El tiempo que faltaba pasó rápido y ya era por fin el día de la gran fiesta.
Las invitaciones habían sido enviadas desde el miércoles por la tarde cuando habían empezado a planearla.
Cuando las familias de los clanes principales se enteraron del motivo de la fiesta, se sorprendieron mucho. Aunque nadie había sido informado de la cuestión del prometido, eso se les informaría en la fiesta, de boca de uno de los miembros del consejo: Madara. Todo eso por petición de Naru, pues sabía que de esa forma podría ver las reacciones de los candidatos y ayudarse a valorarlos, viendo si eran capaces de mantener la compostura ante situaciones inesperadas. Madara había aceptado ser el portavoz de la noticia durante la fiesta porque le parecía interesante.
De modo que el resto de los clanes sabían que era una fiesta para presentar al líder del clan como tal ante todos, y también presentarían al resto de los miembros: Deidara, Karin y Nagato, como adultos. Por supuesto que muchos miembros de diversos clanes, tanto los principales como los otros, se habían propuesto conquistar al “pequeño doncel”, pues parecían pensar que sería alguien muy inocente y torpe.
Era sábado por la mañana y pese a ser tan temprano, muchos profesores y guerreros (todos varones) estaban arreglando el salón de baile, el cual sería usado para la fiesta. Este era bastante grande y espacioso, claro que casi no lo usaban a menos que fuera algo importante, pero esto lo era y mucho, por lo cual no hubo objeciones.
Tenían pase libre para usar sus poderes y hacer su trabajo más fácil y rápido, ya que los días en que no hay clases, el resto de los alumnos no estaba en las instalaciones de la escuela, sino que se encontraban en sus hogares. Seguramente estaban preparándose para regresar por la tarde-noche para asistir a la fiesta, pero eso no importaba mucho.
Mientras todo era preparado, en la habitación de Naru se podía ver al susodicho en compañía de Dei y karin.
Los 3 se encontraban probándose los trajes que usarían.
Naru se encontraba distraído y los otros dos sabían perfectamente el motivo: no deseaba tener que elegir un prometido de esa manera.
- Tranquilo Naru-chan, ya verás que todo saldrá bien –le dijo Dei para tranquilizarlo.
- Si, además ya sabes que Tsunade-sama hará que dejen todo perfecto –le decía Karin.
- Si lo sé –suspiro- Solo es que me siento raro teniendo que escoger a la persona con la que pasare el resto de mi vida de esta manera-dattebayo –dijo y ambas sabían que estaba desanimado, pues había usado su muletilla y normalmente se controlaba para no usarla, ya que la creía muy infantil.
- No te preocupes, probablemente te puedas enamorar, al fin y al cabo ¿No son ese tipo de personas las que se comportan como príncipes? Y que yo recuerde tu decías que te casarías hasta que encontraras a tu príncipe –dijo karin sonriendo, ya que quería transmitirle tranquilidad a su niño.
- Cierto, no te desanimes, todavía tienes un año para decidirte, no te apresures y tómalo con calma –le animo Dei.
- Tienen razón chicos –dijo sonriendo de manera resplandeciente por primera vez en mucho tiempo lo cual alegro a los otros dos, desde lo ocurrido en el clan sus sonrisas habían sido algo forzadas.- todavía tengo algo de tiempo y puede que conozca a alguien que haga latir un montón a mi corazón –y quien sabe porque al decir eso se le paso por la mente la imagen de un azabache, haciendo que se sonrojara “porque rayos pienso en ese idiota teme amargado” se reprendió “además el no parece interesado en mi” pensó desanimado al recordar cómo había sido tratado por el batar…. Digo por el azabache últimamente.
Claro que en su cara se reflejaba lo que sentía, por lo cual las otras dos personas presentes le miraban inquisitoriamente. Al parecer ya se imaginaban en quien estaba pensando el pequeño rubio, quien otra vez se había metido en su mundo y se encontraba muy distraído sin notar lo que pasaba a su alrededor.
“Parece que lo que sospechábamos era cierto” pensaron Dei y Karin. Y es que cuando habían visto a Naru discutiendo con Sasuke, ellos habían visto que de verdad mostraba lo que sentía, ya que habían observado que en el intervalo que tardaron en llegar a la escuela después de la masacre, Naru se reprimía para no preocuparlos, aunque de esa forma les preocupaba más.
“Ya veremos si el bastardo se merece que lo ayudemos con Naru” pensaba Dei.
“Creo que tendré que intervenir para que Naru no se sienta triste” se dijo Karin “Ya conseguiré ayuda de mi nisan”
Y de esa manera se terminaron de probar todo, escogieron los atuendos que más les gustaron, al igual que los peinados.
Por otro lado Nagato se había unido al batallón que arreglo el salón.
Todas esas pobres almas habían parecido esclavos durante toda la mañana y tarde de ese día y sus verdugos habían sido unas emocionadas mujeres, en especial Tsunade, y uno que otro doncel, incluido Iruka.
Había muchos que incluso se arrepentían profundamente de haber nacido varón, ya todo eso les parecía castigo.
Los habían usado para arreglar todo, y muchas veces tenían que estar mucho rato con una sola cosa porque los que les dirigían (el montón de explotadores) no se ponían de acuerdo. Muchos de ellos comprobaron que era mejor nunca contradecir a un doncel o una mujer, porque las consecuencias no eran muy bonitas. Y muchos desafortunados tenían moretones y arañazos que lo probaban, después de ese día muchos recordarían no meterse en las discusiones entre mujeres y/o donceles.
Cuando acabaron todo por la tarde los pobres varones habían salido huyendo, antes de que a sus esclavistas se les ocurriera hacer otra cosa.
