Colegio, vida escolar aburrida, libros de matemáticas en mano o de otras asignaturas más, están inútil querer aprender semejantes cosas, al menos ese era el pensamiento de dicho pelinegro con ojos dorados, este miraba su cuaderno como si estuviera concentrado todo con el fin de no llamar la atención del profesor elm, el cual le tenía el ojo ya encima por sus bajas notas, pero la verdad era que los estudios le daban lo mismo, especialmente siendo hoy el primer día del segundo semestre, exacto el primer día y ya le metieron tareas por todas las materias, en verdad creía que los profesores pensaban que los alumnos eran maquinas o algo así. Alzo su mirada hacia el reloj solo quedaban 2 minutos para salir, minutos que se hacían malditamente interminables para el pobre pelinegro, en verdad daría su vida al reloj para que este adelantara el tiempo. Seguía observando cuando repentinamente la voz del profesor elm le saco de su trance.
-bueno mis queridos alumnos ya que falta poco para la salida es hora de elegir al encargado de este semestre en pocas palabras el delegado de clase y el asistente, como siempre lo hacemos…bueno el pasado semestre fue silver ¿no? ¿Qué te parece serlo de nuevo?-ante las palabras del docente la clase comenzó a observar al nombrado, algunas suspiraron y otros le miraban con envidia y es que no era para menos el pelirrojo era un modelo, cabellera sedosa y de ojos pardos y lo peor era que su piel estaba sin ninguna imperfección el recondenado era perfecto en todos los sentidos para la vista, a parte que era el más inteligente de la clase, pero gold sabia el secreto de este, sabía que en la primaria solía ser muy reservado y para nada agraciado, divina pubertad a algunos los deja horrible otros normales y a otros más afortunados, todas unas “divas”
-gracias profesor elm…sería un honor ser nuevamente el presidente-contesto el joven pelirrojo parándose de su asiento mientras daba una sonrisa amigable, por la cual la mayoría de las chicas se derritieron, pero las molestias de gold fueron en aumento, rogaba su compañeras se ahogaran con por su propia estupidez.
-gracias silver sé que tú de líder eres el mejor…bueno tu asistente el semestre pasado fue cristal ¿Qué dices ahora? ¿Quiere volver ser el segundo delegado?-comento el profesor dirigiendo su mirada a una chica de cabellos azules y coletas bajas, cristal era la mejor amiga de gold, siempre era muy servicial y a parte responsable pero gold la conocía bien, debajo de toda esa fachada de alumna modelo se escondía una yanqui cualquiera, cristal en su pasado fue líder de una banda de rebeldes, pero ahora ha dejado de serlo, aun así la chica sigue siendo una de las mejores luchadoras de la zona.
-me encantaría pero…no puede ser he comenzado a trabajar y no tengo tiempo para hacerme cargo del curso-comento la joven con algo de tristeza.
-no te preocupes…-se apresuró a decir el docente un poco angustiado por esa mirada triste-podemos pensar en alguien más para el puesto…-comenzó a observar a su curso en verdad muchos se negarían a tanta responsabilidad, estaba en un serio aprieto.
-profesor ya que he sido delegada en todo los años anteriores ¿podría yo proponer a alguien? ¿Alguien de mi confianza? así podría guiarlo-sugirió la chica de coletas con una sonrisa algo ¿maliciosa? Nuestro protagonista de ojos dorados lo noto y no dudo en pensar en el peor de los casos.
-está bien señorita cristal es una buena idea…ya que yo no sé salir de esta-se sinceró el docente algo apenado.
La joven tomo aire luego miro al aludido-propongo que gold sea el delegado-concluyo con una pequeña sonrisa.
-¡lo sabia! Maldita cristal deja de molestarme…no quiero serlo-se quejó el pelinegro apuntando a su amiga con un dedo acusador, lo sabía, lo sabía…sabía que cristal le haría algo así.
Todo el curso estaba algo confundido ¿gold como delegado? Eso solo podía terminar en un desastre, todo el mundo sabía el carácter que tenía este y la rebeldía que tenía encima, hasta el profesor lo sabía-esto…cristal pienso que gold no es un buen candidato-
-profesor, pienso que esto le va ayudar mucho a él…sus notas son las peores del curso, aparte de que es un chico problema ¿no cree que tener una responsabilidad como delegado le haga cambiar un poco?-defendió su postura la joven.
