Apuesto a que solo tuvo que sonreírte y tu caíste rendido a sus pies – Le dijo burlón.
¿Acaso había escuchado mal? O era que la música le había hecho entender idioteces, porque a pesar de que era cierto no podía creer que fuese tan predecible. Dirigió su mirada a Kisumi y este al notarlo le sonrió como si no hubiese dicho nada fuera de lo normal.
- ¿Me equivoco? – Le pregunto haciéndose el inocente.
- ¿Cómo lo…?
- ¿Cómo lo sé? – No le dejo terminar, dejo salir una carcajada para luego dirigir su vista al pelirrojo que bailaba junto a su pareja sin darse cuenta de nada – eres bastante obvio, Sou.
Estaba sorprendido, creía que lo disimulaba bastante bien aunque no había dejado de mirarle desde que habían llegado al lugar o mejor dicho desde que Rin prácticamente lo había arrastrado desde su departamento hasta un taxi y lo había metido allí con la excusa de que iba a morir solo si no salía y bla, bla, bla.
Pero no, porque Kisumi lo había descubierto. Escucho a duras penas la risita burlona del pelirosa y se sintió expuesto por alguna razón, oh espera lo estaba.
- ¡Vamos quita esa cara! No estamos en un funeral – Se levanto de su lugar para pararse delante del pelinegro y extenderle la mano – ¿No quieres bailar?
- No – Le respondió secamente mientras el de ojos violetas hacia un puchero.
- ¿No hay manera de que te convenza? – Preguntó poniendo cara de perrito abandonado en medio de la lluvia.
Sousuke negó con la cabeza, pero eso no es suficiente para derrotar a Shigino Kisumi, no apenas estaba comenzando.
- Anda, anda, anda, anda, anda, anda, anda solo una canción ¿sí? – Repetía una y otra vez mientras tironeaba al mayor del brazo tratando de llevarlo a la pista de baile pero este no cedía, Yamazaki Sousuke tampoco era fácil de derrotar y si por algo lo conocemos es por ser terco - ¡Mira hasta Nitori-san está alegre! – dijo señalando al peligris quien se encontraba bailando bastante cerca con el ex-capitán del equipo de natación de Samezuka, nada más y nada menos que Mikoshiba Seijuurou.
- No olvidalo, Kisumi – Cuando escucho al de ojos turquesa decir su nombre sonrió ya que era lo que estaba esperando desde que empezó a hablar con él.
- Si tu lo pides Sou – Le dijo en tono cantarín para después en un rápido movimiento apoderarse de los labios ajenos en un fugaz pero lujurioso beso.
Esperen ¿eso de verdad había pasado o eran los efectos del alcohol jugándole una broma? No era imposible apenas llevaba una botella y media de cerveza. Pero lo cierto era que durante ese pequeño periodo de tiempo en el que los carnosos labios de Kisumi tocaron los suyos sintió algo extraño, tan extraño que no tiene una definición concisa.
Su cuerpo reacciono de inmediato en lo que fue un pequeño salto hacia atrás y en su rostro podía verse lo jodidamente confundido que estaba en ese momento. Mientras Kisumi solo sonreía a más no poder, pues había obtenido la reacción que esperaba en él.
- ¿Qué haces? – Le pregunto entre sorprendido y nervioso el mayor.
- Pero si tú me lo pediste – Sonrió pero al notar que en el rostro de Sousuke solo había más confusión soltó un suspiro – Kiss me – Le dedico un guiño cuando noto que por fin había entendido a que se refería.
Ahora lo entendía todo, pero como bien sabemos el de ojos turquesas no iba a quedarse atrás e inmediatamente después de haber entendido se levanto de su cómodo lugar para quedar frente a frente con Kisumi quien solo observaba atento a lo que haría a continuación.
Acerco sus labios a los ajenos formando un beso, pero este a diferencia del que le había dado el pelirosa no fue solo un roce pues luego de sentir que el menor le daba permiso – Aunque no lo necesitara – de continuar empezó a lamer, chupar y morder los labios ajenos dejando a Kisumi más que sorprendido pues de verdad no esperaba esa reacción ¿A caso estaba ebrio? Pero se dejo llevar por los deseos ajenos y abrió un poco su boca dándole completa libertad al pelinegro de explorar su cavidad bucal lo cual hizo sin demora.
Y es que los labios de Kisumi le parecieron tan deliciosos, tan adictivos, como ese chocolate que aunque te dicen que no pruebes terminas acabándotelo todo, eran tan suaves como parecían y en su boca había un sabor entre amargo y dulce debido al alcohol y quien sabrá lo que hubiese comido pero que habían dejado al de ojos turquesas con ganas de más.
De un momento a otro se encontraban jugando con las lenguas contrarias, más bien teniendo una batalla en la cual estaba en juego quien llevaba las riendas del húmedo beso pero en el momento en el que Sousuke rodeo la cintura del menor y lo atrajo hacía el, logró desconcentrar por completo al de hermosos ojos violeta brillante tomando el control para él.
