Era el quinto hospital al que entraba, había pasado por todos los que le quedaban de camino a Shinjuku desde Ikebukuro , al igual que en los anteriores caminó a paso rápido desde la puerta hasta recepción.
-Disculpe
-Dígame
En ninguno de los anteriores había un ingresado con el nombre que buscaba.
-Quisiera saber en que habitación se encuentra el paciente llamado Heiwajima Shizuo
-¿Es familiar suyo?-preguntó mientras consultaba en su ordenador los datos del paciente
-Negativo.
Entonces la chica que le atendía hizo una mueca.-Me temo que tendrá que esperar un poco hasta poder visitar al hospitalizado, un doctor lo está tratando en estos momentos. Puede esperar por aquí hasta que le avisemos. Apunte aquí su nombre por favor.
¡Bien! Por fin lo había encontrado. Se alegró por dentro. Había pasado casi una hora desde que había recibido la noticia a través de ese tal Izaya de que su senpai había sido ingresado en un hospital; dejó ir al chico con una única condición: que le dijese cual; pero se negó a darle esa información al igual que se había negado a contestar a todas las preguntas previamente hechas a la llamada que les informó de la situación, mejor dicho que le informó a él, porque ella sacó en claro lo que pudo mediante las palabras del chico.
Al ofrecerle Vorona el trato el informante contestó sin bacilar: "Si tanto interés tienes en saber donde se encuentra ves a averiguarlo por ti misma". La rusa comprendió entonces que definitivamente no obtendría las respuestas que buscaba por las buenas sin importar cuanto lo intentara y decidió dejar de perder el tiempo en ello y iniciar su propia búsqueda.
Apuntó su nombre y se sentó en una de las sillas en la sala de espera. "Está con un doctor... ¿eso quiere decir que es grave?" miró a su alrededor, contemplando el silencioso y apagado ambiente del hospital, su parte racional le decía que realmente debía preocuparse, había pasado mucho rato desde que había recibido la noticia y aún seguía en manos de un doctor... a su vez su parte irracional le decía como medio para mantener la calma que no tenía de que temer, que ese hombre era sin duda el mas resistente que jamás había pisado la tierra y no iba a morir por algo tan simple.
Se fijó entonces, Izaya no se encontraba en la sala de espera; no le sorprendió demasiado, supuso que quizá se encontraba con sus hermanas.
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Estaba harto de escuchar preguntas provinentes de aquella tonta rubia que le retenía, bueno, en realidad estaba un poco harto de todo, estaba siendo un día de mierda...
-Decimosexta pregunta: ¿Como se conocieron?
Izaya suspiró, todas las preguntas estaban orientadas hacia la relación que le unía a Shizuo... -¿Porque sigues insistiendo en todo esto? ¿a caso no ves que es una perdida de tiempo?
-No tengo prisa, se me ordenó que te vigilara
-Está bien~ haz lo que te de la gana- dijo pensando que no tenía sentido alguno esforzarse en intentar hacerle entender que no le daría la información que buscaba. En su mente se apiadó de Tom... pensó que debía ser duro trabajar no solo con Shizuo, sino también con aquella muchacha que parecía estar obsesionada por la bestia.
-¡Solo responda de una vez!
-¿Sigues sin entenderlo?Eso no va a...- las palabras de Izaya se vieron interrumpidas por el sonido de su teléfono móvil-Esto... ¿me permites?~- preguntó mostrando una amable y falsa sonrisa
La rubia clavó sus ojos lilas sobre el informante y dudó un instante, pensó que quizá escuchando la conversación podría averiguar mas de ese sujeto que siguiendo con preguntas que no eran contestadas. Así pues soltó su brazo derecho, dándole libertad para coger la llamada.
-Gracias- contestó llevándose el teléfono a la oreja y descolgando -¿Moshi moshi?
-¿Izaya onii-san?
-¿Kururi?- Izaya se puso serio de inmediato, normalmente hubiese sido su otra hermana quien se ocuparía de la comunicación, así que solo le cabía pensar que quizá le había pasado algo...
-Humm- dijo tímidamente como señal de afirmación- Han ingresado a Mairu.
Izaya se quedó un segundo en silencio y observó de reojo a Vorona.
-¿Donde?...¿Como se encuentra?-
-Estoy en el hospital Ōkubo; tiene quemaduras de primer grado por todo el brazo derecho... afortunadamente Shizuo apareció de la nada y se interpuso entre nosotras y la explosión... él también ha sido ingresado. Debimos hacerte caso...