-de acuerdo podría ser pero… ¿y si comienza a fallar en sus responsabilidades?-comento el profesor elm preocupado de que el chico de ojos dorados no hiciera nada como siempre.
-eso da igual profesor…yo me puedo encargar perfectamente de todo, no tengo problemas…-se adelantó en decir silver con una aire de superioridad que ni él se podía.
Gold rechino los dientes ante tal actitud es que de verdad odiaba a los tipos presumidos y silver era un exponente máximo de estos.
-pero silver…-intento dialogar el profesor elm pero no sabía muy bien que decir, tampoco quería que la carga fuera toda de una persona.
-no se preocupen ustedes dos-alzo su voz cristal-yo guiare a gold y me asegurare que cumpla…-con estas últimas palabras rompió el portaminas que tenía en sus manos, gold lo pudo ver sin problemas a pesar que la chica tuviera las manos debajo del escritorio ya que se sentaba justo al lado de esta, trago saliva al pensar que en vez de un lápiz entre las manos estuviera un brazo suyo.
-acepto ser delegado…-dijo con un hilo de voz por la advertencia que le dio la chica, estaba asustado mas no poder.
-todo solucionado…-exclamo la muchacha sonriendo alegremente.
Y así fue como gold termino siendo esclavo de los deberes externos de la clase, ser delegado era algo difícil había que llevar cuentas, noticias, llevar a enfermería a los estudiantes cuando se sentían mal, guiar a los nuevos que llegaban ,ir a esas insoportables reuniones de cursos… ¡oh sí! Ese era el peor momento de la semana, ir a las reuniones, porque había que comerse una explicación de los eventos por venir que aburría mas que la mismísimas clases del profesor elm y más encima él tenía que ser el que tomaba apuntes, cristal decía que así le ayudaría con la caligrafía, además no podía faltar ninguna sola vez ya que miss “puños duros” lo mandaría a volar en tres tiempos, en verdad se sentía un maldito perro con collar, y lo peor no era cristal ni mucho menos, lo peor eran las frases de superioridad de silver, es que de verdad era todo un latoso con esas frases ventajosas de “yo soy superior” o “deberías dejármelo a mí, ya sé que tu capacidad intelectual es casi nula”, y comenzaban las discusiones, todo el maldito tiempo que se veían discutían como si fueran perros y gatos, en verdad su vida ahora era un desastre y todo se lo tenía que agradecer a su “mejor amiga” en verdad quería encontrar un agujero y esconderse allí. Aunque no era todo negativo al menos podía escaparse un poco de clases mintiendo que tenía que ir a buscar algo como delegado y obviamente para que nadie le pillara vagando, pedía la llave de repuesto del salón de juntas de delegados y se escondía allí a esperar, lo bueno era que la sala era solo para su curso es decir solo existían 2 llaves la que tenía el presidente en este caso silver y la que podía pedir emprestada al personal del aseo, obviamente ser delegado tenia algunas ventajas.
“Pero él no era el único que ocupaba esas ventajas”
Un día como cualquier otro decidió saltarse la clase de lenguaje, porque había que leer un libro y seguramente se quedaría dormido si lo hacía, así que decidió ir al salón nombrado anteriormente, pero no se esperó lo que iba a observar después de meter la llave para desbloquear la cerradura y finalmente abrir la puerta, se topó de lleno con nada más ni menos que nuestro querido presidente de clases en una posición para nada decente, estaba acostado sobre la mesa principal de dicho lugar, semi desnudo, es decir: con solo la camisa puesta y esta estaba desbrochada dejando ver sus pezones rosado ¿en serio? ¿Rosados? Se preguntaba gold no entendiendo como alguien podía tener un color tan bonito de piel hasta en aquellas zonas más íntimas pero bueno eso no era lo más importante por ver ni mucho menos, ya que silver se estaba traspasando su entrada anal con un consolador negro, gold no paraba de pensar ¿Cómo esa parte se podía expandir tanto? Había escuchado sobre eso pero nunca pensó que fuera verdad.
silver al notar la presencia de alguien, se reincorpora e intenta cubrir lo que no se podía ocultar, era como tapar el sol con un dedo
-¿pero qué rayos estás haciendo aquí?-pregunto el presidente completamente sonrojado, nunca pensó que alguien entraría justo a esa hora y menos el idiota de gold, su dignidad estaba acabada.
