Se quedó acostado boca arriba, dejando que alguna lágrima cayera. Últimamente le pasaba eso. Se veía en el espejo y ya no miraba al chico del que sus padres estaban orgullosos. Sólo aparecía un cerdo casi inútil que le hacía desear volver todo el tiempo atrás donde él se quería. Incluso tenía miedo de decirle a sus compañeros porque no quería parecer una nena llorona, y tenía miedo que lo juzgaran, como él mismo lo hacía.
•¿En verdad crees que si tú no te quieres, alguien lo va a hacer?•
Se talló el ojo, le había caído un mechón de cabello y le ardió.
-Mierda... .- Se sentó en la cama para poderselo sacar mejor y justo entonces entró Suga.
-Dice Jin que vengas a cenar, no tardes.- Asintió, aunque en verdad no tenía planeado salir de la habitación.
•No, no voy a bajar, seguro que también como igual a un cerdo, ugh•
Así que se colocó los auriculares y subió el volumen. Por lo menos lo máximo que se lo permitió el letrerito de "escuchar por los auriculares con el volumen demasiado alto, blahblahblah". No se quedó dormido, porque en parte la música no lo dejaba, pero fingió estarlo para que no lo molestaran. El día había estado muy ajetreado y creyó que los miembros podrían comprenderlo.
•Mañana tenemos el día libre así que podrán molestarme lo que hoy no•
Las canciones comenzaban a repetirse, sus compañeros a dormir y él también. Nadie se tomó la molestia de quitarle los audífonos y Jimin lo hizo exactamente a las 2:30 de la madrugada. Se dijo a sí mismo que bebería algo de la nevera y dormiría tranquilo, pero el problema fue que en la nevera no había nada y todo se había quedado afuera. No era muy de su agrado tomar cosas al tiempo, pero hizo una excepción y bebió del vaso cualquiera que encontró en la mesa.
-Jiminnie, ¿Qué haces despierto?.- Se giró a donde hablaba su mayor e intentó sonreír, pero con el vaso aún en los labios no pudo.
-Sólo vine a tomar algo.- Se rascó la cabeza y miró al suelo. -Y..ya me iba.
•Debe ser horroroso encontrarte con algo como yo en la madrugada.•
-De hecho, necesito que me ayudes con algo ChimChim, ¿Puedes?.- Y la voz ronca de Yoongi parecía más una orden que pregunta.
-Sí.- Dejó el vaso en la mesa y fue detrás del mayor, que caminaba con rumbo directo a su cuarto. -¿V no tenía el cabello como tú antes?.
-Eh... cállate. Por cierto, tomaste del vaso de J-Hope y que asco porque durante la cena lo hicieron reír mucho y terminó devolviendo el jugo.
-Eugh.
-Sí, eugh.- Suga se detuvo antes de entrar, mirando que no hubiera nadie dentro y empujó al morocho al interior de la habitación. Después entró él y cerró con pestillo, prendió la luz. -Jimin, siéntate ahí.- Señaló una silla, que tenía enfrente un mueble parecido al de las computadoras.
-¿Qué?.
-Siéntate, tenemos que hablar.- El menor le miró confuso y frunció los labios, aunque aún así obedeció.
-Suga hyung, me estás asustando.- Le miró de reojo, dándose cuenta que en ese lugar el mayor componía. -¿Para que me necesita? Yo no sé componer, sinceramente.
-Nada de eso, cállate, y cierra los ojos.- Esta vez se quedó perplejo y el otro le tuvo que tapar la cara para que no mirara. Escuchó movimientos a su lado y entoces Suga destapó su cara. Un espejo. Apretó la mandíbula. -Te noto muy raro, y quiero que me digas, ¿Qué es lo que ves en este espejo para quedarte pegado durante minutos en él?.
-Yoongi, no sé de que demonios hablas y me estás asustando.
-Jimin, sabes de lo que estoy hablando. Quizás los demás chicos crean que te la pasas en el espejo por engreído pero siempre que lo ves haces una mueca, ahora dime, ¿Qué ves en ese espejo?.- Los ojos se le llenaron de agua y tuvo que agachar el rostro para que el otro no le viera.
-Nada... .- Murmuró, con los labios fruncidos y los ojos cerrados.