-No te preocupes por eso ahora...- Era consciente de que eso era en parte su culpa, por engañarlas y prestarles tan poca atención, además su hermana parecía alterada-¿Tú estas bien?
-Humm- asintió nuevamente
-Tardaré un poco pero en un rato estaré allí-
-Vale-
Entonces Izaya colgó la llamada y recobró la conversación con Vorona-No tengo tiempo para jugar contigo así que déjame-
-¿Shizuo ha sido ingresado?-
-Tss...¿Que esperabas de ese idiota?- Expuso mientras llevaba el móvil al bolsillo de la chaqueta aprovechando para buscar en él su navaja.-Ahora suéltame
-Sólo dígame en que hospital se encuentra y le dejaré marchar
-Si tanto interés tienes en saber donde se encuentra ves a averiguarlo por ti misma- expuso molesto a la vez que encontró la navaja.
Se dispuso a sacarla para conseguir liberarse cuando de repente la chica le soltó, se puso en pie y comenzó a caminar alejándose de él. Quedó algo impactado, se levantó él también observando como se alejaba lentamente y pensó "Es realmente peculiar...". Seguidamente recogió la bolsa con la ropa que le había sido arrojada por Shizuo y se dirigió a la estación.
"Esa bestia al final lo consiguió..." -tsss- dejó escapar pensando en que había acabado herido por proteger a sus hermanas "es realmente un maldito idiota, no hacía falta que se hiciese el héroe..." estaba algo enfadado, la causa era simple... le molestaba estar preocupado por él aunque le estaba agradecido por salvar a sus hermanas.
Cogió el tren con destino Shinjuku. Durante el trayecto repasó en su mente como las cosas habían acabado así; también se preguntó quienes habían sido los desgraciados que habían preparado todo el plan contra él... y el problema no era encontrar unos posibles culpables... sino mas bien poder ir descartándolos hasta encontrar los verdaderos.
El pelinegro estaba casi seguro de los tres deseos mas pedidos por sus queridos humanos que habitaban la ciudad eran en orden decreciente los siguientes:
1. Poder, riqueza y salud ( la felicidad ya la tienen asegurada con esas tres cosas (?))
2. La muerte de Orihara Izaya (eso sí sería la felicidad en estado puro para algunos... o quizá sería mas acertado decir para muchos)
3. Acabar con el hambre y las guerras en el mundo
Sin duda el tercero debía quedar muy atrás respecto a los dos anteriores, el egoísmo de las personas es un hecho, pero... que tanta gente deseara verle muerto no era algo que fuese a cambiarle.
Transcurridos unos veinticinco minutos salió de la estación y emprendió camino en dirección a su residencia.Había un cierto alboroto que se hacía cada vez mas notable a medida que se acercaba a su apartamento... observó un camión de bomberos y un coche de policía; seguramente a causa de ese intento fallido de cumplir el maravilloso segundo deseo.
Atravesó el portal y subió las escaleras.Y efectivamente, allí se encontraban los agentes respectivos a los vehículos aparcados frente a la entrada. Uno de los policías dirigió la mirada a informante y seguidamente también unas palabras:
-¿Es usted Orihara Izaya?
-Así es, mi hermana me informó de los hechos así que vine a ver como había quedado todo...- siguió su camino hacia la entrada de su residencia, donde se encontraba la persona con quien dialogaba en estos momentos.
-¿Que hacía en el momento del accidente?
-Oh fui a comprar ¿ve?- dijo mostrando la bolsa con ropa
-¿Puede enseñarme su documentación?
Buscó en su bolsillo y se la entregó- Aquí tiene-
Tras observarla se la devolvió y siguió con las preguntas-¿Es consciente entonces de que han intentado asesinarlo? Porque es así...¿verdad?
-Eso parece...
-¿Tiene alguna idea de quien ha podido ser el culpable? ¿Sabe de alguien que desee verle muerto?
-Lo siento agente... no se de quien se puede tratar... al fin y al cabo no soy mas que un buen ciudadano víctima de este incidente... sería genial que encontraran al culpable pronto... no solo por mi tranquilidad sino por la de todos los ciudadanos- afortunadamente era un buen actor... debía tomar el papel que mas le convenía en esa situación... al fin y al cabo no le interesaba tener problemas con la policía.