Por otro lado el pelinegro cerró la puerta y hecho llave luego se sentó en una silla cercana a la puerta y se quedó allí mirando al pelirrojo como si nada, esta era su oportunidad para molestarlo un poco, a parte extrañamente de en vez desagradarle la imagen que se presentaba ante sus ojos está el gustaba tanto que ya empezaba a sentir algunos hormigueos en su entrepierna, es que bueno había que admitirlo silver estaba como para tenerlo toda una noche sin parar.
Este por su lado observo a gold con algo de dudar pero al mismo tiempo con molestia.
-¿pero que crees que haces quedándote allí?-por fin exploto el pelirrojo de vergüenza lo único que deseaba es que la tierra se lo tragara.
-¿de qué estás hablando? ¿No es obvio? Estoy pensando cómo sacar provecho de esto…-explico gold con una risilla maliciosa en su rostro.
-¡¿Qué?!...-exclamo con algo de miedo el pelirrojo en verdad se había metido en algo grande algo muy peligroso y llamado “chantaje”.
-es obvio mi querido silver…usted siempre dijo “que hay que sacar ventajas de las situaciones” y esta situación es muy ventajosa-comentaba gold mientras se acercaba lentamente al presidente de clases la verdad es que no era ningún desgraciado solo quería molestarlo un poco aunque pensándolo bien podía sacarle provecho como para bajarle un poco los humos a este, y decirle que era un cualquier ser humano y más encima pervertido.
silver enmudeció ante la idea de estar a merced del pelinegro, en estos momentos no había mucho que decir, el chico contrario al llegar a su posesión tomo la manos ajenas levantándolas para poder tomar rápidamente con una de las suyas dicho objeto de placer retomando el ritmo anterior demostrado en la entrada del chico, silver al sentir que la estimulación ene sa zona intima volvía no pudo hacer nada más que temblar y empezar a gemir, se sentía muy débil como para apartar a su compañero de clase.
-oye silver…te gusta esto ¿no?-pregunto gold respuesta que nunca llego a sus oídos ya que el contrario estaba muy ahogado en sus propios sonidos placenteros como para responderle-¿no piensas mejor que uno real se sentiría aún más placentero?-pregunto el pelinegro mientras sacaba del interior de silver el objeto sexual y se desabrochaba sus propios pantalones ¿enserio que estaba haciendo? Nunca pensó en actuar así pero es que el rostro del pelirrojo era tan hermoso con esas respiraciones agitadas y sus mejillas sonrojadas por la vergüenza pero lo que más le impacto fue cuando este tomo sus piernas alzándolas para mostrar su entrada, en verdad quería ser poseído, le daba permiso al pelinegro para que entrara, lo peor era que este no sabía que hacer solo lo iba molestar nunca pensó…pero ¡rayos! ver así a silver tan ¿sexy? Era un deleite lo que iba pasar hoy simplemente era parte de un plan maquiavélico del destino, al menos así trataba de engañarse el chico de ojos dorados, mientras se baja un poco sus pantalones y acercaba su miembro a la entrada ajena pero ya en ese momento se podía sentir que la moral y la lógica se habían perdido totalmente, solo se deseaban mutuamente.
y así fue como congeniaron, sin ninguna preparación anterior gold se coló su miembro en ese húmedo y caliente agujero, bueno tampoco era como si silver necesitara preparación ya había estado jugando consigo mismo hace un rato, pero sentir un miembro real era muy distinto que un simple juguete, se sentía caliente y palpitaba en su interior era una sensación extraña pero no desagradable, porque si señores, nuestro presidente nunca había estado con una persona, solo con esos juguetes sexuales intentaba calmar su pasión, nunca lo había hecho con nadie ya que debía mantener su reputación de alumno ejemplar, pero ahora eso se había ido al mismísimo infierno, no importaba al final al cabo ya estaba cansándose de ser alumno ejemplar.
Al ver que gold no se iba mover alzo la mirada y le dijo:
-¿no vas a continuar?-
el contrario quedo totalmente anonadado aquel presidente que generalmente era un borde y halterista se había convertido en un manso y meloso gatito, un cuerpo totalmente a su merced con ansias de ser poseído, que fuera domado.
Tomo las piernas del pelirrojo mientras se hundía aún más llegando hasta el punto “g” de este dándole un deleite a ambos, ya que silver le apretaba exquisitamente su miembro, comenzó a dar tímidas embestidas mientras veía la reacción del contrario.