Pero el maldito aire empezó a ser escaso y tuvieron que separarse.
- Sou… - Observo atentamente los ojos turquesas en los cuales pudo ver como la lujuria desbordaba de ellos y se vio perdido en ellos por un instante, el pelinegro abrió la boca en señal de que diría algo.
“De seguro va a decir alguna tontería como: lo siento o se despedirá para después huir” pensaba el pelirosa. Y con ese temor en mente de que el mayor se fuese y lo dejase todo ansioso y basta decir que excitado coloco uno de sus dedos en los finos y masculinos labios ajenos en señal de que se callara lo cual obedeció no sin dedicarle una mueca de molestia a Kisumi.
- ¿Y ahora, si quieres bailar? – Preguntó con una sonrisa de lado en sus labios y una mirada picara en sus ojos.
- Aún no terminas de convencerme – Dijo en el oído ajeno con un tono de voz ronco que logro erizarle la piel al menor.
- Dime… – Rodeo el cuello del menor con ambas manos acercando más el cuerpo ajeno al suyo – ¿Cómo lo hago?
El de ojos turquesas solo sonrió de medio lado para después tomar la mano de Kisumi y llevarlo hasta la pista de baile, a su alrededor habían varías personas bailando unos con normalidad y otros buscando una excusa para frotar sus cuerpos con los ajenos, entre esas personas estaban Makoto y Rei quienes compartían un candente beso mientras bailaban exageradamente cerca, también Momotarou y Nagisa quien manoseaba sin pudor alguno al menor mientras ambos movían sus caderas al ritmo de la música.
El de ojos violeta brillante empezó a mover sus caderas las cuales eran sujetadas fuertemente por las manos de Sousuke, de un momento a otro Kisumi se dio media vuelta dándole la espalda al pelinegro para después acercarse más al cuerpo ajeno con la única intención de que al mover sus caderas hubiese un roce entre su trasero y el miembro del de ojos turquesa.
- ¿Era mejor estar sentado bebiendo Sou? – Le pregunto sin dejar de mover sus caderas y cada vez tratando de generar un roce más profundo.
- Hn – Se limito a responder el mayor para después empezar a plantarle besos y chupetones en el cuello a Kisumi quien no dejaba de moverse en ningún momento.
Inevitablemente los roces empezaron a sacarle algunos gemidos discretos al de ojos violeta que no pasaron desapercibidos por parte de Sousuke a quien también se le escapaban de vez en cuando algunos suspiros y gruñidos por el constante roce que estaba teniendo el abundante trasero del pelirosa con su miembro por encima de la ropa.
Había mucho calor, y eso estaba empezando a notarse en ambos ya que el sudor empezó a aparecer, los gemidos de Kisumi cada vez eran más notorios y altos al mismo tiempo que en la entrepierna del pelinegro empezaba a formarse un problema.
De nuevo el menor dio media vuelta esta vez quedando frente a Sousuke quien a simple vista podía notarse lo excitado que estaba, su plan había funcionado ya lo tenía a su merced, o eso creyó.
Iba a proponerle irse a otro lugar más privado donde pudiese ayudar al más alto con ese grave problema que tenía en sus pantalones pero el de ojiturquesa le había tomado del mentón acercándolo a sus labios sin dejarle articular palabra y sacándolo de sus pensamientos.
Se sintió feliz en cierta forma, porque no solo quería tener una noche de pasión con Sousuke, también quería, no, más bien anhelaba que este también le amara, así fuese solo la mitad de lo que siente por Rin; porque estaba bastante claro en que era imposible que el pelinegro lo quisiese de la misma manera en la que quiere a Rin, si lo sabía a la perfección.
Pero solo por una noche, día, segundo, minuto quería sentir que él era suyo así fuese solo por sexo.
El ojiturquesa se detuvo a pocos centímetros de tocar los labios del pelirosa y se quedo observando atentamente los ojos confusos, ansiosos y llenos de una mezcla entre lujuria y amor de Kisumi quien solo entreabrió sus labios en espera de otro beso del pelinegro. Sousuke sonrió al ver la expresión confundida del ojivioleta.
- ¿Creíste que me tenías? - Le preguntó manteniendo la misma sonrisa que logro sonrojar de sobre manera al menor tanto por la forma en la que esa sonrisa se delineaba en los labios ajenos como por el hecho de que lo hubiesen descubierto. Kisumi sonrió.
- Me descubriste – Iba a alejarse, pues sabía que ahora que lo habían pillado Sousuke no querría estar con él. Pero antes de que pudiese siquiera dar un paso sintió los labios ajenos devorar los suyos e inmediatamente se dejo llevar convirtiendo ese simple beso en algo más sucio y lujurioso.
- No – Se separo de Kisumi dejando un pequeño hilo de saliva revelando el beso que acababan de tener – yo te tengo a ti – Sonrió de medio lado para después jalonear al menor hasta uno de los cubículos del baño de hombres.
Sí, era cierto.
Lo tenía.