-Ya veo...- el policía apuntaba notas en una libreta mientras hacía alguna que otra mueca
-El fuego ya está apagado ¿no es así?
-Si ¿lo pregunta por algo en especial?
-Me preguntaba si podía entrar a ver los desperfectos
-Verá... es peligroso y podría afectar a la investigación
-Se lo ruego... estoy pasando por algo difícil acaban de intentar asesinarme, han destruido mi apartamento y además una de mis hermanas se encuentra hospitalizada...
-Sobre eso... ¿conoce usted al otro herido?
-¿Al otro herido?
-Sí, Heiwahima Shizuo
-Sí, le conozco, fuimos compañeros en la Academia Raira
-Ya veo... ¿sabe por que se encontraba aquí en el momento del accidente?
-¿Cómo podría yo saberlo?- le debía una, después de todo había salvado a sus hermanas; además había estado ayudándole en todo esto así que decidió no jugársela; ademas, desvelar que sabía sobre el intento de homicidio contra su propia persona y pese a todo no había avisado a las autoridades podía traerle problemas a él también, pero no tenía intención de inventar más de lo necesario para salir del paso, sino eso podría traerle problemas en un futuro.
-Comprendo... - expuso mientras seguía anotando cosas en su libreta
-Insisto en que me gustaría pasar...
-Está bien... veré que puedo hacer...- Se alejó entonces de la víctima, acercándose a sus compañeros y volvió junto con un bombero que llevaba un casco en sus manos- Está bien puedes pasar acompañado por él. Sobretodo no toques nada y ten cuidado, el edificio está afectado por el fuego.
-Muchas gracias señor agente- dijo cogiendo el casco que su escolta le acercó.
Entró en la casa con cuidado y seguido de cerca, sin duda la zona mas afectada había sido la entrada, pero eso no quitaba que el mobiliario junto con algunas cosas de vital importancia para su trabajo habían quedado destrozadas, como teléfonos móviles, el ordenador de torre y el portátil...no le molestó especialmente, de hecho podía incluso salvarlo de que la policía averiguara algo sobre él que no debía; pero no se detuvo ahí, avanzó hacia una estantería.
-Tenga cuidado-
-Si, si- Asintió sin detenerse, buscó algo con la mirada en ella."No está ¡Maldita sea!...¡no está!" dejó escapar una mueca de preocupación por un instante "No contaba con esto...". Le molestó no encontrarlo donde se suponía que debía estar... ¿Lo habían robado?... Fuese como fuese por el momento también le venía bien que no se encontrara allí dado que investigarían su apartamento pero... pero realmente le alteró por dentro el simple hecho de pensar que ya lo poseía.
-¿Pasa algo?
-No, solo que esto es duro- dijo metiéndose nuevamente en el personaje... pese a que realmente acababa de afectarle el no encontrar aquello que buscaba
-Puedo imaginarlo, lo siento
-No se preocupe, gracias por su trabajo
-No es nada...
-Volvamos ya, no quiero causar mas problemas
-Sí, será lo mejor
Volvieron a la entrada juntos.
-Muchas gracias por dejarme pasar señor agente
-¿No tocó nada no?
-No
El bombero y el policía cruzan miradas para confirmar que se trataba de la verdad
-Entonces no hay problema
-¿Puedo retirarme? Me gustaría visitar a mis hermanas lo antes posible
-Sí por ahora está bien, puede marcharse. Nos pondremos en contacto con usted en un futuro.
Izaya entonces se despidió formalmente y se marchó. Había tenido que fingir y contenerse, pero ya no hacía falta, realmente tenía ganas de pegarle un puñetazo a lo primero que encontrara y gritar... no lo haría... pero realmente lo deseaba "¡joder! ¡se la han llevado!"
-tss-dejó escapar saliendo del edificio mientras apretaba sus puños con fuerza en sus bolsillos evitando que el resto del mundo percibiera su estado actual.
Realmente... ese estaba siendo un día de mierda.
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-Disculpe ¿Señorita Vorona?- preguntó una de las encargadas del hospital
-Afirmativo
-Verá... unos hombres desean hablar con usted. Por cierto... en cuanto al paciente... aun no ha despertado...
Los ojos de Vorona se cerraron ligeramente al escuchar esas palabras, parecía que aquella mujer tuviese algo mas que decirle pero que no podía hacerlo hasta que no hablase con aquellos que la buscaban.