Los donceles y mujeres se fueron a arreglar para esa gran noche.
Ya siendo la hora se veía muchos autos llegando a las instalaciones de la escuela. Todos dirigiéndose hacia el gran salón. Claro que el lugar estaba resguardado por los mejores guerreros de la escuela y el consejo.
Los que llegaban se sorprendían al ver la hermosa decoración del lugar. Era algo elegante y con un toque juvenil, pero aun así inspiraba respeto, la atmosfera era perfecta para lo que se avecinaba.
Los invitados ya habían llegado y solo faltaban los invitados de honor, los Uzumaki, además de los miembros del consejo y los Senju. Ellos se encontraban detrás de un gran telón que separaba el salón de una habitación en la que se encontraban.
- Bien ya es hora Naruto-sama debe ser presentado –informo Anko al momento que ingresaba al lugar.
- Gracias por avisarnos Anko –le dijo Naru al tiempo que respiraba profundamente para calmarse.
- Ok, ya saben que hacer, primero saldremos los miembros del consejo y los Senju, después que escuchen que los llamemos saldrán –indico Madara. Los demás miembros del consejo se mantenían serios e impasibles.
De esta manera los miembros del consejo salieron junto a los Senju. Todos se colocaron sobre un estrado que se encontraba en el lugar. Allí darían las noticias de esa noche.
- Es un honor tener a todos los miembros de los respetables clanes demoniacos reunidos aquí el día de hoy –inicio Madara en cuanto obtuvo la atención de todos en el lugar- como saben hoy fueron reunidos en este lugar con el motivo de presentar ante ustedes al próximo líder del clan Uzumaki, así como también presentar a otros 3 de sus miembros como adultos, bien pues aquí están los miembros del clan Uzumaki.
Al escuchar eso los que estaban tras el telón respiraron profundamente y se concentraron
- Bien es hora de la función –dijo Naru a lo cual los otros 3 asintieron y salieron.
Todos los que se encontraban en el lugar se sorprendieron de lo bellos que se veían los Uzumaki esa noche.
Naru parecía una visión, estaba hermoso y su aura de seguridad lo hacía ver más atractivo. Deidara era un sueño para muchos, estaba hermoso. Karin se veía muy atractiva y preciosa. Nagato se veía muy atractivo y nadie podía dudar que era muy guapo.
- Bien estos son Uzumaki Karin, Uzumaki Nagato y Uzumaki Deidara –los presento Madara ellos hicieron una reverencia- desde hoy son presentados como adultos en nuestro mundo –dijo y ellos se hicieron hacia atrás para dejar enfrente a Naru.- él es Uzumaki Naruto-sama, quien desde hoy será líder de su clan y dirigente del resto de los clanes –Naru hizo una reverencia sonriendo, claro que muchos se pusieron a murmurar por lo joven que se veía.
“Me hubiera gustado que mis padres estuvieran aquí” pensó con melancolía, pero se mostraría fuerte y demostraría que era digno de ser el líder de su clan.
- Hay algo más que debemos informar esta noche –dijo Madara atrayendo la atención de todos nuevamente- Además de ser presentado hoy, Naruto-sama les cito aquí por otro motivo –al decir esto le cedió la palabra a Naru.
- Hoy también he de anunciar que buscare un prometido –dijo con voz seria, claro que esto sorprendió a todos dejándolos en shock (en especial a cierto azabache idiota) claro que esto divirtió mucho a Madara- claro que aquel que ocupe dicho lugar tendrá que cumplir ciertos requisitos, pero no se preocupen Madara-san les dirá cuales son –concluyo dándole la palabra a un divertido Madara
- Como dijo Naruto-sama, el prometido debe cumplir ciertos requisitos –les dijo- los cuales son: Ser miembro de los clanes Hyuuga, Uchiha, Nara, Yamanaka, Inuzuka, Aburame, Sabaku No, Senju o del mismo clan Uzumaki, además de que su nivel de poder debe ser S –término de informar ante la atónita mirada de muchos del lugar, aunque otros tantos ya planeaban presentar a sus hijos como candidatos.
- Bien, disfruten la velada por favor –les dijo Tsunade, hablando por primera vez.
La fiesta comenzó y los Uzumaki empezaron a circular para conocer a todos, recibiendo halagos y propuestas de todo tipo.
Y en algún lugar de la fiesta se veía a un azabache que estaba de piedra.
“No me digas que de lo que quería hablar el dobe la vez pasada era de…” pensaba, pues había deducido algo a raíz de la reciente revelación “Si lo que estoy pensando es verdad, lo he arruinado todo” se decía. Y es que sus suposiciones eran sobre el día en que Naru quiso hablar con él y había dicho semejantes idioteces “Entonces por eso el dobe me ignoraba, no se hacia el difícil, me odia. Soy un idiota” se dijo.
Y vaya que lo era, por fin se había dado cuenta de la gran oportunidad que había echado a perder por su estúpido orgullo y presunción. Y es que había pensado que pasaría igual que con los demás a los cuales parecía que entre peor los trataba, más lo amaban. Por ello había decidido hacer lo mismo que Naru, claro que se dio cuenta tarde de que Naru no era como los demás.
Pobre imbécil, después de haber tenido ventaja, por sus idioteces ahora estaba en un gran predicamento con una desventaja enorme ante el resto de los candidatos.
“No importa, soy un Uchiha y no me rendiré hasta que sea mío” pensaba. Claro que tenía muy presente que tendría que esforzarse mucho para conquistar al pequeño rubio. Pero él no se rendiría sin luchar.
Y este es solo el inicio de su lucha.
Continuara….