- Aún así sigo sin tener mi ropa.-
Shizuo sonrió y le soltó de las muñecas mientras le decía- ¿Y por qué no empiezas por quitarte la que llevas puesta y ya pensaremos mas tarde en conseguirte una nueva?
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Izaya se sentía excitado por como avanzaba la situación, pero a su vez confuso, así que apartó la mirada de su acompañante estando ligeramente sonrojando.Shizuo al ver la situación se acercó a la oreja de su acompañante susurrándole-Hazlo-
El pelinegro sentía la respiración cálida del rubio acariciando su cuello cuando dijo-¿Estas bien Shizu-chan?-le devolvió la mirada y colocó su mano derecha sobre la frente del otro-¿tienes fiebre?...porque pareces estar muy caliente-
Instantáneamente el dueño del lugar le agarró por la muñeca empujándolo contra la pared mas cercana de la habitación, Izaya que no se lo esperaba chocó de espaldas contra ella, pero no cayó, se mantuvo en pie. Nada mas notar el golpe Shizuo le cogió con fuerza de ambas muñecas dejándolas pegadas a la pared una a cada lado suyo, a la altura de su cabeza.
-Te dije que dejaras tus bromas- expuso con una sonrisa mirándole a los ojos, después se acercó nuevamente a su oreja y le susurró-Si quieres saber hasta que punto...hazlo-
Izaya dudaba, realmente quería averiguarlo por si mismo, pero le costaba asimilar que realmente algo así estuviese sucediendo así que no sabía si debía o no dejarse llevar. Entonces comenzó a sonar un teléfono móvil en uno de los bolsillos de la chaqueta del acorralado.-Shizu-chan ¿puedes soltarme? tengo que cogerlo, pueden ser cosas de trabajo...- mencionó intentando obtener así algo de tiempo y libertad.
Shizuo separó su rostro un poco para poder mirarle a la cara y dijo en tono serio-¿Bromeas? Tu trabajo no me importa en lo mas mínimo, además... yo estoy a punto de empezar uno.-
Tan pronto como quedó en silencio se acercó al cuello de Izaya y comenzó a lamerlo lentamente intercalando ese acto con pequeños mordiscos, ignoró el sonido del teléfono hasta que paró y pudo notar como la respiración de su victima comenzaba a ser algo mas pesada que antes.Se detuvo y soltó una sonrisa para si mismo, entonces acercó las muñecas del pelinegro, la una a la otra, hasta coger las dos con una misma mano y colocarlas esta vez mas arriba de la cabeza del chico. Puso su mano libre sobre la barbilla de su pulga moviéndola, obligándole así a mantener una mirada directa con él-¿Ya no dices nada I-za-ya-kun~?-
Dedicándole una sonrisa el chico contestó-Parecías entretenido, no quería molestar-
-Sí, escuchar como altero tu respiración poco a poco es muuuy entretenido- anunció devolviéndole la sonrisa dándole a entender que era muy consciente de que no era el único que se estaba entreteniendo.-¿Entonces vas a hacerlo de una vez o tengo que hacerlo yo? Te recuerdo que es tu única ropa aquí así que sería una pena que acabase rota ¿no crees?-
-Realmente eres cruel conmigo Shizu-chan~- vaciló con tono de victima -si me sueltas lo haré por mi mismo-
La presión sobre las muñecas de Izaya se redujo hasta que fueron liberadas finalmente, pero no se le cedió mas espacio pues el rubio no se alejó de él, colocó sus manos a cada uno de los lados del invitado apoyándose parcialmente sobre la pared sin quitarle ojo de encima.
-¿Vas a quedarte ahí mirándome Shizu-chan?- dijo sintiéndose presionado
-Claro que voy a hacerlo ¿acaso no hiciste tu lo mismo?-
-Bueno... no era exactamente así...-
-¿No hemos quedado en que sería una pena que se rompiera tu ropa?- dijo como último aviso
-Lo sería- expuso mientras comenzaba a quitarse muy... muy... muy lentamente la chaqueta.
-¿A que juegas maldita pulga?- comentó Shizuo ansioso.