-oye silver ¿te gusta?...-pregunto con una sonrisa maliciosa, nunca se había comportado asi era como si algún espíritu lujurioso se hubiera apoderado de él y le había obligado a hacer lo que hacía, pero solo buscaba escusas esto lo hacía por sí mismo y lo peor es que no se arrepentía de ello.
silver alzo su brazos posando sus manos en los hombros del contrario y atrayéndolo a su pecho en un abrazo donde sus extremidades superiores pudieron cruzarse por el cuello del pelinegro y sus labios quedaron justo en el oído contrario, ya logrando su objetivo susurro en el oído ajeno las siguientes palabras:
“vente dentro de mi….”
El pelinegro se sonrojo a más no poder ¿más fuerte? Es que acaso silver era un masoquista ¿no le haría daño continuar? Pero bueno, no le daría más vueltas al asunto, si le daban permiso él no se iba a hacer de rogar así que comenzó a dar sus embestidas con mucho más velocidad el pelirrojo se tapo su boca para silenciar sus gemidos.
-vamos silver…no escondas tus sonidos, me gustan-dijo el pelinegro
-idiota ahh!! Estamos en el ahh! Ugh! colegio…-intento decir pero solo conseguía que las palabras se agolparan en sus labios tapados con sus manos.
-sí, ¿pero no te pone eso?-comento gold con una sonrisa maliciosa en su rostro, le gustaba ver a silver tan débil y temblando en sus brazos. No lo soportaba lo deseaba, necesitaba esa mirada de lujuria total, el calor de su cuerpo, sus pequeños temblores y sus pequeños suspiros, no aguantaba más las embestidas cada vez estaban más húmedas y un poco de líquido viscoso caía al piso del cuarto, dando a entender que ambos estaban a punto de llegar al orgasmo. Pero gold quería que el pelirrojo terminara antes que el así que comenzó a masturbarle el miembro sabía que así este se correría finalmente.
-oye!!...no hagas eso…me vengo-exclamo el pelirrojo alzando su cabeza hacia atrás mientras su miembro comenzaba a expandir seme en todo su torso.
Gold por su lado quedo totalmente impresionado ante tal espectáculo ante sus ojos y le abrazo mientras continuaba sus embestidas para poder él terminar.
-adentro!!...adentro!!! Vente en mi-pidió el presidente aguantando las embestidas del contrario en su interior hasta que el chico de cabellos negros se vino adentro de él, para el pelirrojo era la primera vez que sentía “eso” llenándole su interior no era desagradable, pero era bastante extraño cuando por fin callo en la realidad ¿en verdad había hecho esto con gold? Se asustó siempre se había masturbado con el fin de que sus deseos carnales no salieran a flote y lo hacía en el instituto porque en su casa siempre había un alboroto y eran las pocas veces que estaba solo, por eso se descargaba en el instituto nunca había sido pillado porque cristal no se escapaba de las clases como lo hacía gold ¿pero ahora que haría? No quería admitirlo pero estaba en las manos de chico de ojos dorados.
Gold por su lado se levantó una vez de acabado el acto pecaminoso observo al presidente el cual tenía su rostro con un tenue color rojizo que se comparaba al color de sus cabellos-silver…-le llamo y pudo notar en él un pequeño salto de impresión era la primera vez que lo veía tan débil y tan preocupado, a este punto no podía evitarlo ya había probado su cuerpo una vez y lo quería tener otras veces-nunca pensé que te gustara tanto el sexo…-le miro directamente con una mirada sumamente siniestra-¿Por qué lo haces en el instituto? ¿Por placer?-espero unos segundos para que el otro respondiera pero este se notaba que no tenía ganas de hacerlo-bien entonces… ¿Qué te parece hacer un trato? yo callo lo que ocurrió aquí pero lo haremos todas las semanas-se atrevio plantear.
-¿Qué? ¿Quién te crees que eres?-reclamo silver pero gold se adelantó.
-¡vamos! saldremos los dos beneficiados, mantendré tu secreto y aparte nos vamos a quitar esta calentura juntos…-respondió gold tomando el mentón del contrario.
El presidente quedo impresionado ¿de dónde rayos había salido este gold tan…persuasivo? Era extraño por un lado le molestaba pero por otro lado le gustaba tal vez se pensaría la oferta, sus labios fueron aprisionados por los de gold en un improvisto.
Bueno no sería tan malo compartir su pequeño secreto…
-fin-