-¿Nada? Dime todo lo que ves, todo, no sólo lo que quieras.- Le devolvió con brusquedad, Jimin se desesperó y volvió a mirar al frente, nervioso.
-V..veo una cama, dos paredes, una cajonera, una lámpara, una ventana y un... y un... un cerdo.- Musitó bajando la voz lo más que podía, sintiendo su cuerpo hormiguear por haberlo dicho.
-¿Qué ves?
-Un cerdo.- Repitió.
-Señalalo.- Jimin se refregó las manos en la cara y después volteó a ver a Suga, que estaba parado detrás suyo, con las manos en sus hombros.
-¿Qué demonios pretende con esto?.
-... Señalalo.- Volvió a decir, mirándole a los ojos. Se apuntó con el dedo.
-Ahí, ¿Lo ve?.- Yoon frotó sus pulgares en la espalda del otro.
-Ahora dime, ¿Dónde está Park Jimin?.- Frunció el entrecejo, volviendo a apuntarse. -Vuelve a señalar al cerdo.-Pero no movió la mano. -Jiminnie, aquí no hay ningún cerdo, sólo hay un mocoso perfecto que tiene miedo de quererse él mismo, ¿Lo entiendes?.
-Usted es el que no entiende.- Murmuró, estando a punto de llorar. -Antes, antes yo era... No, yo, antes, ya no, yo... .- Se trabó, mordiéndose la lengua y bajando la vista.
-Jimin, hace poco eras un engreído que tenía razón en presumirse, ahora eres un engreído que se presume pero no sabe porque... vuelve a mirar el espejo.- Y lo hizo, por el rabillo del ojo. -Acércate y dime que ves.
-M..me estás, me estás lastimando... .
-¿Te estoy golpeando?.- No respondió.- Ahora acércate al espejo, y dime lo que ves.- Jimin se estiró en la silla, teniendo que poner las rodillas para sentarse y apoyarse en sus brazos.
-Veo... Un... cerdo.- Y agachó la cabeza aún en esa posición.
-No veas tu rostro.
-¿¡Qué demonios quieres que vea entonces?!.- Preguntó exaltado, Gi le tapó la boca y le acarició la espalda.
-No grites, son casi las tres de la mañana. Mira tus ojos. -Y aún enojado, lo hizo. -¿Lo ves?.- Jimin le miró desconcertado. -¿Ves al chico perfecto que es Park Jimin? ¿Lo ves?.- El menor no sabía porque esas palabras estaban haciendo que su corazón corriera tan rápido como un caballo. Negó. -Jimin... .- Le quitó la mano.
-¿Por qué hace esto?.- Preguntó con voz temblorosa.
-Quiero que veas al chico perfecto que eres, Jiminnie, el chico perfecto que amo... .- Suga bajó la vista hasta sus manos y las retiró del menor. -P..Puedes irte si esto te incomoda.- Murmuró, estando asustado de la respuesta del otro.
-¿Qué? ¿Por qué estaría incómodo?.
-¡Idiota! Ah... olvídalo. Intente decirte que, me gustas, Chimchim.- Se acercó al menor, lo tomó de las mejillas y le plantó un beso. -Y eres perfecto... .- No hizo nada, se quedó estático sintiendo su corazón a nada de explotar con las mejillas rojas. Yoon se asustó cuando el menor le sonrió como idiota.
-¿Le gusto?.- Preguntó feliz. Le golpeó la cara.
-Acabo de decirlo, Jimin.- Y el menor se colgó de su cuello, oliendo el aroma peculiar de Suga aún llorando.
-Y... ¿Me quiere?.- Sintió el corazón del chico pálido latir con fuerza, y no pudo evitar que el suyo lo hiciera de igual manera. Ya no sonreía, ya no lloraba. Sólo estaba ahí, abrazándose al otro.
-Te amo.- Jimin sentía que podía ahogarse con el palpitar que tenía en la garganta. Estaba feliz y se atrevió a mirar al mayor a los ojos.
-Entonces, seré perfecto por usted... .- Le susurró, muy cerca de sus labios.
-Sé perfecto para ti.- En cambio Yoongi, en cuanto dijo aquéllo le besó.