-¿A que te refieres?- respondió con una de sus desafiantes sonrisas mientras dejaba caer la chaqueta a su lado.
-No te hagas el tonto ¿intentas jugar conmigo?-
-Jugar con Shizu-chan es divertido-
Entonces el rubio furioso separó ligeramente las manos de la pared con tal de tomar el control nuevamente de la situación cuando se vio sorprendido al notar los labios de Izaya sobre los suyos y una mano cogiéndole en su costado derecho. Para cuando volvió en razón cogió nuevamente a la pulga, esta vez del cuello, estampándola contra la pared otra vez, seguía con aquella sonrisa en su rostro, esta vez era el dueño del lugar quien se había sonrojado por el ataque sorpresa y dijo- Esta bien, tu te lo has buscado-
Sin soltar el cuello de su compañero colocó su mano libre sobre el cuello de la camiseta estirando ligeramente hasta colocar también en ella su dentadura como soporte para después rasgarla de arriba a abajo con la mano que tenía libre. Soltó la camiseta observando el cuerpo de su invitado; no tenía unos músculos demasiado bien definidos, pero aun así disponía de un torso bien torneado, eso sumado a la pálida piel del chico de ojos rojizos creaba una apariencia que le recordaba a la de una frágil muñeca de porcelana. Esa belleza tan peculiar en un hombre no dejó indiferente al rubio que finalmente quitó la ropa rasgada del chico para no tener interferencia alguna al mirarle de cintura hacia arriba.
La supuesta victima no mostró queja ni resistencia alguna, miraba sin quitar ojo la expresión de deseo en la cara de su represor hasta que este comenzó a deslizar los dedos de su mano libre subiendo desde la parte superior de la cintura recorriendo todo su costado hasta detenerse a la altura del pecho agarrándole con fuerza mientras que a su vez lamía uno de sus pezones; eso obligó a la pulga a cerrar los ojos concentrándose mas en cada toque y abrió la boca para respirar con mayor intensidad, al darse cuenta de ello Shizuo liberó el cuello de su amante para que pudiese coger aire sin problema alguno, pese a que no era la verdadera causa de aquella aparente falta de oxígeno. Sintiéndose mas liberado y a la vez mas seducido llevó sus brazos a la espalda de Shizuo, al notarlo el rubio puso cada una de sus manos sobre los pezones de Izaya y siguió interaccionando con ellos mientras dirigía nuevamente su boca al cuello de ese, volviendo con aquella mezcla de lamidos y mordiscos; poco a poco sintió como unas uñas se clavaban en su espalda y no se detuvo, siguió un rato mas escuchando el dulce sonido de la respiración ahogada de su frágil muñeca.
-No me sueltes- dijo el chico de ojos dorados bajando sus manos hasta las caderas de Izaya y alzándolo hasta tirarlo sobre la cama.Él se lanzó encima delicadamente pero al instante mordiendo con pasión el costado derecho de su compañero un poco mas abajo de sus costillas, entonces el otro soltó un débil gemido cerrando los ojos; al abrirlos mientras sentía los repetidos mordiscos que envolvían la zona pudo ver a Shizuo apoyado en la cama sobre sus fuertes brazos, con el pelo cayéndole por la cara sin detenerse ni un instante en su trabajo.-Shi...shizu-chan- dijo entre suspiros que no podía callar.
Al escuchar como pronunciaban su nombre se detuvo un momento dirigiendo una mirada al rostro del que se encontraba debajo, no dijo nada, solo se acercó a su cara hasta besarle, se besaron una y otra vez deseosos dejándose llevar, mientras sus manos acariciaban sus brazos, sus espaldas, sus torsos, sus nucas, sus cabellos...Entonces se miraron unos segundos a los ojos hasta que el rubio comenzó a descender dejando un rastro de besos por la barbilla, el cuello, el pecho y el abdomen; allí se detuvo para desabrochar el cinturón de Izaya que fue arrojado a Dios sabe donde de la habitación, repitió esa misma acción con los pantalones y la ropa interior hasta dejarle totalmente desnudo.
Izaya aún seguía con la respiración algo alterada y no pudo evitar soltar un quejido al sentir como una de las manos de Shizuo se posaba en su miembro erecto empezando a acariciarlo de abajo a arriba lentamente mientras dirigía su otra mano al escroto masajeándolo, ya allí con la punta de los dedos estimulaba a su vez el perineo.El placer inundaba el cuerpo del pelinegro que no podía dejar de emitir pequeños gemidos y respiraciones ahogadas. Shizuo miraba la cara de satisfacción de su acompañante, no necesitaba escuchar nada mas para animarse a seguir, definitivamente la pulga estaba mejor callada, deleitándole con esa hermosa melodía.Apartó entonces la mirada, sin detenerse en su trabajo, y acercando el rostro al miembro de Izaya lo lamió desde la raíz hasta la punta, una vez ahí lo introdujo en su boca siguiendo el mismo movimiento que con la mano mientras en el interior el glande era masajeado con su lengua.
Los débiles gemidos de Izaya se convirtieron entonces en gritos de placer que inundaron la sala, el rubio poco después se detuvo, dejando a Izaya libre completamente, comenzó a quitarse sus propios pantalones y su ropa interior.Una vez hecho eso cogió a su muñeca por la cintura y la giró, dejándola a cuatro patas sobre la cama y le susurró con delicadeza deseando que no se rompiera con lo que estaba apunto de suceder -Solo aguanta un poco mas- la única respuesta que recibió fueron unas respiraciones ahogadas que aún no habían llegado a detenerse.
Entonces el rubio introdujo un dedo en el interior del recto de su amante, este se quejó con un débil jadeo. El dedo se fue moviendo intentando así que se fuese acostumbrando para lo que vendría después; introdujo un segundo dedo, y siguió con el movimiento, hasta que su compañero dijo- solo hazlo de una maldita vez-
Esto provocó al chico de ojos dorados que inmediatamente sacó los dedos para introducir su miembro en él.La pulga gimió tanto de dolor como de placer, y dejando un par de segundos antes de seguir agarró la cintura del chico para ganar algo de estabilidad y poder arremeter con destreza contra él.Comenzó algo mas lento y fue acelerando el ritmo, ambos disfrutaban, ambos tenían las pulsaciones y la respiración aceleradas, hasta que llegaron al clímax y sin poder resistirlo mas terminaron. Se escuchó un suspiro de alivio por parte de los dos.
El pelinegro se estiró dándose la vuelta y el rubio se tumbó a su lado, se quedaron así un rato recuperando el aliento, en silencio, juntos...escuchando sus respiraciones y pulsaciones aceleradas poco a poco recobrar su ritmo natural.
Pasados unos minutos Izaya rompió el silencio, se acercó mas al rubio y dijo-Meh... Shizu-chan~-
-Dime I-za-ya-kun~- contestó esperando que le alagara por el buen trabajo hecho
-¿Podrías pasarme el teléfono móvil de mi chaqueta? Tengo que responder la llamada de antes ¿la recuerdas?-
-Espera ¿hablas enserio?¿eso es lo primero que se te ocurre decir?Además...¿por que debería irlo a buscar?-
-Claro que sí Shizu-chan... me duele mucho el trasero...¿y es tu culpa no? no te lo pediría si no fuese por eso.
-Realmente eres una maldita pulga molesta- dijo levantándose de la cama
-Gracias Shizu-chan- dijo con una sonrisa victoriosa
Entonces Shizuo comenzó a ponerse la ropa interior y los pantalones.
-¿Que haces?- preguntó Izaya sin comprenderlo
-Me voy a fumar un cigarrillo a la puerta de casa para perderos un rato de vista a ti y a tu teléfono, idiota.- expuso acabando de ponerse los pantalones y recogiendo su mechero y paquete de tabaco.
-Eres un malhumorado- se quejó desde la cama viendo como salía de la habitación y escuchando posteriormente la puerta de la calle cerrarse.Se giró sintiendo un fuerte dolor, estaba agotado así que finalmente se quedó dormido sin revisar el móvil.
Al volver Shizuo observó a su estúpida y frágil muñeca dormida en la cama "Siempre será mi dichosa pulga molesta" pensó apagando la luz y acomodándose a su lado hasta quedar él también dormido.